ECONOMIA
Contundente mensaje de Javier Milei: negó un atraso cambiario y ratificó que no devaluará
El presidente Javier Milei volvió a negar que un atraso cambiario y brindó una larga explicación para reforzar su postura. Lo hizo mediante una columna de opinión publicada en el diario La Nación, donde hace referencia al «disco rayado de los economistas» que sostienen esta postura.
En la columna, el presidente reforzó la postura del rumbo económico que tomó el Gobierno y volvió a dejar en claro que no devaluará, tal como días atrás lo confirmó el ministro Luis Caputo.
De hecho, hacia el final de su mensaje señaló que, «si uno mira los proyectos en petróleo, gas, litio, cobre y en el sector agropecuario, debería resultar que, ante semejante oleada de dólares, el país debería ir camino a una moneda mucho más apreciada».
La carta de Javier Milei en la que reafirma que no hay atraso cambiario
«Toda vez que el tipo de cambio (TCR) real empieza a caer, igual que un disco rayado, los economistas comienzan a dar alarmas de atraso cambiario sin siquiera considerar el caso de una apreciación del peso«, comienza el texto del Presidente, quien subraya que «el método que usan tiene una serie de problemas metodológicos graves».
Y enumera una serie de aspectos: «Nadie puede determinar el vector de precios de equilibrio general intertemporal de donde se deriva la afirmación de que el tipo de cambio está atrasado, ya que su cálculo implica conocer las preferencias, la tecnología y las dotaciones, tanto de la economía local como de la mundial, y no sólo en el presente, sino también para el futuro; en un intento por corregir esta dificultad, los economistas suelen recurrir a promedios como si existiera un proceso de reversión a la media, lo cual implicaría que los parámetros profundos no cambian en el tiempo, lo cual es obvio que es falso».
Además, resalta que «durante los períodos de populismo salvaje el tipo de cambio real está por encima del promedio, mientras que en los momentos de confianza lo hace por debajo». «Aun cuando esto último sea tenido en cuenta, y conociendo el vector de precios de equilibrio por medio de ‘La Acción Divina’, su extrapolación a otro momento del tiempo implica asumir que las condiciones de oferta y demanda de todos los bienes y servicios y en todos los países del mundo son idénticamente iguales a lo largo del tiempo, lo cual es un total disparate», agregó.
En ese sentido, al referirse al tipo de cambio real, citó un artículo publicado por Rafael Di Tella, quien, según Milei, «presentó la evidencia empírica sobre el TCR para casos de estabilización exitosos». «En los mismos, muestra que lo natural es que el TCR caiga y que cuanta más alta es la inflación de inicio, mayor es la apreciación. Sin embargo, parece que han decidido omitir dicha evidencia, ya que choca con el relato alarmista de consultores y opositores«, agregó.
Los patrones del atraso cambiario en administraciones anteriores
Milei aseguró que, «dada la precariedad del análisis basado en el TCR, ello nos empuja a indagar sobre otra metodología que nos permita detectar un problema de atraso cambiario».
Y señaló la existencia de al menos tres patrones:
«Patrón Kirchnerista: aquí el origen es el déficit fiscal financiado por emisión monetaria, lo cual, al poner presión sobre el nivel de precios, se intenta corregir fijando el tipo de cambio, cuyo resultado es una pérdida de reservas y que, frente a la intención de no devaluar, deriva en restricciones cambiarias. Por ende, este patrón se caracteriza por déficit fiscal, inflación creciente, brecha cambiaria elevada y creciente y pérdida de reservas».
«Patrón Cambiemita: aquí persiste el déficit fiscal, pero se lo financia con endeudamiento externo, lo cual, bajo un tipo de cambio flexible, hace caer el precio del dólar y ello atrasa el tipo de cambio. Por ende, este patrón se caracteriza por déficit fiscal, inflación indeterminada y endeudamiento».
«Patrón Dictadura: aquí el déficit fiscal se lo financia con emisión de dinero y es esterilizado con una tasa de interés creciente en la medida que no se reponga el orden fiscal, cuya contrapartida es un dólar planchado por la mayor tasa de interés, mientras la inflación persiste elevada».
Y, al comparar con su gestión, explicó: «Naturalmente, bajo el actual modelo no hay déficit fiscal, por lo que por ello no es necesario emitir para financiar al tesoro, la inflación es decreciente, la brecha está en mínimos históricos y las reservas han aumentado, por lo que no estamos frente al caso kirchnerista. Tampoco estamos frente al caso Cambiemita, ya que la deuda consolidada del Estado Nacional ha caído en más de u$s30.000 millones. Finalmente, tampoco es aplicable el patrón de la Dictadura, por el simple hecho de que no se emite dinero para financiar al Tesoro y, por ende, no existe la necesidad de esterilizar el dinero que no se ha creado, al margen de la tendencia decreciente de la tasa. Por ende, bajo este análisis no hay atraso cambiario«.
Las otras variables que utilizó Javier Milei para descartar el atraso cambiario
«Una forma alternativa de enfocar la cuestión del atraso cambiario es en un modelo de bienes transables y no transables. Así, el tipo de cambio real estaría dado por el cociente entre el precio de los transables sobre el de los no transables. Ahora bien, supongamos que hubiera un shock de oferta negativo en el sector no transables. Dada la demanda inicial, el precio de los bienes no transables sube. Sin embargo, inferir de ello que hay atraso cambiario y que ello se arregla con una devaluación sería un disparate, dado que algo así estaría rompiendo la señal de precios que llama a invertir en el sector no transable», detalló.
Y subrayó en este sentido: «Por otra parte, el mismo modelo señala que cuando el gasto público cae, el precio de los no transables cae y, con ello, dado el nivel de precios internacionales, existe una tendencia a la baja del tipo de cambio. Por tanto, bajo este marco, la Argentina tampoco tendría atraso cambiario».
«A su vez, hoy hay economistas horrorizados con la cuenta corriente. Lo primero que habría que señalar es que la Argentina es acreedor neto del mundo, motivo por el cual el país podría vivir con déficit permanente dentro de su restricción presupuestaria intertemporal. Por otra parte, si uno mira los proyectos en petróleo, gas, litio, cobre y en el sector agropecuario, debería resultar que, ante semejante oleada de dólares, el país debería ir camino a una moneda mucho más apreciada. Es más, dada la caída del riesgo país observada desde que LLA ganó las elecciones, en la medida que la tasa de interés internacional caiga debajo de la doméstica, no debería sorprender que el país vaya a una cuenta corriente negativa. ¿Es de temer? Dado el equilibrio fiscal, no», agregó.
Y concluyó: «Si tomamos la dimensión monetaria del tipo de cambio y consideramos que la oferta monetaria se contrae por superávit fiscal (se absorbe más de 6% de la base monetaria por mes), al tiempo que recompone la demanda de dinero y la economía crece, el dólar no solo no tiene combustible monetario para subir, sino todo lo contrario, ya que de hecho están faltando y faltarán pesos conforme pasen los meses. Por lo tanto, todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles, mientras que el Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien».
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ECONOMIA
Freelancers tuvieron aumentos de ingresos mayores a los empleados asalariados, pero cobran mucho menos
Mientras muchas personas sueñan con dejar el trabajo en relación de dependencia para generar más ingresos de manera freelance o como cuentapropista, los datos oficiales al menos en la Ciudad de Buenos Aires no estarían promoviendo ese escenario.
De acuerdo a la Encuesta Trimestral de Ocupación e Ingresos (ETOI) del gobierno porteño (GCBA) la población de este distrito que se desempeña por cuenta propia -que son un cuarto de la población ocupada en la Capital Federal-, tuvo un incremento de ingresos del 187,1% hasta el tercer trimestre de 2024, con un valor promedio de 579.789 pesos por esa actividad y una mediana de 450.000 pesos por mes.
En promedio, la suba fue considerablemente menor a la de la población asalariada (242% en los mismos 12 meses) y desde niveles significativamente más bajos. El grupo con un salario mensual representa el 72,3% del total de la población ocupada de la Ciudad, y tenía de acuerdo a los datos del tercer trimestre de 2024 un ingreso promedio de 896.550 pesos mensuales y una mediana de 700.000 pesos.
De esa población asalariada, solo al 71,7% le realizan descuentos jubilatorios, lo que quiere decir que tienen trabajo registrado. Ellos cobran un salario mensual promedio de 1.008.411 pesos, muy por encima de la media de los trabajadores informales, que fue de 613.506 pesos.
Sin embargo, en los últimos 12 meses analizados en el ETOI, el grupo de los que no tienen descuentos jubilatorios incrementó su ingreso en promedio un 252%, en tanto que los asalariados registrados vieron subas de solo 239,5% en el mismo lapso. Es decir, como los sueldos de los informales se encontraban mucho más atrasados respecto de la inflación y eran por menores valores, en 2024 vieron un aumento mayor en porcentaje al que tuvieron los empleados en relación de dependencia.
En el caso del servicio doméstico, los ingresos de las personas ocupadas en estas labores (279.969 pesos por mes de media) tuvieron una suba promedio de 246%, de acuerdo al informe oficial.
Ingreso promedio en la Ciudad de Buenos Aires (Instituto de Estadísticas y Censos de CABA)
Más de un trabajo
El fenómeno de los trabajadores pobres que en los últimos años se extendió en la Argentina -personas con empleo registrado que quedaban debajo de la línea de pobreza- hizo que muchas personas tomaran ocupaciones o actividades secundarias para generar ingresos extra.
Si bien el año pasado en general los ingresos comenzaron a recuperarse y la pobreza cayó, aún hacia el tercer trimestre de 2024 el 11,2% de la población ocupada de la Ciudad tenía más de una ocupación (175.000 personas). Eso implicó que la cantidad de personas con más de una ocuación se redujo 7,2 puntos porcentuales en un año.
Aún así, entre los trabajadores con más de una ocupación, el promedio de horas trabajadas totales en la semana asciende a 46,4 horas (mediana 45 horas), y dedican a su tarea secundaria unas 13,2 horas semanales.
¿Cuánto ganan? Ingresan en promedio 392.395 pesos por mes por esa actividad secundaria (la mitad o mediana gana 300.000 pesos o menos). La masa de ingresos que resulta de las ocupaciones secundarias implica el 25,7% del total de ingresos laborales presentes en la Ciudad, y el 4% de la masa de ingresos total de los/las trabajadores/as con una o más ocupaciones.
Un dato destacado del informe del GCBA es que 9,9% de la población con más de una ocupación obtiene mayor ingreso de las tareas laborales secundarias que en la principal. Ese grupo también se redujo desde 16,5% en 12 meses.
«También vale decir que una de cada ocho personas ocupadas con más de una ocupación, no recibe pago en alguno de sus trabajos», resaltó el reporte oficial.
¿Cuánto gana en promedio un trabajador en la Ciudad de Buenos Aires?
De los hogares de la Ciudad, el 75,5% percibe ingresos por la participación actual en el mercado de trabajo de alguno/a de sus integrantes y el 37,4% recibe ingresos por jubilaciones, pensiones, seguro de desempleo, ocupaciones anteriores y/o indemnizaciones.
Pero mientras los precios en la Capital Federal crecieron hasta el tercer trimestre de 2024 un 240,6% interanual, el ingreso total familiar de esos hogares solo se incrementó un 208,5%, y el ingreso per cápita familiar 208,8%. Es decir, en la Capital Federal al menos en materia de ingresos promedio, el anterior fue un año de pérdida de poder adquisitivo.
El ingreso individual (neto de aguinaldo cuando correspondiera), compuesto por todos los ingresos laborales y no laborales fue en el tercer trimestre de 806.835 pesos por mes, con un incremento interanual de 208,3%. Los ingresos laborales aumentaron 214,3% en la comparación con el mismo período del año anterior, y los no laborales un 188,8% en igual lapso. Ambos por debajo de la inflación oficial de la Ciudad.
«El promedio de ingresos de la ocupación principal en el tercer trimestre de 2024 es de $836.489 y la mitad de la población ocupada tiene un ingreso en su ocupación principal de $650.000 o menos. El aumento medio de estos ingresos es de 220,9% en el período, con disparidades al interior de la población ocupada. La suba se da con una reducción de 1% en la población ocupada con ingresos», aclara el reporte de la Ciudad.
Cuánto cobran los trabajadores: rubro por rubro
Luego, si se consideran los ingresos de acuerdo al rubro de la actividad principal, los servicios -excluyendo al servicio doméstico- representaban el 71,7% de la población ocupada con ingresos en el período (tercer trimestre 2024), que obtenían en la actividad principal un ingreso promedio de 895.912 pesos por mes.
Este ingreso se coloca por encima de Industria y Construcción (754.615 pesos con el 12% de la población ocupada) y de Comercio ($742.450, con el 15,5% dela población ocupada).
Pero el mayor aumento interanual de ingresos se produjo entonces en Industria y construcción (249,3%) y en menor medida en Comercio (244,8%). Por su parte, los ingresos en Servicios tienen un desempeño intermedio (212,9%).
Brecha de Genero
La brecha laboral y de ingresos por género se vuelve a confirmar en este reporte trimestral de la Ciudad de Buenos Aires: en el tercer trimestre de 2024, los varones ganaban en promedio 921.089 pesos mensuales y las mujeres 745.088 pesos, un 19,1% menos.
Desde un valor superior, el ingreso de la ocupación principal de los varones creció 217,8% en 12 meses, en tanto que el de las mujeres, lo hizo en 220,9% en el mismo período. Como resultado, la diferencia (%) de ingresos mermó en términos interanuales.
«Los asalariados varones tienen un ingreso en su ocupación principal de $983.488, y la mitad de ellos gana hasta $800.000 al mes. Por su parte, las asalariadas mujeres tienen un ingreso en el mercado de trabajo que en promedio es de $810.796 y la mediana es de $670.000», se lee en el reporte del Instituto de Estadísticas y Censos de CABA.
No es la única diferencia: la población ocupada trabaja en su ocupación principal en promedio, 37 horas semanales; pero los varones dedican 41 horas a la semana y las mujeres 34 horas. En la comparación interanual, se observa que la duración de la jornada laboral se mantiene sin cambios significativos por sexo.
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