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Isabel Díaz Ayuso, la niña mimada del PP español, acorralada por los problemas legales y los negocios oscuros de su novio

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En el ojo de la tormenta desde hace días por presuntos delitos fiscales de su pareja, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no se rinde: responde a quienes piden su renuncia que está siendo víctima de una persecución política y acusa al gobierno de Pedro Sánchez de utiliza métodos “chavistas” para dañarla.

“Creo que se están utilizando todas las herramientas y los poderes del Estado contra un particular para intentar hacer daño político a un adversario, algo que me parece chavista y gravísimo”, dijo el lunes, en defensa de su novio, durante una visita a una empresa que ofrece financiación para la compra de autos.

Díaz Ayuso, de 45 años, es una de las figuras más relevantes del Partido Popular español y la única capaz de hacerle sombra al liderazgo del actual presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo.

Ganó las elecciones regionales de mayo del año pasado -unas semana antes de que una revista del corazón la pescara en Ibiza a los besos con Alberto González Amador, su actual pareja- y fue reelecta con mayoría absoluta.

Sin embargo las investigaciones de la Fiscalía por posible fraude fiscal y presunta falsedad documental a quien es su novio desde hace casi tres años -y con quien convive en un departamento costoso-, empañan a la presidenta regional y la acorralan.

Hace una semana, mientras Díaz Ayuso lo defendía, la prensa española daba a conocer que su prometido había reconocido dos delitos fiscales y que estaba dispuesto a pagar en cuotas lo que debía para evitar el juicio.

Pero el relato de la presidenta regional era otro: “Hasta donde sé, mi pareja está sufriendo una inspección fiscal salvaje que afecta a 2018, 2019, 2020, 2021 y ahora 2022, para retrasar los casi 600 mil euros que Hacienda le debe”, decía Díaz Ayuso el miércoles 13 de marzo.

“Es falso que sea él quien debe 350 mil euros por fraude -aseguraba-. No sólo no debe nada sino que es Hacienda quien le debe.”

El periódico online eldiario.es lleva días publicando, en suculentas dosis, detalles que hundirían cada vez más a González Amador, a quien la prensa española presentaba como un “técnico sanitario” pero parece que amasaba fortuna en base al cobro de comisiones por material hospitalario y que se utilizó durante la pandemia.

“Os vamos a triturar”

Según el periódico online, González Amador habría tratado de vender vacunas para inmunizar contra el Covid a Costa de Marfil -el país en el puesto 170 de 189 en la clasificación del Índice de Desarrollo Humano del Banco Mundial de 2018- a un precio cinco veces mayor que el del mercado. La operación no se habría realizado pero González Amador habría presentado una factura falsa.

“La empresa con la que la pareja de Ayuso facturó 3,7 millones: cero empleados, un ordenador (computadora), una impresora y un Porsche Panamera”, fue otro titular de eldiario.es.

Alberto Núñez Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Foto Cézaro De LucaAlberto Núñez Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Foto Cézaro De Luca

Una de sus periodistas, Esther Palomera, denunció haber sido intimidada por el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Angel Rodríguez.

“Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar. Que os den, idiotas”, le dice Rodríguez a Palomera en un chat de WhatsApp.

La presidenta madrileña respaldó a su jefe de gabinete: “Dos personas que tienen una relación de confianza de más de 30 años discuten por WhatsApp y no entiendo tampoco por qué anda dando vueltas esto”, dijo.

Desde el PP siguen sosteniendo a Díaz Ayuso y miran para otro lado: “No me corresponde a mí valorar conversaciones privadas que trascienden y se hacen públicas para dañar a personas”, dijo este martes el vocero parlamentario del PP, Miguel Tellado.

Filtración de datos

El Consejo de Abogados de Madrid anunció que denunciará la revelación de datos de la pareja de la presidenta.

Desde la Fiscalía, aseguran que “sólo se ha comunicado información esencial”.

“Ha habido un gravísimo escándalo de filtración de datos personales dentro de la estrategia de defensa de un particular -insistió Díaz Ayuso-. Una inspección fiscal no sé qué hace dando vueltas por todos los medios de comunicación.”

“Yo respondo por la Comunidad de Madrid que no tiene absolutamente nada que ver en esta historia”, dijo Díaz Ayuso el lunes.

“Me parece un escándalo absoluto teniendo en cuenta lo que se está viviendo en España -se defendió-. Tenemos una ley de amnistía que es una ley profundamente corrupta”.

Díaz Ayuso se refirió así a la reciente ley de amnistía al independentismo catalán que Sánchez pactó con el separatismo a cambio de que apoyaran su reelección.

La ley fue aprobada por el Congreso de los Diputados el jueves pasado y este martes pasó al Senado, donde la mayoría del PP tratará de demorarla lo más posible.

Trama de corrupción

El actual gobierno de coalición PSOE-Sumar también atraviesa días espesos. Al desgaste que le produjo la tramitación de la amnistía al independentismo catalán, una trama de corrupción en la compra de barbijos durante los días más desgarradores de la pandemia salpica a varios nombres de peso dentro del partido.

El presidente Pedro Sánchez, sin embargo, pidió la renuncia de la presidenta autonómica madrileña durante la sesión de control al gobierno de la semana pasada.

El jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, enfrentado con Ayuso. Foto APEl jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, enfrentado con Ayuso. Foto AP

“Le exijo que pida la dimisión de la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid”, le dijo Sánchez al líder de la oposición, Núñez Feijóo.

“Que tenga coraje, que sea valiente, que exija la dimisión de la señora Ayuso de la Comunidad de Madrid aunque eso le cueste el puesto, como al señor Casado”, le recordó Sánchez.

En 2022, el presidente del PP era Pablo Casado y tuvo que renunciar luego de haber denunciado que la comunidad autónoma de Madrid había concedido un contrato, en plena pandemia, a la empresa de un amigo del hermano de Isabel Díaz Ayuso.

“Núñez Feijóo no le pide la dimisión a Ayuso por miedo. Por cobardía o complicidad”, dijo la portavoz del PSOE, Esther Peña. “Desde el Partido Socialista pedimos la dimisión de Isabel Díaz Ayuso. Una dimisión que debe ser inmediata”, insistió.

“Me pincho y no sangro”

“Las comparecencias de estos días para dar presuntas explicaciones han sido un esperpento y un insulto a la ciudadanía. Debe explicar la señora Ayuso si está disfrutando de casa, Maseratis y otros bienes que son fruto del fraude fiscal”, dijo la vocera del PSOE.

La presidenta madrileña ya había dado explicaciones sobre el departamento que comparte con su pareja: “No es un piso (departamento) de un millón, no es mío, está hipotecado, está legal”, dijo ella el miércoles pasado.

“Llevo viviendo de alquiler casi 20 años -agregó Díaz Ayuso-. Estoy acompañando a mi pareja viviendo en su domicilio. El es un particular y puede comprarse la vivienda que le venga en gana. Y yo tengo derecho a dormir en la cama que considere y no por eso me responsabilizo por nada”.

Luego canceló su agenda de compromisos por un par de días y recién volvió al ruedo este lunes, cuando en una visita a una empresa privada disparó contra Pedro Sánchez: “Si quiere seguir viviendo, el gobierno tiene que dejar de pactar lo que está pactando, dejar de pretender tomarnos por tontos a todos los españoles cuando ya no están llevando a un referéndum, a la autodeterminación y a la destrucción de España sólo para mantener al presidente. Entiendo el interés por desviar la atención”.

“Es que me pincho y no sangro”, resumió la presidenta madrileña su estar curtida en ataques.

Antes de que los españoles tuvieran detalles acerca de las filtraciones sobre los posibles delitos fiscales de su novio, Isabel Díaz Ayuso tenía pensado viajar a Argentina en la segunda mitad de abril. Pero, por ahora, la gira quedó en suspenso.



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Britons cast their votes in heavily-anticipated UK parliamentary election

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British voters were picking a new government Thursday in a parliamentary election widely expected to bring the Labour Party to power against a gloomy backdrop of economic malaise, mounting distrust in institutions and a fraying social fabric.

A jaded electorate is delivering its verdict on Prime Minister Rishi Sunak’s Conservative Party, which has been in power since 2010. Polls opened at 40,000 stations, including churches, a laundromat and a crematorium.

«Nothing has gone well in the last 14 years,» said London voter James Erskine, who was optimistic for change. «I just see this as the potential for a seismic shift, and that’s what I’m hoping for.»

NIGEL FARAGE’S RETURN TO POLITICS CAUSES WRINKLE IN BRITISH ELECTION: WHY HAS HE PROVEN SO SUCCESSFUL?

While Labour’s steady and significant lead in the polls would appear to buck recent rightward electoral shifts in Europe, including in France and Italy, many of those same populist undercurrents flow in Britain. Reform UK leader Nigel Farage has roiled the race with his party’s anti-migrant «take our country back» sentiment and undercut support for the Conservatives, who already faced dismal prospects.

Hundreds of communities were locked in tight contests in which traditional party loyalties come second to more immediate concerns about the economy, crumbling infrastructure and the National Health Service.

In Henley-on-Thames, about 40 miles west of London, voters like Patricia Mulcahy, who is retired, sensed the nation was looking for something different. The community, which normally votes Conservative, may change its stripes this time.

«The younger generation are far more interested in change,’’ Mulcahy said. «So, I think whatever happens in Henley, in the country, there will be a big shift. But whoever gets in, they’ve got a heck of a job ahead of them. It’s not going to be easy.»

Britain has experienced a run of turbulent years — some of it of the Conservatives’ own making and some of it not — that has left many voters pessimistic about their country’s future. The U.K.’s exit from the European Union followed by the COVID-19 pandemic and Russia’s invasion of Ukraine battered the economy, while lockdown-breaching parties held by then-Prime Minister Boris Johnson and his staff caused widespread anger.

Johnson’s successor, Liz Truss, rocked the economy further with a package of drastic tax cuts and lasted just 49 days in office. Rising poverty and cuts to state services have led to gripes about «Broken Britain.»

Labour Party leader Keir Starmer and wife Victoria arrive at a polling station to cast their vote in London, Thursday, July 4, 2024. Voters in the U.K. are casting their ballots in a national election to choose the 650 lawmakers who will sit in Parliament for the next five years. Outgoing Prime Minister Rishi Sunak surprised his own party on May 22 when he called the election. (AP Photo/Vadim Ghirda)

The first part of the day was sunny in much of the country — favorable weather to get people to the polls.

In the first hour polls were open, Sunak made the short journey from his home to vote at Kirby Sigston Village Hall in his Richmond constituency in northern England. He arrived with his wife, Akshata Murty, and walked hand-in-hand into the village hall, which is surrounded by rolling fields.

The center-left Labour Party led by Keir Starmer has had a steady and significant lead in opinion polls for months, but its leaders have warned against taking the election result for granted, worried their supporters will stay home.

«Change. Today, you can vote for it,» he wrote Thursday on the X social media platform.

A couple of hours after posting that message, Starmer walked hand-in-hand with his wife, Victoria, into a polling place in the Kentish Town section of London to cast his vote. He left through a back door out of sight of a crowd of residents and journalists who had gathered.

Labour has not set pulses racing with its pledges to get the sluggish economy growing, invest in infrastructure and make Britain a «clean energy superpower.»

But nothing has really gone wrong in its campaign, either. The party has won the support of large chunks of the business community and endorsements from traditionally conservative newspapers, including the Rupert Murdoch-owned Sun tabloid, which praised Starmer for «dragging his party back to the center ground of British politics.»

The Conservatives have acknowledged that Labour appears headed for victory.

In a message to voters on Wednesday, Sunak said that «if the polls are to be believed, the country could wake up tomorrow to a Labour supermajority ready to wield their unchecked power.» He urged voters to back the Conservatives to limit Labour’s power.

Former Labour candidate Douglas Beattie, author of the book «How Labour Wins (and Why it Loses),» said Starmer’s «quiet stability probably chimes with the mood of the country right now.»

The Conservatives, meanwhile, have been plagued by gaffes. The campaign got off to an inauspicious start when rain drenched Sunak as he made the announcement outside 10 Downing St. Then, Sunak went home early from commemorations in France marking the 80th anniversary of the D-Day invasion.

Several Conservatives close to Sunak are being investigated over suspicions they used inside information to place bets on the date of the election before it was announced.

Sunak has struggled to shake off the taint of political chaos and mismanagement that’s gathered around the Conservatives.

But for many voters, the lack of trust applies not just to the governing party, but to politicians in general. Farage has leaped into that breach.

The centrist Liberal Democrats and environmentalist Green Party also want to sweep up disaffected voters.

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«I don’t know who’s for me as a working person,» said Michelle Bird, a port worker in Southampton on England’s south coast who was undecided about whether to vote Labour or Conservative. «I don’t know whether it’s the devil you know or the devil you don’t.»


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