El presente de Ousmane Dembélé lo posiciona como uno de los mejores jugadores de la actualidad. Ya campeón de la Ligue 1 con el PSG y en cuartos de final de la Champions League con un 3-1 a favor en la ida, el francés cambió la imagen que había dejado en el Barcelona, donde fue señalado por todos por su alto costo y bajo rendimiento. En la previa a la vuelta contra el Aston Villa, el extremo halagó a Lionel Messi, que supo ser su compañero.

Sobre si el actual PSG es el mejor equipo donde jugó, el Mosquito mencionó: «He jugado en buenos equipos, te recuerdo también el Rennes. No sé si es el mejor, porque jugué en el Barcelona en el que estuvo Messi, el mejor jugador de todo los tiempos. Este PSG es el equipo en el que más disfruto».

«Somos un equipo que defiende y ataca unido. El entrenador nos dijo que si no presionamos, alguien más ocupará nuestro lugar. Esto es bueno. Es la única manera de ganar. Ya conocía a Désiré Doué en Rennes. Tiene mucho talento y creo que llegará muy lejos. Lo animamos a seguir así. A su edad, es realmente muy profesional», señaló sobre la promesa gala.

Sobre la posibilidad de ser Balón de Oro, dijo: «No es lo que más me importa. Estos son los títulos colectivos ganados con el equipo con el que he soñado desde pequeño. Ganar una Champions con el PSG sería excepcional, sobre todo al ser la primera».

Mi cambio de nivel es por la posición que tengo en el campo. Juego más cerca del arco. Mis compañeros ayudan. Estoy bien rodeado por mis compañeros y por eso es por lo que he mejorado mis cifras», agregó.

«¿Líder? No sé si soy el líder. Sí creo que soy uno de los peso pesados del vestuario. Sigo como siempre, intentando animar a mis compañeros, a los más jovenes, incluso los más veteranos. Intento ser ejemplo del resto. Es lo que intento hacer dentro y fuera del campo», concluyó.

El francés y el argentino compartieron cancha en 95 partidos, pero el momento más recordado de su sociedad fue en la ida de las semifinales de la Champions League 2018/19. Aquella noche, Messi dejó a Dembélé mano a mano con el arquero para marcar el posible 4-0 ante Liverpool, pero el extremo falló una chance clarísima. El partido terminó 3-0, y ese gol que nunca fue pudo haber sentenciado la serie, que finalmente los ingleses remontaron con un histórico 4-0 en Anfield.