Hasta el domingo a media tarde, parecía ser un trámite electoral sereno, como al que están acostumbrados los radicales. Pero, el comicio para renovar las autoridades del Comité Provincia de la UCR se transformó en una tensa disputa, con acusaciones que incluyen presunto «fraude», una amenaza de llevar todo a la Justicia y un triunfo ajustado.
El médico Miguel Fernández (65), ex intendente de Trenque Lauquen, fue consagrado ganador de la interna por un puñado de votos: la Junta Electoral partidaria reconoció una diferencia de poco más de 6.900 en un final cerrado que aún está en litigio. Fueron hasta los lugares de votación casi 78 mil afiliados. Enfrente, había una alianza que construyeron la línea «Evolución», de Martín Lousteau-Emiliano Yacobitti y el sector recostado en el diputado nacional Facundo Manes.
Las trifulcas por mesas impugnadas, actas no contadas y reclamos cruzados seguían hasta este martes. “Futuro Radical”, la lista que encabezó el diputado provincial Pablo Domenichini, pidió un nuevo “recuento definitivo” de la Junta Electoral en medio de un escándalo por la irrupción de barrabravas y patotas sindicales en la sede partidaria en La Plata.
El nuevo presidente del principal órgano de conducción partidario sostiene que la lista ganadora, “Unidad Radical”, expresa «el radicalismo del territorio. De los que gobiernan«. Considera que en la cúpula de la UCR nacional están los que «manejan el aparato y la estructura». Y cree que Lousteau «no representa el ideario radical».
En medio de las acusaciones mutuas, y a la espera de que vuelva la calma en la UCR, Fernández dialogó con Clarín.
-Todo el proceso electoral fue tranquilo y hubo un final inesperado.
-En cuanto al resultado no. Lo que se ha generado desde el domingo a partir de las acciones de la lista “Futuro Radical” no la esperaba. Imaginaba que sería un proceso con acciones de caballeros. El triunfo sí era previsible, porque trabajamos y construimos este resultado.
-¿Cómo sería una “actitud de caballeros”?
-Y, algo más franco. Ellos pueden reclamar pero esto no tiene secretos: el afiliado vota, se cuentan las actas y se envían a la Junta. Pero todo el proceso se vio deformado por mensajes no adecuados. Entre caballeros, cuando uno pierde reconoce la derrota y si no está reclama ante los organismos. Lo que hicieron es la típica del que pierde. Responsabilizan a la Junta. Si vas a jugar un partido tenés que aceptar el árbitro. Caso contrario, no entrás a la cancha.
-¿Fueron internas innecesarias?
-Buscamos el acuerdo hasta el último momento y no quisieron. Incluso después del cierre de listas hubo una propuesta de ellos que nosotros aceptamos. Pero ese acuerdo no fue validado por Lousteau o Yacobitti y dieron marcha atrás. Entonces tengo dudas de cuales eran las intenciones de insistir con la interna. Creo que hay alguna motivación oculta. Pero, miremos la parte positiva: se movilizaron más de 76 mil afiliados, una demostración que casi ningún partido puede exhibir para una interna. Incluyendo los votos de los municipios ganamos 52% a 48%, en toda la Provincia.
-¿Hay algún mensaje del afiliado a la conducción nacional del partido, ya que su presidente estuvo involucrado en la disputa?
-El radicalismo de Buenos Aires quiere ser gobernado por dirigentes bonaerenses. El domingo hubo dos modelos: uno es el del dirigente con antecedentes, experiencia en la gestión, que ocupa territorio y lo defiende en las generales. Tuvimos el apoyo de 20 intendentes y 55 ex. Este formato, contrastó con el radicalismo de aparato, de estructura, que no conecta con la gente, que no sabe qué pasa en la calle.
-¿Todo eso no pasa en el Comité Nacional?
-Lousteau es un legítimo presidente, electo por los delegados. Nadie discute su legitimidad. Pero pregunto: ¿representa el ideario radical?. Yo creo que no. Hoy es el presidente pero tenemos que pararnos con otro discurso. Ser una oposición responsable, racional. Los que gobernamos alguna vez sabemos que se necesita un presupuesto, orden, y equilibrio en las cuentas públicas para que después nos vuelvan a votar.,
-¿Ustedes representan el radicalismo más “cercano” a Javier Milei?
-Esas son cosas que se dicen en campaña, pero no tienen fundamento. Yo podría haber dicho que Lousteau es afín al kirchnerismo, pero no lo dije porque no tengo como sostenerlo. Se parece a eso, pero no puedo demostrarlo. Somos una oposición razonable, en Provincia y en Nación. Con argumentos sólidos y sabiendo qué cosa se puede apoyar y que cosa es innegociable, como la defensa de la Educación Pública.
-¿Va a proponer que la UCR conforme nuevas alianzas electorales?
-Eso se verá en el tiempo. Es claro que la tendencia es hacia políticas de alianzas. Pero con un rol diferente al que tuvimos con JxC. Un mayor protagonismo. Tenemos que tener una hoja de ruta y hacer una política inteligente para que el radicalismo recupere un rol clave de futuras ofertas electorales.