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POLITICA

A horas de la marcha universitaria, el Gobierno aún busca los votos para sostener el veto de Milei

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“Nuestro problema es con el Congreso, no con las universidades”, dicen en Casa Rosada, a horas de lo que será la segunda marcha universitaria en casi diez meses de la administración libertaria. La movilización, que se prevé multitudinaria, como ocurrió con la protesta de abril, se realizará horas antes de que se concrete el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario, sancionada semanas atrás.

El Gobierno decidió publicar el veto en la medianoche del miércoles, casi al límite del plazo legal de diez días hábiles desde la sanción en el Congreso. “No queríamos hacer nada que pareciera que buscábamos incentivar el conflicto”, explican desde la Casa Rosada, pese al malestar que generaron en las universidades las sospechas que el oficialismo difundió sobre el funcionamiento de las casas de altos estudios, tanto en redes sociales como en comunicados oficiales.

La decisión de vetar estaba tomada por el presidente Javier Milei desde antes de que se votara la ley en el Congreso. El fundamento es que atenta contra el déficit cero. El veto será total, de acuerdo a lo que Milei dejó trascender a través de su cuenta de la red social X, horas después de que se votara en el Parlamento. Lo mismo aseguró la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.

En la Casa Rosada juran que aún no tienen el compromiso asegurado de Pro para sostener el veto y, por ende, aún no reúnen la minoría necesaria de diputados y senadores para evitar que la oposición alcance los dos tercios para refrendar la ley. Pero confían en el trabajo de Martín Menem, titular de la Cámara Baja y quien por estos horas fatiga pasillos y despachos del Congreso en busca de “voluntades” que sostengan la decisión presidencial, como sucedió con el veto que bloqueó el aumento a los jubilados.

Con todo, en el Gobierno creen que sí podrían contar con los mismos cinco votos de los radicales que en septiembre sostuvieron el veto a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, en medio de duras críticas y sanciones de su propio espacio. Se trata de Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Pablo Cervi y José Federico Tournier.

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“Que no hayan dicho que no, no es poco”, dicen en Balcarce 50 sobre Pro. Y desafían al partido de Mauricio Macri: “Que no apoyen sería un acto de mezquindad fuerte”. En esa línea, agregan que “el Estado cuida las cuentas públicas” y que su problema “no es contra las universidades, sino contra un Congreso empecinado en sacar leyes sin financiamiento”.

Si el veto no sobrevive, en el Gobierno advierten que “de algún lado la plata la vamos a sacar”, para apuntar a la obra pública, la seguridad o la defensa, entre otras. A diferencia de la educación, el Gobierno aumentó las partidas que administran Patricia Bullrich y Luis Petri. “Recortaremos la obra pública, no hay muchos lados de dónde sacarla”, completó otra fuente.

La amenaza podría colarse la semana próxima en el Congreso, cuando empiece la discusión por el presupuesto 2025.

Si el veto no se sostiene, en la Casa Rosada también piensan en un camino legal si no hay negociación en el marco del presupuesto. Sería –señalan las fuentes– apelando a la ley de administración financiera que, entre otras cosas, “comprende el conjunto de sistemas, órganos, normas y procedimientos administrativos que hacen posible la obtención de los recursos públicos y su aplicación para el cumplimiento de los objetivos del Estado”.

De los radicales, excepto el grupo de los cinco, la Casa Rosada no espera nada. “Es la última bandera que les queda”, dijeron, en referencia a las universidades. Entre los que “politizan la marcha”, el Gobierno señala tanto al senador Martín Lousteau como a Horacio Rodríguez Larreta, Cristina Kirchner y Axel Kicillof, que en los últimos días se sumaron a la convocatoria.

“Está clarísimo que la marcha es política y para desestabilizar al Gobierno”, dicen cerca Pettovello, que en las últimas horas sacó un duro comunicado en contra de la protesta, en el que afirmó que los reclamos “están todos resueltos”.

En el Gobierno saben que la marcha puede volver a ser multitudinaria, pero esperan que participe “menos gente suelta que la otra vez”, en referencia a manifestantes que vayan espontáneamente. El grueso, apuestan, lo aportarán “los aparatos”, entre los que identifican al ala dura de la CGT.

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POLITICA

Bipolar, psiquiátrica, extorsionadora y alcohólica: las duras acusaciones de Alberto Fernández contra Fabiola Yañez en su declaración ante la Justicia

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En un escrito de 200 páginas, ante la Justicia, Alberto Fernández se refirió a Fabiola Yáñez como una mujer con trastorno bipolar, psiquiátrica, alcohólica y extorsionadora. Lo hizo en el mismo informe en el que se despegó de las acusaciones de violencia física al decir «el agredido fui yo, ella se ponía violenta».

Con esas durísimas acusaciones se despachó el ex presidente sobre su ex pareja en el marco de la causa la que se encuentra imputado por los delitos de lesiones, agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género y contra su ex mujer, de quien dijo también que «armó la causa».

Las principales frases contra Yáñez las expresó en el texto que presentó a las 10 de la mañana en el juzgado de Julián Ercolini, juez al que buscó apartar en reiteradas ocasiones desde que se inició la investigación, que dio a conocer Clarín a principios de agosto del año pasado

Sin responder preguntas del juzgado ni de la fiscalía, el ex Jefe de Estado optó hacer su descargo a través de un extenso escrito en el que brindó detalles de la convivencia con Fabiola Yañez, replanteando con una versión antagónica a las acusaciones algunos de los hechos centrales de la investigación.

El diagnóstico de bipolaridad y el cuadro psiquiátrico de Yáñez

En su descargo ante el juez, Alberto Fernández hizo mención a un diagnóstico de bipolaridad de la ex primera dama. Así lo relató:

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”Recuperé mi optimismo: Fabiola habia decidido avanzar en un tratamiento. Por lo que, con premura llamé a Manes (Facundo) quien fue muy atento y diligente y rápidamente nos concedió la entrevista. Fabiola asistió a sus primeras consultas médicas y tras algunas reuniones, recibió su primer diagnóstico”, dijo Fernández.

De esta etapa, que fue cuando llevaban un período corto desde el inicio de la relación, recordó: “Ese día llegó a mi departamento visiblemente afectada y conmovida por la noticia. Se mostró abatida y, entre lágrimas, me entregó una carpeta que contenia un informe médico. En los últimos dos renglones del documento, se transcribía el diagnóstico de manera clara y concisa”.

Hasta donde puedo recordar, continuó relatando el ex presidente, “decía textualmente: trastorno de personalidad por bipolaridad, adicción al alcohol con sindromes de abstinencia». Las descripciones sobre el comportamiento de Yañez continuaron a lo largo del descargo. Y allí se refirió a la etapa en la que ya se encontraban radicados en Madrid.

En ese punto contó un episodio con la madre de la ex primera dama. Yañez había salido por la noche, y Fernández relató la siguiente escena: “Le pregunté si sabía algo de ella. ‘Está durmiendo’, me dijo con toda seguridad. Cuando le dije que no era así y que Fabiola no había regresado, se desplomó sobre una silla de la mesa del comedor y mientras tomaba su cabeza con sus manos en un gesto desesperado, decía y repetía ‘esto no da para más…esto no da más’, en alusión a las conductas de su hija y su consumo problemático”.

Fabiola Yañez, según los dichos del ex Jefe de Estado, “apareció cerca del mediodía». Y prosiguió: «Luego me enteré que había llamado a la custodia para que fueran a buscarla a un lugar que nadie registraba como habitual. Ella cargaba encima la resaca propia de quienes se alcoholizan en exceso”.

Dio más detalles sobre la situación: “Al llegar a la casa, caminó zigzagueante hasta el cuarto sin decir ninguna palabra ni atinar a dar ninguna explicación. Ese mismo día, cuando la noche caía en Madrid, hablamos y le transmiti mi decisión de que hasta allí habíamos llegado”. “Le pedí encarecidamente que volviera a un programa que la ayudara con sus trastornos psiquiátricos y que se pusiera en manos de especialistas que la ayudaran a superar sus problemas de adicción al alcohol”, agregó.

Alberto Fernández, en Comodoro Py. Foto: Guillermo Rodríiguez Adami.

La “extorsionadora” que «armó todo»

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Pese a estar acusado de lesiones graves contra Yáñez, Alberto Fernández dijo que “jamás ejercí violencia contra ella” y declaró que el agredido había sido él. En el ensayo de su defensa, también acusó a la ex primera dama de haber “armado todo” para “extorsionarlo”.

“Los interrogantes también caben por otras actitudes que deja al descubierto Fabiola Yañez. Ahora sabemos que ocultamente grababa conversaciones conmigo: se fotografiaba con golpes o representándolos; que sacaba fotos en nuestra alcoba incluso mientras yo dormía”, comentó.

Al respecto, añadió: “¿Es posible que pensemos que Fabiola Yañez, atrapada en sus trastornos psicológicos y adictivos haya tramado una historia con el único fin de extorsionarme?”.

Esto significa, amplió Fernández, que Fabiola Yañez «por las dudas se fotografiaba las lesiones que se infligía como consecuencia de su estado de embriaguez. ¿Su duda era eventualmente usarlas en mi contra para ocasionarme un daño? Tal vez allí esté la respuesta de lo que ha hecho”.

El ex presidente Alberto Fernández. Foto. Guillermo Rodríguez Adami.El ex presidente Alberto Fernández. Foto. Guillermo Rodríguez Adami.

La réplica del ex presidente a las fotografías

Sobre las imágenes que constan en la causa que exponen a la ex primera dama con moretones en unos de sus brazos y en el ojo, Alberto Fernández dijo: “Debo advertir que nunca vi las fotos que llegaron al teléfono de María Cantero. Solo sé que son capturas de pantallas, y que por no contar con el metadato (fecha, horario y equipo que las tomó) carecen de toda validez probatoria”.

Después habló de las imágenes que Yáñez le envió a María Cantero, ex secretaria privada de Fernández: “También advertí que en los chats (mensajes) capturados en la pantalla y que ese día Fabiola Yañez envió a María Cantero, no aparecen con el doble tilde azul que indica que yo los pueda haber leído”. Y replicó al juez: “¿Por qué todas estas cuestiones fueron soslayadas por el fiscal y el juez a la hora de llamarme a prestar esta declaración?”

También detalló que cuando estos hechos salieron a la luz, Fabiola Yañez “me insistía en que no tenía idea qué contenían los chats que había enviado a María Cantero. No recordaba en qué circunstancias había ocurrido esa charla”.

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En noviembre -siempre en la versión de Alberto Fernández-, “me llamó a altas horas de la madrugada madrileña, en absoluto estado de ebriedad y en medio de amenazas de diferente indole, me dijo que la culpable de todo lo que ocurría era María Cantero. Nunca entendió por qué esos chats quedaron guardados en el teléfono de quien fuera mi secretaria”.

La foto de la Fiesta de Olivos

Finalmente, el ex Jefe de Estado habló de la foto de la Fiesta de Olivos. Primero dijo que los medios de comunicación tergiversaron sus dichos señalando que había acusado a Fabiola Yañez. «Yo me hice cargo siempre, dije que la responsabilidad política era mía”, sostuvo.

En cuanto a la ex primera dama, añadió: “Debo concluir que, con el estado psiquiátrico que arrastra desde siempre, esos chats fueron producto del odio que me guarda y que le generó la difusión de la fotografía que daba cuenta de la cena celebrada en Olivos el 14 de julio de 2020 con motivo de su cumpleaños”.

”Siempre creyó que el gobierno que yo presidía la había dejado en estado de indefensión. Jamás entendió que aquél gobierno y yo eran los destinatarios de las críticas que circulaban en medios de comunicación y redes sociales”. Entonces, agregó que “la consecuencia de todo el odio que acumuló hacia mi desde ese día en que la «foto de Olivos» se difundió, es lo único que explica este disparatado proceso”.

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