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POLITICA

Polémica por indemnizaciones millonarias a gerentes de la TV Pública

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La empresa estatal Radio y Televisión Argentina (RTA), manejada por el interventor de los medios públicos, Eduardo González, acordó indemnizaciones millonarias para los directivos que aceptaron retiros voluntarios, pese a que sus designaciones fueron realizadas por motivos políticos durante las gestiones kirchneristas o ya estaban muy cerca de su jubilación.

Las autoridades dijeron que ya se anotaron 450 empleados en el Plan de Retiro Voluntario, para achicar la planta de RTA, donde incluyeron a «un gerente y dos subgerentes» de la TV Pública. Pero se negaron a dar los nombres, por razones de confidencialidad.

Sin embargo, Clarín pudo acceder a información que certifica que acordaron pagarle $81.514.726 millones al subgerente artístico de la TV Pública, Oscar Gómez Alé, en el marco del Plan de Retiro Voluntario 1 de RTA. El directivo de 57 años ingresó en 2009 y su salario era de $4.528.596.

Además, acordaron pagarle $39.413.361 a la subgerente de Legales, María Eugenia Martínez, como jubilación anticipada, dentro del Plan de Retiro Voluntario 2 de RTA, que es un esquema especial para el «personal que se encuentre próximo a cumplir la edad jubilatoria».

De ese total, a Martínez ya le pagaron $19.729.146 en efectivo y acordaron abonarle nueve cuotas mensuales de $2.685.528, los primeros cinco días de cada mes, a partir de septiembre, además de la cuota de la medicina prepaga. La funcionaria ingresó en 2005 a la TV Pública, su mejor salario fue de $3.550.754 y tiene 64 años.

Otro caso que llamó la atención en la TV Pública fue el de la subgerente de Producción, Nora Chirom, a quien acordaron pagarle $47,1 millones pese a que la semana que viene cumple 64 años.

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La funcionaria Chirom trabaja desde 1994 en la TV Pública. Su salario era de $3.017.347. Por su retiro voluntario ya le pagaron $17.500.615 en efectivo y acordaron abonarle 14 cuotas mensuales de $2.112.143, más la cuota de la medicina prepaga.

Otra funcionaria que se anotó para el Plan de Retiro Voluntario es la gerenta de Administración y Finanzas de RTA, Marisa Rosano, pero todavía no arregló la cifra de su desvinculación.

Su necesidad de irse de la TV Pública es tan alto que incluso Rosano se ofreció a pagar los gastos de la escritura para apurar el trámite, ya que debe ingresar a su nuevo trabajo el próximo lunes 2 de septiembre.

Otros funcionarios que también se habrían anotado para el Plan de Retiro Voluntario, serían Pablo Giles, gerente de Medios Digitales, y Analía Senega, subgerente Administrativa. Pero aun no habrían acordado los términos de su desvinculación con las autoridades de RTA, según fuentes consultadas por Clarín.

«Cuando llega una gestión designa a los gerentes, pero después muchos no quieren renunciar y negocian indemnizaciones millonarias, como las que ahora firmaron con la gestión libertaria muchos que llegaron con el kirchnerismo», dijo un empleado de la TV Pública que pidió mantener su anonimato.

Y agregó: «Lo más insólito es que algunas funcionarias que estaban de antes y se tenían que jubilar, porque ya tenían 64 años, arreglaron irse con sumas millonarias. Más casta que estos directivos no se consigue», se quejó un empleado que conoce de cerca estos casos.

Los juicios millonarios de los periodistas K

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Los empleados que trabajan en la empresa RTA recordaron a Clarín las indemnizaciones millonarias que consiguieron algunos periodistas K en los últimos años, que también provocaron fuertes cimbronazos.

Uno de esos casos fue el del Carlos Barragán, exconductor de 678, quien le ganó un juicio a RTA por su trabajo como conductor de un programa en Radio Nacional. El monto del fallo, que se dictó en abril de 2023 fue de $ 15.099.994.

La empresa estatal tendrá que agregarle los intereses, más las costas de abogados y peritos, así que debería pagar más de $ 50 millones este año por el juicio que perdió con Barragán, por un programa que condujo en Radio Nacional, entre 2011 y 2015.

El de Barragán es similar a los que ganaron otros periodistas como Jorge Halperín, Roberto Caballero, Pedro Brieger y Orlando Barone, que también habían sido contratados durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner por sus afinidades políticas, pero que se dieron por despedidos cuando cambió la programación y no tuvieron espacio durante la gestión macrista.

En uno de esos juicios, Jorge Halperín cobró $ 27,9 millones en el mes de febrero del año pasado, más otros $ 9 millones en abril de 2022, que a valores actuales superan entre ambos los $ 100 millones. Y el periodista K reclama que le paguen otros $ 5 millones de «sumas adeudadas», más los intereses.

Halperín trabajó ocho años en Radio Nacional, hasta fines de 2015. Y en enero de 2022 retornó a la emisora estatal, como resultado de su juicio por el que también logró ser reincorporado.

Además, Orlando Barone cobró $ 15 millones de indemnización de la TV Pública, en 2022 (la cifra actualizada supera los $60 millones).

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Está previsto que Roberto Caballero cobre este año más de $ 40 millones de indemnización de un juicio que le ganó a Radio Nacional.

De todos estos juicios, la mayor condena judicial fue la que logró el periodista acosador Pedro Brieger, que le ganó un juicio a RTA por el que la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ordenó pagarle $ 224 millones, por considerarse despedido de los programas en los que participó durante poco más de 10 años en la TV Pública y Radio Nacional, hasta abril de 2016.

El del periodista acosador Brieger es el único juicio que los medios públicos apelaron ante la Corte Suprema durante la gestión de Rosario Lufrano, en octubre del año pasado, por considerar «exorbitante» el monto de la indemnización.

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POLITICA

El Gobierno eliminó una exigencia para habilitar centros y servicios de salud mental y adicciones

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El Gobierno modificó el procedimiento para habilitar y fiscalizar instituciones, centros y servicios de salud mental publicado en diciembre del año pasado, pocos días antes de que finalizara la gestión de Alberto Fernández. A través de una resolución de las autoridades sanitarias, se eliminó una consulta vinculante con una comisión especial –que pasará a tener un rol consultivo– para agilizar esos trámites, de acuerdo con el texto publicado hoy en el Boletín Oficial.

La resolución precedente (4107/23) provocaba demoras o imposibilidad de habilitaciones, ya que establecía que para la habilitación y fiscalización de los establecimientos debía realizarse una consulta vinculante con la Secretaría de Derechos Humanos”, señalaron desde el Ministerio de Salud. “Esta situación –continuaron– no se correspondía con lo establecido por la norma superior vigente, la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. Por lo tanto, la modificación obedece no solo a ubicar la resolución acorde al artículo 34 [de la ley de salud mental], sino a efectivizar el procedimiento de forma eficiente y expeditiva”.

Por ese artículo de la legislación sancionada por el Congreso en 2010, la cartera sanitaria, como autoridad de aplicación, es responsable de fijar “en consulta con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y con la colaboración de las jurisdicciones” los requisitos de habilitación y fiscalización de los servicios de atención de salud mental en el sector público, privado y las obras sociales.

Para el Gobierno, la Resolución 6155/2024 también adapta ahora esas tareas a la simplificación de procesos en el Estado prevista en la Ley Bases. “Adecua el procedimiento de habilitaciones de estos dispositivos [por los lugares de atención especializada] a fin de garantizar un procedimiento administrativo ágil, dinámico y diligente”, plantean en Salud. Y consideran, a la vez, que “fortalece la red de servicios” al crear “los dispositivos comunitarios necesarios”. La definición de esos servicios incluye la atención de las adicciones y a los equipos interdisciplinarios “para la continuidad de cuidados y la externación sustentable”.

Este conjunto de “normas mínimas” para la habilitación y el control de los establecimientos y los servicios de salud mental y consumos rige para los lugares de atención ambulatoria (consultorios o gabinetes, centros, hospitales de día con/sin internación o comunitarios, emprendimientos de inclusión sociolaboral y servicios de atención domiciliaria), dispositivos residenciales (con apoyo bajo, moderado o alto y estancia transitoria o prolongada) y lugares con internación (servicios de salud mental en hospitales, clínicas o sanatorios).

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Dictamen consultivo

De acuerdo con la resolución de diciembre del año pasado firmada por la exministra Carla Vizzotti, el trámite de habilitación empezaba –como en la nueva resolución– con la solicitud de habilitación del administrador de la institución, centro o servicio vía la plataforma online de trámites a distancia oficial.

Pero si bien la autorización para funcionar también la tramitaba la Dirección Nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad de Fronteras, dentro del Ministerio de Salud, la evaluación inicial de las solicitudes debía ser “en conjunto” con la Comisión Permanente de Trabajo y Asistencia Técnica para la Implementación de los Estándares de los Servicios de Salud Públicos y Privados. Ahora, de acuerdo con los fundamentos publicados en el Boletín Oficial, esa intervención deja de ser vinculante y pasa a ser consultiva cuando así sea requerida.

Esa comisión permanente de trabajo se formó por una resolución de 2022 con tres representantes designados por Salud y otros tres por la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Quedaban exceptuados de su intervención solo los consultorios de salud mental, en cuya habilitación participaba únicamente la Dirección Nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad de Fronteras.

El procedimiento para habilitar y fiscalizar instituciones, centros y servicios de salud mental había sido establecido pocos días antes de que finalizara la gestión de Alberto Fernández por la entonces ministra Carla Vizzotti

Con la modificación publicada hoy, sus miembros intervendrán “en caso de que existan incongruencias con los estándares fijados” en un anexo de la resolución y a requerimiento de la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Salud Mental y Consumos Problemáticos para “asistencia técnica, colaboración e intervención”.

En esos casos, una vez finalizada la inspección del lugar a habilitar, la comisión tendrá que emitir opinión “sobre el cumplimiento de los estándares normados” en 30 días hábiles para la administración pública a contar desde la llegada del expediente. Cumplido ese plazo sin esa opinión, regirá el silencio de la administración como en el resto de los procedimientos administrativos del Estado nacional.

Lo mismo se aplica para la fiscalización de los establecimientos y servicios de salud mental y consumos problemáticos, como lo define la nueva resolución, que reemplaza a la 4107 de diciembre del año pasado.

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Antes, ese dictamen pasaba a la Dirección Nacional de Abordaje Integral de la Salud Mental y Consumos Problemáticos para remitir el expediente de nuevo a la Dirección Nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad de Fronteras para continuar el trámite de habilitación.

Esta nueva normativa promueve una respuesta adecuada por parte del Estado a la demanda de atención en materia de salud mental, lo que hace necesario avanzar en la habilitación de dispositivos y servicios acordes al modelo de abordaje basado en la comunidad, con el objetivo de alcanzar la inclusión socio-comunitaria de las personas y garantizar una atención de calidad, integral, interdisciplinaria, intersectorial y con enfoque de derechos”, argumentan en el ministerio a cargo de Mario Lugones.

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