Si bien se dudaba sobre su retorno al país para estar presente en la escena montada para el lucimiento de Javier Milei, el ex presidente demostró su decisión de respirarle en la nuca para exigirle una participación activa en el actual gobierno. No es secreto para nadie que el objetivo de Macri es intervenirle el gobierno al libertario, instalando en las principales áreas a elementos que le respondan. Caso contrario, advirtió que apostará a la confrontación, para tratar de recuperar a la mayoría de su electorado, que migró hacia LLA.

Si bien la decisión de Macri era una incógnita, la contundente victoria que obtuvo sobre Patricia Bullrich en la interna del Pro aceleró los tiempos, por lo que la estrategia de palo y zanahoria, es decir, de endulzar y pegarle a Milei para avanzar en sus objetivos, le impuso la necesidad de no abandonar la escena del acto oficial para que la ocupe exclusivamente Patricia Bullrich. Un eventual faltazo de Macri hubiera sido interpretado como una ruptura, que podría haber echado por tierra su objetivo de ocupación del gobierno actual.

En Wimbledon, Macri llegó para asistir a la derrota del joven argentino Francisco Comesaña, quien venía avanzando con inesperado éxito en el torneo. Milei tampoco aportó fortuna a la Selección de Fútbol de Brasil, ya que en su visita a Jair Bolsonaro compartieron su eliminación en la Copa América a manos de Uruguay.

La confirmación de la participación de Macri en Tucumán le permitirá desplazar a Patricia Bullrich de la centralidad del evento, al ser el único ex presidente elegido por voto popular que asistirá. No estarán ni Eduardo Duhalde, ni Cristina Kirchner ni Alberto Fernández. Tampoco María Estela Martínez de Perón. En cambio, dirá presente el puntano Adolfo Rodríguez Saá, designado en su momento por la Asamblea Legislativa.

Resta saber si habrá abrazo entre Macri y Milei, para dejar constancia de la “unidad nacional” del espectro «no socialista» o liberal que plantea el gobierno, con foto incluida. Tampoco le quedaba a Macri otra alternativa razonable más que asistir, ya que todavía la mayoría de sus votantes tradicionales sigue apoyando al libertario, aunque sea como la alternativa más sólida para evitar un eventual retorno del cristinismo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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