El envío de soldados para combatir contra Ucrania ha proporcionado a Corea del Norte el dinero y la influencia diplomática que tanto necesitaba.
Pero también puede tener costos ocultos.
Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, ha hecho su apuesta diplomática más audaz al suministrar unos 11.000 soldados y arsenales de armas a Rusia para apoyar su guerra contra Ucrania.
El despliegue proporciona una oportuna ayuda exterior a los esfuerzos bélicos de Rusia, con soldados norcoreanos que luchan junto a las fuerzas rusas en la región de Kursk para ayudarles a retomar los territorios que fueron recuperados por Ucrania.
El lunes, el general de división Pat Ryder, portavoz del Pentágono, dijo que habían visto “indicios” de que un número indeterminado de soldados norcoreanos habían muerto y resultado heridos en la zona del conflicto.
El envío de soldados representa una serie de beneficios para Corea del Norte, como el dinero en efectivo que tanto necesita y la influencia diplomática.
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Rusia le da a Kim suministros como alimentos, petróleo, dinero en efectivo y sistemas avanzados de armamento por valor de miles de millones de dólares, que ayudarán a su régimen a soportar las sanciones internacionales y a mejorar sus fuerzas armadas convencionales, según los analistas.
Kim necesitaba, de manera desesperada, un avance de este tipo.
Golpes
Un triple golpe de incidentes ha sacudido su régimen dinástico durante la última década.
En primer lugar, las sanciones de la ONU lideradas por Estados Unidos devastaron la economía de Corea del Norte al prohibir todas sus principales exportaciones, como carbón, mariscos, textiles y trabajadores, además de reducir drásticamente sus importaciones de petróleo.
Kim intentó levantar las sanciones mediante la diplomacia directa con el expresidente Donald Trump.
Pero las negociaciones fracasaron sin llegar a un acuerdo en 2019, lo que empañó la imagen interna de Kim como líder infalible.
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Después, la pandemia paralizó aún más la economía de ese país.
Pionyang proporciona soldados, misiles y proyectiles
Corea del Norte parecía más aislada que nunca cuando vio que se abrían oportunidades a medida que se prolongaba la invasión de Ucrania por el presidente Vladimir Putin.
Rusia estaba agotando soldados y municiones, y Corea del Norte tenía mucho de ambos para ofrecer.
Su ejército es una de las mayores fuerzas armadas convencionales del mundo, con 1,3 millones de miembros.
Y posee enormes arsenales de proyectiles de artillería, cohetes y otras armas convencionales —muchas de ellas obsoletas—, así como nuevos misiles balísticos desarrollados en el marco del ambicioso programa de armamento de Kim.
El cortejo comenzó cuando Corea del Norte invitó al entonces ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a un multitudinario desfile de armas en Pionyang, en julio del año pasado.
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Las armas norcoreanas empezaron a llegar a Rusia poco después.
Cuando Putin invitó a Kim a una cumbre en el Lejano Oriente ruso en septiembre del año pasado, Rusia mostró lo que podía ofrecer a Corea del Norte a cambio, llevando a Kim a visitar una instalación de lanzamiento espacial, una fábrica de aviones y un puerto naval.
En junio, Kim y Putin firmaron en Pionyang un tratado de defensa mutua y cooperación.
Posteriormente, Corea del Norte empezó a enviar soldados a Rusia.
Corea del Norte también ha proporcionado a Rusia 20.000 contenedores de armas, incluidos millones de proyectiles de artillería, misiles balísticos de nuevo desarrollo, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes y proyectiles de largo alcance, según han dicho funcionarios surcoreanos.
El 29 de noviembre, Kim se reunió en Pionyang con el nuevo ministro de Defensa ruso, Andrei R. Belousov, y prometió seguir apoyando a Rusia y “ampliar vigorosamente” los vínculos.
Esa reunión anunció el envío de más soldados y armas desde Corea del Norte, dijo Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl.
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El auge de las exportaciones de armas a Rusia está dando vida a la industria de municiones de Corea del Norte.
Kim ha pedido un aumento de la producción cuando visitó fábricas de armas en los últimos meses y la elaboración masiva de aviones no tripulados de ataque.
Corea del Norte también está ampliando una fábrica en un aparente esfuerzo por producir más misiles KN-23, que ha suministrado a Rusia para que los utilice contra Ucrania, según los investigadores de un grupo de reflexión estadounidense.
Rusia paga con petróleo, alimentos y mejoras armamentísticas
Según Olena Guseinova, investigadora de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros de Seúl, Corea del Norte ha ganado hasta 5500 millones de dólares mediante acuerdos de armas con Rusia.
En un informe publicado en octubre, también estimó que Corea del Norte podría ingresar hasta 572 millones de dólares anuales mediante el despliegue de soldados, una suma enorme para sus estándares.
Solo el año pasado, las exportaciones oficiales del país ascendieron a 330 millones de dólares.
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Ninguno de los países ha revelado cómo pagaba Moscú a Corea del Norte.
Pero los petroleros norcoreanos han estado trayendo de Rusia mucho más petróleo del permitido por las sanciones de la ONU, según un análisis de imágenes de satélite publicado el mes pasado por el Open Source Center, con sede en el Reino Unido, y la BBC.
Sobre el terreno, el ejército norcoreano también está adquiriendo valiosos conocimientos sobre el campo de batalla por primera vez en décadas, incluidas innovaciones en el uso de aviones no tripulados que están cambiando la guerra moderna.
La guerra contra Ucrania está proporcionando a Corea del Norte su primera oportunidad de probar sus misiles balísticos KN-23 y KN-24 más recientes contra los sistemas de defensa antiaérea occidentales en combate real.
Sus técnicos viajaron con los misiles para identificar las deficiencias y recoger datos para llevarse a casa, según funcionarios de Corea del Sur.
Uno de los temores de Seúl es que, en el futuro, Kim pueda negociar la ayuda rusa para dominar las tecnologías necesarias para los misiles nucleares que podrían alcanzar objetivos al otro lado del Pacífico.
“No creo que hayan llegado aún a la fase en la que Rusia proporcionaría tecnologías y componentes nucleares y de misiles sensibles”, dijo Jang Seho, analista del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional, con sede en Seúl.
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El nuevo flujo de ingresos y tecnologías armamentísticas procedentes de Rusia protegerá a Corea del Norte de las sanciones de la ONU y envalentonará las posturas de Kim hacia Washington y sus aliados.
Queda por ver si el presidente electo Trump intenta reanudar su diplomacia personal con Kim.
¿Cuáles son los riesgos para Kim?
Pero el despliegue también conlleva varios riesgos para Kim.
Las fuerzas especiales norcoreanas han estado luchando junto a paracaidistas e infantes de marina rusos para ayudar a Rusia a recuperar territorios que ha perdido con Ucrania en su región de Kursk, según dijeron funcionarios de inteligencia surcoreanos.
Fueron entrenados para infiltrarse por mar y ríos y a través del terreno montañoso de Corea.
No estaba claro hasta qué punto estaban preparados para una guerra de desgaste librada en trincheras y llanuras con artillería y aviones teledirigidos, dijeron expertos militares.
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Las autoridades surcoreanas están siguiendo de cerca el comportamiento de las armas y los soldados norcoreanos en la guerra —con la posibilidad de que se produzcan deserciones en el campo de batalla— para comprender mejor la preparación de su ejército.
Muchos de los proyectiles de artillería norcoreanos tenían décadas de antigüedad y han demostrado ser un fracaso.
El agotamiento de sus suministros puede debilitar a Corea del Norte en su propio país.
Corea del Norte ya ha enviado tantas armas convencionales y municiones a Rusia “que ahora mismo no podría librar una guerra en Corea aunque quisiera”, dijo Doo Jin-ho, analista principal del Instituto Coreano de Análisis de la Defensa en Seúl.
“Esa puede ser ahora la mayor vulnerabilidad de Kim Jong-un”.
Algunos analistas surcoreanos dudan que la colaboración entre Pionyang y Moscú perdure.
Las dos economías tienen tan poco que ofrecerse mutuamente que Rusia representaría menos del 2 por ciento del comercio internacional de Corea del Norte, aparte de los negocios de armas, mientras que China representa más del 90 por ciento, según un informe de investigadores del Instituto Coreano de Política Económica Internacional.
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Pero incluso el comercio bilateral entre Corea del Norte y China se redujo a 1500 millones de dólares en los nueve primeros meses del año, frente a los 1600 millones del mismo periodo del año anterior.
Esto puede reflejar otra apuesta de Kim. Corea del Norte lleva mucho tiempo tratando de enfrentar a Beijing con Moscú, pero algunos analistas afirman que la profundización de los lazos militares de Corea del Norte con Rusia podría afectar sus relaciones con China.
Choe Sang-Hun Choe Sang-Hun es el jefe de la corresponsalía de The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur.
El tribunal de Aviñón, al sureste de Francia, dictará mañana sentencia en el histórico macrojuicio sobre las violaciones bajo sumisión química a Gisèle Pelicot, con penas que pueden llegar hasta los 20 años para cada uno de los 51 acusados.
La Fiscalía pidió el pasado 27 de noviembre hasta 650 años de prisión por el total de los delitos, que incluyen tanto violaciones como agresiones sexuales contra la víctima, de 72 años, convertida en un símbolo feminista mundial por decidir que el juicio fuera público «para que la vergüenza cambie de bando».
La mayor pena solicitada, de 20 años (la máxima contemplada por la ley en Francia), es para su exmarido y cerebro del plan, Dominique Pelicot, de 72 años, quien desde el inicio del proceso reconoció todos los hechos y aseguró que su fantasía era «someter a una mujer insumisa».
Él abusó de ella y la puso en peligro de muerte de 2011 a 2020, drogándola e invitando a otros hombres a que la violaran.
Otro de los acusados, Jean-Pierre Maréchal, admitió en el juicio los delitos aunque jamás tocó a Gisèle Pelicot, sino que replicó los métodos del principal acusado con su propia esposa, quien también fue violada bajo los efectos de los ansiolíticos por ambos hombres.
La menor pena solicitada por la Fiscalía, de 4 años, es para otro hombre que solo está acusado de agresión sexual, sin cargos de violación.
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El resto, con edades comprendidas de los 27 a los 74 años, se enfrentan a solicitudes de condenas que van de los 10 a los 20 años de cárcel por violación agravada.
Un símbolo
«Habrá un antes y un después», aseguró durante las vistas la fiscal del tribunal penal de Aviñón Laure Chabaud, sabedora de la importancia de este juicio. Por ello, pidió una «concienciación real y profunda sobre la noción de consentimiento» para los acusados y también para la sociedad.
De hecho, en Francia el Código Penal define la violación como «cualquier acto de penetración sexual de cualquier tipo o cualquier acto buco-genital cometido contra otra persona»mediante «violencia, obligación, amenaza o sorpresa».
La noción de consentimiento no aparece en el ordenamiento jurídico francés y para que se tipifique el delito de violación debe haber penetración.
Por eso mismo las estrategias de varias defensas se basaron en tratar de elaborar argumentos enrevesados sobre qué prácticas sexuales desarrollaron sus acusados.
Las pruebas de todos los delitos están en los miles de vídeos y fotos que realizó el propio violador confeso Dominique Pelicot.
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Los hechos que se juzgan ocurrieron entre 2011 y 2020, primero en la región de París y, a partir de 2013, en la casa a la que los Pelicot se mudaron al jubilarse, situada en Mazan, un pueblo de 6.000 habitantes cerca de Aviñón.
Dominique Pelicot contactaba a decenas hombres en internet y los invitaba a su domicilio, una vez que había drogado a su mujer con grandes dosis de ansiolíticos, que la dejaban incosnciente y cerca del coma, según los expertos médicos que declararon al inicio del juicio.
El principal acusado registraba esas violaciones, descubiertas en 2020 por la policía, después de haberlo detenido tras ser descubierto grabando bajo las faldas de unas mujeres en un supermercado de Carpentras.
Dominique Pelicot está acusado también en otros dos casos de violencia de género, uno por la violación y el asesinato de una mujer en 1991 y el otro por una tentativa de violación en 1999.