«La educación pública tiene una construcción histórica en Argentina; el acceso a la universidad es un derecho que el estado debe garantizar», comenzó diciendo Albertina Bidart, resaltando la legitimidad de la marcha federal universitaria. La movilización, que reunió a cientos de miles de personas en todo el país, no sólo movilizó a estudiantes, sino también a sectores de la sociedad que defienden el valor de la universidad pública. «No se trata sólo de los que estudiamos o los que queremos estudiar, sino de un derecho que implica también la investigación y la soberanía regional que generan las universidades», agregó.

La presidenta de la FULP criticó abiertamente los discursos que buscan descalificar la educación pública, mencionando los recientes comentarios del presidente Javier Milei, quien ha calificado la universidad pública como un «lavado de cerebro» y un «déficit» para el estado. Bidart, al respecto, expresó: «La universidad ya se audita todos los años. De hecho, la Universidad de La Plata es una de las más transparentes del mundo. Este discurso sólo busca desinformar».

Además, advirtió sobre las consecuencias del ajuste presupuestario que sufre la educación superior: «Nos están ahogando presupuestariamente. Se está perdiendo calidad porque los docentes y no docentes no pueden vivir de su salario, y muchos tienen que buscar trabajos extra». Este panorama, según la líder estudiantil, impacta directamente en los estudiantes, especialmente aquellos del interior, quienes se ven obligados a abandonar sus estudios debido al alto costo de vida y la falta de apoyo económico.

La falta de recursos también afecta a los proyectos de investigación y a la calidad de las cursadas. «El costo de vida es tan elevado que muchos estudiantes no pueden permitirse ni siquiera el alquiler de una vivienda, y eso se traduce en una alta tasa de deserción», afirmó. También subrayó que el gobierno sólo ofrece una beca, la Progresar, que «es insuficiente y no cubre ni siquiera una parte de los gastos básicos como transporte, apuntes y comida».

Por último, Bidart se mostró preocupada por el futuro del financiamiento universitario en el contexto político actual. «El gobierno intentará reunir los votos necesarios para ratificar el veto. Lo que pasó con la ley de jubilaciones ya dejó en claro que no se puede confiar en la palabra de los legisladores», concluyó, haciendo un llamado a la unidad para continuar defendiendo el acceso a la universidad pública como un derecho irrenunciable. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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