Roma y Lazio igualaron 1-1 en un Derbi della Capitale cargado de tensión, simbolismo y violencia fuera del campo, pero también de momentos de calidad sobre el césped. No fue el mejor clásico romano de los últimos tiempos, pero sí uno que mantuvo intacta la disputa por los puestos europeos y dejó una imagen para el recuerdo: el golazo de Matías Soulé. En un Olímpico de fiesta por el marco, aunque no tanto por el juego, el argentino se vistió de Paulo Dybala en su primera gran noche como protagonista absoluto en la capital italiana.

El partido fue, como casi siempre, de más emociones que fútbol. En los primeros 45 minutos, la Lazio, con Taty Castellanos en el 11, fue muy superior. Mandó en el ritmo, en las chances y en las sensaciones. Gustav Isaksen fue un puñal por la derecha, y sólo el arquero romanista Mile Svilar, brillante en sus reflejos, evitó que el marcador se abriera antes. A los 49 , sin embargo, la presión se tradujo en gol: Luca Pellegrini ejecutó una falta desde la izquierda y Alessio Romagnoli, ambos ex Roma, firmó de cabeza el 1-0 que parecía inclinar definitivamente el clásico.

Pero ese golpe activó a la Roma, con Soulé y Leandro Paredes en el campo. Ranieri tocó las teclas justas, y el equipo cambió el semblante. La reacción tuvo a Matías Soulé como bandera. Dueño de la banda derecha y sin Dybala por lesión, el joven argentino entendió que era su momento. A los 69’, tomó una pelota en la frontal, se perfiló a su zurda y soltó un remate con rosca que tocó en el travesaño, picó adentro y volvió a golpear el palo antes de rebotar hacia afuera. A través de su reloj, el árbitro confirmó que la pelota había ingresado y el VAR le dio la derecha. Fue el cuarto de su temporada, pero seguramente el más especial.

El empate se sostuvo en buena medida por otra gran atajada de Svilar a Pedro y por el empuje de un Lazio que reaccionó tarde. Sin embargo, el fútbol quedó en segundo plano antes y después del pitazo inicial. El derbi llegó enmarcado por una previa violenta: hubo enfrentamientos entre hinchas y la policía, con 13 agentes heridos y objetos contundentes arrojados en distintos puntos de Roma. Las fuerzas de seguridad, cerca de 2.000 efectivos, evitaron un enfrentamiento mayor entre tifosi, pero no lograron contener por completo los desbordes.

Fue un derbi caliente, como siempre, y que esta vez tuvo a Soulé como figura, a Svilar como salvador y a las hinchas de ambos lados sin demasiado para celebrar. Quedan seis fechas y un objetivo claro: volver a la Champions. Ambos están cerca, pero para conseguirlo deberán mejorar su versión. Porque en Roma, como en Europa, no alcanza con empatar el clásico: hay que ganarlo todo.

Soulé no solo igualó el marcador: también mantuvo viva la ilusión de los romanistas de alcanzar un cupo en la próxima Champions League. Con este empate, Lazio quedó con 56 puntos, en la sexta posición, y Roma con 54, en el séptimo lugar. Juventus, dueño del último boleto al máximo torneo continental, suma 59. Quedan seis partidos y todo está por jugarse.