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POLITICA

Cómo se gestó Coppola, el representante: un llamado “desesperado”, el fantasma de Maradona, las ausencias y la pelea por el protagonista

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Coppola, el representante se convirtió no solo en una de las series más vistas de la plataforma de streaming Star+, sino también en un fenómeno del que todos hablan. En seis episodios, esta biopic en tono de comedia retrata los momentos más trascendentales de un personaje tan astuto como contradictorio, que siempre supo salir airoso de los problemas que se presentaron en su camino (que, en muchas ocasiones, él mismo supo generar). Y, aunque es posible que “Guillote” nunca hubiera existido sin la figura de su más famoso representado, Diego Maradona, hoy su relato ficcionalizado consigue trascender casi por completo al fantasma de El Diez.

Pero este fenómeno que revive la mística de los controvertidos años 90 no tuvo un comienzo sencillo. De hecho, Disney había comprado los derechos para llevar la vida de Coppola a la pantalla varios años atrás, pero el proyecto no lograba nunca encontrar su cauce. Fue entonces que entraron en juego Gastón Duprat y Mariano Cohn, los hacedores de grandes proyectos para la plataforma como El encargado, Terapia alternativa y Nada. Fueron ellos quienes encontraron la forma de contar la historia, de ordenar las miles de anécdotas de Coppola, de editarlas y de encontrar el tono preciso para que, con el protagónico de Juan Minujín, la dirección de Ariel Winograd y el guion de Emanuel Diez, la serie encontrara su fórmula perfecta.

“No sabían cómo contarlo”

La ficción fue la mejor manera que encontraron para asomarse a un personaje con una personalidad arrolladora en sus tiempos de gloria. “Hace unos años me llamó Mariana Pérez, directiva de la plataforma, y me dijo: ‘Ustedes tienen que hacer la serie de Coppola’. No queríamos remontarnos a la historia del personaje de pequeño, ni tratar de entender por qué el tipo era de tal o cual manera: si había pasado hambre, si se había duchado con agua fría, si el papá le pegaba o no. No queríamos una típica biopic”, explica Cohn a LA NACIÓN.

Tampoco quisieron abarcar toda la historia del personaje, ni respetar un orden cronológico de los hechos que marcaron su vida. “Preferíamos detenernos en hechos puntuales, anécdotas específicas que tenían por sí solas un tono cinematográfico y disparatadas, con historias que podrían tener la grandilocuencia de una película de Fellini o de Paolo Sorrentino”, resalta el codirector de películas como El ciudadano ilustre o Competencia oficial. “El mismo Coppola se había cansado de contar esas anécdotas en todas sus apariciones públicas”, admite.

 Una típica escena de la noche en Coppola, el representante con Minujín en el papel estelar

Una figura omnipresente

Con Maradona en una posición subrepticia a lo largo de toda la serie, el protagonismo descansa con todas sus fuerzas en la figura de Coppola. Fueron Duprat y Cohn los que despegaron al Diez de la historia: aunque el primer capítulo comienza en Nápoles, la ciudad italiana donde el astro era considerado un Dios, no se hacen referencias directas al ídolo. Recién en el tercer episodio vemos al protagonista hojeando los titulares de los diarios hasta detenerse en la portada de una revista donde aparece una fotografía de su representado, sorprendido infraganti en un auto junto a una de las vedettes más codiciadas de esa época. A través de esa escena queda clara la misión de Coppola: estar al servicio incondicional del astro del fútbol, siempre.

Cohn reconoce que dejarlo afuera de la historia fue “la decisión más fuerte” a nivel conceptual. “No lo necesitábamos, para eso ya estaba la serie de Maradona. Preferíamos no retratarlo, que funcione como un satélite de Coppola, que esté siempre omnipresente, pero nunca tenerlo en la escena. Siempre fuera de campo, o encerrado en una habitación, atrás de un llamado, trastocando la vida de Coppola, como sucedía en la vida real, condicionándolo siempre desde afuera”, reflexiona sobre el principal desafío que planteó la ficción: trasmitir a través de la pantalla la relación que unió por más de dos décadas al manager con el Diez. “Fue una suerte de amor tóxico, una pesadilla y, a la vez, Coppola le entregó los mejores años de su vida”, suma.

Una instantánea de los tiempos felices entre Maradona y Guillermo Coppola, junto a Mostaza Merlo, Alfio Basile y Horacio Pagani, entre otros amigos

Coppola versus Coppola

Juan Minujín logra personificar a una figura pública que sigue vigente y, al verlo en pantalla, consigue hacerle creer al público que es Coppola. Sin embargo, el protagonista no fue el único actor que se barajaba para interpretar al manager. El nombre de Leonardo Sbaraglia sonaba con fuerza, aunque extraoficialmente, luego de que el protagonista de Plata quemada lo personificara en la serie Maradona: Sueño bendito. La dupla creativa de Cohn y Duprat apostaba todo por Minujín, quien finalmente terminó ganando la pulseada.

Una vez más, querían evitar caer en los “lugares comunes” de los que tanto huyen. Ellos estaban seguros, pero Disney y los productores no. “Lo defendimos a morir frente a otras propuestas más convencionales. Hasta agarramos una foto y pintamos rulos con Photoshop para compartirlo con el equipo. Ahí no quedaron dudas”, relata Cohn. Estaban seguros de que debían crear un personaje fuerte “que tuviese el envase para aguantarse el glamour y las bizarreadas de los 90, que fuera un playboy y tuviera algo del típico vivo porteño”.

El protagonista de Coppola, el representante en las calles porteñas de los 90

Grandes ausencias

Además de la figura de Maradona, Coppola, el representante omite a otras figuras emblemáticas que formaron parte de uno de los capítulos más oscuros de la historia del manager: el “escándalo del jarrón”.

A pesar de la altísima exposición que tuvieron, ni las “testigos encubiertas” Samantha Farjat y Natalia Denegri, ni el conductor Mauro Viale aparecen en el capítulo dedicado a los días posteriores al allanamiento en el departamento de Coppola durante una fiesta en 1996, en el que la policía encontró cocaína en un jarrón. Por ese caso, el manager estuvo 97 días detenido, aunque más tarde la Justicia determinó que la droga había sido “plantada” en la escena para inculparlo. La omisión de estas figuras no deja de llamar la atención.

Las figuras que no aparecen en la historia se explican en que había solo son 6 capítulos, y teníamos que elegir. Ganaron las mejores secuencias y los personajes más interesantes”, explica Cohn.

En el quinto episodio de la serie Minujín con un festejo de Boca Juniors de fondo

Permisos y enojos

Socialités, políticos, mediáticos, modelos, vedettes, empresarios y hasta prominentes miembros de la justicia penal de la época: en cada episodio de la serie aparecen las figuras estelares de esos tiempos como Susana Giménez, Poli Armentano, Amalia “Yuyito” González, Karina Rabolini, Daniel Scioli, Carlitos Menem, Alejandra Pradón, hasta el actual ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona. Según trascendió, primero se trabajó en el guion y se definieron los personajes, y luego se buscaron las autorizaciones de las personas que iban a ser personificadas o mencionadas en la serie.

No hubo limitaciones legales, creamos desde la total libertad. No teníamos abogados retocando guiones. Esa libertad que nos dieron fue muy valiosa por parte de la plataforma”, asegura Cohn.

El propio Coppola se encargó personalmente de hablar con cada una de las figuras que iba a ser parte de la ficción inspirada en su vida. “Traté de hablar con cada uno: Karina Rabolini, Daniel Scioli, Zulemita [Menem], creo que también llamé a Zulema [Yoma], Alejandra [Pradón], con la “Yuyo” [ Amalia González, su expareja y madre de su hija Bárbara] también”, contó en los medios.

Coppola, el representante, Minujín en el papel principal junto a Gerardo Romano durante la filmación

Alejandra Pradón, prestó su consentimiento y reconoció haber cobrado por haber cedido los derechos de su imagen para la serie. A pesar de ello, el enojo de la exvedette no tardó en llegar, criticó a Coppola y dijo: “No pueden ensuciar así a la gente”. Furiosa por una escena que la muestra como protagonista de un romance con Maradona, contó que llamó a Claudia [Villafañe] y le desmintió que haya existido la relación con el futbolista. Expresó que se sintió engañada por la producción y aseguró que Coppola también lo fue, aunque no planea iniciar acciones legales.

Incluso, Amalia “Yuyito” González junto al propio Coppola salieron a desmentir una escena de la serie. Se trata del momento en que ella anuncia que está embarazada y Guillermo trata de convencerla, sin éxito, de no seguir adelante con el embarazo. Nueve meses después, le dan la bienvenida a Bárbara. “Sabemos que no fue así… Podría haber sido, pero no es mi estilo, es ficción, es fantasía”, aclaró el protagonista real y agregó: “Hay que ponerle un poquito de condimento, hay escenas que por ahí no fueron tan así. No lo niego, porque puede que algo haya existido”.

Las calles de Buenos Aires como escenario perfecto para Coppola, el representante

Pizza con champagne

La trama está inspirada en una época y un lugar determinado: desde la opulencia de la Argentina de la década del 90 hasta el fin de fiesta en 2001. La estética de la serie ideada por Cohn y Duprat muestra una “época que a los argentinos nos atravesó muy fuerte”.

La fotografía de la ficción no dejó nada librado al azar. Desde la nostalgia de esos años, las publicidades, el rol de la televisión, el teatro de revista, el menemismo y tantos otros temas fascinantes que sus creadores reconocen haber vivido “en carne propia”.

Coppola real versus Coppola de ficción, el  icónico representante de Maradona posa con Juan Minujín, que lo interpreta en Coppola, el representante

Queríamos retratar de alguna manera todo ese disparate que significaron los 90: ese caldo de cultivo, la Biblia y el calefón, con un personaje como Coppola, con todos sus dobleces, contradicciones y ambigüedades. Sin maquillarlo, ni edulcorarlo. Esa premisa se cumplió. En la única conversación que tuvimos con él, nos dijo que no le interesaba meterse en el contenido, que era ficción, y así fue”, asegura Cohn.

Con final abierto para una de las series más vistas del streaming, el dúo no descarta su continuidad: “Quedó material como para dos temporadas más”.


POLITICA

«La Campora» de Javier Milei y el armado silencioso en la Provincia

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La intempestiva interna del PRO entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich desnuda la diáspora que amenaza al partido creado por el expresidente, que supo encarnar el cambio y reunir a varios dirigentes con perfil para gobernar el país después del kirchnerismo, pero que quedaron presos de la carencia de la conducción, de la heterogeneidad de Juntos por el Cambio y de la aparición de Javier Milei, con un discurso más contundente, con el blindaje de un outsider que carece de prontuario político.

Los libertarios leen ese escenario y actúan en consecuencia. Interpretan -y lo manifiestan- que el PRO es un partido que está “destruido” y que ha perdido las banderas, que hoy ostenta el Gobierno.

La consecuencia es el avance de Karina Milei, empoderada por el Presidente, que concentra el armado libertario con sus dos alfiles, el riojano Eduardo “el Lule” Menem en la construcción nacional -actual subsecretario de Gestión Institucional- y Sebastián Pareja -subsecretario de Integración socio urbana- en la estratégica provincia de Buenos Aires.

Quienes conocen al sobrino de Carlos y de Eduardo Menem, con cuatro décadas de experiencia en el Senado colaborando con ambos, aseguran que su protagonismo es tal que cumple funciones al mismo nivel que Guillermo Francos. El jefe de Gabinete, por su cargo, tiene más contacto con los gobernadores y está más dedicado a la política. En cambio “el Lule” suele ser caracterizado como el primero que llega a la Casa Rosada y el último que se va, abocado a la gestión y, en silencio, “atajando penales” todo el día, afirman, por su función de arreglar problemas de distintas áreas.

En la provincia de Buenos Aires se ha desplegado un trabajo con bajo perfil pero con una organización que va más allá de dirimir alianzas o quienes integrarán las listas. No es casual que lo lleve un peronista, Pareja, que trabajó para el menemismo y tiene aceitados lazos con el macrismo y el sector de Emilio Monzó. La Libertad Avanza ya cuenta con presencia en los 135 distritos de la provincia. Durante la campaña electoral tenían un responsable por sección electoral; ahora los renovaron, y a quienes antes hacían esa tarea los ascendieron y hoy cumplen con un claro objetivo de penetración política bonaerense.

Eduardo «El Lule» Menem. Clave en el armado nacional bajo la sombra de Karina Milei. Foto: Federico López Claro

Comenzaron a ocuparse de las colegiaturas, presentando listas en los colegios de abogados, escribanos, contadores y arquitectos, entre otros. En el ámbito educativo promueven, a través de mesas, la agrupación «Aulas» en las escuelas secundarias y «Crear Libertad» en las universidades. Se insertaron en el mundo sindical y un sector se ocupa de las relaciones internacionales, vinculándose con los embajadores extranjeros y aprovechando para la política, programas y becas poco conocidos.

Tienen su escuela de pensamiento libertario, la Escuela de Formación, Debate y Análisis Político (EFDAP), algo así como la Fundación Pensar del PRO. De allí extrajeron la plataforma electoral que llevó Milei en campaña. Pronto se inaugurarán escuelas en la Ciudad de Buenos Aires y en Río Negro.

A tal punto llega la organización política e ideológica que en Santiago del Estero están lanzando el Foro Alberdiano que busca ser la antítesis del Foro de San Pablo creado por el Partido de los Trabajadores de Lula Da Silva y al que abonaron en Argentina, desde el Partido Comunista y el Partido Obrero hasta el kirchnerismo a través del Movimiento Evita o del Frente Grande.

El acto de este sábado en el oeste del Conurbano, en Morón, fue el lanzamiento de un trabajo en la provincia que comenzó hace varios meses con mesas en puntos estratégicos de la provincia, y que llevó a La Libertad Avanza a contar hoy con unos 19 mil afiliados y esperan, para agosto, tener unos 30 mil. A modo de ejemplo, la Justicia Electoral pide para constituir un partido de distrito, que pelea diputados y senadores nacionales, 4 mil afiliados; y para ser partido provincial y disputar todas las categorías, 8 mil.

Los libertarios pretenden que el partido nacional que construyan, que hoy se conoce como La Libertad Avanza, quede al margen de disputas internas y discusiones por la propiedad del sello. Para eso estará la agrupación nacional, La San Martín, antagónica a La Cámpora del kirchnerismo.

“Hay un cambio de época en la negociación política, ahora todo es frontal, sincero, vas al grano aunque eso traiga consecuencias”, sostiene un legislador de LLA. Hay un convencimiento de que, al menos en territorio bonaerense, Milei no habilitará ningunas PASO con otras fuerzas y que estará a la cabeza de cualquier negociación. Pero ya los acuerdos, dicen, no serán partidarios ni habrá coaliciones al estilo Juntos por el Cambio, que se dividían entre los partidos las listas o cargos.

“Que quede claro que nosotros vamos a manejar la elección del año que viene”, enfatizan los libertarios. Rechazan una coalición con el PRO o cualquier partido para 2025 en la provincia porque consideran que eso sólo sería necesario por una necesidad jurídica, que la tienen cubierta con las afiliaciones, o por falta de territorio. Pero están convencidos y afirman que “hoy La Libertad Avanza lo pasa por arriba al PRO”. Observan la posibilidad de una alianza pero post elecciones legislativas y si es que el macrismo no se integró ya al oficialismo, y se transforma en un obstáculo.

Conurbano. Karina Milei junto a Martín Menem y a Sebastián Pareja, el armador en la Provincia.Conurbano. Karina Milei junto a Martín Menem y a Sebastián Pareja, el armador en la Provincia.

En cuanto al radicalismo, que tiene una importante estructura bonaerense, distinguen al sector del actual titular del partido, Maximiliano Abad, del que encarna Martín Lousteau, y observan la intención de Facundo Manes de dirimir el liderazgo en la UCR provincial. Para el mileísmo, lo ideal sería que el radicalismo se atomizara y cada sector se fusionara con otras fuerzas. De hecho, según los libertarios, hay algunos intendentes radicales que vienen manteniendo conversaciones con LLA para dar el salto. Pero a ellos, al macrismo y al resto de extrapartidarios que especulen con sumarse, les advierten desde la Casa Rosada que no es lo mismo hacerlo en julio que en diciembre, cuando ya deben tener la estructura partidaria armada.

El objetivo del grupo que lidera Karina Milei y que delega en Pareja, es que el 2025 se fortalezca el partido oficialista. Si además eso se traduce en un triunfo sobre el kirchnerismo, mucho mejor. Pero hacen trascender en privado, a modo de ejemplo del espíritu de la construcción libertaria bonaerense, que prefieren perder por tres puntos en la Provincia con el kirchnerismo, antes que entregarles a otros partidos cinco bancas de diputados provinciales por un acuerdo partidario y sin seguridad en la lealtad.

Respecto de su principal rival, el kirchnerismo, no creen que la interna llegue a una ruptura porque no les queda otra opción que mantenerse juntos. De todas maneras, sobre su principal competidor Axel Kicillof, creen que en octubre tendrá complicaciones para pagar los sueldos. Como contrapartida, aseguran que esa situación también es producto que el gobernador y La Cámpora hicieron una apuesta muy grande de que Milei iba a convertirse en pocos meses en un inmenso fracaso. Como cuando en el 2015 vaticinaron que Macri se iba en helicóptero en tres meses. Y se equivocaron.

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