Finalmente, el PRO terminará respaldando la postura del Gobierno y no apoyará los proyectos de la oposición para limitar los DNU de Javier Milei y el canje de deuda. La decisión se tomó tras una cumbre en la sede del partido, en la calle Balcarce, encabezada por Mauricio Macri y de la que participaron gobernadores, diputados nacionales e intendentes del espacio. Así, más allá de los reproches hacia la conducción de La Libertad Avanza, seguirá el acuerdo legislativo.
Según confiaron fuentes del PRO en la reunión se determinó que no darán quórum a los proyectos de este martes en la Cámara baja y que, en caso de que prosperen tampoco votarán en sintonía con el kirchnerismo. La iniciativa que se pondrán sobre la mesa son un cambio a la ley de DNU y la derogación del decreto 846/24, que flexibiliza las condiciones para canjear deuda.
Además, deslizaron que «nuestro bloque de diputados va a insistir con los temas que venimos impulsando. Es por eso que vamos a solicitar una sesión especial para la semana próxima, para tratar y aprobar la Ley de Ficha Limpia, una bandera histórica de nuestro partido». A la vez, añadieron que exigirán el «tratamiento de la ley de democratización sindical que presentaron varios diputados de nuestro bloque». Esa medida se da en pleno conflicto entre el Gobierno y Aerolíneas Argentinas.
Según se planteó en la previa, el expresidente evaluaba que una decena de los 37 legisladores del PRO pegaran un faltazo en una votación que se avizora clave y que tiene muchas chances de ser aprobada, sin importar cómo voten los legisladores del macrismo.
En la mesa chica de Javier Milei anticipaban que el ex mandatario no iba a cumplir su amenaza. «Mauricio elegirá de qué lado quiere quedar», razonó en ese momento uno de los funcionarios que más escucha el Presidente. Macri ya había mostrado en la votación en contra del decreto de la SIDE, que privó al Gobierno de fondos que se había adjudicado, que sus legisladores pueden votar en el mismo sentido que el conjunto del peronismo con el kirchnerismo a la cabeza.
En la cumbre realizada en San Telmo, además de Macri, estuvo la diputada nacional y titular de la Fundación Pensar, María Eugenia Vidal, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri; el gobernador de Chubut, Ignacio Torres; los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli; el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro y la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez.
El enojo del PRO con el Gobierno
Según pudo saber Clarín, el enojo en el macrismo creció porque el oficialismo no consultó con ellos la nómina de jueces federales, defensores y fiscales que empezaron a enviar al Senado. Los delegados políticos del Presidente apuntan que el PRO tiene nada más que seis bancas en la Cámara Alta y prefieren concentrar las negociaciones con gobernadores y con el peronismo.
Algunos confidentes de Macri le ponen nombre y apellido al enojo del líder del PRO: Eduardo «Lule» Menem. Se trata ni más ni menos que de la mano derecha de Karina Milei. Cerca del ex presidente lo señalan como el encargado de digitar parte de la estrategia parlamentaria y política de La Libertad Avanza, en el Congreso, con los gobernadores y en las organismos descentralizados copados por libertarios que quieren crecer en las provincias.
También lo señalan como el responsable de obturar el desembarco de dirigentes cercanos a Macri en áreas sensibles. «Con los Menem es difícil hablar de transparencia», le escucharon decir a Macri en la intimidad, aunque no incluyó en ese combo Martín, titular de Diputados.
«Lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno», había dicho Macri en su relanzamiento como presidente del PRO, en La Boca. En otras entrevistas señaló a Santiago Caputo pero evitó mencionar a la hermana del Presidente. Ahora posa sus ojos sobre el funcionario en el que más confía la secretaria general de Presidencia.