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En los últimos años, uno de los problemas que tiene en vilo a gran parte de la humanidad es la contaminación ambiental, la cual puede traer consecuencias severas para el futuro del planeta. En este sentido, se buscaron alternativas a la fabricación de productos para que sean sostenibles y, tanto en Estados Unidos como en África, propusieron la planta de boldo como una solución viable para reemplazar el papel higiénico que, además, tuvo un gran aumento de precio.

Dos cuestiones son las que preocupan en torno al papel higiénico: la contaminación ambiental y la reciente suba de su precio en varias partes del mundo, la cual preocupó en África, al tratarse de un producto de higiene básico que, a pesar de que se fabrique en el continente, se volvió muy costoso.

En este contexto, Martín Odhiambo, botánico del Museo Nacional de Kenia, propuso en su reemplazo el uso del Plectranthus barbatus, más conocida como boldo. ¿Qué características tiene la planta? Es de hojas suaves y con aroma a menta, la cual se cultiva en muchos sectores de aquel continente y también en América Latina, un detalle fundamental, ya que lo hace accesible para muchas comunidades.

Lo curioso de esta planta es que es similar al tamaño del cuadrado del papel higiénico industrial y es compatible con los inodoros modernos, según explicaron los expertos.

Esta no sería la primera vez que se utilizarían las hojas de esta planta para este fin. Otro de los que se refirió a este tema fue Benjamín, residente en Kenia, que utilizó este método durante 25 años, gracias a las enseñanzas de su abuelo. El hombre mantiene un cultivo de boldo y su experiencia es un argumento para llevar adelante esta práctica.

El influencer Robin Greenfield, activista ambiental norteamericano, lleva cinco años promoviendo la utilización de esta planta a través de sus redes sociales. El hombre tiene un vivero en su residencia en Florida, donde plantó más de cien boldos y compartió su experiencia para alentar a otros a que también adopten medidas sostenibles. En uno de sus videos argumentó: “Hay muchas personas que asocian el uso de plantas como papel higiénico con la pobreza, pero hay que recordarles que cuando usan papel higiénico industrial, están usando plantas”.

Asimismo, añadió: “A cualquiera que dude en probar el boldo como papel higiénico, le diría que deje de preocuparse por lo que la gente piense y simplemente se diga a sí mismo: ’voy a ser yo mismo’”.

Todas estas experiencias individuales son argumentos que posicionan a esta planta como un gran competidor del papel higiénico que, cada vez, su precio es menos accesible. Además, el gran argumento de utilizarlo es que es una solución sostenible que podría beneficiar en el cuidado del planeta, reutilizando una planta que históricamente fue reconocida por sus propiedades medicinales y culinarias.

Hasta el momento no se ven avances masivos en la utilización del boldo como papel higiénico, pero muchos ya se animaron a incorporarlo como una solución y ninguno tuvo problemas cuando relataron su experiencia. Tal vez suena un tanto utópico por estos años, pero a medida que se acreciente el problema con el papel higiénico, la planta de boldo emergerá como una gran opción.

LA NACION