Apenas pasadas las cuatro de la mañana, Susana Giménez aterrizó en Miami en un vuelo de American Airlines. Según testigos, la conductora viajó sola y fue vista descendiendo del avión con un look impecable, aunque en silla de ruedas. El motivo de su repentina partida habría sido un serio problema en su mansión de Venetian Island, valuada en casi diez millones y medio de dólares. La propiedad, conocida como La Vaquerita, se convirtió en el centro de un inesperado drama inmobiliario.

Una pasajera del mismo vuelo reveló detalles del viaje. “Llegó a las cuatro de la mañana, muy maquillada, con anteojos negros. Algunos se sorprendieron al verla en silla de ruedas, pero no es nada raro. El aeropuerto es enorme y ella fue operada dos veces de la cadera, así que necesita asistencia para moverse”, contó la testigo que la vio de cerca y aseguró que, pese a todo, se la notaba radiante.

La mansión de Susana, ubicada en una de las zonas más exclusivas de Miami, habría sufrido un desperfecto grave. “Fue a ver qué pasa con su casa. Ella tiene una propiedad divina en Venetian Island, que compró a tres millones de dólares y hoy está valuada en más de nueve millones. El año pasado pagó 125 mil en impuestos y está todo al día”, aseguraron desde su entorno, que intenta mantener el perfil bajo mientras se evalúan los daños.

No es la primera vez que la vivienda genera complicaciones. En su momento, la propiedad anterior de Susana en Fisher Island también había dado dolores de cabeza por los problemas de acceso y mantenimiento. Aquella residencia, más apartada y de estilo moderno, terminó siendo vendida porque la diva prefería estar “más cerca de todo”.

EL PROBLEMA ES SUSANA GIMÉNEZ

Ahora, el foco está puesto en La Vaquerita, una imponente casa frente al mar que Susana reformó a su gusto y donde suele recibir amigos y pasar largas temporadas. Según trascendió, una falla eléctrica habría provocado un principio de incendio en una de las áreas principales, lo que la llevó a viajar de urgencia para supervisar las reparaciones.

Mientras tanto, la conductora planea quedarse varios días en Estados Unidos hasta resolver la situación. “El tema es que la casa se incendió. La casa se incendió en Miami”, relató una fuente cercana, confirmando el motivo real que la llevó a dejar Buenos Aires de un día para otro.

Daniela Celis demostró ser una mujer única y especial en el momento más difícil que le tocó atravesar a Thiago Medina. Durante el tiempo que duró su internación, estuvo cada día a su lado, pidiendo por su salud y para que vuelva a salir adelante.

En ese aspecto, Pestañela rogó día y noche por el milagro que finalmente terminó ocurriendo. Y en una reciente entrevista de LAM, en los rumores que hay de una posible reconciliación, Daniela contó las promesas que hizo por el papá de sus hijas y los deseos que tenía en salir adelante.

“Mi cabeza era el único lugar donde encontraba paz y seguridad. Escribía todos los días en el librito que está ahí en la Basílica y ponía que por favor salga, que lo quiero vivo, que lo quiero conmigo, que lo quiero con las nenas de vuelta, que se reencuentren”, afirmó.

El hecho de haber ido a la Basílica de Luján, para Celis significó un acto de amor y fe muy grande. De hecho, ni bien logró cumplir con esta meta, al otro día llegaron las buenas noticias y todo fue para mejor en la vida de Thiago.

DANIELA CELIS Y SU PEDIDO POR THIAGO MEDINA

“El primer día que fue el 12 de septiembre, la noche del accidente. Al día siguiente ya estaba en la Basílica Luján pidiendo por favor que viva, que no me deje sin un padre para mis hijas”, comentó la ex Gran Hermano.

Sobre esas mismas palabras, agregó: “Y prometí un montón de cosas y obviamente las voy a cumplir. Una de ellas fue peregrinar hasta Luján. Del hospital salí a peregrinar, llegué a la noche y al día siguiente lo pasaron a sala. Fue una locura”.

Tener en su casa a Thiago, estando con Laia y Aimé, hoy a Daniela la deja en paz y la llenó de alivio. “Era lo único que necesitaba, anhelaba y el único lugar donde encontraba paz. Iba a la Basílica día de por medio a rezar”, sentenció.

La misteriosa desaparición de dos jubilados mantiene en vilo a todo Chubut. Pedro Alberto Kreder, de 79 años, y Juana Inés Morales, de 69, fueron vistos por última vez hace diez días en los Cañadones de Visser, una zona inhóspita ubicada a unos 30 kilómetros de Comodoro Rivadavia.

La pareja, que se había conocido apenas un mes atrás, recorría el sur del país en una camioneta cuando aparentemente se encajaron en el barro y salieron a buscar ayuda. Desde entonces, no se supo más nada de ellos.

El vehículo fue hallado el sábado pasado por un grupo de rescatistas. Estaba cerrado con llave, sin signos de violencia ni desorden, y con dinero y pertenencias en su interior. También se encontraron una carpa, una bolsa de dormir, comida y agua, lo que indica que la pareja estaba preparada para acampar. Sin embargo, no había rastros de ellos.

La principal hipótesis de los investigadores es que, tras quedar varados y sin señal de celular, Kreder y Morales decidieron caminar para pedir socorro y se desorientaron en medio de los cañadones. En las últimas horas, se encontraron restos de fogatas recientes, lo que renovó la esperanza de que ambos sigan con vida.

Más de cien personas participan del operativo de búsqueda, entre efectivos policiales, bomberos, Defensa Civil y voluntarios. También se utilizan drones, motos y perros rastreadores. Para facilitar el trabajo de los canes, los rescatistas rompieron una ventanilla de la camioneta y extrajeron prendas de vestir con olor de los desaparecidos.

El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, expresó su preocupación por la cantidad de días que los jubilados llevan desaparecidos. “Ya son muchos días sin agua. La única esperanza es que hayan encontrado alguna fuente natural o refugio. Es una zona dura y muy difícil de transitar”, advirtió.

Las condiciones climáticas también complican la búsqueda. Fuertes vientos y lluvias borraron huellas, dificultando el trabajo de los perros rastreadores y los equipos de rescate. “El viento fue intenso desde el sábado en que se perdieron, y el domingo se sumó la lluvia. Esto realmente nos jugó en contra”, detalló el funcionario.

El periodista local Marcelo Vidal aseguró que el lugar donde desaparecieron “es prácticamente inaccesible” y que se tardaron más de cuatro horas en ubicar la camioneta. “Entre donde se encontró el vehículo y el último poblado hay unos 40 kilómetros”, explicó.

Las hijas de Pedro Kreder contaron que están desesperadas y que no creen que su padre haya ingresado voluntariamente a una zona tan peligrosa. “Él es muy prudente. No se arriesgaría así. Creemos que pudo haber pasado algo más, incluso un robo”, afirmaron.

Por su parte, las hijas de Juana Inés Morales revelaron que desconocían la relación que su madre mantenía con Pedro, mientras que la familia de él sí estaba al tanto del vínculo. “Se conocían hace poco más de un mes, pero él estaba muy entusiasmado”, comentaron.

Mientras las horas pasan y la incertidumbre crece, las autoridades continúan los rastrillajes intensivos en los alrededores de Comodoro Rivadavia. Este martes por la noche, el Ministerio de Seguridad provincial brindará una conferencia de prensa para informar las novedades del operativo y el rumbo que tomará la investigación.