Eduardo Coudet, muy curtido en esto de la pelota, sabe que el fútbol es un estado de ánimo. Hace una semana el Inter de Porto Alegre cayó ante Vitória, el último del Brasileirao, y por las redes sociales empezaron los reclamos por el despido del Chacho, que ya arrastraba que no había ganado el grupo de la Sudamericana, superado por Belgrano, y pasó en segundo lugar a repechaje. En estos casos no valen los atenuantes, como que el Colorado cedió al arquero Rochet a la selección uruguaya, a Enner Valencia a la de Ecuador y a Rafael Santos Borré a la de Colombia en la Copa América.

Había que reaccionar y lo hizo de la mejor forma, primero con la victoria 1 a 0 de local ante el Corinthians y este sábado con un triunfazo, 1 a 0 de visitante en el clásico ante Gremio, el equipo de Renato Gaúcho. Fue el tercer derby al hilo para el técnico argentino. Tremenda euforia de la torcida, que nuevamente subió al ex DT de Rosario Central y Racing al pedestal…

El gol de la victoria fue de Vitao, zaguero central, que cabeceó tras un rebote y la pelota dio en Gustavo Martins. El arquero argentino Agustín Marchesín no tuvo manera de reaccionar. El gol cambió el curso de un partido que había mostrado poca efectividad en ambos equipos. De todas maneras, Gremio tras la desventaja no expuso una buena capacidad productiva, y apenas llegó a inquietar a Fabricio. En tanto, el Colorado tuvo dos chances en el palo en los últimos minutos.

Fabricio Bustos y Lucas Alario fueron titulares en el Inter. El lateral probó con un remate de larga distancia y el delantero no capitalizo una chance clara en la primera parte. En los últimos minutos ingresó Gabriel Mercado.

Franco Cristaldo también fue titular para Gremio, que acumuló su sexta derrota consecutiva en el Brasileirao, situación que no vivía desde 2004, cuando descendió. Y hay alarma: puede terminar en la última fecha en un torneo en el que cuatro equipos bajarán de categoría y en el que, a diferencia de Argentina, la dirigencia ni se plantea anular descensos en plena competencia o sobre el final de las mismas.

El match se jugó en el estadio Couto de Curitiba, porque en Porto Alegre no están habilitados los estadios por los destrozos que provocó la inundación de un mes y medio atrás.

Luego del match, el Chacho hizo una declaración que expuso la bronca que tenía atragantada: «Ahora tengo 48 horas de paz para volver a la guerra. Pensé que en Argentina el entrenador estaba jodido, pero en Brasil es aún más jodido. Si esta locura no cesa, es imposible. Mañana Renato no trabajará. O Diniz, que dirigió a la selección hace cuatro meses ya no está en forma. Siento ataques constantemente. ¿Por qué no puse este? No quiero pelear, quiero disfrutar», afirmó el entrenador.