ECONOMIA
Se acelera dólar futuro en el corto plazo y economistas alertan que acuerdo con FMI «no alcanza» para levantar el cepo

La firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es inminente, y contemplaría alrededor de los u$s20.000 millones ya anunciados, que en su mayoría se utilizaría para renovar la deuda con el propio organismo. Por eso, economistas ponen en duda que ese nivel de divisas sirva para poder eliminar realmente el cepo. Y también, en este escenario, pasa a ser relevante conocer qué hará el Gobierno con el precio del dólar.
En ese sentido, las negociaciones en el mercado de futuros y opciones del Matba-Rofex mostró este jueves un salto en el precio del tipo de cambio esperado para abril y mayo, debido a que subió 65 pesos la postura para el corriente mes, que se aguarda en que termine en $1.190.
Cabe recordar que hoy el dólar mayorista se ubica en $1.077, por lo que el salto esperado desde ahora a fin de mes es de 10%,cifra que no coincide con el crawling peg (devaluación lenta) implementado hasta este momento de 1% mensual.
En resumidas cuentas, según los analistas, se estima que el Gobierno puede acelerar la devaluación en el corto plazo y que recién podría liberar el cepo cambiario después de las elecciones, aunque se afirma que conocer la cantidad de divisas disponibles hacia adelante será la clave para poder delinear qué pasará con el dólar.
Incluso, algunos economistas reconocidos estiman que para poder levantar el cepo cambiario hacen falta unos u$s70.000 millones, y además empieza a jugar el factor internacional, donde la incertidumbre y la caída de los activos mundiales alteran el flujo de capitales y la cotización de las materias primas que Argentina exporta, como el petróleo y la soja.
«En apenas una semana, el contexto global cambió de tal manera que, probablemente, lo que termine sucediendo a nivel internacional sea más relevante para el éxito o fracaso del programa económico argentino que cualquier cosa que se haya acordado o no con el FMI», detalla la consultora 1816.
De hecho, detalla que en los primeros 100 días de este año las acciones y bonos nacionales tuvieron un desempeño «muy pobre», enmarcada por varios factores, como las dudas del Gobierno respecto a la continuidad del crawling peg del 1% mensual.
«Si se extienden las pérdidas de los activos argentinos, se terminará hablando en Argentina de un paralelismo con el fatídico 2018″, concluyen desde 1816.
En esta línea, Ernesto Revilla, economista jefe de Citi para América Latina, dijo en una charla con periodistas, que considera que el tipo de cambio unificado no es previsto en Argentina «hasta después de las elecciones, por lo que poco va a cambiar antes de eso».
Al respecto consideró que para levantar el cepo cambiario son necesarias reservas positivas por entre u$s5.000 millones a u$s10.000 millones, pero «lo importante no es el stock, sino el flujo de divisas que llegue y ver qué puede pasar para adelante con las inversiones».
Por el lado de Sebastián Menescaldi, economista y director asociado de Eco Go, detalla a iProfesional que es «difícil» levantar el cepo cambiario de forma completa porque, por un lado, «el Banco Central todavía no está preparado para eso, ya que no hay un esquema cambiario, ni monetario. Por otro lado, se necesitaría tener unos u$s70.000 millones de reservas para hacerlo, número complicado para llegar».
A ello, recuerda este experto, se le debe sumar que existen casi u$s12.000 millones de dividendos impagos y otros u$s22.000 millones más de deuda comercial que, eventualmente, se puede llegar a cancelar.
«O sea, con esos dos factores veo difícil que se vaya a levantar el cepo en el corto plazo después de la elección. Y si sale todo bien y se confirma que hay un cambio de régimen, entre otras cuestiones, bueno, ahí lo veo más factible, porque eso va a dar más confianza, va a traer más inversiones y puede bajar el riesgo país», aclara Menescaldi.
Precio del dólar a futuro, al alza
En medio de esta discusión, también se pone en relieve el precio de dólar que está considerando el mercado para los próximos meses, en base a las negociaciones en el mercado de futuros y opciones del Matba-Rofex.
Es que este jueves subió 65 pesos en las negociaciones para fin de abril, con una cotización operada de $1.190. Es decir, contempla desde ahora hasta ese entonces una suba de 10%.
Y este valor supera a la mediana de las proyecciones de tipo de cambio nominal de los economistas, que se ubicaban en $1.080 por dólar para el promedio de abril de 2025.
En tanto, para fines de mayo el precio operado en el mercado de futuros subió 50 pesos hasta los $1.231,5. De esta manera, desde ahora hasta ese momento la devaluación contemplada es de 14,3% y en los primeros cinco meses del 2025 sería de 19,3%.
Para fin de diciembre, quedó sin cambios en el mercado de futuros en $1.460, por lo que contempla en todo 2025 una devaluación de 41,5%.
Esta cifra es bastante más alta a la contemplada en el reciente Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central, en el que los analistas encuestados estiman que el dólar mayorista concluirá diciembre en $1.253, es decir, un incremento de 78 pesos respecto a lo esperado en el informe del mes pasado, cuando las estimaciones daban $1.175.
Y ya se ubica por encima a las proyecciones realizadas meses atrás por el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, al presentar el proyecto de Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación, dónde calculó un tipo de cambio mayorista de $1.207 para fin de este año.
Acuerdo con el FMI y dólar en la mira
Por lo pronto, el mercado está atento a la espera de los detalles del acuerdo: cuál será el desembolso inicial, si será de libre disponibilidad o no, y hacia qué régimen cambiario el Gobierno decidirá orientarse.
«Los analistas del REM ya anticipaban un ajuste del tipo de cambio en el cuarto trimestre, pero los precios de mercado descuentan que ello sucederá antes, como puede verse en los futuros de Rofex. Si el desembolso inicial ronda los u$s8.000 millones, algo menos de lo que habría solicitado el Gobierno, las reservas netas pasarían apenas a terreno neutro», detalla Isaías Marini, economista de ONE618 (ex Consultatio), a iProfesional.
Y agrega: «Levantar el cepo y mantener un esquema de tipo cambio inflexible no es viable aún con este monto del FMI, en especial, a partir del nuevo contexto internacional. En cambio, creo que el Gobierno será prudente y buscará levantar restricciones paulatinamente y/o flexibilizar el actual esquema cambiario».
De esta manera, Marini considera que el mercado «ya no cree» que se mantendrá el ritmo de crawling peg actual y los importadores optaron por cancelar deuda, lo que llevó al BCRA a acumular ventas por unos u$s2.000 millones en las últimas semanas, «y a todas luces, no es sostenible».
En resumidas cuentas, la cantidad de dólares que llegue al país por exportaciones e inversiones será la clave para el esquema cambiario que podría imponer el Gobierno, en un momento en el que está condicionado políticamente por las elecciones de octubre y por un escenario mundial de crisis económica, por las medidas arancelarias de Donald Trump.
«En un contexto que muestra dificultades para acumular divisas, y con reservas exiguas, este panorama introduce dificultades adicionales, no sólo por la baja de la soja y el petróleo, sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable. Se requiere flexibilidad, pero estamos encorsetados con la premisa de que no tiene que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones. O tal vez, esta sea la excusa perfecta para rever la estrategia cambiaria», concluye un informe de la consultora LCG.-
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ECONOMIA
Furor por el carry trade: cuál es el problema detrás de la maniobra predilecta de la City

Una de las incógnitas que el mercado no termina de desentrañar es qué ocurrirá con las tasas de interés en la «fase 3» del plan económico de Javier Milei. A juzgar por las reacciones iniciales del mercado, todo indica que la tónica será un mayor retorno por la tasa en pesos. Sin embargo, también hay señales del gobierno en el sentido opuesto.
Por ejemplo, Felipe Núñez, uno de los ideólogos del plan de «las tres anclas», opinó que «con la recapitalización del BCRA y el nuevo esquema cambiario, es de esperar que las tasas reales y nominales compriman fuertemente».
No es lo que se ha visto en las primeras jornadas, sobre todo porque el propio gobierno convalidó subas de tasas en la primera licitación de deuda en pesos. Al mismo tiempo, se verificó el desplome sobre la curva del dólar futuro, lo cual recrea las condiciones para un nuevo carry trade, dado que las tasas en pesos volverán a tener un atractivo incluso si tuvieran una caída nominal.
Por lo pronto, no quedó muy claro qué fue lo que celebró el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien al informar sobre el resultado de la licitación dijo que se trataba de «un día histórico para Argentina». Ese día, se logró un «rolleo» de 75,71% de los vencimientos por $6,6 billones. Lo que implica, mirando la parte del vaso vacía, que se inyectaron pesos al mercado $1,6 billón.
Podría interpretarse que fue una buena noticia el hecho de que nadie demandara los bonos «dólar linked», a diferencia de lo ocurrido tres semanas atrás, cuando hubo una demanda de $1 billón por esa cobertura. Pero, en realidad, esa situación era algo que se daba por descontado luego de anunciarse el final del cepo y del agotado «crawling peg».
El regreso del punto Anker
¿Fue, entonces, una buena noticia que haya quedado un 24,29% de los vencimientos sin renovar? No sería la primera vez que en el gobierno se toma esa situación como una noticia positiva, porque se lo interpreta como un aumento genuino de la demanda de dinero. Es decir, que al recuperarse la actividad económica, los bancos vuelven a transferir al sector privado recursos que antes no tenían dónde alojar y terminaba fondeando al Tesoro.
La primera vez que se expuso esa situación como un hecho positivo fue en septiembre del año pasado, cuando los funcionarios explicaron que se estaba llegando al «punto Anker» en el que la economía se remonetizaba después de haber repudiado al peso hasta hacer que la base monetaria se desplomara a menos de un 5% del PBI.
«Estamos logrando que los bancos vuelvan a trabajar de bancos», afirmaba entonces Toto Caputo. Sin embargo, no siempre se mantuvo esa actitud: cuando hace dos meses empezó a quedar en evidencia el nerviosismo del mercado por la situación cambiaria y se produjo un éxodo desde las letras del Tesoro hacia las coberturas del mercado de futuros del dólar, Caputo no dudó en dar un volantazo: concentró el menú de bonos en letras de vencimiento corto y subió las tasas de interés para que el «rolleo» estuviera cerca del 100%.
Pero claro, ya sin cepo, la renovación se torna naturalmente más complicada. «Parte de esto puede venir explicado por la caída de la demanda cautiva de los bancos que implicó la suba de los encajes efectivos a principios de abril en relación con la no renovación de las bonificaciones para la cartera PYME y el endurecimiento de las condiciones de liquidez vía cierre de pases activos«, argumentó un reporte de la consultora Outlier.
¿Inevitable un crédito más caro?
Lo cierto es que cada vez que el Tesoro deja vencer parte de la deuda se inyectan pesos a la economía. Según ha explicado el propio gobierno, esos fondos provienen de los depósitos que, gracias al superávit fiscal, había guardados en el Banco Central. Por ende, se argumenta, el incremento de la liquidez no implica una expansión de la base monetaria en su sentido amplio.
El propio Javier Milei, en su comentada entrevista de cuatro horas con Alejandro Fantino, planteó que la falta de pesos era un problema para la economía. «Si tuviéramos menos dinero del que circula hoy, ya estaríamos en una economía de trueque«, graficó el presidente, quien sostuvo que no hay otro destino para la moneda nacional que la revaluación.
Dado que se recapitaliza al BCRA y que además habrá una mayor expansión monetaria en Estados Unidos y que la economía argentina crecerá a una tasa anual del 5,5%, el tipo de cambio tenderá a caer sobre el piso de la banda, pronosticó Milei.
En definitiva, ratificó la promesa que había realizado Caputo, en el sentido de que el dólar pasaría a ser la moneda abundante y el peso la moneda escasa. Esa situación sólo puede implicar tasas más altas, y de hecho es lo que está esperando el mercado.
El primer efecto se vio el mismo lunes en las remuneraciones a los ahorristas de plazo fijo, con el Banco Nación tomando la delantera: llevó la tasa nominal anual desde el 29,5% hasta el 37%. Y la decisión se interpretó no sólo como una respuesta al nuevo esquema cambiario, sino también al sorpresivo repunte inflacionario después del 3,7% que dejó el IPC de marzo.
Esto llevó a que los analistas pronosticaran un inevitable aumento del spread con la tasa activa. En otras palabras, que el crédito de los bancos a las empresas se hará más caro, no sólo porque sube la remuneración del plazo fijo, sino porque además ahora el Banco Central ya no marcará una tasa de referencia sino que dejará que sea el propio mercado el que la fije. Y, también, el propio hecho del levantamiento del cepo hace que los «clientes cautivos» que tenían las colocaciones en pesos ahora piden un mayor premio para no ir al dólar.
Como esto implica mayor volatilidad, la previsión es que se viene un encarecimiento de la financiación bancaria
La disyuntiva del carry trade
¿Qué hace Caputo ante esa situación? Podría pensarse que, al estabilizarse la situación cambiaria, buscaría una compresión de las tasas, tanto para bajar el costo de su fondeo como para sacarle presión al costo del crédito privado.
Sin embargo, no fue eso lo que ocurrió. Más bien al contrario, con el 3,75% de tasa efectiva mensual que se pagó por las Lecap más cortas, en el mercado se empezó a hablar sobre la posibilidad de un rearme del carry trade.
Sigue siendo una tasa baja en términos reales, si se considera el último dato de la inflación -3,7% en marzo y pronósticos de IPC similares en los próximos meses-, pero puede tornarse un rendimiento atractivo si se consolida la estabilización del dólar ahora flotante en torno a los $1.200.
El tema implica una disyuntiva para el Gobierno: una tasa más alta puede volver a convertirse en un garante de la estabilidad cambiaria -detalle no desdeñable al entrar en los meses preelectorales- pero, en la parte negativa, puede encarecer el costo de la deuda pública y además restarle fuerza a la recuperación de la actividad productiva.
Por lo pronto, los analistas del mercado dan como inevitable una suba, porque va en línea con la aspiración histórica del Fondo Monetario Internacional sobre las tasas positivas.
Un reporte de la gestora de fondos SBS afirmaba que en el contexto de relajamiento de las restricciones cambiarias, «esto implicará una mayor tasa de incremento de los stocks de deuda en pesos del Tesoro».
Por su parte, la consultora Analytica pronostica que «el crédito se encarecerá, ya sea por suba de los encajes bancarios o por un aumento de la tasa de interés».
La lupa en el plazo fijo
Mientras en el mercado de capitales se debate respecto de si el Gobierno tiene el objetivo de rearmar el carry trade, la lupa está puesta también en la reacción de los miles de pequeños ahorristas que tienen sus pesos depositados a plazo fijo.
Por más que el gobierno esté celebrando que las reservas del BCRA hayan subido a u$s36.799 millones luego de que se acreditara la asistencia del FMI, en el mercado quedó flotando la advertencia de veteranos de las finanzas, como Miguel Kiguel, quien dijo que el objetivo más importante no es que los pesos circulantes estén respaldados por las reservas, sino que se evite una corrida bancaria.
Hablando en plata, el potencial de corrida asciende a u$s100.000 millones depositados en plazos fijos en pesos. Es una masa que supera cualquier refuerzo de las reservas, y que para mantenerse en su lugar necesita una combinación de tasa atractiva y confianza en el gobierno.
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ECONOMIA
La City prevé cómo sigue el dólar tras la primera semana sin cepo

Pasó la primera semana sin el cepo cambiario. El Gobierno anunció el viernes pasado los cambios económicos de la fase 3 del plan de Luis Caputo, entre los que se incluyen el esquema de bandas del dólar.
Este miércoles, que fue el tercer día de vigencia de la liberación del cepo cambiario para particulares y el último de esta semana corta por los feriados de Semana Santa, el dólar operó con fuertes bajas en las cotizaciones.
El dólar oficial retrocedió 4,3%, y el tipo de cambio minorista perfora los $1.200 en el Banco Nación, luego del salto devaluatorio del lunes con el que debutó el nuevo esquema de flotación entre bandas.
Al mismo tiempo, las cotizaciones paralelas siguen en caída y la brecha. En las operaciones del mercado mayorista del dólar, donde participan principalmente los importadores y exportadores, se vende a $1.155, lo que implica una merma de $51, o un 4,3%.
La gran incógnita ahora es si habrá cambios bruscos en las próximas semanas o si se mantendrá con estos valores.
La City calcula cómo seguirá el dólar tras la primera semana sin cepo
Pilar Tavella, directora de Research Macro & Estrategia en Balanz, sostuvo que «la reacción inicial del dólar oficial estuvo en línea con lo que el mercado venía anticipando en los últimos días, algo que ya se reflejaba en los contratos de Rofex».
«En los próximos días podríamos ver cierta volatilidad mientras el mercado se ajusta a la implementación del nuevo esquema cambiario y a la dinámica de las bandas. Esperamos que el tipo de cambio oficial se mantenga entre los $1.200 y $1.300 pesos, con baja probabilidad de que testee el techo de la banda en esta primera etapa», auguró.
Por su parte, el analista Gustavo Ber estimó que el dólar oficial «a partir de las mayores liquidaciones del campo y una reactivación del carry-trade afloje por debajo de $1.200, posiblemente hacia la zona de $ 1.150, nivel cercano que tenían previamente los exportadores».
Con respecto a los dólares paralelos, prevé que «la brecha del CCL y el blue debería ubicarse no más allá del 5%, en torno a los $1.250, e incluso menos en el caso del MEP a partir de eventuales arbitrajes de ahorristas». Y vaticinó que «de achicar el oficial hacia los $1.150, dichas referencias se podrían desinflar hacia los $ 1.200».
Los analistas de PPI plantearon que «no esperamos que el tipo de cambio oficial alcance el límite superior de la banda en el corto plazo, principalmente porque está por comenzar el período estacional de mayor liquidación de la cosecha gruesa, que históricamente se concentra entre mediados de abril y julio».
El economista Federico Glustein cree que el precio que alcanzó el dólar oficial en la primera jornada tras la salida del cepo y la implementación de la banda de flotación «es mejor al esperado y puede seguir oscilando entre $1.150 y $1.230, estando más cerca del piso que del techo».
Ramírez proyectó también que el tipo de cambio oficial estaría «en el corto plazo más cerca del piso de la banda que del techo, ya que Milei en una entrevista dijo que a fin de junio van a volver a subir las retenciones, lo que le pone cierta premura a las liquidaciones del agro».
«Se espera que en el corto plazo, en este segundo trimestre que es el más alentador en términos de dólares por la cosecha, más los recursos que vienen del FMI y de los organismos internacionales y del campo, vamos a empezar a ver un BCRA que empieza a comprar dólares, y el tipo de cambio va a tender a la banda inferior, y le va a permitir comprar reservas. No veo saltos abruptos en el tipo de cambio en el corto plazo».
En cambio, la economista Natalia Motyl evaluó que «con una base monetaria todavía elevada en términos reales —producto del rezago de la emisión pasada— y una oferta de dólares que recién comienza a reactivarse, es esperable que el mercado presione hacia la parte superior de la banda de flotación».
«También es cierto que en la medida en que ingresen divisas desde organismos internacionales, el Tesoro de Estados Unidos, y otros flujos de financiamiento externo, podría comenzar a moderarse esta presión cambiaria», añadió.
Motyl resaltó que «por ahora, la autoridad monetaria ha mostrado intención de evitar saltos bruscos; la señal de que no se tolerarán movimientos disruptivos de corto plazo indican que, si bien habrá una devaluación paulatina, no se permitirá una corrida cambiaria repentina».
En ese marco, la economista estimó que «hacia finales de abril el tipo de cambio se mantendrá oscilando en torno a los $1.300, con chances de converger hacia los $1.400 hacia mediados del próximo mes, si las condiciones macro y políticas se mantienen constantes».
Javier Milei ratificó cuándo intervendrá el Banco Central
Luego de la salida del cepo cambiario, Javier Milei volvió a recalcar que el Banco Central únicamente intervendrá cuando el dólar cotice a $1.000, el piso de la banda acordado para la tercera etapa de su programa económico.
«No se va a intervenir hasta que toque el piso de la banda. Esto es, hasta $1.000 no se compra. Ciao!», resaltó el presidente Milei en su cuenta de la red social X.
El lunes 14 de abril, se puso en funcionamiento el sistema de flotación entre bandas de $1.000 como piso y $1.400 como techo, que habilita la compra y venta de divisas por parte del Banco Central, respectivamente.
Dentro de esa banda, el Central «podrá considerar la compra de dólares en función de sus objetivos macroeconómicos y de acumulación de reservas internacionales (RIN), así como la venta de dólares para morigerar volatilidad inusual«. «En ningún caso la intervención será esterilizada», recalcó la autoridad monetaria.
Con respecto al piso de la banda ($1.000 – 1% mensual), cada vez que el dólar opere en el MLC en el valor inferior de la banda, el BCRA «adquirirá dólares para defender el valor en la misma y, en el proceso, acumular reservas internacionales». Y agregaron: «La emisión de pesos resultante de las compras de divisas por parte del BCRA no será esterilizada, facilitando la remonetización económica que pueda resultar de aumentos en la demanda real de dinero».
Si el precio del Mercado Libre de Cambios supere el techo de la banda ($1.400 + 1% mensual), podrá vender dólares «para defender el valor en la misma y, en el proceso, eliminar pasivos monetarios». «Las ventas de divisas por parte del BCRA permitirán absorber rápidamente sobrantes de liquidez que pueden resultar de reducciones en la demanda real de dinero», manifestaron.
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ECONOMIA
Las stablecoins ganan terreno entre freelancers y pymes, tras la salida del cepo

Las stablecoins, criptomonedas atadas al valor del dólar, se afianzan como un instrumento financiero clave para muchos argentinos, luego del anuncio del levantamiento del cepo cambiario.
El relevamiento destacó que «América Latina es la segunda región de mayor crecimiento global en el uso de stablecoins, con un aumento interanual del 42,5% y más de 36 millones de billeteras activas. Solo en Argentina, estas criptomonedas representan el 61,8% del volumen de operaciones cripto«.
Así lo reveló un informe elaborado por CryptoMKT y Coinchange Financial, que también analizó el contexto global, marcado por la escalada comercial entre Estados Unidos y China.
El fin del cepo al dólar y el crecimiento de las stablecoins entre freelancers y empresas
La historia económica reciente de Argentina está atravesada por restricciones cambiarias que limitaron el acceso al dólar. Aunque el fin del cepo generó alivio en varios sectores, el informe plantea algunas dudas sobre lo que ocurrirá en el futuro: «¿Qué pasará con el tipo de cambio? ¿Por cuánto tiempo durará la apertura? ¿Qué pasará con quienes trabajan en la informalidad?».
En este marco, el informe remarcó que «las stablecoins como USDT (Tether), USDC (USD Coin) y DAI (Dai) emergen como una alternativa sólida y accesible para operar con una paridad cercana al dólar sin necesidad de depender del sistema bancario tradicional».
María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMKT, sostuvo que «la gente necesita previsibilidad en un entorno económico volátil». «Y las stablecoins ofrecen precisamente eso: una forma accesible, segura y descentralizada de preservar valor y realizar transacciones en una moneda fuerte», agregó
La investigación advirtió que «el fenómeno no se limita a pequeños ahorristas». «Cada vez más profesionales y empresas exportadoras, desde programadores y diseñadores hasta consultores y pymes, adoptan stablecoins como forma de cobro internacional», subrayó.
Jonathan Chester, fundador de Bitwage, una plataforma de pagos en criptoactivos, afirmó que «los freelancers argentinos y profesionales que exportan servicios ya están cobrando en stablecoins porque priorizan la privacidad, la rapidez, la liquidez y la libertad sin fronteras ni restricciones. Además, esquivan costos bancarios, demoras y burocracia local».
«Esto les permite recibir pagos desde el exterior directamente en sus billeteras, sin necesidad de pasar por el sistema bancario tradicional, y luego convertirlos a pesos o mantenerlos en stablecoins según su estrategia de ahorro», agregó.
Tensión global y crecimiento de las criptomonedas
La decisión de Estados Unidos de imponer nuevos aranceles a productos tecnológicos de China, bajo la administración de Donald Trump, reavivó las tensiones comerciales entre las dos principales potencias y generó incertidumbre en los mercados. En este escenario, las stablecoins ganan terreno como refugio de valor.
Rafael Meruane, cofundador de CryptoMKT, afirmó que «cada vez que se intensifican las tensiones económicas entre potencias, observamos un aumento en la demanda de criptomonedas como bitcoin, ether y especialmente stablecoins». «No solo representan innovación tecnológica, sino también una herramienta para proteger el patrimonio frente a la incertidumbre», detalló.
El informe detalló que este tipo de contextos fomenta lo que los analistas llaman «flight to crypto», una migración de capital hacia activos digitales percibidos como resguardo ante políticas económicas inciertas. La vinculación de las stablecoins al dólar las convierte en una opción particularmente atractiva en tiempos de volatilidad.
El reporte también alertó sobre una tendencia emergente: empresas que analizan emitir sus propias stablecoins corporativas. Herramientas como M^0 Labs facilitan esta posibilidad, garantizando interoperabilidad con el ecosistema DeFi.
La digitalización de pesos corporativos podría optimizar la eficiencia operativa, la trazabilidad de las transacciones y reducir costos tradicionales, al tiempo que abriría nuevas oportunidades de financiación e inversión para las compañías.
Aunque algunos sectores aún ven a las stablecoins como un fenómeno de nicho, los datos muestran lo contrario: su adopción se acelera y plataformas como CryptoMKT y Coinchange registran un crecimiento constante de usuarios tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica.
Para Juppet, se trata de algo mucho más profundo: «Estamos presenciando una revolución silenciosa, pero imparable en la forma en que las personas y las empresas gestionan su dinero. Las stablecoins están democratizando el acceso al dinero digital y ofreciendo una alternativa real y tangible frente a sistemas financieros tradicionales que, en muchas ocasiones, han demostrado ser incapaces de proteger los intereses de los ciudadanos».
Desde Coinchange Financial coincidieron: «En un mundo donde la innovación financiera avanza a toda velocidad, las stablecoins se destacan como una herramienta práctica y accesible que puede mejorar tus finanzas y ayudarte a mantenerte competitivo. El futuro del dinero es digital, y las stablecoins son la clave para desbloquearlo».
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