Connect with us

POLITICA

Medio siglo de irritantes privilegios

Published

on



El tránsito de una monarquía a una república es siempre un desafío, pues el poder embriaga y quienes lo ostentan no quieren bajarse de su pedestal. Recordemos el Decreto de supresión de honores que dispuso la Primera Junta de gobierno el 10 de diciembre de 1810, a instancias de Mariano Moreno y en repudio a un brindis dedicado a la esposa de Cornelio Saavedra cuando se llamó a este “primer rey y emperador de América”. En su artículo 4° el decreto decía: “Ni el Presidente ni algún otro individuo de la Junta revestirán carácter público ni tendrán comitivas, escoltas o aparato que los distinga de los demás ciudadanos”.

La Asamblea del año XIII reafirmó esa tradición republicana al disponer “la supresión de los títulos y signos de nobleza y la eliminación de los mayorazgos”, entre otras medidas de índole social, como la libertad de vientres. Finalmente, la Constitución nacional de 1853 establece, en su artículo 16°, un principio que los argentinos tenemos grabado a fuego en nuestra memoria, por haberlo aprendido en la escuela primaria: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento: No hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”. Sin embargo, la propensión a las prerrogativas reaparece de tiempo en tiempo cuando los gobiernos pierden el rumbo y la apropiación de lo público se facilita al ocurrir descalabros económicos e institucionales.

Así fue hace casi medio siglo, el 4 de junio de 1975, cuando el ministro de Economía, Celestino Rodrigo, aplicó un ajuste feroz liberando precios, tarifas y el tipo de cambio, con lo que la inflación trepó al 777 por ciento anual. El recordado Rodrigazo fue a instancias del ministro de Bienestar Social, José López Rega, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón. El 7 y 8 de julio siguientes, la CGT, liderada por Casildo Herreras y Lorenzo Miguel, desbordada por los acontecimientos, declaró una huelga general. López Rega huyó del país el 19 de julio y Celestino Rodrigo renunció dos días más tarde.

Durante esas semanas de caos político y económico, en el Congreso de la Nación se vivía otro clima. Entre gallos y medianoche, la mayoría prefirió pelucas empolvadas a calzarse el gorro frigio, emulando a Raúl Lastiri, yerno de López Rega y presidente de la Cámara de Diputados, destacado por su colección de corbatas lujosas. En un corto período se dictaron dos leyes aún vigentes sin que ningún escrupuloso diputado conservador, ningún representante de la izquierda jacobina o del progresismo nacional y popular hayan propuesto, desde entonces, derogarlas en homenaje a los próceres austeros cuyos retratos lucen en los imponentes recintos legislativos.

A diferencia de los exalumnos de un colegio, de los graduados de una profesión o de quienes tienen intereses artísticos, científicos o deportivos comunes, que constituyen asociaciones mantenidas con su dinero, el Círculo de Legisladores se financia, en su mayor parte, con recursos públicos

El 3 de julio de aquel año, quizás por las dificultades que provocaban las marchas populares, se dictó la ley 20.959 que dispuso lo siguiente: “Los senadores y diputados de la Nación y los secretarios y prosecretarios de ambas Cámaras del Congreso de la Nación, tendrán derecho al uso de una credencial que los habilitará para la libre circulación y el libre estacionamiento de los automotores que utilicen en todo el territorio de la república”.

Casi 50 años más tarde, pueden observarse todavía vehículos mal estacionados en la ciudad de Buenos Aires exhibiendo ese permiso sobre el panel y detrás del parabrisas, para que ninguna autoridad se atreva a exigirles cumplir con las normas que rigen para el resto de los ciudadanos. Como la picardía existe hasta en las mejores familias, esos automóviles “extraterritoriales” suelen resolver urgencias de parientes cuando necesitan hacer trámites donde no está permitido estacionar.

El peor agravio al principio de igualdad republicana ocurrió un mes después, el 13 de agosto, al sancionarse la ley 20.984, que creó el Circulo de Legisladores como organismo del Congreso para “agrupar en una institución que posibilite y estimule la consolidación permanente del vínculo entre los que ejercieron y los que ejerzan la función legislativa, sin discriminaciones partidistas”.

Gracias a esa norma los exlegisladores tienen “libre acceso a las dependencias del Congreso Nacional” y gozan “de las franquicias que les acuerde la reglamentación. Podrán continuar utilizando el título que corresponde al cargo legislativo que ejercieron, con el aditamento de las letras MC, que significan mandato cumplido”. A diferencia de los exalumnos de un colegio, de los graduados de una profesión o de quienes tienen intereses artísticos, científicos o deportivos comunes, que deben constituir asociaciones civiles y mantenerlas de su peculio, el Circulo de Legisladores se financia, en su mayor parte, con recursos públicos. Y así, los centenares de exlegisladores que han bajado al llano pueden superar el síndrome del jubilado, mantener elevada su autoestima y reducir sus gastos personales, accediendo a las magníficas instalaciones del Congreso sin molestar en su casa. Pueden deambular por la biblioteca, el comedor, la peluquería, los salones, los recintos y paraninfos hasta presenciar las sesiones desde los sitios reservados para las autoridades. Amén de otras comodidades a su disposición bajo el amparo de las seis Victorias Aladas que los protegen de los rigores de la calle.

En la página web del organismo se describen las múltiples actividades que despliega esa repartición estatal, incluyendo “estudios, asesoramiento, conferencias, cursos, cursillos, publicaciones y demás medios de divulgación para el afianzamiento e incremento del prestigio de la institución parlamentaria” (artículo 1 inciso b de la ley 20.984).

Lo más irritante de esa norma es el permiso a los exlegisladores para continuar utilizando el título del cargo que ejercieron seguido de las letras MC. Nada más parecido a las imposturas que condenaba el Decreto de Supresión de Honores de 1810 y que motivó la ira de Mariano Moreno.

Es probable que la mayor parte no haya abusado de esa prerrogativa, por considerarla poco ética. Pero algunos habrán exhibido su credencial con el críptico MC para impresionar a agentes de tránsito, inspectores de AFIP, vistas de Aduanas y a personas, comunes y corrientes, que les dan precedencia para no polemizar con jerarcas documentados.

Durante los ocho años siguientes (1976-1983) el Congreso estuvo clausurado por la dictadura militar. Recién con el advenimiento de la democracia esas normas fueron redescubiertas por las nuevas camadas de representantes, las que les dieron vigencia efectiva. En tiempos cuando la política es denostada por dirigentes populistas con tendencias autoritarias, es necesario reafirmarla como única forma de alcanzar consensos duraderos para reconstruir los cimientos de nuestro orden social. Por la misma razón y para honrarla, debe ser depurada de privilegios irritantes como los descriptos, que distorsionan la tradición republicana distintiva de la Argentina desde su origen como nación independiente.

Advertisement

POLITICA

El laberinto del panperonismo

Published

on


A Javier Milei y Luis Caputo no les va bien ni siquiera con los mercados ni con el FMI, que reaccionaron negativamente incluso después de la sanción de una ley Bases hecha a su medida, pero que consigue seguir adelante gracias a la la vocación cortesana de la UCR y las grietas que el panperonismo no consigue cerrar.

Durante la semana que pasó ese panperonismo celebró el encuentro impulsado trabajosamente por Guillermo Moreno, quien consiguió finalmente hacer coincidir en una misma mesa a buena parte de los economistas que representaron a las principales fuerzas del AMBA. De Miguel Ángel Pichetto a Juan Grabois, de La Cámpora a Axel Kicillof y el Frente Renovador, los enviados de espacios cuya reunión parecía inverosímil pudieron acordar algunos puntos básicos para la reconstrucción de la Argentina después de la catástrofe que está provocando conscientemente Milei, con el aval de un empresariado que está concretando fabulosos negocios y un conjunto de fuerzas políticas y mediáticas colaboracionistas que se limita a explotar la debilidad del gobierno para obtener grandes beneficios.   

Los puntos de acuerdo entre quienes participaron de la reunión, sobre la base de la reindustrialización y la necesidad de reconstruir una Argentina productiva poderosa, invitan a preguntarse por qué este entendimiento inicial pudo alcanzarse en la derrota y no durante la presidencia de Alberto Fernández, quien marchó sin rumbo, entre los dislates propios y las zancadillas ajenas. Aunque, de todos modos, resulta un paso inicial positivo aunque, por cierto, precario.

Sin embargo, parece ser que la voluntad de acordar no consigue trascender algunos puntos generales en materia económica, ya que su traducción al terreno político está muy distante. El próximo lunes 1 de julio, el gobernador Kicillof convocó a un acto para conmemorar el 50º aniversario fallecimiento del general Juan Domingo Perón. Era una oportunidad inmejorable e inmediata para avanzar en sentido de la unidad, pero resulta imposible unir por la fuerza a quienes no quieren convivir entre sí. Pichetto no piensa revisar, por ahora, su colaboracionismo militante con el gobierno de Milei, ni tampoco está dispuesto a olvidar las agresiones de La Cámpora que le llevaron a pegar el salto para convertirse, en 2019, en el compañero de fórmula presidencial de Mauricio Macri. La Cámpora sigue insistiendo en sus ataques constantes a Kicillof y al “kicillofismo” light que se organizó motu proprio, por lo que Sergio Massa –quien mantiene su alianza con Máximo y Cristina– encontró la excusa inmejorable para pegar el faltazo: «No queremos ser rehenes de tironeos internos, ni de unos ni de otros», sentenció un comunicado del Frente Renovador. Asimismo sostuvo que resulta inoportuno realizar un acto «para escucharnos entre nosotros», cuando debería haber «un ámbito que ordene nuestra acción frente al daño que produce Milei«.

El problema de fondo radica en que Kicillof fue subido al ring por el gobierno nacional y su figura fue creciendo, a los tumbos, gracias a su decisión de tender redes y cerrar acuerdos básicos para avanzar hacia la «unidad y amplitud» de una alianza transversal para tratar de sacar a flote el Titanic argentino que ya impactó hace rato con el iceberg de Javier Milei. Pero, dentro del panperonismo, son muy pocos los que están dispuestos a sumarse a sus iniciativas, ya que tácitamente significaría reconocer su liderazgo. Estas actitudes resultan muy comprensibles desde la REALPOLITIK, ya que la emergencia de una nueva conducción implicaría simultáneamente firmar su propio certificado de defunción. Algo a lo que no están dispuestos a hacerlo, mucho menos con un referente que, claramente, no tiene un ADN peronista. Por eso apuestan a dilatar el entendimiento político, tal como lo expresa con nitidez el comunicado del Frente Renovador: «Creemos que no es momento de disputas internas sino de ser nítidos frente a la sociedad en el camino alternativo que proponemos».

Así las cosas, el principal beneficiario es el gobierno de Milei, ya que la ausencia de una oposición real sólida, con un programa alternativo y una estructura de conducción clara predispone a muchos gobernadores y legisladores propios a adoptar posiciones instrumentales para las políticas del oficialismo. Las tensiones y grietas internas son más fuertes que el rechazo a la gestión actual, y se seguirán imponiendo mientras las encuestas sigan otorgándole un amplio respaldo social al oficialismo. En esta coyuntura, la unidad del campo popular sólo podría llegar como consecuencia de una catástrofe terminal de la gestión actual, se hará de apuro y dejará muchos heridos y disconformes en el camino.

No se trata de hacer futurología, sino simplemente de aplicar la experiencia histórica. Mientras no se aprenda de ella y se la ponga en valor, sólo el camino de la derrota y de la atomización está asegurado. (www.REALPOLITIK.com.ar)

ETIQUETAS DE ESTA NOTA

Juan Domingo Perón, Luis Caputo, Alberto Fernández, Miguel Ángel Pichetto, Juan Grabois, Axel Kicillof, Alberto Lettieri, Mauricio Macri, Sergio Massa, Guillermo Moreno, Javier Milei

¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS



El, laberinto, del, panperonismo

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad