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POLITICA

Patricia Bullrich no quiere ser candidata en 2025, pero diseña la estrategia para ir pegada a Javier Milei y erosionar a Mauricio Macri

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Después de 50 años de actividad política, Patricia Bullrich no tiene tapujos en decir en on lo que piensa en off the record. Por eso no sorprendió que este domingo en declaraciones a Radio Rivadavia reconociera públicamente que no le interesa ser candidata en las elecciones de 2025.

«A mí no me interesa ser candidata a senadora, yo ya he sido diputada, no es el tema del cargo sino de la responsabilidad que tengo ahora», dijo la ministra de Seguridad, consultada por la posibilidad de competir como cabeza de lista de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires. El mismo comentario se lo ha hecho a Javier Milei en varias ocasiones, advirtiendo que lo venga por delante la mostrará con otro perfil.

Con altos niveles de imagen positiva en las últimas mediciones, Bullrich fue sondeada para ser candidata el año que viene en un distrito que será estratégico por el reparto de bancas. Con el PRO dominante en la Ciudad desde hace tiempo, a menos que se cierre un acuerdo electoral, cualquier candidato libertario representa un desafío tanto como para Jorge Macri como para su primo Mauricio, el otro posible apuntado para ir a competir en las urnas, aunque también sea reticente.

En medio de una interna feroz desde hace años con el ex presidente y actual titular del PRO, Bullrich está decidida a jugar alineada con Javier Milei en los próximos comicios, apuntalando en Provincia, Ciudad y en la mayoría de los distritos del país la estrategia de unidad entre libertarios y patricios.

No se opone a un posible acuerdo con el macrismo, pero cree que no hay territorio que tenga dueño de antemano y por eso ve en las PASO, como en 2023, una buena oportunidad para competir.

Patricia Bullrich, en el acto de La Libertad Avanza.

La ex candidata presidencial cree que hay mucha gente que la apoyó en su decisión de respaldar abiertamente a Milei que tiene que seguir siendo representada, incluso siendo parte de las fuerzas libertarias.

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«Es gente que se siente cómoda siendo parte de una fuerza de gobierno, con varias caras distintas, que apoya muchas ideas de este presidente, pero a la que no podés pedir que se afilie a La Libertad Avanza porque no coincide con parte de sus postulados», detallan fuentes bullrichistas.

La reflexión llega después del acto multitudinario en Parque Lezama en el que el mileísmo se lanzó como partido formal y al que Bullrich, en su rol de ministra, asistió, siendo una de las más destacadas por la militancia y resaltada en público por el propio Milei. Bullrich no tiene pensado afiliarse al partido, aunque en crisis total con el PRO desde la ruptura del partido en mayo, sí tiene definido jugar enteramente dentro del proyecto libertario.

Le apuntó a Larreta

Y consultada con la prensa, da esas señales, inequívocas, de alineamiento total a Milei y de cuestionamientos hacia sus ex compañeros de partido. «Si queremos un país transparente no hay que hablar para afuera una cosa y para adentro otra. “Que cada uno se ponga el sayo que le corresponde. Ahora que se ve la verdad algunos chillan, a llorar a la iglesia”, dijo, aprovechando la ocasión para pegarle a Horacio Rodríguez Larreta, a quien le apuntó porque, «sufrí mucho el uso del aparato estatal, del dinero de la Ciudad, y a pesar de eso gané».

Así, Bullrich se siente cómoda y protegida dentro de la denominada nueva política de Milei. Su relación con el Presidente es sólida, ya que le reconoce haberlo salido a respaldar apenas terminó la elección general del año pasado. Y con el resto de los actores importantes del espacio convive bien, consciente del peso que tienen Karina Milei y Santiago Caputo. No le hace falta compartir una línea de pensamiento con ellos para entender que hoy no es el momento de salir a confrontar como lo hace, por ejemplo Victoria Villarruel.

De cara a lo que viene, Bullrich parece darle ciertas garantías de territorialidad a los libertarios, que la necesitan para pensar el armado nacional. Si bien su estrategia central será consolidar el armado bonaerense, trabajando cerca de referentes como el intendente de Tres Febrero Diego Valenzuela, también se jacta internamente de tener cuadros preparados para salir a competir en los principales puntos del país.

Y, asegura, no tiene miedo de ir mano a mano contra Macri y su gente en cada una de las internas que se puedan abrir, como el año pasado lo hizo contra Rodríguez Larreta

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POLITICA

Contradicciones del manual anticasta que ponen en duda la tregua de Milei con la CGT

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La caída en prisión de un senador aliado con más de 200.000 dólares sin declarar en la triple frontera, el boicot de legisladores digitados desde la Casa Rosada al proyecto de ficha limpia y que se conozca ahora que es un evasor el jefe del organismo a cargo de la recaudación de los impuestos. Éste es el epítome de una agenda de fin de año incómoda para Javier Milei, quien estaría cada vez más dispuesto a virar hacia el pragmatismo y abandonar el perfil antisistema que lo impulsó a la Presidencia. En esta enumeración podría también caber la novedosa alianza con la casta sindical, que sigue por ahora vigente a pesar de una escalada de conflictos sectoriales que podrían alterar la tregua.

Luis Caputo ordenó que se moderen los aumentos salariales en línea con las proyecciones inflacionarias. El ministro de Economía reforzó su postura después de una reunión privada en el exclusivo Palacio Duhau con los empresarios más poderosos del país. Paolo Rocca, del Grupo Techint, retomó su pedido de “nivelar la cancha” como parte de su reclamo por una mayor baja de impuestos, incluidos los vinculados a los costos laborales.

El papa Francisco pidió a los argentinos que “se defiendan de las ideologías”

La primera reacción corporativa de los empresarios tras este encuentro fue plantarse en el Consejo del Salario con una propuesta de aumento del salario mínimo, vital y móvil más moderada de lo que imaginaba el propio Caputo. La voz cantante la llevó Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial Argentina (UIA). Las centrales obreras reclamaron elevarlo de $270.000 a $572.000 en diciembre, mientras que la UIA propuso llevarlo a $295.000, pero recién en marzo, a efectivizarse en cuatro cuotas. No hubo acuerdo y por tercera vez, la gestión que hace culto de la libertad dispondrá el monto del aumento por decreto. Significa otro golpe para Julio Cordero, el secretario de Trabajo que se jacta de su espíritu querendón y dialoguista. “Yo no quiero que el funcionario me diga que me quiere mucho, pretendo que resuelva”, se enojó un dirigente gremial. Si la reunión con los empresarios y sindicalistas no hubiera sido virtual podría haber terminado en un escándalo. Alexandra Biasutti, que encabezó el encuentro por parte del Gobierno, evitó otra vez el cara a cara con los sectores. La funcionaria de Capital Humano pidió por “la institucionalidad” del Consejo del Salario, un comité desvirtuado, en el que últimamente hay más imposición que diálogo y negociación.

El malestar sindical venía acentuado porque apenas unas horas antes de la reunión del Consejo del Salario, la Secretaría de Trabajo, por orden de Caputo, había decidido no homologar la paritaria trimestral del gremio de la Sanidad para la rama clínicas y sanatorios por considerar que pone en riesgo la meta inflacionaria. Sanidad, cuyo referente es Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT, pactó con las cámaras del sector un aumento de 11,4 en tres cuotas para el período octubre-diciembre.

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Una situación parecida atraviesa Hugo Moyano. El jefe camionero bajó su demanda salarial de 15% a 8,5% por un trimestre y accedió a fraccionar en cómodas cuotas un bono de fin de año de $600.000. Sin embargo, hubo una fuerte presión del Gobierno a las empresas del transporte de cargas para no otorgar ese incremento. Se trata de un sector clave porque cualquier suba en este rubro impacta en los precios de prácticamente todos los productos. Moyano comenzó ayer con asambleas en todas las ramas y amenazó con un paro de camioneros para la semana navideña. Trabajo apuró entonces el dictado de la conciliación obligatoria. La pulseada salarial de los Moyano se reanudará en enero.

¿Está realmente en riesgo la tregua que sellaron el Gobierno y la CGT? Por ahora no, y tal vez más por una cuestión de calendario. Sin embargo, se anticipa una escalada de conflictos sectoriales. Abrieron el fuego camioneros, sanitaristas, estatales y ¿aeronáuticos? Los gremios que tallan en Aerolíneas Argentinas volvieron esta semana a la carga por su paritaria, pero también retomaron la batalla política: un dirigente influyente hizo circular ayer que Fabián Lombardo, titular de Aerolíneas Argentinas, había viajado a Miami a pasar las fiestas de fin de año a pesar del pedido de austeridad que se bajó desde la Casa Rosada. En la empresa estatal negaron la versión y afirmaron que Lombardo está en el país. Fue un contraataque de la guerra sucia: la compañía estatal había sido la que en pleno conflicto con los gremios mostró pruebas en septiembre de que Edgardo Llano había viajado de vacaciones a España junto con su esposa y cuatro hijas en clase turista.

Los dirigentes gremiales aeronáuticos Edgardo Llano, Rubén Fernández, Juan Pablo Brey y Pablo Biró vuelven a la carga en su pelea con el titular de Aerolíneas Argentinas

Este tenso ida y vuelta entre empleados y empleadores, con el Gobierno muchas veces en un rol pasivo, frustró los planes que Cordero tenía para cerrar 2025. El secretario de Trabajo había convocado el miércoles pasado a los empresarios del Grupo de los Seis y a la cúpula de la CGT para escenificar el diálogo tripartito y coronar un diciembre sin conflictos de magnitud. Cordero hasta imaginó por un momento invitar al encuentro a Sandra Pettovello, la ministra que tiene el área laboral bajo su órbita. La CGT plantó finalmente al Gobierno en rechazo a la intromisión oficial en las paritarias y puso en duda, al menos desde lo retórico, su acuerdo de paz social a cambio de blindar el cobro de la cuota solidaria, no reformar la ley de Asociaciones Sindicales y mantener la fluidez de recursos en sus obras sociales. Había cierta expectativa por el encuentro porque aún resta definir la letra chica de la reglamentación del artículo 242 de la Ley Bases, que se refiere a los bloqueos como “justa causa” de despido. La CGT distingue en el secretario de Trabajo un aliado para mitigar el alcance de la normativa, que fue aprobada hace cinco meses en el Congreso, pero que aún tiene puntos sin precisar, con zonas grises abiertas a interpretaciones disímiles.

La sombra de Barrionuevo

“Decidimos apostar al diálogo, pero no hay eso, ni siquiera. Nos quieren debilitar e imponer una reforma laboral más amplia, como la del DNU 70″, alertó un jerárquico de la CGT que duda de las intenciones de Cordero y también de los empresarios. Su escepticismo trepó después de la frustrada negociación en el Consejo del Salario. Lo cierto es que Milei tuvo que resignar 42 de los 58 artículos que contenía su propuesta original de reforma laboral que envió al Congreso. Como parte de su pacto con los gremios, excluyó los puntos que atentaban contra la recaudación y representación de los sindicatos, pero también evitó avanzar sobre los costos y penalizaciones. El cambio estructural más novedoso fue la posibilidad de acordar sectorialmente un fondo de cese laboral en reemplazo de las indemnizaciones. Salvo la Uocra, que tiene desde hace años este modelo, no hubo otro gremio que haya decidido abandonar el sistema de cese tradicional que está vigente en la legislación laboral. Hubo algún sondeo con el Sindicato de Comercio, el más numeroso del país, pero Pettovello no logró convencer al legendario Armando Cavalieri. También hubo conversaciones con Luis Barrionuevo, el líder gastronómico que mantiene intactos sus puentes con la gestión libertaria después de su fugaz alianza electoral del año pasado.

La sombra de Barrionuevo se proyecta en dos sindicatos en los que el Gobierno tiene un particular interés. Uno de ellos es la Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina (Upsra), que reúne a vigiladores privados, policías exonerados, patovicas, barras bravas y en menor medida a personal de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Después de años de intervención y padrones nublados de sospechas, la Secretaría de Trabajo habilitó las elecciones y el histórico Ángel García, aliado del gastronómico, retuvo esta semana su poder.

Luis Barrionuevo se recuperó de un ACV y volvió a la actividad gremial

El otro caso en el que influye Barrionuevo, pero que esconde una trama de intereses de alcance inimaginable, es el de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), un gremio que administra $9000 millones mensuales mientras que su obra social llegó a tener $1300 millones de superávit. La pelea por el control de la Uatre y su obra social se dirime en la Justicia, pero también en los despachos oficiales. El Gobierno detectó una serie de irregularidades y designó nuevo interventor en la prestadora médica de los peones rurales. Marcelo Carlos Petroni está ahora al frente de la institución. Petroni respondería a Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei, según deslizaron fuentes cercanas a José Voytenco, el jefe de la Uatre que teme ser desbancado por Pablo Ansaloni, un dirigente opositor que es además diputado nacional de La Libertad Avanza.

Aacorralado por una denuncia judicial en su contra por presunto enriquecimiento ilícito, Voytenco les abrió las puertas del gremio y la obra social a empresarios vinculados a Barrionuevo y tendió puentes con la gestión libertaria porque siente amenazado su poder. Voytenco le quitó el servicio de seguro de sepelio al grupo Néspola para cedérselo a El Surco, de Jorge Giani y Julio Comparada, casi un hijo para el jefe gastronómico. Comparada fue presidente de Independiente y entre sus clientes tiene a gremios, aunque su gran negocio es con el fútbol, gracias al acuerdo que selló hace años con la AFA en los tiempos de Julio Grondona. La Uatre le paga a El Surco $400 millones mensuales por los seguros de sepelio, según fuentes de la entidad ruralista. Comparada fue hasta hace poco socio del ministro de Salud, Mario Lugones. Lugones fue presidente hasta hace algunos meses de la Fundación Sanatorio Güemes, una clínica en cuyo paquete accionario coinciden el sindicato de gastronómicos, es decir, Barrionuevo, y Comparada. Ahora, a esa mesa se sumó Lule Menem, a través de Petroni, el interventor que dispuso Lugones para la obra social de los ruralistas. La de Uatre es una caja codiciada para los tiempos electorales que se aproximan.

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