Rapinha fue el héroe de la tarde para Barcelona, que tuvo que sudar la gota gorda para vencer a un bravo Celta de Vigo este sábado 19 de abril, por la jornada 32 de LaLiga de España, cuatro días después de haber abrochado el boleto a las semifinales de la UEFA Champions League 2024/25 y a once de medirse ante el Inter en la ida de dicha etapa.

El brasileño está mostrando su mejor versión en esta temporada, dejando cada vez más atrás las críticas sobre las que él caían, a tal punto que (con su doblete y la asistencia de este sábado) igualó el mejor curso de Neymar en Europa en lo que a participación directa en anotaciones refiere (51, las mismas que el actual Santos en la 2015-16, según datos de Gols do Brasileirão).

Los catalanes impusieron condiciones en el tramo inicial del primer capítulo. No fueron pocas las llegadas de peligro y mostró su contundencia de forma temprana: Inigo Martinez metió un gran pase entre líneas para Ferrán Torres, que siguió ganando metros mientras se iba acomodando para sacar el derechazo más óptimo, uno que ejecutó y no pudo detener Vicente Guaita.

Poco le duró la alegría a los blaugranas. Borja Iglesias recibió un centro rasante desde su derecha, uno que Szczesny intentó desactivar. Pero causó lo contrario. El Panda no tuvo más que dar un suave toque con el pie para enviar la pelota al fondo de la red, una que estaba indefensa tras el arrojo inocuo del polaco.

Tras ese golpe, el Barcelona se mantuvo igual: generando peligro con sus embates pero dejando huecos detrás, proponiendo pero a su vez permitiendo. Aquello casi le jugó una mala pasada cuando, a los 22, una buena intervención del portero ex Juventus casi termina en un blooper de Koundé, quien intentó despejar tras el rechazo y estuvo cerca de dejar servido el gol.

Sobre el minuto 43, los gallegos tuvieron una buena oportunidad para ponerse 2-1 arriba, pero Szczesny se puso la capa de héroe: primero le tapó un furibundo remate a Ilaix Moriba y luego, otro a quemarropas de Iker Losada, quien había capturado el rebote. Previo a ello, todo el conjunto blaugrana y sus hinchas reclamaron una mano de Marcos Alonso dentro del área, pero fueron desoídos.

En el alba del complemento, Celta de Vigo consiguió aquello por lo cual luchó: Borja Iglesias, el mismo que devolvió el marcador a la igualdad, remató al segundo palo con una precisión quirúrgica, desatando la algarabía de todo el conjunto olívico. Por si fuera poco, amplió la diferencia apenas diez minutos después, convirtiéndose además (según la cuenta LaLigaEnNúmeros) en el sexto jugador en anotar por triplicado visitando al Barcelona por LaLiga de España (el último antecedente fue Forlán, en la temporada 2004/05 y con Villarreal).

Lejos de tumbar a los locales, se recuperaron con una rapidez inusitada. Dani Olmo respondió en menos de 120 segundos, poniendo el primero en su cuenta personal; mientras que Raphinha, de cabeza, estableció la paridad cuando el reloj acusaba 68′. La tensión estaba en el aire y cualquier error se pagaba caro. Muy caro. Y quien lo vivió en carne propia fue el Celta: Yoel Lago se llevó puesto a Dani Olmo dentro del área y, a instancias del VAR, Mario Melero López le otorgó un penal a los locales sobre los 94′. El brasileño tomó la pelota, ejecutó y fue implacable. 4-3, remontada de la remontada y no hubo tiempo para más, en una tarde soñada para el delantero sudamericano.