Después de una primera comparecencia en julio, Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, volvió este miércoles ante el juez que investiga sus actividades profesionales en una ajetreada semana judicial para el líder socialista.
Las citaciones judiciales se suceden esta semana en las varias investigaciones que amargan la vida a Pedro Sánchez, que siempre ha defendido la probidad de su mujer y de su Gobierno.
El lunes compareció un empresario que es el principal acusador en un caso de corrupción que implica a un ex ministro socialista de Transportes, quien ya declaró la semana pasada. El martes le tocó a un exasesor de este ministro en el mismo caso y el miércoles a la mujer del presidente del gobierno en una causa distinta.
«Un auténtico carrusel judicial», bromeó el lunes Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador Partido Popular (PP), el primero de la oposición.
«Hay una manera muy simple de que la Justicia salga de la vida del Gobierno», añadió. «Que devuelvan lo que se han llevado y que dejen de malversar».
Gómez fue citada en julio para explicar las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias que pesaban sobre ella, e hizo valer su derecho a guardar silencio.
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La esposa de Sánchez llegó a los juzgados de Madrid un poco antes de las 10 (6 hs de Argentina) para comparecer ante el juez Juan Carlos Peinado por sospechas de apropiación indebida de programas informáticos creados para la universidad en la que trabajaba y «ejercicio ilegal» de una profesión en ese centro.
Gómez entró directamente en auto al estacionamiento subterráneo de los juzgados, ahorrándose desfilar ante la prensa que esperaba en la calle, como ya ocurrió en julio, y, a diferencia de entonces, no se acogió a sus derecho a no declarar y respondió a preguntas, pero sólo a las de su abogado, explicaron a la AFP fuentes judiciales.
La asociación Hazte Oír, próxima a la extrema derecha, está detrás de la querella en esta parte del caso y acusa a Gómez de haber registrado a su nombre un «software» financiado por empresas privadas y destinado a un máster que codirigía en la Universidad Complutense de Madrid hasta el inicio del curso 2024.
En las otras piezas del caso, abiertas en abril a raíz de las denuncias de Hazte Oír y de otra asociación próxima a la extrema derecha, Manos Limpias, se acusa a la esposa de Pedro Sánchez, de 49 años, de haberse aprovechado del cargo de su marido en sus relaciones profesionales.
A mediados de noviembre, hablando por primera vez sobre estos asuntos ante una comisión del Parlamento regional de Madrid, Begoña Gómez, especializada en consultoría y recaudación de fondos, aseguró que las acusaciones contra ella tenían «un objetivo político evidente».
Pedro Sánchez, por su parte, insiste en que no hay «nada» que reprochar a su esposa y que su Gobierno está «limpio», acusando a la derecha y a la extrema derecha de estar detrás de esta «campaña» de desprestigio.
La semana pasada, durante un encuentro informal con periodistas, el jefe del Gobierno llegó a sugerir que los jueces estaban en connivencia con el PP al facilitarle información sobre casos contra sus allegados, comentarios que llevaron a la presidenta del Tribunal Supremo a defender la independencia del poder judicial.
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Este miércoles, en el Congreso de los Diputados, Sánchez dijo estar «convencido de que una amplísima mayoría de jueces y juezas de nuestro país cumple con su labor con absoluto rigor».
La desgastadora semana judicial de Sánchez y su entorno concluirá el viernes con la citación como testigo de una empleada de la Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, sospechosa de haber trabajado en realidad para Begoña Gómez ayudándola con su trabajo en la Universidad Complutense.
A principios de enero, habrá una nueva cita: la comparecencia del hermano de Sánchez, investigado por malversación, tráfico de influencias, apropiación indebida y fraude fiscal a raíz de otra denuncia de «Manos limpias».
Elon Musk, vestido de esmoquin y corbata negra, subió al escenario en el complejo Mar-a-Lago del presidente electo Donald Trump poco después de las elecciones con todo el pavoneo de un candidato ganador.
“El público nos ha dado un mandato que no podría ser más claro, el mandato más claro. La gente ha hablado. La gente quiere cambio”, dijo Musk a la audiencia de los mayores donantes de Trump, líderes de campaña y personas que buscan algún cargo. “Vamos a sacudir las cosas. Va a ser una revolución”.
La vinculación de Musk con Trump ha creado una alianza entre el político más poderoso de Estados Unidos y su empresario más rico, y los estadounidenses tienen una opinión casi igual de favorable de cada uno, según una encuesta del Centro AP-NORC para Investigaciones de Asuntos Públicos.
Los expertos están divididos sobre si esta superposición en la opinión pública es buena o mala para los negocios de Musk o para la política de Trump. Pero podría tener efectos de largo alcance en ambos ámbitos.
El impacto del millonario
Musk, cuyo patrimonio neto supera los 400.000 millones de dólares, supervisa seis empresas mientras continúa trabajando estrechamente con Trump: el fabricante de coches eléctricos Tesla, la red social X, la empresa de tecnología espacial SpaceX, la compañía de enlaces cerebrales Neuralink, la startup xAI y el operador de túneles The Boring Co.
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“Aunque hay un impacto negativo, en términos de alienar potencialmente a algunos de sus clientes que podrían no ser fanáticos de Trump, los beneficios superan con creces cualquier negativo cuando se trata de tener un asiento al lado derecho de Trump en la Casa Blanca”, dijo Dan Ives, analista de Wedbush Securities.
Ross Gerber, director general de Gerber Kawasaki Wealth and Investment Management, se identificó como inversor en Tesla y conductor del nuevo Cybertruck, la camioneta futurista de Tesla que ha recibido enormes cantidades de atención pero también ha sido objeto de preocupaciones de seguridad y múltiples llamados a reparaciones.
“Tener un CEO que no trabaja en tu empresa y está trabajando en despedir a empleados del gobierno… como accionista, le estoy pagando a alguien para que no trabaje para mi empresa”, dijo. “Como propietario de un Cybertruck con conducción autónoma que es terrible y no funciona, no me parece justo”.
Pero a pesar de su escepticismo, Gerber dijo que no dejará de invertir en los negocios de Musk.
“He ganado mucho dinero con Elon”, dijo. “No estoy en el negocio de invertir basado en la popularidad de los CEO”.
La aceptación de Musk es similar a la de Trump Musk no parece darle mucho impulso a Trump con personas que no apoyan al presidente entrante.
Elon no es más popular con los estadounidenses que el propio presidente electo, y casi la mitad del público lo ve desfavorablemente, según la encuesta AP-NORC.
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Aproximadamente 4 de cada 10 estadounidenses tienen una visión algo o muy favorable de la persona más rica del mundo, muy similar al porcentaje que ve positivamente a Trump. Del mismo modo, casi la mitad de los adultos tienen una visión algo o muy desfavorable de Musk, nuevamente, similar a Trump.
En cambio, dijo un estratega político, Musk es el validador ideal para alguien que cultiva una imagen de éxito en los negocios y que ha llenado su gabinete y roles clave de asesores con multimillonarios.
“Trump siempre ha impulsado esta narrativa de que es un desarrollador exitoso y un empresario muy exitoso. Creo que tener a Musk con él es su doble apuesta por este éxito empresarial, bueno para la economía, bueno para todos los que ganan dinero”, dijo Christine Matthews, una encuestadora política nacional que ha trabajado para los republicanos. “En este caso, Musk es visto como este exitoso e innovador empresario tecnológico, pionero”.
Musk también tiene a su disposición X, la red social anteriormente conocida como Twitter que compró y convirtió en un megáfono para ideas conservadoras. Y habiendo gastado un estimado de 250 millones de dólares para apoyar a Trump en las elecciones, Musk ha señalado que está dispuesto a respaldar desafíos primarios republicanos a miembros del Partido Republicano en la Cámara de Representantes y el Senado que buscan la reelección en 2026 que vacilan en los nombramientos y la agenda de Trump.
Trump lo ha encargado de liderar un grupo para recortar el tamaño del gobierno federal y reducir la autoridad de elaboración de reglas de la burocracia federal.
Los negocios
Musk conserva una amplia gama de negocios Tesla podría obtener ganancias significativas durante la administración Trump, quien ha amenazado con disminuir los subsidios a la energía alternativa y los vehículos eléctricos, posiblemente dañando más a los competidores más pequeños. Los planes de Trump de elevar los aranceles a las importaciones chinas hacen menos probable que los vehículos eléctricos chinos se vendan en masa en Estados Unidos pronto.
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Algunos analistas creen que el papel del multimillonario creará un paisaje muy favorable para Tesla en los próximos años. Ives, el analista de Wedbush Securities, dijo que la relación de Musk con Trump podría “revolucionar la historia de Tesla, especialmente en torno a la robótica, la inteligencia artificial y lo autónomo”.
Los inversores, dijo, están apostando por Musk y ven su ascenso político como un “momento de champán”. A diferencia de Gerber, Ives cree que poner fin al crédito para vehículos eléctricos y quitar subsidios a los fabricantes de automóviles de Detroit, Hyundai y otras compañías solo creará oportunidades para Tesla.
“Creo que Wall Street está empezando a digerir completamente los beneficios potenciales de Musk”, dijo Ives.
Las acciones de Tesla cerraron en un máximo histórico el martes, y gran parte de las ganancias recientes de la compañía han llegado después de la victoria de Trump. Pero Gerber siente que ese salto es porque los inversores creen que Tesla tendrá una ventaja cuando se trata de conducción autónoma porque Trump podría otorgar a la compañía una licencia de autonomía nacional.
Sin embargo, él piensa que Tesla será el “gran perdedor” de los negocios de Musk debido a la promesa de Trump de poner fin al crédito fiscal para vehículos eléctricos para los fabricantes de automóviles.
“Para Tesla, no veo mucho beneficio en esto”, dijo. “Elon está engañando a la gente al decir que perjudica a la competencia si el crédito desaparece”.
Las otras compañías de Musk, incluida su compañía de inteligencia artificial, xAI, podrían cosechar los beneficios de trabajar dentro de la administración Trump, dijo.
“La IA es una inversión transformadora que creará muchos problemas regulatorios y gubernamentales, especialmente en torno a la seguridad y la información”, dijo Gerber. “Hay mucho beneficio, desde una perspectiva de IA, de tener a Elon donde está”.
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La relación entre los dos hombres no tiene paralelo en la historia de Estados Unidos, dijo David Nasaw, biógrafo de los magnates empresariales estadounidenses Andrew Carnegie y William Randolph Hearst. Señaló que Musk, a un nivel diferente a otros magnates, ha dependido de subsidios y decisiones gubernamentales favorables para su éxito desde Tesla hasta SpaceX.