POLITICA
Mauricio Macri dijo que «la nominación de Ariel Lijo a la Corte es un error» y que se lo comunicó a Javier Milei
Mauricio Macri concedió este jueves por la noche la primera entrevista desde que Javier Milei asumiera la presidencia, en diciembre de 2023. Allí, entre otras cosas, explicitó su postura sobre la polémica postulación del juez federal Ariel Lijo para integrarse a la Corte Suprema.
El expresidente sostuvo que «la nominación es un error» y que trasladó ese parecer al Presidente de la Nación. «No estoy de acuerdo con la postulación de Ariel Lijo, se lo dije a Milei. Lo más importante es la confianza. Que cuestionen la Corte Suprema no está bueno», destacó en diálogo con TN.
En ese punto, anticipó la postura de su partido en el tratamiento que se le dará al pliego de la candidatura en el Senado. «El PRO va a votar en contra, la mayoría, aunque hay algunos que están pensando de otra manera», sostuvo, con alguna duda de algún voto que no ahondó.
«Lo más importante a reestablecer en la Argentina es la confianza, que es la fuerza que dinamiza a un país al progreso. La macroeconomía estable, sin inflación ni déficit fiscal es una pata. Pero la pata más importante es la Justicia«, argumentó Macri.
Y fue claro en su postura: «Entonces, nominar a alguien que ya ha generado un debate enorme y cuestionamientos enormes a la Corte… No sé, Javier, no lo entiendo. Pero bueno, es una decisión de él».
«Es el debate que no queríamos tener. Tendría que haber puesto a alguien que no genere debate«, insistió el líder del PRO, en contra de Lijo.
Luego, por LN+, Macri reveló qué le contestó el Presidente sobre su cuestionamientos al polémico juez federal: «Milei me dijo que no le importa mi oposición a la candidatura de Lijo, porque piensa que va a llevar un cambio a la Corte Suprema».
De momento, Ariel Lijo recibió más impugnaciones que Manuel García-Mansilla a su nominación para la Corte Suprema. El juez federal cosechó 34 impugnaciones y 13 adhesiones de cara a la audiencia pública, mientras que el académico García-Mansilla, el otro candidato de Javier Milei para el máximo tribunal, registró 22 presentaciones de rechazo, en el proceso de consulta a la ciudadanía habilitado por el Senado previo a las audiencias públicas.
Durante el período de 7 días habilitado para la presentación de cuestionamientos y adhesiones, Lijo obtuvo, además, un total de 13 apoyos y 1 observación, según los datos que se analizaron hasta este martes en la comisión de Acuerdos del Senado.
En esta etapa hubo un nivel más bajo de participación que durante el proceso habilitado por el Ministerio de Justicia, tras conocerse los dos nombres del Gobierno para la Corte. En el informe de la cartera que conduce Mariano Cúneo Libarona se informó que hubo 3.578 adhesiones y 328 impugnaciones para Lijo.
Ahora, el juez de Comodoro Py tendrá que presentarse el próximo 21 de agosto en audiencia pública en el Senado para responder no sólo por los cuestionamientos a su nominación a la Corte sino también a las preguntas que habilitarán los senadores.
El repaso de Mauricio Macri por los funcionarios de Javier Milei
En un tramo de la entrevista en TN, Mauricio Macri fue sometido a un ping pong sobre funcionarios del actual gabinete del gobierno de Javier Milei. Confesó estar «impresionado» por el desempeño de Sandra Pettovello, al frente del «súper» Ministerio de Capital Humano.
Otro funcionario al que le tiró flores fue a Federico Sturzenegger, recientemente nombrado ministro de Desregulación y Transformación del Estado. «Tengo esperanza en Sturzenegger porque es incorruptible. Hace falta desregular rápido. Deberían haberle dado más tareas y la potestad del cierre de las empresas del Estado: Télam, por ejemplo».
Horas después de relanzar en un acto en La Boca la plataforma política del PRO, resultó inevitable la pregunta sobre su relación con Patricia Bullrich, quien desde el riñón del PRO se acercó al seno del mileísmo.
«Patricia Bullrich está haciendo su aporte de experiencia, la cual ganó con nosotros. Pero no nos causó gracia que hable con desdén y que haya sido peyorativa con el PRO. Todos nos matamos para que ella ganara, pero que ella no haya ganado no fue culpa de la dirigencia del PRO», respondió. Luego agregó, para cortar el silencio: «No tengo conflicto con Bullrich».
Otro funcionario sobre el que opinó fue otro hombre que pasó por su administración, entre 2015 y 2019, Luis Caputo, actual ministro de Economía, pero dudó de las virtudes de otro secretario. «Es inteligente, y cómo salió de la bomba que dejó Massa sin la hiperinflación… chapeau. La parte de infraestructura no va bien, porque heredó gente y aparte esté Franco Mogetta en Transporte, por ejemplo, que es alguien a quien no conozco, pero lo que hizo no me gustó«.
Respecto del armado político del PRO que se puso a disposición del gobierno de Milei, en cambio, sostuvo: «Ayudamos a pesar de su entorno: la mesa chica de él. Antes estaba (Nicolás) Posse, pero también Karina, Santiago Caputo. Yo le dije a Milei que empecemos a negociar segundas o terceras líneas, que son preparados y del sector privado. Pero todo fue con la contra de ese entorno«.
Por último, descartó ser candidato en las próximas elecciones legislativas de 2025: «Yo no tengo intención de ser candidato. Les agradezco a los libertarios que están proponiéndolo, pero que yo no puedo aportar más como diputado. Me aburriría en ese rol». Y se aceptó como «un pésimo diputado».
En otro punto coincidió con Milei, en cuestionar el tuit de la vicepresidente Victoria Villarruel contra Francia por los cantos racistas de la Selección de fútbol.
«Me gusta Villarruel, cómo se planta. Hay solidez en el perfil de ella, pero se pasó con su tweet sobre Francia y Enzo Fernández. El tuit fue un paso de más«, dijo Macri.
POLITICA
Friedrich Merz, el conservador que desafía el legado de Merkel en una Alemania en crisis
BERLÍN – Friedrich Merz no es muy adepto a andarse con rodeos. Cuando el jefe de los conservadores alemanes saltó por primera vez en paracaídas, fue en Córcega, con la Legión Extranjera. Un salto en tándem a 4000 metros, con un minuto de caída libre sobre la bahía de Calvi. El ejercicio marcaba el comienzo de un week-end de senderismo en montaña con la Legión en el que también participaba su amigo Tom Enders, el expresidente de Airbus.
“Friedrich no conocía para nada la Legión. Para convencerlo, le vendí el descubrimiento del ideal republicano francés”, relata Jean-Philippe Lambert, un exlegionario, abogado de negocios en Mayer Brown.
Veinte años más tarde es un salto de otra magnitud que espera a Friedrich Merz. El de instalarse en el sillón de canciller de Alemania, la primera economía de la Unión Europea (UE) y, por el momento, el “hombre enfermo” del bloque. Esa esperada victoria corona un camino absolutamente inhabitual. Pero no solo porque el dirigente de 69 años nunca ejerció funciones ejecutivas. No fue ministro, ni alcalde o presidente de land.
Merz es la historia de una doble revancha. La de un alumno del fondo de la clase y la del eterno rival de Angela Merkel. Mientras el canciller saliente, el socialdemócrata Olaf Scholz era excelente en la escuela, Friedrich Merz tuvo una escolaridad difícil. El chico era conocido por su falta de respeto hacia los profesores, sus malas notas y sus bromas pesadas.
Madame Bouillon, la profesora de francés, comentó la amarga experiencia. Llena de energía, abrió un día la puerta de la clase sin saber que alguien había aflojado las bisagras. Llevada por el peso de la puerta, la pobre mujer hizo una entrada magistral, aterrizando de panza sobre la hoja de madera como si fuera una plancha de surf, mientras la clase estallaba de risa. En la escuela “la historia todavía es una leyenda”, cuentan los periodistas Jutta Falke-Ischinger y Daniel Goffart en Friedrich Merz: die biographie.
Adepto de los partidos de cartas en horas de clase, Merz repitió y cambió de escuela. Harto, su padre Joachim había decidido, incluso, que fuera albañil. Solo continuó los estudios gracias a su madre, que quería darle una última oportunidad. La aprovechó y cambió de trayectoria.
Experiencia de “big business”
Pero Merz es también una de las resurrecciones más espectaculares de la vida política alemana. Elegido en 1989 en el Parlamento Europeo y después en el Bundestag, el joven conoció una rápida ascensión antes de ser marginado por Merkel, que le sacó su puesto en 2002, reemplazándolo como jefe de los diputados demócratacristianos (CDU). Decepcionado, abandonó progresivamente la vida política para consagrarse al sector privado y ganar dinero.
Durante ese período formó parte del consejo de administración de numerosas empresas como el Commerzbank, el HSBC Deutschland, Stadler Rail o Axa, acumulando una experiencia de “big business” poco común en la clase política alemana. En 2016, cuando se convirtió en presidente del consejo de BlackRock Alemania, Merz era considerado como un “has been” de la política. Tanto que, cuando volvió dos años después, tras el anuncio de la partida de Merkel, tuvo que precisar la ortografía de su nombre en la primera conferencia de prensa.
Friedrich Merz es un “anti-Merkel” tanto en el estilo como en las ideas. La excanciller sabía controlar sus cóleras y tragar sus humillaciones. Este gigante enjuto de 1,98 metros de altura puede ser impulsivo e incluso hiriente.
“Necesito tener un contacto emocional con la gente con la cual trabajo”, explicó a uno de sus biógrafos. Merkel gobernó en el centro. El autor de “Osar el capitalismo” es multimillonario y volvió a posicionar a su partido en la derecha, reafirmando la idea de una “cultura de referencia” alemana.
Temible orador, no dudó en calificar a Olaf Scholz de “plomero del poder” en el Bundestag. Pero a veces puede derrapar. Merz ofendió a muchos alemanes acusando a los refugiados ucranianos de practicar un “turismo social” o describiendo a los hijos de inmigrantes como de “pequeños pachás”.
A fines de enero pasado, reaccionando al ataque de un afgano que provocó dos muertos, sorprendió al país votando junto a la extrema derecha una moción en favor del endurecimiento de la política migratoria. Una ruptura del tabú del llamado “cordón sanitario”, que puso a centenares de miles de personas en la calle a protestar.
¿Qué quiere decir “ser de Sauerland”?
Merz es también la cara de cierta Alemania. La de las pequeñas ciudades, con casitas elegantes y tradiciones centenarias. El líder de los conservadores alemanes (CDU/CSU) es casado, tiene tres hijos y viene de Sauerland, una región de pequeñas montañas arboladas, situada entre Kassel, Colonia y Dortmund, en Renania del Norte-Westfalia.
“Aquí nadie espera que los otros nos ayuden. Uno se arremanga y hace. Los sauerlandeses son pragmáticos. Tenemos los pies en la tierra y sabemos que todo lo que es distribuido a través de las prestaciones sociales tiene que haber sido obligatoriamente ganado por alguien”, señala Matthias Kerkhoff, diputado CDU de la región.
Merz pasó su juventud en Brilon, una pequeña ciudad de 26.000 habitantes, a donde vuelve cada 15 días a visitar a sus padres. La historia familiar se confunde con la del país. Llamado bajo bandera a los 17 años, su padre Joachim -que hoy tiene 101- hizo la guerra y pasó cuatro años y medio en un campo soviético, antes de volver. Friedrich desciende de una familia de protestantes franceses por su madre, los Sauvigny. Su abuelo materno, Josef Paul Sauvigny, fue durante mucho tiempo alcalde de Brilon y miembro del partido católico, antes de incorporarse al nazismo en 1933.
Merz nunca dejó realmente la región y hoy es diputado de la circunscripción. A fines de enero fue ahí donde decidió acoger a Markus Soder, el líder de la CSU, el partido hermano de Baviera. En la gran sala de fiestas, ese día pronunció un discurso que gustó:
“No hay prosperidad sin esfuerzos. No hay futuro para Alemania con la prejubilación, la semana de cuatro días laborales y un equilibrio entre vida profesional y privada. Eso lo hacen quienes pueden permitírselo”, dijo.
Los grandes desafíos que enfrenta Merz
Para Merz, la economía será el gran desafío. Pero no será el único. Primero tendrá que conseguir una coalición para poder ser nombrado canciller por el Parlamento. Después reconstruir el “business model” de Alemania. Fragilizado por el fin del gas ruso barato y la competencia de China, el país atraviesa una crisis estructural, acercándose a los tres millones de desempleados y podría vivir en 2025 su tercer año de recesión.
El tercer desafío será geoestratégico. Merz deberá dotar al país de capacidades de defensa creíbles, en momentos en que Estados Unidos anuncia el retiro de sus tropas de Europa.
Creado tras el inicio de la guerra de Ucrania, el fondo especial de 100.000 millones de euros de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) se está agotando. En 2028 habrá que cubrir un agujero de entre 30.000 y 40.000 millones de euros para invertir el equivalente del 2% del PBI en defensa.
Por otra parte, Merz tendrá que ser capaz de relanzar la pareja franco-alemana, verdadero motor de la construcción europea, sobre todo en las actuales circunstancias, cuando el bloque necesita decidir su destino inmediato sin el paraguas protector de Washington. Atlantista y europeo convencido, Merz se inscribe en la tradición de Helmut Khol y tiene intenciones de devolver a su país el puesto de privilegio que siempre tuvo en Bruselas.
El cuarto desafío es político. Como estaba previsto, la extrema derecha acaba de duplicar su cifra de votos en estas legislativas. Obsesionado con la próxima cita electoral de 2029, Merz sabe que solo tiene cuatro años para evitar que los neonazis lleguen al poder.
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