Alianza Lima dio un paso más en su objetivo de ingresar en la fase de grupos de la Copa Libertadores. El equipo de Néstor Gorosito le ganó 2 a 1 a Iquique, de visitante, y definirá el próximo martes al clasificado. La diferencia no sentencia el pase, pero sí genera una confianza que debería potenciar a los peruanos. Además, la realidad es que el rival, si bien tiene voluntad y orden, no expuso un poder colectivo que se potencie por alguna individualidad como para imaginar que puede dar vuelta la serie en situaciones normales.

El primer gol fue de Barcos: el argentino resolvió libre en el área chica en una jugada en la que quedó en evidencia la desconcentración local. El 2 a 0 fue del ecuatoriano Eric Castillo, de buen derechazo bombeado, con cierta libertad para rematar desde afuera del área. Ya venía de volver loco a Saracchi, sobre todo en el partido en Perú.

Eso fue cuando Iquique mostraba poco poder de reacción ante un Alianza que además de mejor técnica tenía mayor racionalidad en el uso de los espacios. Barcos estuvo a punto del 3 a 0 que quizá liquidaba la serie: Casanova trabó a Barcos cuando estaba libre para definir.

Al toque, Zambrano la metió en contra y animó la ilusión chilena. Fue en una jugada similar al tanto en propia puerta de Miguel Trauco en la Bombonera. Eso revitalizó a Iquique, que mostró su mejor versión. Y llegó la polémica tras un corner: la pelota dio en el brazo de Guillermo Enrique. La mano ampliaba el volumen del cuerpo. El referí brasileño Flavio Rodríguez de Souza no la vio. Tampoco la asistente, Neuza Back. No se entendió por qué no lo llamaron del VAR a revisión…

Esta vez Pipo no puede quejarse por los errores arbitrales. Nadie le cuestiona nada. Pasó a El Nacional, sorprendió al Planeta Fútbol al eliminar a Boca y ahora siente muy cercano un puesto en la Copa Libertadores, un torneo en el cual los peruanos pocas veces se muestran competitivos y Alianza Lima lo está haciendo.