El espeluznante caso de las tres jóvenes asesinadas en Florencio Varela sigue siendo el eje principal de toda charla. El triple crimen no sólo desató una ola de angustia y dolor, sino que también movilizó a miles de personas que salieron a las calles para pedir justicia. Para ello se convocó a una marcha frente al Congreso, pero lo que nadie se imaginaba era que Robertito Funes Ugarte terminaría protagonizando un hecho insólito.

Pero lo que buscaba ser una jornada de unión y reclamo por la memoria de las jóvenes terminó teñido por la violencia. En medio de la manifestación, Robertito, que estuvo en la marcha como enviado de La Nación+ para seguir la cobertura de la misma, fue víctima de un violento episodio que reavivó mucho más la polémica.

Todo sucedió de manera repentina. Mientras la marcha avanzaba, una colega de TN advirtió lo que estaba sucediendo con Robertito: “Están agrediendo a un colega nuestro, a Robertito”. En cuestión de segundos, la escena cambió de tono: empujones, gritos y un clima hostil obligaron al conductor a correr para ponerse a resguardo, mientras otros periodistas intentaban frenar la tensión.

Aunque afortunadamente no sufrió heridas graves y se encuentra en buen estado, Funes se llevó la peor parte de una jornada que debería haber tenido otro desenlace. Los insultos y empujones lo sacaron de foco y lo obligaron a retirarse de manera abrupta, dejando en evidencia que esta marcha de reclamo terminó generando justamente lo que fueron a repudiar: violencia.

POR QUÉ ATACARON A ROBERTITO FUNES UGARTE EN LA MARCHA POR EL TRIPLE FEMICIDIO

Pero la gran pregunta es: ¿Por qué Robertito sufrió tal ataque en la manifestación? Las personas que marcharon en esta iniciativa del colectivo feminista Ni Una Menos escracharon al periodista y lo corrieron a los insultos. Sin ninguna explicación clara, pero que a las cuentas queda en evidencia. Y es que, incluso cuando el eje de todo esto deberían ser las tres jóvenes asesinadas cruelmente, las diferencias ideológicas nos convierten en monstruos.

Uno de sus colegas intentó explicar el trasfondo del ataque y lanzó una reflexión sobre el clima social que atraviesa el país: “Esta época es difícil porque es un contexto electoral”, señaló, en referencia a las tensiones políticas que dividen cada vez más a la sociedad y que, en este caso, terminaron salpicando a Robertito en pleno ejercicio de su labor.

Mientras tanto, la causa que investiga el femicidio de las tres amigas sigue en curso y mantiene en vilo a la opinión pública. La masividad del caso, el impacto social y la marcha de Ni Una Menos muestran lo mucho que caló este tema en la sociedad. Así de cruel y así de sensible, en una historia violenta que tristemente vemos repetirse.

La primera salida pública de Darío Cvitanich e Ivana Figueiras se convirtió en la confirmación definitiva de su romance. Después de días de especulaciones, el exfutbolista decidió mostrar en sus redes sociales una foto íntima en la que apareció con la modelo. Con ese gesto, terminó con los rumores que venían circulando desde hacía semanas.

Las versiones comenzaron a sonar fuerte tras la separación de Cvitanich y Chechu Bonelli, madre de sus tres hijas. Para despejar dudas, el exdelantero aclaró la situación: “Se dicen cosas que no son. Con Ivana nos estamos conociendo y que no hay mucho más para contar”.

Los dos fueron juntos a la cancha de Banfield, el club donde Cvitanich se formó y dejó un gran recuerdo. Desde la tribuna, él subió imágenes del estadio Florencio Sola y hasta se retrató con Nicolás Bertolo, excompañero de sus tiempos como jugador.

Ivana, por su parte, filmó la tribuna repleta de hinchas y escribió: “Descubriendo nuevos horizontes”. Esa publicación dio a entender que era su primera vez en el estadio junto a su novio. Aunque no compartieron fotos en pareja, el ángulo de las imágenes reveló que estuvieron en el mismo palco.

LAS DECLARACIONES DE CVITANICH

Cvitanich cuando fue consultado sobre su presente sentimental, no dudó en confesar en una nota: “No hay mucho para decir. Tengo hoy una gran relación y por las nenas fue todo bastante bueno dentro de las cosas lógicas de una separación”.

Sobre su expareja, el exjugador fue claro. “Es una gran mujer y mamá de mis hijas. Así que eso no va a cambiar”, sostuvo con firmeza. Mientras Chechu eligió el silencio y se refugió en su viaje a Miami, Darío decidió rehacer su vida con Ivana.

El reciente arrebato de furia de Cecilia Milone contra la prensa volvió a poner a la artista en el ojo de la tormenta mediática. La cantante, que días atrás fue abordada por cronistas en medio de los rumores sobre su supuesto romance con Chico Novarro, los calificó de “abusadores emocionales”.

En este contexto, Yanina Latorre aprovechó su cuenta de Instagram para abrir su cajita de preguntas y responder sobre diversos temas, incluyendo la actitud de Milone. La panelista fue contundente: “Que la violenta es ella con la familia de Chico Novarro”.

El episodio con la prensa no fue aislado. Cecilia Milone publicó un descargo en sus redes sociales donde explicó que durante su carrera recibió agresiones y acoso de los medios, algo que según ella no identificaba en su momento como abuso emocional.

“Di notas y soporté una cantidad de agresiones a lo largo de mi carrera. No me daba cuenta de que eso era abuso emocional. No me di cuenta de que me preguntaban cosas íntimas y yo contestaba como podía, intentando ser graciosa”, señaló la actriz.

Sus palabras buscan justificar su reacción y contextualizar su comportamiento, aunque no lograron aplacar las críticas hacia ella. El comentario de Latorre se suma a la fuerte repercusión que tuvo la frase de Milone sobre los cronistas y evidencia la tensión entre figuras del espectáculo y la prensa en Argentina.

Marcela Tauro, otra periodista reconocida, también se expresó en torno a la situación, sugiriendo incluso que se debería dejar de cubrir a Milone debido a su agresividad hacia los medios. La polémica pone en primer plano los límites entre la privacidad de las figuras públicas y la labor de los comunicadores.

Además, el enfrentamiento trae a discusión cómo se manejan los conflictos mediáticos dentro del mundo del espectáculo. El intercambio entre Latorre y Milone refleja la polarización que se genera cuando artistas y periodistas chocan públicamente.

Mientras Milone se defiende alegando abuso emocional, Latorre apunta directamente a la violencia percibida hacia terceros, en este caso la familia de Novarro, generando un choque de narrativas que sigue siendo tema de conversación en medios y redes.

En definitiva, la polémica no solo gira en torno al arrebato de Milone, sino también a cómo los medios y las figuras públicas interactúan, cuál es el límite del respeto y cómo se construyen las percepciones públicas en torno a cada hecho.