Con 50.000 hectáreas perdidas bajo el fuego en lo que va de 2024 (área que supera el tamaño de dos ciudades de Buenos Aires completas), la provincia de Córdoba protagoniza seguido las noticias de incendios en el país. Como buen fenómeno complejo y de difícil solución, la respuesta a por qué las llamas azotan esa provincia más que a otras, no es una sola.
Acá, cuatro variables que alientan las llamas en las sierras cordobesas, cuya comprensión permitirá desmalezar los preconceptos y la información falsa que circula erráticamente.
Las voces desde esa provincia con ganas de opinar sobre las causas del fuego sobran, pero no es fácil hallar interlocutores con el saber suficiente y una mirada crítica (no guiada por motivaciones personales) sobre el tema. Tema en el que por supuesto hay una grieta. Una grieta politizada.
Sin embargo, existe una institución respetada a ambos lados de esas veredas, no solo por su histórica posición casi “apolítica” sino por sus propuestas “intermedias” y conciliadoras, entre tanto antagonismo. Es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El INTA es más que un ente autárquico con buena llegada a los gobiernos de turno, que históricamente representó a pequeños y grandes productores. En realidad, su consejo directivo está compuesto por el Gobierno, productores y universidades, entre otros actores. Por los intereses que promueve, en el INTA se entendió hace muchísimo que no estar a la altura del cuidado del medio ambiente y las decisivas consideraciones que exige el cambio climático, los pondría en contra de sus propios intereses.
Clarín habló con un especialista de esa institución. Es cordobés, investigador autodefinido como “extencionista”, no solo porque investiga para la Agencia de Extensión Rural del INTA-Cruz del Eje sino porque, además de encerrarse en una oficina a procesar datos satelitales, camina el terreno. “Yo trabajo en prevención de incendios y en lo que se llama ‘ordenamiento territorial’”, definió. Su nombre es Nicolás Mari.
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Mari habló de las cuatro variables que explican por qué hay tantos incendios en Córdoba. Todas parecen tener alguna participación en la crisis ambiental de estos días. No todas con la misma magnitud.
1. Los incendios en Córdoba y la traza urbana
“Hay información que es empírica; que relaciona la frecuencia histórica de fuegos con el cambio deuso de suelo”, afirmó Mari. Es una frase fuerte. Por cambio de uso de suelo se alude al “para qué” de cierta área, sea para cultivo, ganado, urbanización o conservación de bosques, entre otros. En Argentina, las provincias y la Nación tienen definido en qué zonas está permitido cambiar ese “para qué”, y en qué zonas no.
Buena parte del debate sobre el fuego en Córdoba gira en torno a un debate histórico y agrietado. Si bien en la provincia hay zonas protegidas donde –por ley– el uso del suelo no se puede modificar, hay quienes argumentan que “en realidad, no se podía cambiar para preservar el bosque, pero ahora que todo se prendió fuego…”
Con los datos en la mano, Mari explicó que, Córdoba es una zona “con alta frecuencia de incendios, en forma repetida y anual, de modo que, en mayor o menor medida, mantiene una superficie quemada bastante estable”. Sin embargo, cada más o menos cuatro años se da lo que Mari llamó “megaeventos”. Es lo que ocurre este año.
“Esto está corroborado por imágenes de satélites que nos permiten ver ciclos de más de 30 años. En base a esos datos de cartografías históricas de las áreas quemadas en las sierras de Córdoba, podemos identificar patrones de ocurrencia de incendio. Y es claro: hay zonas que se queman mucho más que otras”, aclaró.
La pregunta “por qué Córdoba” se vuelve más específica: «por qué ciertas áreas de Córdoba», que según Mari, además, “corresponden a las de mayor urbanización”. En resumen, “una vez que hubo fuego, luego viene la expansión de loteos o el trazado de rutas o la instalación de estaciones de servicios. Esto es empírico y no una forma de decir”.
Los detenidos por los incendios en Córdoba
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Un paréntesis. Clarín dialogó con Juan Pablo Quinteros, ministro de Seguridad de Córdoba, quien recordó que en lo que va del último mes hubo once detenciones por los eventos de fuego, que en líneas generales son siempre –en un 99%– “producto de la acción humana, ya sea de manera accidental como incidental”.
Si bien explicó que “a veces se instala una cuestión política, como si fueran –en ese sentido– acciones intencionadas”, subrayó que no cuentan con “ningún elemento para relacionar a los detenidos entre sí”.
Quinteros contó que de los once, tres fueron condenados a tres años de prisión condicional por el incendio en el cerro Champaquí de julio pasado, en un contexto climático muy particular: esos días de frío polar que promovió la proliferación del fuego.
Luego, “otros tres detenidos están procesados judicialmente y el resto fueron liberados, ya que se probó que fueron acciones culposas y no dolosas”, contó el ministro, y sumó: “El último de los detenidos fue agarrado (el miércoles) cuando los vecinos lo encontraron con un encendedor intentando iniciar un incendio. El hombre habría dicho que lo mandaron, pero todo eso es motivo de investigación por parte de la Justicia”.
2. Incendios y avance agropecuario
“Hay dos leyes de ordenamiento territorial de bosque nativo que gestionan el cambio de uso de suelo de la provincia”, repasó Mari, y contó que se basan en un mapeo de tres categorías, según la fragilidad de conservación de los bosques nativos.
Son las zonas “roja” (o clase 1), donde no se puede cambiar el uso del suelo para nada, y dos donde las reglas son (con sus pautas) más “blandas”: la “amarilla” (o clase 2) y la “verde” (clase 3).
“Si vos querés cultivar, tener ganado o hacer tu casa en una zona roja y decís ‘ya no está más el bosque’, no está permitido hacerlo. El bosque no está, pero potencialmente, está; es donde debería estar, dadas las características climatológicas, topográficas y del suelo”, detalló Mari.
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El tema es que solo queda el 2% de bosque nativo de la provincia, cuestión que “obedece a que muchas zonas que históricamente tenían bosque, fueron transformadas”.
Estamos frente a la segunda de las cuatro variables de este informe, quizás un subcapítulo de la primera: la transformación en el uso del suelo, pero particularmente para la actividad agropecuaria, algo que está plasmado en la famosa «limpieza de campos«.
Todo proviene de un reclamo explícito de las sociedades rurales de Córdoba (“y en particular, de la de la zona de Jesús María”, precisó Mari) por un nuevo ordenamiento del bosque nativo.
“Siempre fue una práctica de uso frecuente la limpieza de campos, para bajar el combustible y buscar el rebrote para que las vacas puedan rápidamente obtener el recurso forrajero. Es una práctica muy usada en otras provincias, si bien cada una tiene su legislación de quema”, explicó el investigador.
Sin embargo, “en los últimos años, en particular desde 2020 (pico histórico de incendios de la provincia, cuando se quemaron 350.000 hectáreas), en Córdoba se prohibió el uso de fuego, ni siquiera con permiso. Se instaló la política del ‘fuego cero’, lo que generó que los ecosistemas se sobrecargaran de material combustible (pastizales, hojas y árboles secos, entre otros), ya que los incendios son rápidamente frenados por las fuerzas bomberiles”.
3. El combo calor, sequedad y fuego
¿Cómo se responde a esa sobrecarga? Según el investigador, muchos creen que como los incendios proliferan en las zonas protegidas (mayormente, al noroeste de la provincia), hay una clara necesidad por reducir el material combustible de más.
Si a esto uno le cruza la tercera variable, que son el tremendo calor y sequedad característicos de la zona, según vino instalando con fuerza el cambio climático, la caja de fósforos llena de material combustible se puede volver, en segundos, una verdadera olla a presión.
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Alguien, claro, debe arrimar un fósforo. En condiciones normales será la naturaleza. “Un rayo, por ejemplo, que regulará el material combustible disponible sería lo ideal”, dijo el investigador. Incluso incendios controlados y permitidos para la actividad agropecuaria y ganadera, sumó.
Sin embargo, incendios como los de estos días o los de 2020, parecen más relacionados al interés por expandir al máximo las actividades productivas del campo.
4. Bomberos frente a los incendios de Córdoba
Una vez que se prende fuego con alguna intención, el desmadre puede ocurrir en segundos, sea por tener “viento en popa” como porque “los fuegos se inicien en pastizales que se terminan propagando a los bosques”.
“En todo el centro de la provincia y hacia la periferia del arco noroeste, todos departamentos que no tienen condiciones para la agricultura pero sí para la ganadería, son zonas de cambio de uso de suelo, donde el fuego se viene expandiendo”, repasó, sin contar “el empuje del avance de la zona agropecuaria enfocada en la soja”.
Pero la cuarta variable que, según muchos vecinos (contó Mari recuperando los relatos que son vox populi en estos días) compete a un problema interno con los cuerpos de bomberos: “Hay dos grandes federaciones, la de Bomberos de Córdoba y la Agrupación Serrana. Trabajan conjuntamente, pero separados. El tema es que desde los incendios de 2020, el Ejecutivo sumó una tercera fuerza: el Equipo Técnico de Catástrofes (ETAC), que dependen de la Policía (o sea, del Ministerio de Seguridad). Los trajeron para resolver huecos frente a los que los bomberos no dan abasto”.
“Al principio hubo resistencias, pero ahora trabajan todos en forma conjunta y este grupo tiene una eficacia importante. De hecho, desde 2020, bajó la cantidad de incendios”, contó.
¿Cuál es el problema? “Es algo que está ocurriendo en este gran incendio, que tiene las características del mega incendio que se da cada cuatro o cinco años en la zona, y es que empezamos a recibir denuncias de una práctica particular que haría el ETAC”, contó.
Las denuncias de vecinos recogidas por medios locales muestran registros de estos efectivos prendiendo fuego en zonas aledañas a los incendios, como si fuera una quema prescripta, algo común para dejar sin combustible al fuego y que se extinga, “pero no usando las técnicas específicas para evitar un desmadre, que implican mirar distintas variables; definir el viento, la humedad y otras condiciones ambientales”.
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Si la falta de precauciones es cierta, ¿responden a impericia o a la orden de alguien en particular? El ministro de Seguridad negó estas hipótesis: “Veo que el ETAC fue creado con polémicas, trabaja en medio de polémicas y seguirán las polémicas. La gente los identifica como si fueran parte del Gobierno o mandados políticamente porque no son bomberos voluntarios. Sin embargo, es personal profesional e indispensable”.
“Es cierto que muchos contrafuegos mal hechos empeoran los incendios, pero es personal capacitado, sin contar que son tipos que se juegan la vida”, apuntó Quinteros.
Incendios: qué va a pasar en Córdoba este verano
¿Por qué los incendios se producen en ciertos lugares puntuales de Córdoba? Mari resumió todo hablando de pujas de poder.
Entre los que creen que habría que desmontar para evitar los incendios (y, quizás, de paso aprovecharían para desplegar otras actividades en el suelo en cuestión…) y los conservacionistas acérrimos, el INTA desarrolló un plan intermedio, que contempla las necesidades sobre la mesa.
Las siglas de ese plan son MBGI, por Manejo de Bosques con Ganadería Integrada.
“Es un plan que plantea una cantidad de parámetros sobre cómo intervenir el bosque y hacer el manejo ganadero sin perjudicar el lugar: dejar que los árboles crezcan hasta cierto tamaño y que convivan con cierta cantidad de cabezas, en un contexto de desmonte selectivo, por ejemplo”, apuntó.
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El plan tiene unos diez años en el país, pero Córdoba adhirió hace dos. Por ahora no está realmente aplicándose, pudo averiguar este medio. Ojalá ocurra porque las noticias para este verano no son tan buenas, contó Mari.
“Se viene el pronóstico del fenómeno La Niña”, dijo Mari, y por las dudas recordó: “Es mucha sequía y alta temperatura. El peor pronóstico”.
Un hombre y sus dos hijos de 11 y 9 años pasaron un tenso momento cuando los dos menores fueron arrastrados por la corriente del río Suquía, en Córdoba, cuando se metieron al cauce de agua para refrescarse en medio de una tarde de altísimas temperaturas.
El mal momento ocurrió en el barrio Alberdi de la capital cordobesa, durante las primeras horas de la tarde de este viernes. La dramática escena quedó filmada.
Según fuentes policiales, la familia se encontraba refrescándose en el agua para calmar los 33 grados que registraba el termómetro, cuando una repentina correntada los sorprendió.
La madre logró mantenerse en la orilla, pero el padre y los niños fueron arrastrados por la fuerza del agua.
Vecinos que pasaban por la zona advirtieron la situación y se arrojaron al río para auxiliarlos, según reconstruyó El Doce TV.
La corriente arrastró a los niños hasta las cercanías del puente Avellaneda. Ayudados por una soga, pudieron ser rescatados en la intersección de la Costanera y el puente Santa Fe.
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En el lugar intervinieron efectivos de la Policía de Córdoba y personal de un servicio de emergencias. Tras una evaluación médica, se confirmó que los tres estaban fuera de peligro, aunque uno de los menores presentaba escoriaciones leves.
Luego de la jornada intensa calor de este viernes, el pronóstico cambió de manera abrupta en Córdoba. Para este sábado 21 de diciembre, el Servicio Meteorológico pronóstico la entrada de un frente frío con tormentas aisladas.
Se esperaba una temperatura máxima de 26 grados y una mínima de 18°C, con ráfagas de viento fresco durante gran parte del día. Además, durante la madrugada comenzaron a registrarse tormentas aisladas en algunos puntos de la provincia.