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POLITICA

¿Qué hacer con Sturzenegger?

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El problema es que la nueva cartera que iba a crear tendría incidencia sobre todas las áreas de su gobierno, generando choques con los ministros en funciones. Sobre todo con Luis “Toto” Caputo, quien cuenta con su primo Santiago, uno de los tres popes de la gestión actual, junto a los hermanos Javier y Karina Milei.

Tal como lo definió alguien que lo conoce muy bien, Sturzenegger es “un jarrón chino”. Llama la atención, nadie sabe dónde ubicarlo, y si se rompe los pedazos saltan para todas partes. El problema es que su paciencia se está agotando, y este fin de semana salió a poner presión un economista muy próximo a él, Fausto Spotorno, quien sin amagues afirmó que la «nueva etapa» necesita a Sturzenegger como ministro, y dio a entender que debería ocupar el lugar del “Toto” Caputo, ya que, concretado el grueso del ajuste, la economía argentina debe entrar en una nueva etapa más sofisticada, que excede las capacidades del actual titular de la cartera.

«Una vez que tengas niveles de inflación global, tenés que pensar en temas más complejos, como ganancia de competitividad y productividad, mayores exportaciones. Pensando en desregulaciones y otras cuestiones a largo plazo, Milei tiene otro economista de fuste que es Federico Sturzenegger«, sostuvo Spotorno, quien además es asesor del presidente.

Pero este cambio no resulta tan sencillo, ya que “Toto” y Santiago Caputo son el eje del gobierno actual, mal que le pese a Sturzenegger, quien desprecia los méritos del ministro de Economía y asegura en privado que los primos son sólo instrumentos descartables de la coyuntura.

Para responder a las críticas sobre su limitada formación, “Toto” Caputo sumó el viernes pasado al macroeconomista chileno José Luis Daza como viceministro de Economía. «Daza está en condiciones de armarle a Caputo el plan que le falta», asegura un economista reconocido del área liberal, quien trabajó. El chileno trabajó con Caputo más de diez años en Wall Street y fue socio de Damián Reidel, uno de los más influyentes sobre Milei, y próximo también a  Sturzenegger. No merece objeciones de nadie, pero es un disparo directo a las pretensiones del “Jarrón chino”.

Un bloguero sintetizó la situación afirmando “‘Toto’ le quiebra el saque a Sturze, empoderado como nunca». Con el apoyo de su primo Santiago, el ministro de Economía cuenta con sólido respaldo de su ejército de trolls, mientras que Sturzenegger sólo puede ensayar alguna respuesta esporádica y poco eficaz.

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¿Hasta cuándo durará su paciencia antes de dar el portazo? ¿Está dispuesto Milei a aceptar su alejamiento? Dudas y más dudas dentro de una gestión en la que el faccionalismo destruye los escasos logros obtenidos, y mantiene intacta la sensación de precariedad constante. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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Qué implica un acuerdo de reciprocidad de aranceles con Estados Unidos y la diferencia con uno de libre comercio

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Si hasta hace días Javier Milei afirmaba que su prioridad externa era la firma de un Acuerdo de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, este sábado, viró su discurso ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y dijo: «Argentina quiere ser el primer país del mundo en sumarse a este acuerdo de reciprocidad que pide la administración Trump en materia comercial». Añadió: “Si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, Argentina ya estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos que sea mutuamente beneficioso”.

Una y otra son cosas distintas. Para empezar a entender el giro del mandatario argentino hay que remitirse a la nueva y disruptiva política comercial, proteccionista, de esta nueva presidencia de Donald Trump, que empezó el 20 de enero.

A mediados de este mes, el republicano anunció que impondrá aranceles recíprocos y prácticas comerciales a los países que comercien con Estados Unidos. Además, en lo que es considerado por sus propios socios como una nueva “guerra comercial”, le impuso el 10% de aranceles a China; el 25% a sus vecinos y socios, Canadá y México, y el 25% a todo el acero y al aluminio que entra a su país, en lo que sí afecta a empresas de Argentina como Techint y Aluar.

Un acuerdo de libre comercio como el que el Mercosur venía negociando con la Unión Europea es un pacto entre dos o más países para eliminar barreras comerciales y promover el intercambio de bienes y servicios, que pueden llegar incluso a tener aranceles cero. El bloque que integran de manera fundante Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay -Venezuela está suspendida y Bolivia estaba en camino de entrar- no le permite a ningún país firmar un TLC si no es con todos los miembros, por lo que Milei ha lanzado algunas amenazas con irse del Mercosur si una negociación con Estados Unidos lo tentara más.

Sin embargo, la misma política proteccionista no lo llega a poner en ese dilema por ahora. A partir de la reciprocidad que impone Trump, el Departamento de Comercio debería empezar a examinar los aranceles que los otros países aplican a Estados Unidos para luego ellos aplicar esos mismos.

Expertos consultados por Clarín afirman que detrás de ese planteo existe una primera duda y es la de cómo Estados Unidos va armar las posiciones arancelarias con cada uno de los más de 190 países del mundo. Sólo por mencionarlo, su Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) abarca unas 3.500 posiciones arancelarias con la eliminación de aranceles.

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Es probable, afirman otras fuentes consultadas, que en el gobierno argentino le hayan dicho a Milei que técnicamente es imposible firmar un TLC clásico con Estados Unidos, contrariamente a lo que dijeron, inesperadamente, en las últimas horas, dirigentes de la American Chamber de Argentina. Y por eso, el mandatario habla ahora en la misma sintonía de Trump, con quien se comparó varias veces este sábado, y comenzó a hablar de reciprocidad en los aranceles con los que Trump busca revertir el déficit comercial de su país.

Entre los otros problemas que se presentan, surge uno central: los mercados de Argentina y Estados Unidos no son complementarios, son competitivos. Sobre una balanza comercial de U$S 16.300 millones en 2024, la Argentina tienen un déficit de U$S 2.200 millones.

Argentina produce básicamente productos primarios. Estados Unidos también. Estados Unidos, además de bienes primarios, produce muchos bienes (industrializados y primarios) que la Argentina no produce. Entonces, un acuerdo con los Estados Unidos es complejo para la Argentina, cuyo fuerte es la agricultura, aunque ahora también crezca el negocio de la minería y la energía. Pero las de Estados Unidos también.

Durante la gestión en Cancillería de Diana Mondino y su ex secretario de Comercio Internacional, Marcelo Cima, se firmó un importante acuerdo para el comercio de minerales críticos, como litio y acero, que pedían la Rosada y Economía. Se desconoce si la cancillería Gerardo Werthein lo continúa. La secretaria de la General, Karina Milei, le había pedido al embajador Luis María Kreckler -en reemplazo temporal de Cima- un plan para llegar a un TLC con EE.UU. a pedido del Presidente. El Gobierno debería explicar ahora cómo se trabajará en un plan basado en la Reciprocidad.

El sistema comercial actual global se basa en el principio de la «nación más favorecida» (MFN), donde los aranceles reducidos para un miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se aplican a todos los demás. Las naciones pueden reducir los aranceles por debajo del nivel de MFN para socios específicos cuando entran en un acuerdo de libre comercio. Es la llamada tarifa aplicada.

No está claro lo que va a hacer el gobierno de Trump con este esquema del que es critico desde el primer gobierno del republicano y hay hasta filosofía económica al respecto como la de su ex jefe de Comercio, Robert Lighthizer. Se estima que su propuesta de reciprocidad es una idea de negociación de Trump. Una más.

Lo que varios analistas consideraron que podría ocurrir y eso sí es positivo para la Argentina es que Estados Unidos empiece a pensar en el hecho de que como muchos -y sobre todo para el trumpismo- proponga avanzar en un acuerdo plurilateral donde estén sus aliados. Y eso sería volver a un GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), que fue previo a la OMC y por el que no existía la cláusula de nación más favorecida.

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¿Qué significa el principio de NMF? Que si un país le da un beneficio comercial a otro, se lo tiene que dar a todos. Estados Unidos no quiere eso. Estados Unidos lo que quiere es reciprocidad. Entonces quiere volver al GATT: le da un beneficio a un país y ese otro país le da el beneficio a EE.UU. En una especie de acuerdo plurilateral. La pregunta es si alguien en la actual administración argentina entiende ello.

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