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INTERNACIONAL

Lo que más me preocupa de una presidencia de Trump

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Casi a diario hay titulares que describen lo que Donald Trump haría en caso de ser elegido:

las deportaciones masivas, los indultos concedidos a sus amigos y compañeros de golf, y el ajuste de cuentas y las venganzas personales en el Departamento de Justicia.

El ex presidente incluso ha prometido violencia si las elecciones no le favorecen, pues ha advertido que podría haber un “baño de sangre”.

Sin embargo, por más preocupantes que sean estas posibilidades, no están ni cerca de ser las mayores amenazas que el ex mandatario representa.

El expresidente Donald Trump espera el inicio de una audiencia previa al juicio con su equipo de defensa en el tribunal penal de Manhattan, el lunes 25 de marzo de 2024, en Nueva York. Una docena de residentes de Manhattan pronto se convertirán en los primeros estadounidenses en juzgar a un expresidente acusado de un delito. La selección del jurado está programada para comenzar el lunes en el juicio del ex presidente Donald Trump por el dinero de su silencio. (AP Photo/Mary Altaffer, Pool)El expresidente Donald Trump espera el inicio de una audiencia previa al juicio con su equipo de defensa en el tribunal penal de Manhattan, el lunes 25 de marzo de 2024, en Nueva York. Una docena de residentes de Manhattan pronto se convertirán en los primeros estadounidenses en juzgar a un expresidente acusado de un delito. La selección del jurado está programada para comenzar el lunes en el juicio del ex presidente Donald Trump por el dinero de su silencio. (AP Photo/Mary Altaffer, Pool)

Lo que más debemos temer es que Trump transforme nuestro gobierno en un Tammany Hall moderno, donde instale un liderazgo cleptocrático que será difícil, si no es que imposible, de deponer.

No descarto la posibilidad de que se desate una violencia promovida desde el Estado y me preocupa profundamente la politización de la función pública.

Sin embargo, en su mayor parte, esas son amenazas y teorías y, aunque se deben tomar en serio, la gente debería prestar más atención a una realidad mucho más probable:

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que Trump pasará gran parte de su tiempo en el cargo enriqueciéndose.

Fracasó de forma espectacular como insurrecto y como perturbador de la función pública y su estilo bufonesco y caótico bien podría llevarlo sin problemas al fracaso de nuevo… pero ha triunfado una y otra vez en el arte del robo.

Si su estafa continúa durante un segundo mandato, no solo contribuirá a mermar la confianza de los estadounidenses en sus instituciones, sino que también afectará nuestra capacidad para liderar el mundo por medio de una serie de crisis cada vez más graves.

Recordemos cómo actuó Trump en su primer mandato.

No solo mantuvo su participación en más de un centenar de empresas, sino que volvió una práctica visitar sus propiedades por todo el país, obligando a los contribuyentes a pagar habitaciones y servicios en los hoteles Trump para el Servicio Secreto y otros miembros del personal que lo acompañaban, dinero que iba directamente a las cuentas bancarias del ex mandatario y a las de sus socios comerciales.

Los interesados en congraciarse con el presidente, desde gobiernos extranjeros hasta posibles contratistas gubernamentales, sabían que debían gastar dinero en sus hoteles y clubes de golf.

Según documentos internos de los hoteles Trump, ejecutivos de T-Mobile gastaron más de 195.000 dólares en el Trump International Hotel Washington D.C. después de anunciar una fusión planeada con Sprint en abril de 2018.

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Dos años después, se aprobó la fusión.

Ejemplos

El gobierno, como el pescado, se pudre a partir de la cabeza.

El ejemplo de Trump liberó a los miembros del gabinete para otorgarles enormes contratos a sus amigos, socios comerciales y aliados políticos, mientras que otros dirigían sus departamentos como feudos personales.

Después del despido del inspector general del Departamento de Estado, salió a la luz que el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, utilizó viajes oficiales para celebrar reuniones clandestinas con donadores conservadores y que su familia hizo un presunto uso indebido de miembros de su personal para tareas como pasear a su perro, recoger a su esposa en el aeropuerto y recoger su comida para llevar.

Y, además de ser acusados de aceptar regalos de forma indebida de quienes buscaban influencia, se afirmó que varios otros miembros del gabinete utilizaron fondos públicos para hacer viajes privados.

Estas quizá parezcan infracciones banales, pero, en conjunto, son un reflejo de quién es Trump y de cómo gobierna.

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A lo largo de su vida, a través de la marca Trump en vinos, barras de chocolate, zapatos deportivos, NFT, corbatas, parafernalia del movimiento MAGA (siglas en inglés de “Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo”), una Biblia de 59,99 dólares (vaya descaro) y, hace menos tiempo, su ardid de acciones meme de Truth Social, el ex mandatario ha demostrado un impulso imparable por enriquecerse a toda costa.

Considera que la política, como los negocios, es un juego de suma cero en el que Trump solo gana si otro pierde.

Estos son los instintos que motivan la corrupción, la cleptocracia y la estafa.

Y, si el pasado sirve de prólogo, estamos ante una secuela mucho más dañina.

Futuro

En un segundo mandato, Trump tendrá más libertad y poder para llevar a cabo estafas.

Ya se ha comprometido a utilizar los indultos para proteger a sus simpatizantes y tal vez incluso a sí mismo de los esfuerzos para frenar la corrupción (lo cual podría explicar la indiferencia con la que su yerno Jared Kushner ha recibido las críticas sobre los conflictos de interés que generaron sus recientes inversiones inmobiliarias en Serbia y Albania, así como las inversiones sauditas, cataríes y emiratíes en su fondo de capital privado).

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Además, él y sus asesores políticos están armando una bancada nutrida de empleados comprometidos y leales que podrían corroer y en potencia destruir los mecanismos de rendición de cuentas en el gobierno, a fin de allanar el camino para que los líderes cleptocráticos se atrincheren en la burocracia, donde muchos podrían permanecer más allá del mandato de Trump.

Y la mera presencia de una falange de lugartenientes incondicionales en la función pública garantizará que otros funcionarios públicos teman enfrentar represalias por oponerse al enriquecimiento propio.

Por supuesto que también me preocupan otras cosas, en particular, la posibilidad de violencia política.

Trump perfectamente podría afirmar que ganó las elecciones sin importar el recuento de votos y pedirles a sus partidarios que se levanten para asegurar su victoria.

Incluso antes de la votación, sus simpatizantes ya están amenazando a funcionarios electorales y judiciales, así como a legisladores estatales, intentando intimidarlos con el fin de que ayuden a Trump o se hagan a un lado y los remplacen trumpistas.

Sin embargo, los obstáculos legales, de las agencias del orden y de seguridad siguen existiendo para ralentizar o detener estas maniobras.

Debemos recordar que esta vez el presidente Joe Biden seguirá siendo el presidente, capaz de controlar el Ejército y la aplicación de la ley a nivel federal, y el Congreso ha modificado la anticuada y vaga Ley de Reforma del Conteo Electoral para dificultar mucho más que los aliados de Trump en el Congreso impugnen una derrota de Trump en el Colegio Electoral o en el Capitolio.

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No existen esas contenciones para frenar la corrupción trumpiana.

La Corte Suprema, corrupta por sí misma, prácticamente ha imposibilitado que se juzgue hasta la corrupción más flagrante de parte de funcionarios gubernamentales.

En una cleptocracia, la corrupción es un rasgo, no un defecto, pues en ella los políticos aplican la ley de forma incongruente, favoreciendo a los amigos y castigando a los enemigos.

Al controlar los activos del gobierno y repartirlos entre amigos y familiares —además de ofrecer posibilidades a simpatizantes potenciales—, y recurrir al enjuiciamiento por motivos políticos, los cleptócratas consolidan su control del gobierno y dejan sin poder a sus oponentes.

Basta con recordar los esfuerzos de Rusia por crear una democracia: el dinero se canalizó con rapidez a los bolsillos de Vladimir Putin y sus oligarcas, lo cual provocó la desesperanza y la conformidad de los ciudadanos rusos cuando se dieron cuenta de que ya no podían cambiar su situación por medios democráticos.

Ahora enfrentamos ese peligro en casa.

Si gana Trump, Estados Unidos tendrá un líder al que solo le interesa su propio poder personal, tanto financiero como punitivo, y que cuenta con el apoyo de un equipo mucho más capaz.

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Cuando se otorguen lucrativos contratos a los fieles a Trump sin considerar los méritos y se persigan y silencien las voces disidentes, el liderazgo de Estados Unidos en la escena mundial se disolverá cuando más se necesita.

Las consecuencias resonarán durante generaciones si no tenemos la capacidad ni la voluntad de atacar problemas como el cambio climático, la migración masiva, una nueva carrera espacial y varias guerras.

No se hará nada significativo, los compinches de Trump seguirán actuando con impunidad y millones de estadounidenses —de por sí preocupados de que a las élites se les juzgue con una vara distinta que a los ciudadanos de a pie— perderán aún más confianza en su gobierno, convencidos de que en Washington cada quien actúa por su cuenta.

Esta combinación de pasividad por un lado e impunidad por el otro podría ser fatal para nuestra democracia.

Este es el verdadero peligro que representa Trump.

c.2024 The New York Times Company



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Arremetió con su camioneta dentro un shopping en Estados Unidos y atropelló gente: cinco heridos

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Un hombre atropelló e hirió a cinco personas al ingresar con su camioneta a un shopping en la ciudad de Killeen, estado de Texas, Estados Unidos, y estrellarse contra el frente de una gran tienda de ropa. El conductor manejaba «erráticamente», según consignaron desde la investigación, y murió tras un tiroteo con la policía.

El atropello ocurrió este sábado, cerca de las 5 de la tarde, hora local, y las autoridades informaron que salió de la autopista y se dirigió al centro comercial Killeen Mall, donde la escena tuvo el desenlace.

Este domingo, casi 24 horas después del hecho, el hombre fue identificado como John Darrel Schultz, de 53 años, de Kempner, Texas y, según las autoridades, venía conduciendo «erráticamente» desde unos 30 kilómetros.

Tras impactar contra la entrada de vidrio del predio comercial, tuvo lugar un tiroteo con la policía local y agentes de seguridad del shopping. En el intercambio de disparos, el hombre murió, mientras que los heridos fueron trasladados a un hospital de la zona.

Las edades de las víctimas oscilan entre los 6 y los 75 años, y hasta ahora se desconocen detalles de su estado de salud.

«Cuatro de las personas heridas fueron trasladadas desde el centro comercial de Killeen a hospitales y la quinta llegó al hospital por su cuenta!, dijo el sargento Bryan Washko del Departamento de Seguridad Pública de Texas en una rueda de prensa que reprodujo la agencia AP.

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Ofelia Miramontez, del Departamento de Policía de Killeen, dijo que el incidente comenzó cuando recibieron llamadas sobre un conductor errático en una camioneta negra en Belton, a unos 30 kilómetros de distancia.

La persecución comenzó alrededor de las 5 de la tarde en la autopista Interestatal 14, dijo Washko. El conductor salió de la autopista y condujo hacia el estacionamiento del centro comercial, se estrelló contra la tienda departamental y siguió manejando, reconstruyó el policía a cargo.

Los agentes locales en el centro comercial —uno de los cuales cuidaba la seguridad del recinto y otros dos que se encontraban fuera de servicio— también intercambiaron disparos con el sospechoso, según la versión oficial.

Inicialmente, se pensó que se trataba de un «tirador activo» en el lugar y luego de un conductor ebrio. Las autoridades desmintieron la primera teoría y aseguraron que la zona ya no estaba bajo amenaza, aunque no dieron detalles sobre si efectivamente Schultz estaba alcoholizado.

La prensa local, por su parte, publicó registros de que el hombre había sido arrestado por conducir en estado de ebriedad en el condado de Williamson el 25 de octubre de 2022 y sentenciado a cuatro días en la cárcel el 30 de mayo de 2023, según los registros judiciales.

Killeen está ubicada al norte de San Antonio y tiene una población cercana a los 160 mil habitantes.

«Fue un desastre», los testimonios de los compradores del shopping impactado con una camioneta

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La cadena de noticias CNN publicó testimonios de personas que estuvieron en el centro comercial cuando Schultz ingresó al centro comercial con su camioneta e hirió a cinco personas.

La policía Killeen, Texas, donde un hombre arremetió con su camioneta contra un shopping. Foto KXXV / APLa policía Killeen, Texas, donde un hombre arremetió con su camioneta contra un shopping. Foto KXXV / AP

Nathan Carrasco dijo que estaba en su auto con sus amigos en el estacionamiento del centro comercial Killeen cuando presenciaron un camión atravesar la puerta de la marca de ropa JC Penney y atropellar a la gente.

“Había gente tirada en el suelo con vidrios por todos lados”, agregó.

Catherine Dedden, por su parte, vio el camión estrellarse contra el centro comercial y fue testigo de cómo un policía atendía a una niña herida: «Le sangraba la cabeza y temblaba«, describió.

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