El gobierno de Brasil se involucró en la desaparición y detención en Venezuela del gendarme Nahuel Agustín Gallo. Lo que hizo fue un pedido de información sobre el joven al régimen de Nicolás Maduro. Y fue por solicitud argentina al invocarse el protocolo de asistencia consular para ciudadanos del Mercosur, según confirmó a Clarín el embajador de Brasil ante Argentina, Julio Bitelli.

Este diario supo también que el embajadorr Bitelli y el canciller Mauro Vieira desde Brasilia siguen de cerca la delicada situación del gendarme Gallo con el canciller Gerardo Werthein, mientras que la ministra Patricia Bullrich, jefa política de la Gendarmería intenta abrir un canal de contacto a través de las distintas fuerzas, con un pedido al Papa Francisco que hizo el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil y la familia del muchacho y a través del nombrado secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, quien no podrá actuar hasta que no asuman el gobierno, el 20 de enero.

De acuerdo a lo que supo este diario, el viernes pasado, el embajador argentino ante Brasilia, Daniel Raimondi, se dirigió a las autoridades en Itamaraty. Y a través de lo que se llama nota verbal solicitó asistencia consular para el ciudadano Nahuel Agustín Gallo. Los cancilleres Vieira y Werthein también hablaron por teléfono del caso.

El llamado Mecanismo de Cooperación consular entre los países del Mercosur, Bolivia y Chile fue aprobado a fines de junio de 2000 y es el marco regulatorio que rige para estos casos.

Sin embargo, la dictadura de Maduro no sólo no se muestra dispuesta a liberarlo sino que la situación del gendarme empeora. El lunes, al confirmar que estaba detenido sin decir dónde, uno de los hombres fuertes de la linea dura del chavismo, el teniente Diosdado Cabello (ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela) dijo que Gallo cruzó la frontera de Colombia a Venezuela “para cumplir una misión”. Bullrich y la familia del gendarme afirman que el efectivo catamarqueño de 33 años, iba a visitar a su pareja que está en Venezuela hace meses con el pequeño hijo de ambos.

El miércoles a la noche, después de que Milei le reclamara a Maduro la liberación del gendarme y lo llamara nuevamente “dictador criminal”, el canciller del chavismo Yvan Gil acusó a Nahuel Gallo de entrar a Venezuela con “un plan terrorista”.

Las fuentes consultadas en Caracas no descartan que esté alojado en un puesto policial como tampoco en el centro de detención y torturas conocido como el Helicoide. La familia no lo encuentra. Lo tienen incomunicado. Por otro lado afirman que, para empezar a hablar de su situación, al menos con Brasil, Maduro no lo hará antes del 11 de enero, es decir un día después de que intente re asumir el poder. El gendarme Gallo es uno de los veinte presos extranjeros a manos del régimen y por razones políticas. Se especula que los quiere para intercambiarlos si se ve acorralado.

Por supuesto, si las relaciones entre Javier Milei y Lula da Silva fueran buenas -nunca se hablaron y se destratan- habría otra situación más aceitada a nivel político entre ambos. Pero en ambos países afirman que por fuera de eso los vínculos entre los dos países son normales y los mecanismos políticos, bilaterales y económicos funcionan como siempre. Se pusieron de acuerdo incluso en la reciente cumbre del Mercosur en Montevideo, donde hubo un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

Brasil quedó por su parte a cargo de la representación de los intereses argentinos en Caracas tras la expulsión de los diplomáticos argentinos. Y Brasil tiene a resguardo a los seis colaboradores de la opositora María Corina Machado que están asilados en la residencia argentina. Están solos y asediados, la situación es desesperante porque si salen los van a detener, pero no les falta ni comida ni agua, señalan otras fuentes consultadas.

El canciller Mauro Vieira, y el asesor de Lula da Silva, Celso Amorim, ofrecieron dos veces a Maduro mandar un avión especial para sacarlos de allí. Maduro no quiso tampoco habilitar el salvoconducto pedido por Brasil. Su embajadora en Caracas, Glivânia Maria de Oliveira, no puede ir a visitarlos porque, según supo Clarín, no se le permite el régimen de Maduro que inclusive intentó quitarles la representación de los intereses de Argentina

Tal como escribió en su momento el sitio La Patilla, que dirige David Morán, el gobierno de Maduro intentó desconocer a Brasil como Estado protector de los intereses de Argentina en Caracas. Pero el canciller de Lula reaccionó con un comunicado en el que insistió con que “permanecerá en custodia y defensa de los intereses argentinos en Venezuela hasta que otra delegación diplomática se haga cargo y de acuerdo a la Convención de Viena.

Como ninguna otra sede se hizo cargo, Brasil sigue al mando. En cambio, Maduro no le pidió a ningún otro país que vele por sus intereses en Buenos Aires. La embajada de avenida Luis María Campos permanece completamente cerrada, lo que es un inmenso problema porque los venezolanos que viven aquí no tienen quién les haga sus tramites en Buenos Aires.

El martes, en medio del duro cruce entre Mile-Bullrich Cabello-Gill el canciller del presidente Gustavo Petro sorprendió con una nueva versión sobre los asilados. El ministro Luis Gilberto Murillo, aseguró que la dictadura venezolana había condicionado los salvoconductos de los seis asilados de Corina Machado por Argentina a la liberación de “una persona muy cercana” a Venezuela y del ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

“Fui a Brasil personalmente por instrucción del presidente Petro, y luego fui a Ecuador porque logramos en nuestra conversación con el Gobierno de Venezuela, que se dieran los salvoconductos a estas seis personas y ellos pedían que Argentina libere una persona muy cercana a Venezuela y que también se le diera un salvoconducto a Jorge Glas”, aseguró.

Se desconoce a qué argentino pueden estar haciendo alusión los venezolanos y colombianos. En el gobierno niegan la existencia de presos como el que sostiene Murillo. No se registra un encarcelamiento de este tenor.

A su vez, fue en septiembre de 2022 el juez Federico Villana autorizó la salida del país de 12 venezolanos de las 19 personas -cinco eran iraníes- que formaban parte de la tripulación de un avión de la empresa estatal venezolana Emtrasur que quedó varado en Buenos Aires a comienzos de junio después salieron todos. Pero la aeronave fue decomisada y enviada los Estados Unidos. Venezuela siempre estuvo planeando una «venganza».

Glas, que fue vicepresidente del ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) fue tomado por la fuerza por el actual mandatario, Daniel Noboa, que irrumpió en la Embajada mexicana en Quito a comienzos de abril para cumplir con la orden de detención. México había confirmado poco antes de la operación policial que le brindaría asilo político. Pero la entrada fue por la fuerza violando todas las inmunidades que les corresponden a las embajadas.