ECONOMIA
Para la clase media, es más caro vivir en Miami que en Buenos Aires

La política comercial arancelaria impuesta por Donald Trump tiene consecuencias a nivel mundial. Estados Unidos va camino a una recesión con aumento inflación. Los diferentes países afectados por los incrementos de aranceles por parte de Estados Unidos para importar implicarán una reubicación de la producción y redefinición de acuerdos comerciales en el mundo. Sobre la clase media americana, preocupada por la inflación, impactarán los nuevos costos globales. La cadena de suministro deberá lubricar nuevos cambios. Un mundo más proteccionista es un mundo más pequeño a nivel comercial y más inflacionario en su variación de precios.
Si la familia Simpson se mudara a Miami, ¿cuánto dinero necesitaría Homero para mantener su clásico estilo de vida? Y si, en cambio, los imagináramos viviendo en Buenos Aires con un salario argentino promedio, ¿podrían llegar a fin de mes? La economía del ciudadano de a pie no se mide solo en cifras macroeconómicas, sino en la capacidad real de una familia de clase media para sostenerse en distintas partes del mundo.
Los precios en el supermercado
Uno de los gastos más recurrentes en cualquier hogar es el supermercado. Para dimensionar las diferencias en el costo de vida, realizamos una comparación de precios entre Miami y Buenos Aires de productos básicos como leche, carne, huevos y otros insumos esenciales de la familia de Homero. Los resultados muestran brechas significativas en algunos rubros, especialmente cuando se convierten los valores al dólar oficial en Argentina.
Los resultados de la comparación muestran brechas significativas en algunos rubros
Al analizar los precios del supermercado en ambas ciudades, surgen diferencias significativas en productos esenciales para cualquier hogar. Algunos artículos como el maple de huevos, las manzanas y el arroz pueden costar hasta un 150% más en Miami que en la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de ser básicos en la dieta de una familia promedio. Un dato no menor para Homero Simpson es el precio de la cerveza, su infaltable compañera después de un día de trabajo: en Miami, cuesta un 93% más que en CABA. Este sería un gasto considerable a tener en cuenta dentro de su presupuesto familiar.
Miami vs Buenos Aires: «darse un gustito» y el acceso a la casa propia
Para muchas familias, salir a cenar es ese pequeño respiro después de una semana de trabajo, una tradición que puede ir desde una simple hamburguesa hasta un festín digno de los Simpson. En Miami, darse ese gusto en un restaurante de categoría media cuesta alrededor de u$s119, mientras que en Buenos Aires el ticket promedio es de u$s69, un 72% más barato. La diferencia no es menor: lo que en CABA puede ser una cena con postre y propina incluida, en Miami apenas alcanza para el plato principal. Para Homero, amante de los banquetes familiares, este sería un gasto a considerar si no quiere terminar cambiando las costillas por sándwiches en casa.
Para los Simpson, el sueño americano no estaría completo sin la casa propia. En Miami, una vivienda de tres dormitorios, suponiendo que Lisa y Maggie compartan habitación, cuesta aproximadamente 524.600 dólares. Con una tasa de interés hipotecario del 6,68% anual para un préstamo a 20 años, el acceso a la propiedad requiere una planificación financiera significativa. En Buenos Aires, una casa de características similares tiene un valor de alrededor de 310.000 dólares.
Si se toma en cuenta el salario promedio de u$s3.859 en Miami y de u$s1.939 en CABA, se necesitarían aproximadamente 11 y 13 años respectivamente para comprar la casa, siempre que se pudiera destinar la totalidad del sueldo al ahorro, algo prácticamente imposible. Mientras tanto, alquilar no parece ser la opción más sencilla: en Miami, el alquiler mensual ronda los u$s5.400, una cifra inalcanzable con un solo ingreso, a menos que la familia buscara en otra zona o que Marge consiguiera trabajo. En Buenos Aires, el alquiler de u$s1.080 representa casi el 56% del sueldo promedio, lo que deja poco margen para otros gastos esenciales. Tanto en el Norte como en el Sur, la casa propia se vuelve una meta cada vez más difícil de alcanzar para la clase media.

Según el sueldo promedio, se necesitarían 11 años en Buenos Aires y 13 en Miami para la casa propia
Auto 0km: en Miami se necesitan 6 meses de sueldo y en, Buenos Aires, 20
Para que la familia Simpson pueda moverse con comodidad, necesitarían comprar un auto 0km, pero el esfuerzo económico varía según la ciudad. En Miami, un vehículo de gama media como un Toyota Corolla cuesta alrededor de u$s24.800, mientras que en Buenos Aires el mismo modelo asciende a 39.300 dólares.
Esta diferencia puede deberse a que en Argentina un auto de estas características es considerado un modelo casi de gama alta, mientras que en Miami es un modelo más común y accesible. Además, el precio en Argentina está influenciado por los aranceles a la importación y las regulaciones de la industria automotriz, que encarecen los vehículos en comparación con el mercado estadounidense.
Más allá del precio, el verdadero desafío está en cuántos meses de sueldo se necesitan para comprarlo. En Miami, con un salario promedio de u$s3.859, Homero debería destinar casi siete meses de ingresos íntegros para adquirirlo. En Buenos Aires, donde el salario promedio es de u$s1.939, el esfuerzo sería mucho mayor: se necesitarían 20 meses de sueldo para comprar el mismo auto.

En Miami se necesitan 6 meses para comprar un auto mientras que, en CABA, 20
Sueldos necesarios para mantener una familia
Pero más allá de las comodidades y el clima, hay un detalle que Homero no puede ignorar: el salario. En Miami, para mantener a su familia de cinco integrantes, debería ganar unos u$s8.853 mensuales trabajando a tiempo completo, lo que representa un 129% más que el promedio que efectivamente se gana en la ciudad.
En cambio, en CABA, la cuenta es bastante más amable: con un ingreso de u$s2.416 al mes (apenas un 24% por encima del salario promedio de u$s1.939), la familia Simpson podría subsistir sin que Marge tenga que vender pretzels ni Bart dedicarse al comercio de cigarrillos falsificados.

En Miami cuesta más que en Buenos Aires mantener una familia de 5 integrantes
A fin de cuentas, para los Simpson no hay ciudad perfecta. En Miami, el sueño americano se encarece bastante cuando solo trabaja Homero, y en Buenos Aires, si bien la cuenta cierra un poco mejor, tampoco hay mucho margen para respirar.
Quizás lo mejor sea que sigan en Springfield, donde la economía es lo suficientemente flexible como para que un inspector de seguridad nuclear mantenga a cinco personas, sin que nadie pregunte demasiado cómo lo logra.
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ECONOMIA
¿La Argentina es un país caro o barato?: este relevamiento responde al eterno debate

¿Es Argentina un país caro o barato? La respuesta depende tanto del prisma con el que se mire como del momento histórico en el que se haga la pregunta. Para el ciudadano de a pie, la percepción cambia cuando hace las compras del supermercado, paga la nafta o piensa en cambiar el televisor. Para los inversores, la clave pasa por la competitividad de la economía y los costos relativos frente a los socios comerciales. Y para los turistas, la comparación es inmediata: cuánto rinden los dólares o reales en una estadía en Buenos Aires.
La discusión cobra relevancia en un país donde la moneda y los precios no son simples números, sino termómetros de la política y la macroeconomía. Los vaivenes del tipo de cambio, la inflación y las decisiones fiscales convierten a la Argentina en una montaña rusa donde, en cuestión de semanas, puede pasar de ser considerada «una de las economías más caras de la región» a transformarse en un destino relativamente barato.
En esta nota, vamos a recorrer tres momentos recientes que permiten ver con claridad cómo la dinámica cambiaria y las decisiones de política económica alteran esa percepción: diciembre de 2023, con la asunción de un nuevo gobierno y un shock devaluatorio; marzo de 2025, cuando la estabilización fiscal y monetaria abrió la puerta al fin del cepo cambiario; y septiembre de 2025, marcado por tensiones políticas que derivaron en un fuerte respaldo de Estados Unidos y un regreso a la apreciación de la moneda. Los precios se analizarán en bienes de consumo masivo, durables y servicios, para entender cómo Argentina se fue moviendo entre los polos de «cara» y «barata», y dónde se ubica hoy en la comparación con países vecinos como Chile y Brasil, y con Estados Unidos.
La economía argentina en diciembre de 2023
El cambio de gobierno en diciembre de 2023 llegó en un contexto de inflación desbordada, atraso cambiario y desequilibrios fiscales de magnitud. El dólar oficial se mantenía en torno a los $400 hasta la asunción de Javier Milei, lo que contenía en parte los precios medidos en dólares pero a costa de un esquema insostenible: emisión monetaria para financiar al Tesoro, déficit gemelos y un Banco Central sin reservas. La inflación había cerrado el año con un salto del 25,5% en diciembre y un acumulado anual superior al 200%, dejando en claro que lo «barato» en dólares de ciertos bienes era apenas el reflejo de una economía desordenada.
En ese escenario, medio kilo de pan costaba casi u$s2,5 y una docena de huevos no llegaba a u$s3, valores sorprendentemente bajos frente a países vecinos. Incluso la carne vacuna mostraba precios relativamente competitivos en dólares, lo que podía dar la falsa impresión de que Argentina era barata. La llegada del nuevo gobierno y el «sinceramiento» del tipo de cambio, que duplicó la cotización oficial a $800, fue el primer paso para corregir estas distorsiones. Aun así, a fin de 2023, Argentina aparecía barata en algunos rubros, aunque a costa de un desorden macroeconómico que hacía insostenible la situación.
Precios de los alimentos y bebidas en tres momentos distintos del país
En marzo de 2025 la foto era muy distinta
Casi un año y medio después, en marzo 2025, la foto era muy distinta. La Argentina ya transitaba un escenario de inflación controlada, equilibrio fiscal y un esquema monetario más previsible. El levantamiento del cepo y la adopción de una banda cambiaria entre $1.000 y $1.400 por dólar consolidaban la idea de un mercado más transparente, sin los atrasos cambiarios de años anteriores. Además, el financiamiento del FMI reforzó las reservas del Banco Central, despejando dudas sobre la sostenibilidad del esquema.
Los precios en dólares lucían más altos que en diciembre de 2023, reflejando una economía en transición hacia la normalidad: el pan superaba los u$s3, los huevos rondaban los u$s4 y la carne vacuna se acercaba a los u$s11. Los servicios también se encarecieron: un plan de internet costaba unos u$s31 al mes y una comida para dos personas, alrededor de u$s67. Los bienes durables mostraban los mayores desafíos en términos de accesibilidad y competitividad de precios, con televisores cercanos a los u$s620 y zapatillas por encima de los 150 dólares.

Precios de los bienes durables en la Argentina en distintos contextos
En síntesis, marzo de 2025 fue el momento en que Argentina apareció más cara en dólares, pero ya no por distorsiones cambiarias sino por un reacomodamiento genuino de precios. Lo que antes era una «baratura» artificial se convirtió en un encarecimiento con fundamentos macroeconómicos sólidos.
Septiembre de 2025, un mes marcado por la política y su impacto en la economía
Septiembre de 2025, en tanto, estuvo marcado por la política y su impacto directo en la economía. La derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de Buenos Aires encendió las alarmas: el riesgo país se disparó, el dólar tocó el techo de la banda cambiaria y el Banco Central intervino por primera vez desde la salida del cepo. La estabilidad previa parecía tambalear. Sin embargo, el anuncio de un fuerte respaldo de Estados Unidos cambió el panorama. El Tesoro norteamericano comunicó la disposición a comprar bonos argentinos, habilitar un swap de u$s20.000 millones con el Banco Central y ofrecer un crédito stand-by a través del Fondo de Estabilización Cambiaria. Esto fue interpretado como un respaldo financiero que generó confianza en los mercados. La reacción fue inmediata: el dólar retrocedió de $1.550 a $1.360, el riesgo país bajó y los precios locales en dólares se abarataban, volviendo a niveles cercanos a diciembre de 2023.
En este escenario, los alimentos mostraban precios competitivos: el pan rondaba u$s2,8, la carne u$s9,8 y la leche u$s1,5. Los servicios conservaban una brecha respecto de países vecinos, y los bienes durables seguían siendo caros, aunque la apreciación cambiaria alivió parcialmente la diferencia.

Lo qie costaban los servicios en diciembre de 2023 y lo que valen ahora
En este nuevo escenario, los alimentos volvieron a mostrar precios muy competitivos en dólares: el pan en torno a los u$s2,8, la carne vacuna en u$s9,8 y el litro de leche en u$s1,5. Los servicios, en cambio, conservaron una brecha respecto de los países vecinos, con un restaurante de gama media en u$s63 para dos personas y un gimnasio en u$s43,5 mensuales. Los bienes durables siguieron siendo el rubro más caro, aunque la apreciación cambiaria alivió parcialmente la diferencia.
Argentina: cara para bienes durables, competitiva en alimentos
Con los precios recalibrados tras la apreciación del peso, resulta inevitable confrontar a Argentina con sus vecinos y con economías desarrolladas como la de Estados Unidos. En alimentos y bebidas, la leche y las papas son apenas más caras que en Chile y Brasil; pan y arroz superan los precios regionales.
La carne vacuna se mantiene competitiva frente a EE. UU., aunque algo más cara que en Brasil. Huevos, manzanas y agua muestran precios equilibrados, atractivos para turistas y para quienes convierten su ingreso a dólares.

La carne vacuna se mantiene competitiva frente a EE. UU., aunque algo más cara que en Brasil
Los bienes durables persisten como un rubro caro: automóviles, electrodomésticos y ropa tienen precios significativamente superiores a Brasil y Chile.
Un Toyota Corolla cuesta u$s29.600 en Argentina, frente a u$s19.900 en Chile y u$s29.300 en Brasil; una heladera Samsung de 320 litros se paga u$s891, frente a u$s398 en Chile y u$s808 en Brasil; jeans y zapatillas deportivas superan el doble del precio en Chile y son más caros que en Brasil.

Los bienes durables persisten como un rubro caro en la Argentina
En servicios, los costos de restaurantes, café o transporte urbano son comparables a los de Brasil y relativamente competitivos frente a EE. UU., aunque más altos que en Chile. Telefonía e internet muestran ventaja frente a EE. UU., con menor brecha respecto de Brasil y Chile.
Expensas de departamentos y jardines de infantes privados reflejan diferencias: un departamento de 85 m² cuesta u$s61 en Argentina, u$s110 en Chile y u$s210 en EE. UU., mientras que la educación infantil privada alcanza valores cercanos a Chile, pero sigue muy por debajo de EE. UU.

En servicios, los costos de restaurantes, café o transporte urbano son comparables a los de Brasil
Una pregunta que no tiene una respuesta absoluta
La Argentina muestra un patrón mixto: alimentos y servicios cotidianos son competitivos, mientras que bienes durables y ciertos servicios sofisticados siguen siendo caros. La apreciación de septiembre de 2025 no solo estabilizó los precios en dólares, sino que reconfiguró la percepción de lo barato o caro, combinando competitividad relativa con encarecimiento estructural.
Al final del día, la pregunta sobre si Argentina es un país caro o barato no tiene una respuesta absoluta. Depende de qué se mida, cómo se haga la conversión de moneda y en qué momento se tome la foto. Los alimentos y servicios básicos pueden ofrecer ventaja relativa frente a la región, mientras que los bienes durables y algunos servicios sofisticados siguen impactando directamente en el bolsillo del ciudadano común.
La historia reciente muestra que la percepción de lo caro o barato puede cambiar en semanas, según la política, el tipo de cambio y la confianza de los mercados. En otras palabras, en la Argentina, ser barato o caro no es un estado permanente, sino un reflejo de la interacción constante entre economía, política y confianza de los mercados.
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ECONOMIA
Sólo 14 unidades los separan y es feroz la pelea por el podio: qué auto se quedará con el primer puesto en ventas en 2025

Tal como se preveía, septiembre marcó un hito en el mercado automotor argentino con un nuevo líder de ventas de autos 0 km. La importancia de la situación está dada porque no se trata sólo de un cambio de modelo en el primer lugar, sino una tendencia del mercado que comenzó el año pasado y se confirmó en 2025.
Por primera vez desde 2017, un auto de origen brasileño se convirtió en el modelo que encabeza los patentamientos en el cómputo absoluto del año, dejando atrás 7 años de dominio de vehículos de fabricación nacional.
Se trata del Toyota Yaris, que alcanzó las 26.023 ventas y superó al Fiat Cronos por apenas 14 unidades, ya que el sedán producido por Stellantis en Córdoba acumuló 26.009 entre enero y septiembre.

La tendencia del año marcaba este posible cambio en el primer lugar del ranking que publica el Sistema de Información Online del Mercado Automotor de Argentina (SIOMAA), porque el auto más accesible de Toyota fue el modelo más vendido en los meses de mayo, julio, agosto y septiembre, mientras que el Fiat había sido primero únicamente en febrero, cuando tomó la punta y desplazó al Peugeot 208, y repitió ese puesto en junio, aunque descontando apenas 80 unidades.
Pero la lucha entre ambos modelos por quedarse con el título del “Auto más vendido de 2025” sigue abierta, no sólo porque están separados por apenas 14 unidades sobre 26.000, el 0,05% de diferencia, sino porque todavía quedan tres meses para cerrar el año, y hay dos variables que se deben considerar como las claves que definan el resultado.
Por un lado, está la tendencia del mercado, que en septiembre volvió a marcarse con mayor intensidad hacia un predominio de autos importados sobre los de industria argentina. Hasta agosto se habían patentado un 58% de autos provenientes de mercados externos y sólo un 42% de vehículos producidos localmente. Del total de unidades que se vendieron en ocho meses, 217.580 llegaron desde Brasil, representando el 49% de los 444.000 vehículos patentados.

En septiembre, sobre un volumen total de 500.000 unidades, los autos brasileños siguen siendo equivalentes al 49% (245.000 autos), pero el porcentaje de vehículos importados desde otros destinos pasó del 8% al 9%, lo que inevitablemente redujo la participación de mercado de los autos nacionales al 41%. Este escenario confirmaría la tendencia favorable al Yaris.
Sin embargo, el reciente temporal que arrasó con buena parte de las instalaciones donde se fabrican los motores de Toyota en Brasil (la planta de Porto Feliz) puso en pausa la producción automotriz en la fábrica de Sorocaba, donde se fabrica el Yaris, entre otros modelos de la marca japonesa.
Si bien Toyota Brasil está buscando una nueva fábrica desde donde abastecerse de motores para reanudar la producción y mantener el flujo de unidades para todos los mercados, la medida provisoria ya generó que se postergue el lanzamiento del nuevo B-SUV Toyota Yaris Cross presumiblemente para 2026 por la complicación logística e industrial que representa este inconveniente.

Así, y con el “poder de fuego” que Stellantis ha mostrado tener, y especialmente con el Fiat Cronos, existe la posibilidad de recuperar el primer lugar en ventas de unidades, combinando una mayor inyección de unidades propias y una eventual merma de Yaris en el mercado.
Esto quizás no se aprecie tanto en octubre, porque hay un stock de unidades del modelo de Toyota entre la fábrica y los concesionarios, pero podría verse reflejado en las ventas de noviembre, mes clave para la industria, antes de la habitual caída de patentamientos de diciembre por la estacionalidad.
La última vez que el mercado tuvo un auto brasileño como el modelo más vendido fue en 2017, el segundo mejor año del siglo después del 2013, en el que el total del mercado superó levemente las 900.000 unidades. El auto fue el Volkswagen Gol Trend, que patentó 44.847 vehículos, por delante del Renault Sandero, de producción nacional, que alcanzó los 37.535, y de otro auto brasileño, el Chevrolet Onix, del cuál se vendieron 35.562 unidades.

En 2018, el modelo más vendido del año fue la Toyota Hilux y el auto compacto más vendido fue el Toyota Etios; en 2019 y 2020 nuevamente la Hilux fue número 1 absoluta, con el Ford Ka, también de origen brasileño, como el mejor auto particular el primer año y el Chevrolet Onix como mejor auto compacto en el segundo. Desde 2021 comenzó el “reinado” del Fiat Cronos, que quedó número 1 absoluto en ventas también en 2022 y 2023.
La caída de las importaciones en esos años fue proporcional al ascenso de los autos nacionales. En 2021, el mejor auto importado fue el VW Gol Trend en el quinto lugar, en 2022 fue el Toyota Etios también en quinto puesto, en 2023 repitió el auto más pequeño de Toyota pero quedó en sexto puesto, y en 2024 apareció el actual Toyota Yaris, que alcanzó a fin de año el quinto puesto absoluto mientras el auto más vendido dejó de ser el Fiat Cronos para quedarse con ese lugar otro producto de la industria argentina, el Peugeot 208.
ECONOMIA
Fuerte aumento de la Canasta del Jubilado: cuánta plata necesitan para cubrir sus gastos básicos

La Canasta Básica del Jubilado llegó a $1.514.074, con un aumento de más del 26% respecto a abril, reflejando la suba de los principales gastos
02/10/2025 – 13:22hs
La Canasta Básica del Jubilado trepó 26,12% en los últimos seis meses y ya supera los $1.500.000, con mayor incidencia de gastos en alimentos y medicamentos, según expuso un relevamiento de la Defensoría de la Tercera Edad.
Medicamentos y alimentos empujan la Canasta Básica del Jubilado por encima de $1,5 millón
La medición que contempla los costos de las principales necesidades de los jubilados alcanzó un valor de $1.514.074, lo que implica un incremento por encima del 26% respecto al $1.200.523 calculado en abril.
La cifra que exhibe actualmente la canasta se compone en:
- 27% de la canasta corresponde al consumo de medicamentos, que ascienden a $402.880.
- 23% está destinado a gastos de alimentación, que escalan a $348.000.
- 19% se asocia a vivienda, que demanda $294.000.
- 7% se destina a limpieza, con un costo de $107.444.
- El resto incluye otros gastos necesarios de los jubilados.
El reporte explicó que los valores surgen de «la compulsa de los centros urbanos del país, en donde viven más personas mayores», precisando que «el relevamiento se hace en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, las ciudades de Mendoza, Córdoba y Rosario«.
Al analizar los números, desde la entidad sostienen que se trata de «una historia que se repite«, señalando que «los nuevos datos de la Canasta Básica de los Jubilados ratifican la situación de precariedad y miseria en la que se hunde cada vez más el sector».
En este sentido, hacen hincapié en la disparidad que existe entre el costo de una canasta básica ($1.514.074) y el monto de la jubilación mínima ($390.214 con bono en septiembre), la cual tienen cuatro millones y medio de jubilados.
Lo mismo sucede con los beneficiarios de la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) y con los que perciben pensiones no contributivas que el mes pasado cobraron $326.222, con el bono de $70.000 incluido.
Qué sueldo necesitó una familia para ser de clase media en la Ciudad de Buenos Aires
El Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA) informó de cuánto es el ingreso mínimo que debe gozar una familia para pertenecer a la clase media, según distintas variables. Asimismo, el organismo porteño detalló que la Ciudad de Buenos Aires registró en agosto una inflación de 1,6% y acumuló un 37,4% interanual, según los registros oficiales.
Por otra parte, en su conferencia de prensa habitual, el vocero presidencial Manuel Adorni también hizo un análisis de esta información y se pronunció sobre el dato de pobreza que salió recientemente, en el cual se evidenció una disminución.
Una familia porteña necesitó de un ingreso mensual de $1.952.541 para ser considerada de clase media en agosto. El dato surge del informe «Líneas de pobreza y Canastas de consumo para la ciudad de Buenos Aires«.
El umbral de ingresos considera a un grupo familiar de cuatro integrantes compuesto por dos mayores económicamente activos y dos menores. El estrato considera la compra de bienes y servicios mínimos para la subsistencia, el conjunto de gastos vinculados a la compra o renovación de bienes para la vivienda, salud, indumentaria, entre otros. Es importante mencionar que la estimación toma como referencia al grupo familiar como propietario de la vivienda, es decir, que no contempla el valor de un alquiler.
Dinero mínimo familiar en agosto: la cifra clave para no ser pobre en Argentina
El INDEC reveló además los datos nacionales y detalló que una familia tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos hijos) necesitó $1.160.780 en agosto de 2025 para no ser considerada pobre. Por lo tanto, quienes tengan un ingreso familiar por encima de ese valor, se podría considerar que se encuentran dentro de la clase media. Durante agosto de 2025, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT) fue de 1%. La CBA y la CBT acumulan en el año incrementos de 15,8% y 13,3%, respectivamente.
Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) actualizó los valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT). Estos indicadores son fundamentales para determinar qué ingresos se necesitan para pertenecer a los distintos estratos sociales. Para ser considerada de clase media alta, una familia de cuatro integrantes debe percibir, por lo menos, un ingreso equivalente a cuatro veces el valor de la CBT.
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