Barcelona empató el sábado como local frente al Real Betis y desaprovechó la oportunidad de distanciarse en la cima de La Liga. En el final del 1-1, Raphinha protagonizó un momento de calentura, de nervios, de furia. El extremo brasileño increpó a los árbitros. Ni su DT ni sus propios compañeros podían contenerlo.

Apenas sonó el pitazo final, el brasileño se dirigió hacia el árbitro Gil Manzano. Robert Lewandowski intentó calmarlo sin éxito. Acto seguido, el hombre que calentó el clásico contra la Argentina seguía gesticulando. Pero la situación empeoró cuando, lejos de tranquilizarse, Raphinha agarró la pelota y la pateó con fuerza en señal de protesta.

Luego, Hansi Flick también intentó frenarlo, y tampoco pudo. El extremo brasileño continuaba con sus airadas protestas. Sin embargo, el momento más tenso llegó cuando Marc Ter Stegen -quien estaba cerca de la manga, ya que está fuera de las canchas por una grave lesión en el tendón rotuliano de la rodilla derecha- trató de mediar. Raphinha lo empujó y se lo sacó de encima. El arquero alemán lo volvió a agarrar y lo mandó al vestuario.

Todo esto mientras Raphinha le gritaba al asistente: “¡A mí no me mandas callar, tú a mí no me mandas callar!”.

Raphinha no la viene pasando bien desde su visita al Monumental. Luego de haber calentado la previa con sus picantes declaraciones, sufrió la paliza del 4-1 de la Scaloneta. Al regresar a España se perdió los dos primeros partidos. En la semana reapareció en el 1-0 ante Atlético Madrid por la Copa del Rey. Y este sábado ingresó a los 12 del segundo tiempo…

De acuerdo a lo que publican los medios españoles, Raphinha zafaría de una posible sanción disciplinaria por este incidente en el final del encuentro ante el Betis ya que el árbitro Gil Manzano no lo informó.