ECONOMIA
Expertos prevén que el riesgo país puede bajar más, pero dudan si se volverá este año al mercado internacional

El riesgo país, que tres días antes del anuncio de la salida del cepo para personas físicas y flexibilización para las empresas había superado 1.000 puntos, bajó hasta la zona de 725 puntos en la primera semana que debutó el nuevo esquema cambiario y el levantamiento de restricciones cambiarias.Y el lunes cayó a 720 puntos. Para algunos analistas, el riesgo país tiene margen para seguir bajando hasta los 500 puntos hacia mediados de año
De esa manera, volvería a la zona en la que estuvo el 9 de enero de este año, cuando se ubicó en 560 puntos y alcanzó el nivel mínimo hasta ahora en la gestión de Javier Milei. Es que luego empezó a subir en medio de la incertidumbre local por el futuro esquema cambiario y un clima externo más adverso por la guerra comercial internacional.
De todos modos, los especialistas afirman que la continuidad del sendero bajista dependerá de algunos factores claves, entre ellos, la acumulación de reservas, el resultado electoral y la evolución del escenario internacional.
En ese sentido, en PPI advirtieron que «el frente internacional se volvió adverso para los activos de riesgos, y las presiones de Donald Trump por expulsar al presidente de la Fed puede volver a incrementar la volatilidad en los mercados», lo que quedó reflejado en un nuevo lunes negro en el cual el Merval y las acciones argentinas en Wall Street se desplomaron más de 6% y los bonos soberanos en dólares cerraron con tendencia mixta a lo largo de la curva, con subas de hasta 1%, lideradas por el Global 46, y bajas de hasta 1,1% encabezada por el Global 35.
Riesgo país y dólar: variable clave para el éxito del programa del Gobierno
Los expertos concuerdan que bajar el riesgo país es crucial para poder regresar al mercado financiero internacional luego de 8 años de estar afuera de esa plaza para poder colocar deuda y evitar la sangría de reservas.
Tras el primer desembolso del acuerdo por el FMI por u$s12.000 millones, y la llegada de un giro Banco Mundial por u$s1.500 millones, las reservas brutas se ubicaron el lunes en u$s38.795 millones, y las netas son positivas en u$s5.527 millones, según los cálculos de PPI, sin contemplar como pasivo de corto plazo los depósitos del Tesoro en el BCRA ni los pagos de BOPREAL a 12 meses.
Los analistas de Facimex Valores aseguran que «el verdadero termómetro del éxito del programa será el riesgo país ya que el esfuerzo solo servirá si Argentina vuelve al mercado. El programa está diseñado para ir levantando los controles cambiarios, permitiendo dar el último gran paso para recuperar el acceso al mercado».
En sintonía, la consultora EconViews sostuvo que con el nuevo esquema cambiario y la salida y/o flexibilización del cepo, «la apuesta es clara: dar un golpe de confianza, fortalecer la posición externa para volver a comprar divisas y bajar el riesgo país a niveles más razonables que permitan refinanciar la deuda».
«Este último punto no es menor. Desde la llegada de Milei ya se pagaron más de u$s15.000 millones a bonistas y organismos multilaterales. Sin acceso al financiamiento externo, las cuentan no cierran, especialmente con los vencimientos pesados que se vienen en los próximos años», destacó.
La consultora Eco Go también aseveró que «para que este esquema cierre, se requiere una baja del riesgo país que habilite el roll over de la deuda en dólares, y esto depende de la compra de dólares del BCRA».
En ese sentido, el presidente Javier Milei dijo que el BCRA va a comprar divisas cuando el tipo de cambio oficial toque el piso de $1.000 de la banda de flotación, algo que podría ocurrir en los próximos días, ya que este lunes el dólar mayorista cerró en $1.085 para la compra y $1.094 para la venta
Riesgo país: ¿tiene margen para seguir bajando?
Despejada la incertidumbre sobre el nuevo esquema cambiario en el marco del acuerdo con el FMI, el riesgo país descomprimió desde la zona de 1.000 puntos a 720 puntos.
Roberto Geretto, head Portfolio Manager de Adcap Grupo Financieros, comentó a iProfesional que en el corto plazo «el riesgo país puede seguir bajando y tener un piso entre 560 y 570 puntos básicos, tal como estuvo en enero». Y remarcó que «de seguir la confianza y ayudar el contexto externo, podría bajar algo más, aunque para ellos el BCRA debería empezar a comprar reservas».
De igual visión, el analista financiero Gustavo Ber pronosticó que «el riesgo país continuaría su compresión hacia los 500 puntos básicos hacia mediados de año».
Para el economista Federico Glustein «el riesgo país es probable que baje de la zona 700 y haga un nuevo piso cerca de 650 puntos en el corto plazo, pero no veo que se retorne a los mercados ahora. No hay vencimientos en el corto plazo que justifiquen la salida a los mercados; si lo veo probable en el 2026″.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, también cree que «el riesgo país puede continuar descomprimiendo hasta niveles de entre 500 y 600 puntos, una zona que ya vimos meses atrás y que hoy vuelve a estar en el radar si se consolidan ciertas condiciones macro».
Por su parte, Joaquín Marque, director de UG Valores, señaló que «el próximo paso será intentar lograr volver a ser reclasificados como país emergente en el índice MSCI (Morgan Stanley Capital Internacional) y en ese escenario, los fondos del exterior estarán obligados a comprar activos argentinos, lo que presionará aún más a la baja el riesgo país».
Al respecto, un informe de Invertir en Bolsa planteó que «el levantamiento de las restricciones cambiaria deja ya abierta la puerta a una potencial recategorización de Argentina como mercado emergente».
«Una potencial recategorización de la Argentina como mercado emergente implicaría un ingreso de flujos que se estima entre u$s2 billones a u$s3 billones. Para un mercado con poca profundidad como el del equity argentino, esa cifra representa un monto que impactará de lleno en la cotización de las acciones argentinas», calculó.
«¿Es probable que en la próxima reunión del MSCI en junio ya el país sea categorizado como mercado emergente? Tal vez sería un poco pronto. Este proceso suele demorarse; pero en nuestra opinión, si en dicha reunión la Argentina ya logra un status de under revision o, incluso pasar a mercado de frontera, ya será un avance importante y será solo cuestión de tiempo para pasar a ser mercado emergente», alegó.
De todas maneras, remarcó que «no descartamos de plano que pueda ocurrir una re categorización: El impecable trabajo que viene llevando adelante la actual administración en lo que refiere a la estabilización de la macro, impactante mejora en las cuentas fiscales, baja de la inflación y el fin de las restricciones cambiarias (aunque las mismas no sean aún totales) nos hacen pensar que pueda ocurrir un efecto similar al que se dio en el acuerdo con el FMI. La Argentina ya ha hecho el grueso de los deberes y la salida del cepo cambiario era la última condición para poder ser emergente», esgrimió.
¿Cúando podrá volver Argentina al mercado internacional?: los factores claves
Lazzati prevé que «Argentina estará volviendo al mercado internacional en 2026, ya que el riesgo país debería estar en torno a los 400 puntos básicos». Y evaluó que para que el riesgo siga bajando «el driver más relevante hoy es la calificación de Argentina por parte de Morgan Stanley, que ya empezó a reflejar una visión más constructiva, especialmente tras una salida parcial del cepo cambiario tanto para inversores locales como internacionales».
Para Ber «podría evaluarse regresar a los mercados internacionales recién hacia fines de año si está en torno a los 400 puntos básicos, en busca de que la tasa se ubique cerca del ~8% anual, a fin de poder impulsar roll-over» de los vencimientos dado que resultaría muy importante dentro de la estrategia de acumular reservas, y activaría seguramente una positiva ronda de «upgrades» crediticios de las calificadoras».}
De igual diagnóstico, Ian Colombo, Financial Advisor de Cocos Capital, afirmó que con el nuevo esquema cambiario «lo que estamos viendo es que los pesos se fueron ya desde la semana pasada a hacer carry trade», y auguró que «probablemente acompañado de eso venga una fuerte demanda de activos, de bonos en dólares de Argentina, y eso haría bajar el riesgo país para estar llegando más o menos a zona de 400 puntos para fin de año».
«Es parte del programa económico bajar el riesgo país para poder llegar al año que viene a emitir deuda en zona de 300-400 puntos básicos de riesgo país. Creemos que se están haciendo las cosas bien», evaluó.
Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, juzgó que «todavía falta para salir al mercado de capitales» porque para que «tengas posibilidades de entrar en una cartera de inversión tendría que estar en torno a los 300 puntos».
«Este año va a costar volver al mercado, porque en el segundo semestre del año es la parte difícil en cuanto a la recolección de dólares por parte del BCRA, no tenes grandes liquidaciones, no tenes los desembolsos, sumado a la dinámica política de las elecciones de medio término, donde tiene que ganar caudal de votos y generar poder y consenso. Me parece que hasta después de las elecciones la posibilidad de llegar a los 300 puntos básicos no la va estar; al mercado internacional se podría regresar recién a fin de año«, vaticinó.
Por su parte, Geretto opinó que «es poco probable que Argentina regrese al mercado internacional (este año), dado que con los desembolsos del FMI y otros organismos internacionales el programa financiero se acomodó, pero ahora queda el desafío de cumplir las metas del acuerdo del FMI, en especial la meta de acumulación de reservas».
De igual mirada, el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, dijo que «puede que el riesgo país siga comprimiendo algo más pero quizás no lo suficiente como para que Argentina vuelva a los mercados voluntarios de crédito; esto se daría si BCRA comienza a comprar divisas y las encuestas de cara a las elecciones de medio término arrojan ventaja para el oficialismo».
En EconViews esperan que «el riesgo país siga bajando, dado el fuerte respaldo del FMI y de los organismos multilaterales y la acumulación de reservas» por lo que afirmaron que «si el Gobierno obtiene buenos resultados en las elecciones de medio término, creemos que Argentina podría volver a los mercados internacionales en el último trimestre del año o principios de 2026».
Por su parte, Aldo Abram destacó que el factor internacional también es clave para que descomprima el riesgo país: «Las últimas subas del riesgo país tuvieron que ver con todas las medidas que tomó Trump y que generaron una enorme incertidumbre, y a Argentina -como a cualquier economía emergente- cuando sube el riesgo mundial, nos pega duro».
«Y el otro factor que pesa, más allá de mostrar que se sigue avanzando en las reformas estructurales, es con qué poder político va a contar después de las elecciones para profundizar el cambio de rumbo. Hay una expectativa de que con una buena elección eso permita que en el Congreso pasen las leyes para terminar de cambiar de rumbo», subrayó
Por su parte, el equipo de Research de PUENTE sostuvo que «no vemos a Argentina regresando en el corto plazo al mercado, pero quizás sí en unos meses; será clave la evolución del rating crediticio, que luego del acuerdo con el FMI esperamos que mejore una o dos notas».
Asimismo, Martín Kalos, director de Epyca, planteó que un riesgo país «en torno a los 700 puntos todavía es un precio demasiado alto para salir a endeudarse. Estamos hablando de tasas en torno al 12% anual en dólares; se necesita que siga bajando para volver al mercado internacional de deuda, y agregó que «para eso Argentina tiene que continuar afianzando un equilibrio macroeconómico que todavía es muy volátil. El plano fiscal y el cambiario, no son sustentables todavía en el largo plazo, genera incertidumbre», aseveró
Y fundamentó que «son insustentables, porque en lo fiscal no se puede sostener un país sin obra pública de ningún tipo, con jubilaciones mínimas que no cubren la canasta básica de pobreza, con un desfinanciamiento continuo a la salud y educación pública, es un país que no se desarrolla a largo plazo si no recupera algo de ese gasto público».
«Y en el tema cambiario si bien hoy hay dólares para despejar las dudas respecto de que el Gobierno se vea obligado a devaluar en el corto plazo, la pregunta sobre el atraso cambiario todavía existe porque el tipo de cambio sigue barato, y el Gobierno está tomando medidas que conducen a ese abaratamiento, pero eso es insustentable a mediano plazo. El cuestionamiento entonces es si después de las elecciones hace falta un nuevo reacomodamiento del esquema cambiario. Y esa pregunta está en cualquier inversor financiero o productivo», argumentó.
De todos modos, enfatizó que «a Argentina deberían ingresar capitales en un plazo no muy largo. Cuando la salida del cepo se refleje en una recategorización de Argentina como mercado emergente en el MSCI, los fondos que siguen esos índices estarán obligados a poner la cuota correspondiente, y eso va a hacer que algunas acciones y bonos suban, y que caiga el riesgo país, pero si eso alcanza para que Argentina vuelva a emitir deuda en el mercado voluntario es muy pronto para decirlo».
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ECONOMIA
Estas son las acciones argentinas que recomiendan grandes bancos de Wall Street

La economía argentina volvió a ser el centro de la escena esta semana tras la colocación del BONTE 2030, un bono en pesos a tasa fija, con opción de rescate anticipado en 2027 para inversores extranjeros.
La operación permitió al Gobierno captar u$s1.000 millones, cifra que fue celebrada en despachos oficiales por su impacto en el ingreso de divisas para el Banco Central (BCRA), pero que generó reacciones dispares en el mercado: mientras algunos festejaron la señal de apertura a fondos del exterior, otros pusieron el foco en la tasa elevada que debió convalidar el Tesoro para asegurar el éxito de la licitación.
En este contexto, bancos y brokers internacionales actualizaron sus recomendaciones sobre acciones argentinas, con lecturas más puntuales sobre el impacto macroeconómico, la recuperación sectorial y las oportunidades de posicionamiento de cara al segundo semestre.
Si bien el apetito sigue latente, la cautela predomina. Las recomendaciones trazan un claro interés selectivo, con especial foco en compañías con fundamentos sólidos y desconfianza frente a papeles donde el «precio ya corrió».
Morgan Stanley con la energía en la mira
Pampa Energía (PAM): mantener, pero esperar una mejor ventana
Morgan Stanley sugirió mantener una posición «neutral» en el ADR de Pampa Energía (PAM). Si bien destacó el potencial de Rincón de Aranda, uno de los bloques de shale oil más atractivos, advirtió que parte del upside ya está incorporado en la cotización. El banco prefiere esperar una recuperación más clara del escenario macro antes de elevar la exposición. El mensaje es claro: hay valor, pero aún no es momento de redoblar la apuesta.
En palabras de Research for Traders: «Si bien el desarrollo de petróleo de esquisto en Rincón de Aranda ofrece una excelente propuesta de crecimiento y genera un alto valor, se estima que parte del potencial alcista ya está reflejado en el precio».
Transportadora de Gas del Sur (TGS): «No hay mucho más para rascar»
Para TGS, el tono fue más frío. Morgan Stanley recomendó «infraponderar», al considerar que los ajustes tarifarios ya fueron descontados por el mercado.
La clave, según el banco, pasará por el avance o no de proyectos de mediano plazo vinculados al GNL, el transporte y el almacenamiento. Mientras tanto, el recorrido en este papel parece más acotado.
JPMorgan y su lectura para el sector financiero
Grupo Supervielle (SUPV): flojo en el trimestre, pero con respaldo de mercado
JPMorgan mantiene una posición neutral sobre SUPV, luego de un primer trimestre débil. Aun así, el hecho de que el papel cotice a 1,75x su valor libro indica que los inversores le siguen dando crédito al banco, ya sea por su capacidad de recuperación, su eficiencia operativa o las oportunidades que podría capitalizar en un entorno más ordenado.
Bank of America: banca privada y energéticas a la cabeza
Grupo Financiero Galicia (GGAL): comprar
Pese a un balance flojo por la caída del resultado financiero y una pérdida monetaria significativa, BofA ratificó su recomendación de «comprar» Galicia. El banco espera un rebote a partir del segundo trimestre, con una economía más estable y una mayor actividad crediticia.
Además, subrayó el impacto positivo de la adquisición del HSBC y la posiaccioción dominante de GGAL en Buenos Aires, donde se concentra la mayor parte del consumo financiero del país.
Tal como destacan desde Research for Traders: «El beneficio neto de GGAL debería beneficiarse de su exposición a Buenos Aires, su negocio de tarjetas de crédito y la adquisición de HSBC».
Banco Macro (BMA): comprar
En la misma línea, Macro también recibió el respaldo de BofA, que destacó su alta capitalización y su resiliencia estructural.
A pesar de un mal trimestre explicado por la volatilidad del período preacuerdo con el FMI, las perspectivas de retorno sobre el patrimonio (ROE) en dos dígitos y su valuación todavía barata justifican la recomendación de mantenerla en cartera con visión de largo plazo.
Sobre los resultados de Macro, Allaria destacó: «Ganó $ 45.700 mln en el 1q25 comparado con $ 110.950 mln del 4q24. Esperábamos $ 55.267 mln.»
«El ROE fue de 3,8% vs. 8,2% del 4q24. En ORI se registró una pérdida de -$ 2.242 mln. BMA cotiza a 1,52x BV.»
«La cartera de préstamos en Pesos creció 21% QoQ y 97% YoY a $ 6.115.874 mln, destacándose la suba en Personales (28% QoQ), Adelantos (107% QoQ) y Prendarios (26% YoY). La cartera en dólares creció 22% QoQ y 57% YoY medida en moneda de origen a U$S 1.447 mln, representando el 60% de los depósitos en dicha moneda.»
MercadoLibre (MELI): el intocable del ecosistema digital
En cuanto a MercadoLibre, la postura de Bank of America es inamovible: comprar. Destacó su liderazgo regional, su modelo vertical integrado (comercio, fintech, logística) y su capacidad para adaptarse a entornos adversos sin resignar márgenes.
En la visión del banco, MELI no solo resiste, sino que ataca, consolidando su lugar como actor clave del entramado digital de América Latina.
Vista Energy (VIST): petróleo premium con capex bajo
Por último, Vista también recibió el visto bueno de BofA. Con foco en La Amarga Chica, un bloque estratégico en Vaca Muerta, el banco valoró el hecho de que pueda usar infraestructura ya instalada para reducir costos y mejorar márgenes. Si la macro acompaña y se reducen los costos operativos, el upside para VIST podría ser significativo. La recomendación: comprar y mantener.
Los ojos están puestos esperando una buena oportunidad
Los analistas internacionales dejaron claro que el flujo hacia acciones argentinas no está terminado, pero sí condicionado.
Tras el BONTE 2030, el Gobierno ganó aire en lo cambiario, pero no logró despejar la incertidumbre que aún reina en varias mesas de afuera. Energía y banca siguen siendo los sectores favoritos, aunque los precios actuales exigen resultados concretos para mejorar el optimismo.
Con la lupa sobre la inflación, el dólar y las próximas elecciones, el trade off entre riesgo y oportunidad se mantiene abierto.
Las cartas están sobre la mesa; quien logre leer mejor el timing del rebote argentino podría llevarse la mejor parte.
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ECONOMIA
2 inversiones que no pueden faltar con un dólar recalentado y riesgo país que no baja

La colocación del bono en pesos al año 2030 a una tasa del 29,5% anual no hizo más que reflejar que Argentina tiene un riesgo país alto, que por el momento no hemos podido convencer a los inversores internacionales que estamos para otro nivel de riesgo.
En este contexto, vemos como los bonos nominados en dólares tienen un techo difícil de perforar, como es el caso del bono AL35 que le cuesta superar el nivel de u$s70.
Las acciones siguen navegando en un rango de precios que no define tendencia. Los balances de los bancos no fueron los mejores, les cuesta crecer con una macroeconomía que mejora, pero en el marco de una microeconomía que está muy difícil, heterogénea y diversa, que nos está trayendo algo de morosidad en las carteras.
Plazo fijo en dólares, una de las estrellas del mercado
El dólar no define tendencia, parecería que tiene un techo en los $1.200, pero con un piso que no logra perforar los $1.100 en el mes de mayo, y que lo aleja del piso de la banda. En el mes de mayo el mercado de futuros logro un volumen de negocios importante, con un interés abierto que crece a u$s4.900 millones, con un mes de diciembre muy cargado de vencimientos que suman u$s1.100 millones, con un dólar futuro diciembre que cotiza en $1.349. Recordemos que el dólar futuro es el dólar hoy más una tasa de interés, con lo cual no vemos probable que llegue a ese precio, sin embargo, genera inquietud que demore en bajar.
La demanda de pesos está muy por encima de la oferta de pesos en la economía, eso implica que la tasa de interés de plazo fijo este en niveles elevados, hoy por un plazo fijo de más de $1.000 millones se paga el 34% anual, y por un plazo fijo de más de $ 1 millón el 32% anual, son tasas muy elevadas si se las compara con las tasas de las Lecap que coloca el gobierno que se ubica en torno del 29% anual. El riesgo tesorería es menor que colocar la tasa en plazo fijo, esto muestra la gran demanda de dinero que hay en el mercado, y la escasa oferta existente.
Mientras el dólar cotice en medio de la banda de intervención, hoy en torno de $980 y $1.428, no hay intervención del Banco Central República Argentina, no expande ni contrae la base, por ende, seguimos con el mismo stock de circulación monetaria que se ubica en los $ 21,4 billones. Si el dólar sube a $ 1.428 se necesitan u$s15.000 millones para dolarizar la economía, en cambio, si baja a la zona de $990 la economía se monetiza, bajaría la tasa de interés de plazo fijo y por ende la tasa de financiación en las empresas.
La estrella de la semana es la tasa de plazo fijo en dólares, hay bancos que ofrecen una tasa del 5,0% por una colocación a un año de plazo, es una muy buena tasa pensando que una letra del tesoro de Estados Unidos a un año rinde el 4,16% anual. Los bancos que toman a estos niveles de tasas ofrecen financiamiento en dólares a tasas del 10% al 12% anual, que no lucen baratas.
El bono que hay que tener en cartera, con un dólar recalentado
Cuando el mercado está en un recorrido lateral, sin que se genere entusiasmo por las noticias, lo más probable es que baje. Así está el mercado de capitales hoy en Argentina.
La colocación del bono en pesos al año 2030 fue muy auspiciosa, es la primera colocación internacional después de mucho tiempo, las ofertas superaron holgadamente la colocación, pero la tasa de interés fue muy alta. En su primer día en el mercado, ya rinde el 29,9% anual, si esperamos a un año una tasa de inflación en torno del 15% anual, la tasa real es del 13,0% anual, que es mucho más elevada que la tasa de retorno del bono que ajusta por inflación TX26 que rinde inflación más el 9,0% anual. Hay que tener presente que en los años sucesivos la inflación será de un dígito, y el bono colocado tendrá una tasa escrita del 29,5% anual, muy bueno para el inversor, caro para el Estado.
Seguramente el Gobierno apuntará a una segunda emisión, a una tasa más razonable, sin embargo, en la actual coyuntura el mercado está dormido y poco entusiasmado.
Desde el exterior no llegan buenas noticias, Estados Unidos tiene una alta volatilidad, un día tenemos aranceles, otro día los negociamos, otro día los anula un tribunal, y otro día los restablece la corte. Estamos en el limbo. Todo apunta a un escenario de gran confusión.
Para dar precisiones, no vemos un dólar mayorista arriba de los $ 1.200. La tasa de plazo fijo en el 34% anual nos devuelve una alta tasa activa para los préstamos, así difícil reactivar. Si la economía se complica, las empresas tendrán que achicar inventarios y vender dólares, inflación y dólar a la baja.
Buen momento para mirar el mercado de afuera, eso sí: no dejar de tener en cartera los Boncap duales que vencen en marzo, junio, setiembre y diciembre 2026, ajustan por tasa TAMAR, y rinden en torno del 40% anual.
No hay dudas: es la mejor inversión, mientras las acciones y bonos soberanos en dólares se reacomodan en un escenario desafiante.
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ECONOMIA
Expertos advierten sobre los riesgos que pueden jaquear al plan Caputo

El ministro de Economía Luis Caputo aspira con el plan para fomentar el uso de los dólares guardados bajo el colchón a dinamizar la actividad económica, y estimó que en 2025 se podría crecer más del 6% y mantener ese ritmo en los próximos años, pero los analistas advierten que la apreciación cambiaria y la falta de acumulación de reservas en forma genuina implican riesgos.
La consultora Equilibra destacó que «el nivel de actividad económica alcanzó en febrero el pico previo de fines de 2017, trazando una recuperación en forma de V apuntalada por la recomposición del poder adquisitivo, la notable expansión del crédito bancario al sector privado y la reducción del impuesto inflacionario».
Pero esta trayectoria se frenó en seco durante marzo, cuando la actividad económica se contrajo 1,8% en la comparación mensual desestacionalizada, poniendo fin a una racha de diez meses consecutivos de recuperación por la incertidumbre respecto a la continuidad del régimen cambiario, previa al anuncio de la salida parcial del cepo y el esquema de bandas de flotación, una inflación que ese mes trepó a 3,7%, y los efectos de las inundaciones.
Actividad económica: ¿qué muestran los datos preliminares de abril?
Las primeras proyecciones de las consultoras privadas sobre la marcha de la actividad económica en abril son dispares.
De acuerdo a Orlando Ferreres, la actividad económica registró en abril un repunte en la serie desestacionalizada de 1,3% contra marzo, una suba de 5,6% interanual y en el primer cuatrimestre acumuló un repunte de 6,6%.
Según su relevamiento, 7 de 11 sectores crecieron contra abril del año pasado: Intermediación Financiera (29,8% a/a), Construcción (+7,4% a/a), Comercio (6,7% a/a) y Minas & Canteras (5,6% a/a) fueron los sectores más dinámicos que crecieron por encima de la actividad agregada; mientras que Agricultura & Ganadería (-5,2% a/a) presentó la mayor caída.
A su vez, el indicador adelantado de Eco Go refleja en abril una leve recomposición de la actividad económica en abril de 0,8% contra marzo.
En cambio, el anticipo que elabora la consultora Equilibra marca en abril una caída de 0,8% contra marzo, encadenando dos meses seguidos a la baja, y un alza de 3,5 por ciento interanual.
A su vez, un informe del Grupo SBS sostuvo que «los indicadores que monitoreamos presentan señales mixtas, aunque creemos que podría haber habido un rebote tras la caída de marzo».
«Nuestras series desestacionalizadas apuntaron para abril a subas en la recaudación de débitos y créditos, en la producción y ventas de autos, en despachos de cemento y en el Índice Construya. Además, el índice Líder de la Universidad Di Tella también mostró una suba a la vez que las importaciones devengadas también rebotaron. Por el lado negativo, cedieron la demanda de electricidad, ventas minoristas y producción de acero, siempre según nuestras series desestacionalizadas», explicó.
Pespectivas hacia adelante: los riesgos que pueden jaquear el plan de Luis Caputo
Hacia adelante, en un escenario en el que se prevé que la inflación desacelere y pueda perforar el 2% mensual, las perspectivas de los economistas es un sendero de crecimiento, pero un poco más débil y manteniendo disparidad entre los sectores.
En ese marco, las consultoras proyectan una expansión de la actividad económica un poco menos optimista que Caputo, de entre 4,5%y 5%, aunque afirman que la dinámica dependerá de varios factores, y algunos de ellos conllevan riesgos.
Pamela Morales Jourdan, analista de EconViews, señaló a iProfesional que «la actividad va a seguir floja en los próximos meses«.
«El crecimiento del crédito en pesos y las medidas orientadas a movilizar los ahorros bajo el colchón podrían aportar cierto impulso al consumo», pero «el proceso electoral, el tipo de cambio apreciado y el estancamiento de los salarios reales seguirán limitando el dinamismo«, fundamentó.
La analista sostuvo que «la apreciación perjudica a varios sectores, por lo que esperamos que la recuperación sea lenta, no creemos que sea del 6%, más bien esperamos para este año un incremento del PBI en torno del 4,6%, ayudado en gran parte por un arrastre estadístico del 4,1%».
Por su parte, Milagros Gismondi, economista de Cohen Aliados Financieros, planteó que «dentro de este nuevo esquema que muestra un tipo de cambio contenido, es un riesgo la apreciación cambiaria para la actividad económica, aunque probablemente sea más para fin de este año o principios de 2026″.
«Es un riesgo que todavía falta madurar, fundamentalmente porque aún quedan muchos sectores con algo de recorrido de crecimiento», alegó la economista en una charla virtual.
De todos modos, la especialista alertó que la apreciación cambiaria genera una presión mayor en el balance de servicios, fundamentalmente en turismo, que registra déficit, lo que a su vez impacta en las reservas.
Ese es uno de los riesgos que ve al plan económico en el marco del actual esquema: «Tenemos déficit cambiario de turismo que viene fuerte, y va a seguir siendo un dolor de cabeza y una demanda continua de dólares, y lo que vemos es que probablemente no se puedan acumular reservas via el MULC, y más con un Banco Central que no va a comprar divisas dentro de la banda sino que va a esperar a que llegue al piso».
En sintonía, el analista financiero Christian Buteler consideró que la razón principal que impulsó esta semana la suba del dólar oficial que el jueves se acercó a los $1.200 es que «el tipo de cambio está bajo, y un dólar barato genera mayor incentivo a comprar y menor a vender«.
«Hoy Argentina es más cara que París. Empiezan a crecer las importaciones, perdiste el 85% del superávit comercial del primer cuatrimestre contra igual periodo del año pasado. Salió abril, fue otro mes donde el turismo que sale subió un 30% y el que entra al país bajo un 4. La economía está dando muchas señales de que hay algo que no cierra, y eso es el que el tipo de cambio está barato para los costos actuales», recalcó.
En ese marco, el experto concordó que «la apreciación cambiaria es un riesgo porque ves que se reemplaza producción local por importaciones y eso termina afectando el nivel de empleo y, por lo tanto, el consumo y la recuperación de la actividad«.
El economista Federico Glustein también previno que «la apreciación cambiaría puede ser riesgosa porque pone en jaque en el mediano plazo la estabilidad cambiaría, suma importaciones y atenta contra la producción local y eso en paralelo podría hacer bajar el PBI».
De igual diagnóstico, Equilibra aseveró que «la apreciación cambiaria con reducción de aranceles a las importaciones, más ingreso de productos del extranjero a precios bajos desde países afectados por la guerra comercial (China) es un combo nocivo que condiciona la producción local que compiten con productos importados, y las exportaciones».
Por su parte, Christian Naud, analista de ACM afirmó que «uno de los efectos colaterales del proceso de estabilización llevado a cabo por el Gobierno ha sido la apreciación del tipo de cambio real, que, en combinación con la flexibilización de las restricciones a la importación de bienes finales, podría impactar negativamente sobre algunos sectores industriales».
No obstante, dijo que «esta misma dinámica permite un mayor acceso a bienes de capital importados, lo que, junto a las recientes desregulaciones y una menor carga impositiva, podría tener efectos positivos sobre la productividad y potenciar la actividad en adelante».
Otros riesgos para la actividad y el plan de Luis Caputo
Para Buteler, «el otro riesgo importante al plan económico es un BCRA que no compra reservas. Hubo desembolsos por u$s14.000 millones entre el FMI y otros organismos internacionales, y sin embargo el riesgo país sigue estando a los mismos niveles de principio de año».
«Y eso pasa porque el mercado quiere ver un BCRA que compre reservas en forma genuina para decir que esto no es todo producto de la deuda, que compre el BCRA o el Tesoro, y que la recomposición de reservas no siga dependiendo de agentes externos que te dan un crédito o un REPO, o que busques una operación financiera, sino que Argentina tenga reservas porque compra y se fortalece de forma sana», juzgó.
Y a su vez, bajar el riesgo país es clave para que Argentina vuelva a tener acceso al mercado financiero internacional para refinanciar los vencimientos de la deuda en dólares que son más abultados a partir de 2026.
A su vez, Gismondi advirtió que «el otro riesgo de este esquema es el consumo, porque ya el salario real en marzo mostró una caída, probablemente en abril también, y al sueldo le va a costar un poco más recuperar porque el Gobierno priorizando la desinflación no está homologando paritarias de más del 1% mensual entonces, al salario real le va a costar recuperar».
Equilibra también remarcó que «la incertidumbre cambiaria y la aceleración de la inflación (el IPC Nacional trepó a 3,25% mensual en promedio en marzo-abril) que redujo el poder adquisitivo de los salarios fueron los principales drivers del tropezón de la actividad en el segundo bimestre del año».
«En su afán por reducir el pass through de la corrección cambiaria del dólar oficial, el Ejecutivo no homologó paritarias superiores al 2% mensual en los últimos meses (el caso de bancarios y comercio son un claro ejemplo), por lo que no habría mejoras posibles del salario real hasta que la inflación perfore el 2% mensual», esgrimió.
En ese marco, consideró que «no se visualiza una recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores en el corto plazo y habrá que ver si en los meses previos a las elecciones legislativas el Ejecutivo deja de intervenir las paritarias, en post de apuntalar la recuperación del salario real a costa de algunas décimas más de inflación».
Por su parte, Naud consideró que «en cuanto a los riesgos del plan económico. Creemos que el más inmediato es la incertidumbre política, mucho más con elecciones legislativas a la vuelta de la esquina».
«La continuidad del programa económico dependerá, en buena medida, de la capacidad del oficialismo para consolidar su respaldo parlamentario y sostener la agenda de reformas que lo respalda. En este contexto, la evolución de las expectativas será clave para sostener la dinámica de recuperación en marcha», enfatizó.
¿La tercera será la vencida?
El grupo SBS dijo que hay «riesgos tanto domésticos, como deterioro en cuenta corriente cambiaria por apreciación del Tipo de Cambio Real, como exógenos -subas de tasas internacionales, precios de commodities a la baja, presión sobre monedas emergentes en contexto de guerra comercial global, con impacto sobre cuentas externas y dólar, que pudieran incrementar la volatilidad nominal y la incertidumbre, y deberán también seguirse de cerca dado el potencial impacto adverso».
Por su parte, Equilibra destacó: «No es la primera vez que la economía argentina se encuentra ante la oportunidad de iniciar un ciclo de crecimiento sostenido, pero tanto a principios de 2018 como a mediados de 2022, la economía chocó contra la restricción externa, cayendo nuevamente en terreno recesivo, ¿la tercera será la vencida?».
En ese sentido, la consultora afirmó que «la normalización del mercado cambiario es condición necesaria para apuntalar el crecimiento, ya que con cepo la actividad no pudo superar su techo, pero para que ello suceda, la demanda interna y el contexto internacional tienen que acompañar«.
«Las perspectivas de crecimiento también dependen del contexto internacional: la tensión se redujo respecto del Liberation day, pero el mundo se ha vuelto más complejo. Incluso suponiendo que la guerra comercial no se profundiza, el escenario internacional no es favorable para la Argentina. Es probable que la FED posponga la baja de tasas hasta saber cuál es el impacto sobre la inflación de la suba generalizada de aranceles a las importaciones y la volatilidad financiera persistiría elevada durante el año. La postergación de la baja de la tasa de referencia internacional sumado a una mayor incertidumbre, auguran financiamiento caro y escaso para países emergentes», evaluó.
En este contexto, remarcó que «los precios de las principales commodities de exportación de nuestro país se mantienen (agrícolas) o bajan (energía), y preocupa en particular la caída del precio internacional del crudo, que podría ralentizar el dinamismo de Vaca Muerta».
En Equilibra esperan «que este año el nivel de actividad se recupere del tropezón del cambio del esquema cambiario, pero no treparía mucho más allá del pico alcanzado en febrero, el PBI va a crecer en torno al 5% por el elevado arrastre estadístico positivo del 2024».
«La incógnita sobre el crecimiento genuino se develará el año que viene. Esperemos que finalmente se pueda romper la maldición de los años pares y que en 2026 estemos discutiendo cuando se alcanzará el pico del PIB per cápita de 2011», acotaron.
En sintonía, el grupo SBS dijo que hay «riesgos tanto domésticos, como deterioro en cuenta corriente cambiaria por apreciación del Tipo de Cambio Real, como exógenos -subas de tasas internacionales, precios de commodities a la baja, presión sobre monedas emergentes en contexto de guerra comercial global, con impacto sobre cuentas externas y dólar, que pudieran incrementar la volatilidad nominal y la incertidumbre, y deberán también seguirse de cerca dado el potencial impacto adverso».
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