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POLITICA

El kirchnerismo dice que Cristina piensa en postularse: “Si Kicillof desdobla, será candidata”

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La tensión entre el kirchnerismo y el kicillofismo está en su punto de mayor ebullición. En este marco, la senadora provincial Teresa García, espada de Cristina Kirchner en territorio bonaerense, confirmó que la expresidenta piensa en postularse por la tercera sección electoral para la Legislatura provincial si Axel Kicillof concreta su voluntad de desdoblar las elecciones, que reconoció por primera vez en público el jueves por la tarde.

Según García, hacer solo los comicios en territorio bonaerense antes de octubre implicaría perder la posibilidad de unificar un discurso contra el gobierno de Javier Milei porque se sectorizarían las batallas. Además, buscó dar de baja el argumento que sale desde la Gobernación, vinculado a que hacer las elecciones juntas derivaría en un fuerte retraso de los tiempos de votación.

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Cristina Kirchner lo dijo con claridad. Dijo: ‘Si en la Provincia se desdobla, yo voy a ser candidata’. Es toda una definición política, no caprichosa. Va a ser candidata a diputada provincial, porque esto implica tratar de ordenar el discurso”, confirmó en Radio Futuröck García, sobre versiones que ya habían salido desde el sector K de la coalición en off the record.

“El planteo de fondo es: la conducción de este proceso político en todo el país merece posturas muy claras y contundentes respecto del gobierno nacional. Si [por el desdoblamiento] no lo puede hacer desde una candidatura nacional, [Cristina Kirchner] lo hará desde la candidatura provincial”, remarcó.

Cristina Kirchner y Teresa GarcíaInstagram

Dijo también la senadora nacional que en caso de que los comicios se hagan en distintas jornadas, primero estará la votación en la Provincia, lo que derivará en que esa elección se transforme en la “madre de todas las batallas”, donde se debe “garantizar un triunfo”. Por eso planteó que la expresidenta y actual titular del Partido Justicialista (PJ) es quien puede lograr un anclaje en lo que pasa en Nación, pese a que la disputa sea provincial. “A Cristina le sobra para argumentar un discurso nacional sobre toda la Provincia, independientemente de que ancle su candidatura en una sección. Me parece que desde ahí va a dar la batalla”, expresó García en cuanto a esta posibilidad de que la exmandataria compita por la tercera sección electoral.

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Entonces, también consideró que enterado el espacio de Kicillof de esta cuestión, deberían “reiniciar con sensatez las conversaciones” para evitar el desdoblamiento, debido a que en la terminal K no “logran entender” por qué quiere separar los comicios.

“Nosotros seguimos insistiendo con que el valor más grande es la unidad, es el valor que nos pide la gente nuestra, que es acorde con el peronismo. Si no es posible porque la mecánica del sistema electoral lo impide, nosotros vamos a plantear lo planteó Cristina: ‘Si hay desdoblamiento, yo me presento’. ¿Quiere decir que se interrumpen las charlas? No, va a haber conversaciones, hasta la semana que viene hay tiempo de resolver, porque hay que entrar en razones para el objetivo más grande: el combate con Milei”, insistió García. El martes que viene, tanto Diputados como el Senado provincial tratarán la suspensión de las PASO, una instancia en la que todas las vertientes están de acuerdo, pero que para de posponerse.

Mientras Kicillof sigue firme en su postura de ir por el desdoblamiento y se discute el liderazgo de la fuerza opositora, García dio de baja el argumento de La Plata en cuanto a que hacer todo el mismo día implicaría mucho tiempo de votación debido a que confluirían la boleta única y la tradicional, y, por lo tanto, que los bonaerenses desistirán de esperar. “Es una elección simple, no va a llevar mucho más tiempo”, contrastó la ladera de la expresidenta.

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Convencida de que “no hay proyecto posible local sin proyecto nacional”, García planteó sobre la campaña si hubiera desdoblamiento: “¿Cuál es la discusión? ¿Con quién vamos a confrontar? Con el gobierno nacional no se puede confrontar desde un municipio, eso queremos decir. Por eso estamos en contra, porque diversifica y vulcaniza el peronismo en la Provincia, ya que cada intendente y cada lista de concejales va a pelear por las cuestiones locales, y nosotros necesitamos consolidar el triunfo provincial con un discurso nacional, sino es imposible”.

En medio de todo este panorama sombrío, no obstante, la senadora nacional abrió una ventana. “Yo no desestimo que se llegue a un feliz término”, dijo.

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POLITICA

La debacle final del PRO, la poca atracción de la oferta moderada y un gobierno que busca oxígeno

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“Si con el presidente habíamos construido todas las políticas, ¿cómo hacíamos nosotros para decir que estaban mal?“, se preguntó en su momento José María Díaz Bancalari, el jefe del bloque peronista en Diputados y del PJ bonaerense. Días antes, octubre del 2005, los Duhalde habían intentado contener el avance del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires con la postulación de ”Chiche», con listas separadas, frente a una Cristina Kirchner que, en cabeza de la lista de senadores del Frente para la Victoria, ejecutaba la decisión compartida con el presidente Néstor Kirchner de abalanzarse sobre el peronismo provincial, apropiarse de los intendentes duhaldistas y adueñarse del liderazgo. “Parecíamos una pareja inseparable desde el punto de vista del bloque legislativo y el Ejecutivo, ¿cómo íbamos nosotros a explicarlo en la forma en que se había instalado la contienda electoral?“, insistió Díaz Bancalari, que secundó a ”Chiche» en la boleta y perdieron de manera categórica frente a la ex presidenta, por más de 20 puntos en el último bastión duhaldista. “El Mono”, histórico dirigente, fallecido en el verano del 2017, ventilaría además que el ex presidente Eduardo Duhalde se retiraría, tras la derrota, de la “política activa”.

Mauricio Macri, que siempre tuvo afecto por él, no quiso correr la misma suerte de Duhalde, al menos no en los papeles, mostró bandera blanca y cedió en la mesa de negociaciones la escritura de la casa matriz del PRO que, en el 2027, corre chances muy serias de cambiar de dueños por el acuerdo electoral que el ex presidente selló en los últimos días con Karina Milei para evitar un papelón aún mayor que haber sucumbido a la “posición dominante” de La Libertad Avanza en la confección de las listas que cierran el próximo domingo.

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Veinte años después, Macri no quiso ser Duhalde, no logró disociar al electorado de la derecha y la centroderecha por el apoyo a libro cerrado de sus legisladores al plan de gobierno, y se resistió a ser derrotado en las urnas, a pesar de los consejeros internos que le proponían poner el cuerpo y postularse en octubre. Pero dejó al PRO al borde de la extinción, con su cúpula quebrada, los principales dirigentes desparramados en proyectos diferentes y sus exponentes en territorio bonaerense disfrazados de violeta para una campaña que, en ningún distrito, tendrá ni un solo atisbo amarillo. Diego Santilli, decididamente libertario, había jugueteado hace algunos meses con la franquicia de Los Ángeles Lakers de la NBA norteamericana que lleva ambos colores en su marca distintiva. El PRO resultó ser Villa Dálmine, el club del ascenso, full violeta, de la ciudad de Campana.

“No entiendo a Mauricio”, la escucharon en privado a María Eugenia Vidal, una de las más encumbradas dirigentes amarillas, de la primera hora, que hizo público su rechazo al acuerdo con el gobierno. Antes del cierre de alianzas de la semana pasada, la ex gobernadora telefoneó a Horacio Rodríguez Larreta para preguntarle si estaba dispuesto a armar una alternativa de centro en caso de que, como sucedió, La Libertad Avanza y el PRO terminaran por sellar un frente común. La mesa chica que alguna vez llevó al PRO a su era dorada se desarmó desde la derrota del 2019, y cada uno armó su propia mueblería. Cuando Macri intentó volver a armarla, en la previa de la elección de mayo que decretó el traspié partidario más duro de las últimas dos décadas, ya era tarde. Puertas adentro cargaron culpas contra el jefe de gobierno porteño, por la decisión de separar y adelantar la elección local, una definición que, a todas luces, resultó, cuanto menos, equivocada. “Sin esa elección, podríamos haber negociado un paquete más amplio. Jorge nos deschavó: el gobierno supo en mayo que valíamos solo 16 puntos en nuestra casa matriz”, reconoció un histórico dirigente. Según trascendió, a fines del año pasado, Cristian Ritondo conversó con Karina Milei sobre la posibilidad de repartir en mitades iguales las listas legislativas, pero fue desautorizado por el jefe porteño, que siempre vio a los Milei como una amenaza.

Jorge Macri, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta

Esa noche, Mauricio y Jorge Macri discutieron feo. Semanas atrás, el ex presidente había intentado convencer a Larreta de declinar su candidatura que fue clave para la derrota del PRO. Después del triunfo de LLA, y de que el macrismo no lograra ganar ni una sola comuna por primera vez en veinte años, los primos se distanciaron, a tal punto que tuvo que intervenir Daniel Angelici, no solo como consigliere familiar, sino como coadministrador político de la gestión local frente a una suerte de amenaza de gobernabilidad desde la Legislatura, una situación inédita para un partido que se acostumbró en los últimos tiempos a legislar a los empujones. “El Tano” también trató de acercar posiciones entre el jefe de gobierno y Larreta, en al menos dos oportunidades, sin aparente éxito.

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El ex presidente Macri, que hace algunas semanas se manifestó muy fastidioso por su cargo de jefe del PRO en una reunión federal del partido, había sido decisivo para que su primo Jorge se quedara con la Jefatura de Gobierno porteño en el 2023. Igual de influyente para erosionar primero a Rodríguez Larreta en la carrera presidencial de ese año y coquetear con Javier Milei mientras Patricia Bullrich intentaba darle sentido a una candidatura que se encaminaba a una segura derrota. Una catarata de pésimas decisiones, tan destacadas como la sucesión de aciertos que lo llevaron desde Boca a la capital y de allí a la Presidencia.

María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo - Adrian Escandar

En los primeros meses del año, mientras redoblaba sus críticas al programa económico y político del gobierno que acompañó de manera casi irrestricta desde el Parlamento, el ex presidente se mandó a medir, para analizar sí, a pesar de su rechazo, valía la pena postularse como último plan para resguardar al PRO de la debacle final. La consultora Isonomía, que hizo trabajos para los Macri durante años, midió a los principales dirigentes nacionales y concluyó que el expresidente registra un diferencial negativo del 33%, por debajo incluso de Cristina Kirchner. Hay que remontarse a principios del 2019, en la crisis del programa económico de Cambiemos, para cotejar números tan malos.

Patricia Bullrich, casi segura candidata a senadora, también se mandó a medir en una hipotética contienda electoral contra Macri. Según su entorno, el ex presidente solo arrojó 7 puntos de intención de voto en el distrito que gobernó, con un éxito arrollador y comprobable, durante ocho años.

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Javier Milei inició la campaña con una foto en La Matanza

Desde el Pacto de Acassuso, Macri pasó por todos los estados. Intentó cogobernar, pidió lugares y acercó dirigentes y funcionarios, y auxilió al Gobierno desde el Parlamento hasta que entendió que los Milei planeaban absorber al PRO y ungir al Presidente como el único líder de la derecha y la centroderecha antes que avanzar sobre el kirchnerismo. Entonces se paró en la vereda de enfrente y tiró piedras hasta que cayó en la cuenta de que buena parte de la dirigencia que antes se referenciaba en él empezó a hacer su camino, y ya no tenía más escapatoria que aferrarse al proyecto de La Libertad Avanza como único mecanismo de supervivencia. Ser lo que fue el radicalismo al PRO durante la gestión de Cambiemos, aunque para eso los hermanos Milei deberían aceptar la formalización de una coalición de gobierno. Resulta improbable. Macri solo rescató, por ahora, un comunicado conjunto que vio la luz el jueves, y que resaltó un trabajo conjunto en el Congreso hacia el 2027. Una vez allanado el camino, el Presidente recién se dedicó al peronismo K, tras derrotar al macrismo en su distrito emblema y ganarse la atracción de los principales dirigentes bonaerenses, con Ritondo y Santilli a la cabeza, que sellaron una alianza provincial sin esperar la opinión de Macri.

La crisis terminal del PRO -en un artículo de junio de la revista Seúl, el diputado Martín Yeza analizó, en clave premonitoria, sobre los “riesgos” de que el partido se convierta en “Blackberry” y quedara “fuera de juego”- está extendida, de todos modos, a todo el sistema político que implosionó en 2023 con el triunfo de Milei, y cuya reconstrucción todavía naufraga en un océano plagado de interrogantes.

Guillermo Francos

En ese interregno, por fuera del peronismo y de la disputa bonaerense aún no saldada entre el gobernador y el kirchnerismo, las estructuras tradicionales entraron en colapso, y la conformación de una opción de centro moderada por fuera de los polos opositores todavía no logró suficiente atracción.

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No solo eso: el cierre de alianzas del pasado jueves exhibió una dispersión abrumadora de la oferta y la incertidumbre en torno a nuevas-viejas alianzas que se presentaron a contrarreloj con un futuro muy incierto.

El frente Somos que se conformó para la elección legislativa de septiembre en territorio bonaerense perdió dirigentes antes de que empiece la campaña. Por ejemplo, Emilio Monzó y Margarita Stolbizer. Ahora podría ser el turno de Florencio Randazzo, a quien desde usinas oficiales no ven con tan malos ojos si se reedita, de cara a octubre, un espacio lo suficientemente redituable para birlarle algunos puntos al kirchnerismo. Fue lo que sucedió en el 2017. Es lo que querrían ensayar otra vez desde sectores del Ejecutivo.

Facundo Manes, que se presentó públicamente en Tigre para tratar de quebrar la polarización bonaerense, analizaba por estas horas inscribir su candidatura a senador en la ciudad de Buenos Aires. La UCR se desperdiga en buena parte del país. Por ejemplo, en Córdoba y en PBA, dos distritos clave. En la capital, Elisa Carrió y Graciela Ocaña volvieron a encontrarse después de muchos años, para disputar en ese territorio. “Un reencuentro cariñoso”, describieron. Ricardo López Murphy competiría solo, por fuera. Esteban Paulón, diputado por Santa Fe, también haría lo propio, en la ciudad de Buenos Aires y en la boleta para el Senado, producto de algunas tratativas irresueltas en su provincia, con la coalición que lidera Maximiliano Pullaro.

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Facundo Manes y Juan Schiaretti

El gobernador es parte de una nuevo grupo de mandatarios a los que todavía les cuesta demasiado la cohesión y la exhibición de una propuesta convocante. El miércoles, en la sesión que le propinó al Gobierno una contundente derrota, algunos dieron quórum con sus diputados, otros de manera parcial e Ignacio Torres, de Chubut, no movió a ninguno de los legisladores.

La escasa atracción de la oferta electoral de centro y la fagocitosis del PRO le proporcionan al Gobierno una soga electoral para oxigenarse en octubre en un tramo bravo de la gestión, acuciado por una batería de derrotas legislativas que volvieron a poner el foco en la mala praxis parlamentaria. El sistema de toma de decisiones libertario luce agotado, y llega con el tanque en reserva a una campaña electoral que, según los analistas, arrojaría para Milei un resultado favorable, a pesar de los evidentes signos de fatiga del programa económico y el sacudón financiero que se inició tras el desarme desordenado de las LEFIs. Según los economistas, la suba de tasas tendrá en estos meses efectos reales sobre la actividad. “En una economía que ya venía con una dinámica de ‘serrucho’ -a la que le costaba encadenar dos meses consecutivos de crecimiento incluso antes de este nuevo shock-, la probabilidad de enfriamiento aumenta de manera significativa”, resumió a mediados de semana un informe privado destinado a inversores.

Según diversos estudios, en los últimos tres meses el humor social empeoró y las expectativas a futuro evidenciaron una caída leve pero sostenida. En el Gran Buenos Aires, esa tendencia está aún más acentuada: los intendentes del conurbano están desesperados por la caída del consumo y del poder adquisitivo, y la incertidumbre por la apatía electoral que hace difícil pronosticar un resultado para el 7 de septiembre, a pesar del pesimismo que reina en Casa Rosada. Aún así, hay una porción de la sociedad que todavía está dispuesta a concederle al Gobierno un tiempo prudencial para mostrar aciertos más allá de la estabilidad macroeconómica.

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Puertas adentro del Ejecutivo reconocen las luces de alerta. “Hay que relanzar el gobierno después de las elecciones”, es una de las frases que más resuena en algunos despachos. Hasta qué punto Javier y Karina Milei están dispuestos es la gran pregunta.

Claudio Vidal, Ignacio Torres, Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro y Carlos Sadir

Mientras tanto, el Gobierno se aprovecha de la crisis en el sistema político y los aliados en el tránsito hacia octubre. El cierre de alianzas del jueves fue un reflejo fiel de que, a pesar de las luces de alerta en el tablero de gestión de la administración, LLA se sigue moviendo en el escenario de la política como la referencia central del sistema. Aún a pesar de la falta de respuestas a los gobernadores, que se vio reflejada en las últimas dos sesiones, del Senado y de Diputados, con durísimas derrotas consecutivas para la Casa Rosada.

A pesar de eso, un buen grupo de gobernadores busca refugio en sus provincias: pretenden priorizar sus distritos. El 2027 todavía queda lejos, para todos. “La política cambió mucho. Antes, tener diputados y senadores te garantizaba en la relación con Nación que te lleguen recursos, con Milei cambió esa lógica. Nosotros teníamos un montón de diputados y nos los metimos ya sabes dónde. Hoy priorizo poder sacar algo en Nación e impedir que tengamos una elección que nos complique la gestión al final del mandato”, explicaron, en medio de la negociación por las listas, en el despacho de un gobernador de la zona centro.

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POLITICA

Círculo rojo: hermetismo de campaña, apuntes cordobeses y un “turco” candidato

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No les avisaron a dónde iban ni el slogan provocador de la bandera que terminarían por sostener ese día, en Villa Celina, La Matanza. “Lo vi cuando estaba ahí”, se sinceró uno de los participantes de la foto con la que Javier Milei y su hermana Karina inauguraron la campaña bonaerense junto a los candidatos seccionales y los ex dirigentes del PRO que se mostraron públicamente, por primera vez, disfrazados de violeta, el color insignia de La Libertad Avanza.

Los candidatos, dirigentes y funcionarios que asistieron a la inauguración de la campaña, en el corazón de la tercera sección, se enteraron recién esa mañana, la del jueves, de la movida. “Nos dijeron que teníamos que estar a una hora en Casa Rosada, y nada más”, le dijo uno de ellos a su entorno la noche anterior. La presentación se realizaría primero el martes, después se pasó para el miércoles y al final los citaron al jueves, sin mayores explicaciones. Pensaron que podía ser en Tres de Febrero, en los pagos de Diego Valenzuela, el primer candidato a senador de la primera sección que el Gobierno prevé fatigar durante este mes para intentar apuntalar una elección que, en los papeles, en LLA saben de antemano que será cuesta arriba, en particular en la tercera sección, en la que se pronostica una diferencia holgada para el peronismo. Es la estrategia que desplegó María Eugenia Vidal en el 2015 y en el 2017, en ambos casos de manera exitosa. “Se supone que la Provincia está dividida en tres tercios: la tercera sección se compensa con el interior, y define siempre la primera”, explica uno de los máximos estrategas de esa campaña. “La diferencia con el Gobierno es que en ese momento el interior era todo nuestro, ahora no”, agregó.

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El hermetismo de la puesta en marcha de la campaña libertaria en el conurbano tiene nombre y apellido: Karina Milei, la hermanísima que se ha transformado en la dueña de los secretos presidenciales, que maneja a gusto el partido, la estrategia política y la confección de listas, y que es cada vez más celosa de sus movimientos y del armado partidario. Ella ejerce, según el jefe del PRO, una “posición dominante”.

La Secretaria General buscó preservar, bajo secreto, el encuentro que el miércoles por la noche compartió tarde en Olivos junto a Mauricio Macri, que la visitó por segunda vez tras aquella reunión infructuosa que tuvieron en los inicios de la gestión, en tiempos de Nicolás Posse como ministro coordinador, cuando el ex presidente todavía fantaseaba con la posibilidad de manejar uno de los joysticks de la consola de videojuegos. Karina Milei, según colaboradores de Macri, habría intentado tener el miércoles una foto junto al jefe del PRO, que se habría negado. Un modus operandi que la funcionaria había querido ejecutar, por ejemplo, en su momento con Néstor Grindetti, el ex jefe de Gabinete de la capital que negoció con ella su pase a La Libertad Avanza y que se frustró finalmente, en parte, por el apuro que la secretaria General de la Presidencia exhibió para tener una foto con el ex funcionario.

Karina Milei y Mauricio Macri

El inicio de la campaña porteña, en la carrera para las legislativas locales de mayo en las que el PRO empezó a coronar su debacle, tuvo la misma praxis que la puesta en escena del jueves: los candidatos fueron citados una mañana, bien temprano, en una esquina cercana a la sede del Gobierno de la capital de la calle Uspallata, sin saber qué harían ni dónde. Hasta que en un momento apareció la Secretaria General con su principal colaboradora, y Manuel Adorni con una motosierra. Al rato, todos se mostrarían juntos en la esquina de la sede del gobierno porteño, se harían la foto y se irían a los pocos minutos.

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Full hermetismo. Después de esa campaña en la que los hermanos Milei se impusieron sobre los primos Macri, el vocero presidencial nunca más preguntó por la capital, no volvió a participar de ninguna reunión y en el seno de La Libertad Avanza aún insisten con que, después del verano, y una vez asumido en su banca, podría tener un premio mayor en el Ejecutivo. Ya circuló, también se desmintió, que Karina Milei lo había pensado como reemplazo de Guillermo Francos, un rumor que en el corazón de la Casa Rosada admiten como cierto. El plan se frustró luego por la crisis interna en el triángulo de hierro que obligó al Presidente a mediar a través del jefe de Gabinete, que, más allá de sus atribuciones reales, cosechó con Milei un vínculo de confianza aceitado: el jefe de ministros suele subir al primer piso a conversar a solas con el jefe de Estado, y por ahora no tiene intenciones de irse. De esos diálogos salieron varias declaraciones de Francos que, puertas adentro, adjudican directamente al mandatario. ¿Los dichos del ministro coordinador, que se mostró interesado en sumar a Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural, al gabinete, pueden tener que ver con esas charlas? En el entorno presidencial dicen que sí.

Las posibles modificaciones que se barajan para después de las elecciones en el elenco ministerial también maduran con total hermetismo, en línea con los deseos de “El jefe”, como el presidente apodó, con razón, a su hermana. La mayor de las incógnitas sigue centrada en el reemplazo de Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que, de no mediar imprevistos, encabezará la lista de senadores nacionales de la Ciudad, y que posó el jueves en Villa Celina con buzo violeta a un metro de Valenzuela, el intendente que quiere sucederla. Hay dirigentes cercanos al candidato que empezaron a prepararse para la opción de ser, a partir del 10 de diciembre, un honorable senador provincial. Algo similar podría ocurrir con Guillermo Montenegro, que también debutó de violeta al igual que Cristian Ritondo. Hasta ahora, nadie tiene asegurado más que una banca provincial.

Sucede que Bullrich, exultante con el acuerdo sellado con el PRO, insiste en dejar a Alejandra Monteoliva, su segunda, como reemplazo. Monteoliva, con poca experiencia mediática, conoció a la ministra cuando corrió a Vicente Ventura Barreiro, destinado a Uruguay. Monteoliva trabaja en Colombia, y Bullrich supo de ella en un viaje a El Salvador, después de una entrevista con el autócrata Nayib Bukele que fascinó a la funcionaria. Enseguida tomaron confianza, a tal punto que la ministra habló incluso con el Presidente y su hermana para tratar de reservarle el ministerio una vez que pasen las elecciones. Excusada, según argumentaron, por algunos sondeos que dan cuenta de que buena parte de los encuestados no quieren que Bullrich deje el ministerio. “Dejar a Monteoliva es retener el control de Seguridad, y que se instale que Patricia sigue teniendo influencia en el área”, justificaron puertas adentro.

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Patricia Bullrich designó a Alejandra Monteoliva como nueva secretaria de Seg

De perfil bajo -apenas se le conoce la voz y la cara-, la Secretaría de Seguridad Nacional no es el primer cargo público de Monteoliva. En septiembre del 2013 había asumido en el Ministerio de Seguridad cordobés para ordenar el área tras el escándalo por la detención de media docena de agentes del departamento de lucha contra el narcotráfico. Tres meses después, se alejó tras los saqueos en la capital por el acuartelamiento de la policía provincial, en medio de una disputa política sin precedentes con la administración kirchnerista y una crisis de seguridad que no registró antecedentes.

Fernet con cola. Mientras se empieza a confirmar, como se anticipó en esta sección, que Karina Milei está a punto de bendecir que diputados de su confianza con dos años más de mandato encabecen en octubre las boletas en algunas de sus provincias, como el caso de Romina Diez en Santa Fe y Gabriel Bornoroni en Córdoba, en este último distrito comienzan a esclarecerse algunos interrogantes en la previa del cierre de listas del próximo domingo.

Uno de ellos es que el vínculo entre Luis Juez, ex habitué de Olivos, y el presidente se deterioró cuando el senador apoyó el paquete de leyes impulsados por la oposición y los gobernadores en la Cámara alta que enfurecieron a la Casa Rosada y que, según Milei, golpean el programa fiscal del gobierno. Otro es que el ofrecimiento a Rodrigo de Loredo como tercer candidato a diputado en La Libertad Avanza entró en estado de alerta por el voto positivo del legislador a la ley de financiamiento universitario y recomposición del salario docente, en la sesión de esta semana que, en palabras de Francos, fue un verdadero golpe para el Ejecutivo: “Perdimos todas”, dijo el jefe de ministros. No alcanzaron, es evidente, los mensajes de WhatsApp enviados por Federico Sturzenegger a algunos legisladores con los que tiene buen vínculo, a quienes les explicó, en detalle, de las bondades de los decretos que firmó con facultades delegadas y que ahora fueron rechazados por la Cámara baja junto a un paquete de proyectos. Un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno, en momento de turbulencias del programa económico. Desde alguna casa matriz de Estados Unidos se comunicaron con la sede local para preguntar por los alcances de la derrota.

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Gabriel Bornoroni

La tercera incógnita que empezó a despejarse es por la candidatura de Natalia de la Sota, que quiere renovar su banca. ¿Podría ser verdad, como instalaron algunos en las últimas semanas, que Martín Llaryora no vería con tan malos ojos esa postulación que puede restarle votos a Juan Schiaretti? A propósito: ¿Podría ser que algún emisario del ex mandatario cordobés, líder de la nueva alianza de gobernadores de centro, se contactó con Diana Mondino, la ex canciller que acaba de ser noticia por sus declaraciones sobre el caso $LIBRA, para ofrecerle una candidatura? Tienen relaciones cruzadas por la Fundación Mediterránea. Versiones del fernet con cola provincial que regó hasta la madrugada la cena de la Fundación Faro del pasado lunes, con Milei como orador central y el cordobés Agustín Laje como anfitrión estelar, atravesada de punta a punta por los coletazos de la interna en la cúspide del poder tras el traumático cierre de listas bonaerense que todavía da que hablar. Agustín Romo, por ejemplo, no fue de la partida. Sí Santiago Caputo y su hermano Francisco, que se fueron bien pasada la medianoche.

Claudio Omar García, ídolo de Racing y dos veces campeón de América con Argentina.

“Turco” y candidato. También se comentó en esta sección que Facundo Manes analizaba un plan alternativo en la capital, como pareciera confirmarse, y que para eso Juan Manuel Olmos, el jefe del PJ porteño, le había pedido una reunión, para conocer esa hoja de ruta. Se reveló, además, que Milei pensaba en un economista como Agustín Monteverde para el Senado, y que se empezó a pensar en Alejandro Fargosi, un tuitero fanático de LLA, como eventual postulante.

Con el diputado neurocientífico como posible postulante en la capital, para la Cámara alta, en las próximas horas se conocerá otra candidatura que dará que hablar pero por otros motivos. Se trata de Claudio “El Turco” García, ex futbolista, con pasado de gloria en Racing Club y una vida agitada en las últimas décadas, que está por imitar a Ricardo Caruso Lombardi. A punto de inscribirse, en ese sentido, de tercer postulante a diputado en la lista que prevé encabezar, en soledad, Daniel Amoroso, un ex legislador porteño muy vinculado al círculo rojo, ex PRO con pasado sindical, también en Racing y una incursión actual en el mundo de la publicidad, que vuelve a la actividad electoral después de apostar en los últimos años por dirigentes como Francisco de Narváez o Graciela Ocaña, y más próximo en el tiempo Horacio Rodríguez Larreta.

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POLITICA

Preocupado por la apatía, el Gobierno apela a los golpes de efecto y modera el exitismo para promover la participación en PBA

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En la provincia de Buenos Aires no todo marcha acorde al plan, como reza el lema que los libertarios suelen plasmar en las redes sociales con las siglas TMAP. A las recientes derrotas en el Congreso y los vaivenes en la economía se le suma la preocupación por el nivel de participación ciudadana proyectado para las próximas elecciones legislativas.

En el laboratorio electoral violeta estiman que tanto en los comicios locales como en los nacionales, la tendencia a la apatía podría perjudicar al frente de LLA y PRO, en tanto fuerza opositora con músculo territorial inferior en comparación al poderoso PJ -K oficialista.

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La alarma sobre la no concurrencia se disparó después del cierre de listas, mientras en Las Fuerzas del Cielo se relamían las heridas por la exclusión a la que los sometieron y el grupo de Karina Milei acudía a Santiago Caputo, por orden de “el Jefe”, para empezar a diseñar una estrategia electoral.

Hasta entonces no había planes delineados en el campamento violeta, que se había dedicado principalmente a la designación de candidatos.

Los primeros estudios de opinión pública les confirmaron lo que esperaban: que en la Provincia las intenciones de asistencia a sufragar son bajas y que los ciudadanos están desinteresados en la política. Factores que a la alianza violeta y amarilla podría jugarle particularmente en contra desde que se encuentran en desventaja frente a sus rivales en términos de llegada al territorio.

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Desde entonces, en on contadas veces, y repetidamente en off, funcionarios y dirigentes libertarios empezar a advertir sobre el peligro de perder en el distrito más poblado en la próxima batalla. Saben que podrán apoyarse en el PRO para mover las boletas entre los vecinos, hacer campaña en la calle y animar a que vayan a las escuelas asignadas el 7 de septiembre, además de fiscalizar. Pero temen que no sea suficiente.

Sebastián Pareja, el titular de LLA en la Provincia y mano derecha de Karina Milei expuso sin anestesia inquietud sobre los resultados en la Provincia. ”Podemos perder, es un territorio hostil”, dijo en una entrevista con la señal LN+.

Javier Milei y su gabinete

Días después, parado en un pasillo de la Casa Rosada, un importante miembro del círculo de Karina Milei insistió con las señales de inquietud. “En la Provincia no hay que confiarse, puede estar complicado”, dijo el viernes por la tarde, mientras los técnicos de grabación se preparaban para la grabación de la cadena nacional de Javier Milei. Unas horas después, rodeado de parte del equipo económico, el Presidente brindó un mensaje para defender sus vetos con carga proselitista, donde llamó a «elegir entre la responsabilidad o el realismo mágico, entre hacer lo correcto aunque implique tener paciencia, o tomar el atajo e inevitablemente volver a chocar».

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Detrás de esa serie de declaraciones subyace la necesidad. “Nuestro desafío principal es básicamente lograr que la gente vaya a votar. Y para eso tenemos que generar ganas”, dijeron desde el búnker de campaña libertaria. “La bajada de línea es dejar de lado el exitismo. No mueve a nadie decir que vamos a ganar. Promover la participación es un objetivo, sí”, dijo un estratega. Y agregó: “Todo depende de eso. Literalmente, los números van a depender de eso”.

Es una elección inédita, por primera vez desdoblada. Y a todos los partidos les cuesta hacer predicciones. “No hay referencias, es una elección donde todo puede pasar”, dijo un armador libertario. Y el oficialismo, que ya decidió apelar a la figura de Milei y la nacionalización de la campaña bonaerense, insistirá con las advertencias y apelará a los golpes de efecto.

El arranque de la campaña de Milei con el uso de la frase “Nunca Más” estuvo orientada en ese sentido, y lo logró. La comparación entre el kirchnerismo y el golpe militar generó controversia, más allá de la foto. Los libertarios, criticados por doquier, lejos de arrepentirse, estaban más que satisfechos. En su balance, lograron unificar “la conversación” en torno a la foto del Presidente con los candidatos bonaerenses y la pancarta con el lema de la CONADEP sobre el terrorismo de Estado.

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Axel Kicillof en Presidente Perón

En las filas de los más fieles mileistas algunos no dejan de resaltar su desconfianza en los candidatos, que fueron elegidos, todos, por Karina Milei. Creen que es un factor de base, inamovible, que podría jugarles en contra a la hora de promover la asistencia a las urnas. “Vamos a jugar el segundo tiempo con lo mejor que tenemos, pero es importante destacar que la mitad está jugada. Tenemos que hacer que la gente salga de su casa a votar a Pablo Morillo”, dijo un cabizbajo militante, en alusión al candidato a diputado provincial en la Segunda Sección que hasta 2023 ocupó cargos en el gobierno peronista y, como trascendió en un video, militaba a Axel Kicillof.

Fue un esbozo de otros tiempos: desde el caos interno desatado en el cierre de listas bonaerenses, los libertarios de la esfera de la militancia virtual procuran mantener activado el “modo tolerancia”. Lo mismo ocurre del lado de los Menem, donde hicieron la vista gorda sobre temas molestos -como las críticas de referentes del ala digital al islam-. Nadie quiere sulfurar al “Jefe” con más internas, al menos durante la campaña.

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