El Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) aterrizó en la localidad bonaerense de Mercedes en mayo de 2019, por iniciativa del por entonces presidente Mauricio Macri y la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Poco tiempo después, el licenciado en enfermería Martín Avalle asumió como coordinador del organismo.

A pesar de sus inicios cercanos al macrismo, que lo ungió en su flamante cargo, Avalle rápidamente se pasó a las filas del kirchnerismo a finales de ese mismo año, cuando Axel Kicillof ganó la contienda por la gobernación de la provincia. “Gane quien gane, Avalle es siempre oficialista”, aseguraron en los pagos del intendente ultrakirchnerista, Juan Ignacio Ustarroz.

En 2021, la pintoresca figura de Avalle dio uno nuevo giro cuando fue reconocido por el Concejo Deliberante local tras un curioso episodio, en el que realizó maniobras de primeros auxilios a una vecina que se había atragantado con una hamburguesa en un restaurante céntrico.

Su trabajo en el SAME, en donde se codeó con médicos, enfermeros, ambulancieros y bomberos voluntarios, le permitió a Avalle ocupar el cargo de colaborador de la dirección del hospital Blas Dubarry de Mercedes. Poco tiempo después, a mediados del 2023, le ofrecieron incluso la dirección asociada del nosocomio.

Lo que ocurrió después, sin embargo, cambió por completo la imagen de Avalle ante la gente y, especialmente, ante los profesionales de la salud. Allegados y trabajadores del hospital aseguraron que el coordinador del SAME en Mercedes “armó una verdadera pyme familiar en el hospital Blas Dubarry”. Allí trabajan, ahora, su hermana Marcela Avalle, su esposa Lucía Rosito, su hija Martina Avalle y sus sobrinas Agustina y Clara Arancibia.

Además del preocupante nepotismo que inundó al hospital de las manos de Avalle, los trabajadores acusaron al enfermero de llamativas maniobras en torno a las ambulancias del Blas Dubarry. En efecto, de las ambulancias que había entregado Mauricio Macri en 2019 sólo quedaría una en funcionamiento. “Las destrozaron”, aseguraron los trabajadores de la salud locales.

El conflicto difícilmente termine allí. De acuerdo a los enfermeros, en la planilla oficial figuran como activas todas las ambulancias, lo que implica que se puede retirar dinero en concepto de combustible para abastecer a las mismas. Sin embargo, sólo una está en funcionamiento. ¿A dónde va a parar el resto del dinero? La respuesta a ello la aportan los propios trabajadores del nosocomio: “Utilizan el combustible para invertirlo en Mercado Pago y sacar unos pesos extras para ellos”, aseguraron.

Recientemente, una ambulancia se dirigió desde el hospital Blas Dubarry de Mercedes hasta un nosocomio de la ciudad de La Plata. A pesar del corto trayecto, el vehículo se quedó sin nafta en el camino. Los propios ambulancieros tuvieron que poner plata de sus bolsillos para continuar con el viaje. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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