ECONOMIA
Luis Caputo presiona a empresas de alimentos para bajar la inflación

La lucha por los precios se libra en los salones del Palacio de Hacienda (sede del ministerio de Economía), en los galpones de los supermercados mayoristas y en las oficinas de las principales empresas de alimentos nucleadas en la COPAL (coordinadora de las industrias de productos alimenticios), alguna de ellas, con números bordeando el rojo o morados directamente, como Molinos.
La batalla es para bajar la inflación como sea, a garrotazos, casi hasta a lo Moreno, a juzgar por los últimos movimientos de los subalternos del ministro Caputo que sigue felicitando y promoviendo que los supermercadistas rechacen las listas de las empresas de alimentos y bebidas que llegan con recargos de entre el 6% y el 9% de aumento para la segunda quincena del mes de mayo.
Inflación: el Gobierno presiona a empresas de alimentos para bajar precios
Si tomamos los datos de la Ciudad de Buenos Aires, que miden el costo de vida y puede servir como un testimonio o un anticipo de la inflación global que mide el INDEC para abril, y que se difundirá el 14 de mayo, hubo una importante moderación después del 3,2% de marzo. La baja fue impulsada por los precios estacionales y por los regulados.
Sin embargo, el problema está en la inflación núcleo, que mide la variación de precios sin tomar en cuenta la estacionalidad, aquellos que aumentan en determinada época del año, o los regulados por el Estado, que subió un 3% durante abril.
Vivir en CABA es caro, los ingresos de la población no alcanzan, y los súper reciben listados de productos con nuevos aumentos para lo que queda del mes. Un mes electoral.
Y, esa es la peor de las noticias para el ala política de la Casa Rosada. La inflación no es una sensación, se siente y duele cada vez que un cliente de un autoservicio saca la billetera o abre una cartera. Y, en ese contexto, la presión desde los funcionarios de economía para contener los precios se redobla.
Luis Caputo se reúne con supermercados
En las últimas horas, se conocieron nuevos contactos entre el equipo de Caputo y los ejecutivos de las cadenas de supermercados y ya hay un efecto.
En una importante cadena de supermercado de capital extranjero, aseguraron a iProfesional que rechazaron la pretensión de una compañía de entregar productos con un 9% de aumento en promedio. Se sentarán a negociar nuevamente a fin de semana, pero en el súper explicaron que no esperan una lista con un número menor al 5% para que los camioneros comiencen a descargar la mercadería.
«Descontamos que van a haber aumentos las próximas semanas, pero deberán ser moderados. No del 9%. Ahora bien, parece que actuamos por mandato del Gobierno, pero no es así. Las ventas se resintieron, hay productos que no se venden de ninguna manera y antes si se comercializaban y ya no hay cupones de descuento o campañas con bancos que aguante el consumo. Su caída es visible y palpable y es un problema. Si encima aumentamos los precios al consumidor final. El escenario es desolador», explicó el ejecutivo.
Del otro lado del mostrador, en las empresas de alimentos, la situación no es fácil. «Como dicen en España, Caputo nos ha puesto a parir», señalan en una mega empresa de alimentos. El problema es que la rentabilidad en los balances cae. Y, desde que se anunció la flotación del dólar, con bandas de piso y techo móviles, en las empresas tomaron como medida o criterio el alza de la cotización de la moneda estadounidense durante el primer día de operaciones.
En esas primeras horas, afilaron el lápiz, le sacaron punta y enviaron a las cadenas de supermercados, listas con aumentos de entre 5% y 10%, que fueron resistidas por los comerciantes que atienden al público minorista y mayorista.
Ahora bien, hay descargos y explicaciones desde las empresas de la COPAL por su antipática conducta, si se la observa desde la posición de los consumidores con ingresos fijos.
La semana pasada, Aceitera General Deheza (AGD) envió listas con subas del 6%; Molino Cañuelas, aumentó un 7% en harinas y 9% por ciento en aceite de oliva.
A propósito de Molinos, la firma produjo un balance que reportó pérdidas, debido a que en el primer trimestre del año sus precios «aumentaron por debajo de los costos».
Los números de la compañía se justificaron en que «…con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios (24,0% vs. 8,4%), el resultado neto fue negativo por $5.460 millones». Molinos registró, al cierre del primer trimestre, ingresos netos por $199.548 millones, lo que implicó una caída del 25,9% en términos reales, respecto del mismo período del ejercicio anterior.
El aceite va para arriba y Bunge, por su lado, también subió 4,5% su producto basado en girasol. Otras fábricas enviaron aumentos en galletitas dulces y se anotaron subas al 5% en bebidas de consumo diario. La preocupación en el gobierno es por el precio de la harina. Sube y sube desde el mes de marzo y no hay medida que parezca detenerla ni siquiera la escasa capacidad de compra de la población.
A diferencia de los empresarios que se reúnen en la COPAL, a Javier Milei no parece preocuparle la caída del consumo. «Yo miraría los balances de las empresas de e-commerce», se entusiasmó, observando el crecimiento de las operaciones por ese canal de venta.
Sin embargo, los empresarios son más cautos o realistas y confían en las cifras del INDEC que señalan que en febrero las ventas cayeron con respecto a enero y por eso planean un «black mayorista» entre el 19 y el 25 de mayo organizado por la Cámara Argentina de distribuidores y autoservicios mayoristas (CADAM).
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ECONOMIA
La propuesta del Gobierno para cambiar el cálculo del dólar oficial

Para la entidad que lidera Santiago Bausili, esta medida mejorará la «precisión, representatividad y transparencia» del indicador
05/11/2025 – 20:32hs
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) lanzó este miércoles una consulta pública para modificar la metodología con la que se calcula el Tipo de Cambio de Referencia (TCR), comúnmente conocido como dólar mayorista.
El objetivo, según detalló la entidad presidida por Santiago Bausili, es «mejorar la precisión, representatividad y transparencia» del indicador, mediante la sustitución del sistema vigente de encuesta de cotizaciones por un esquema basado en precios promedio ponderados de operaciones efectivamente concertadas.
Mediante la consulta pública se podrá participar para enviar propuestas de mejora, recibir aportes y fomentar una participación en la elaboración de nuevas regulaciones. Habrá tiempo hasta el 14 de noviembre inclusive.
Dólar oficial: en que consiste el procedimiento que propone el Banco Central
La metodología que propone el Central se basa en una que refleje precios «efecfivamente negociados, ponderados por volumen, y provistos por las entidades con mayor participación en el mercado de cambios».
El nuevo esquema permitirá contar con un tipo de cambio más transparente, al basarse en operaciones concretas y no en valores declarativos; representativo, al ponderar los montos efectivamente negociados por las entidades con mayor volumen de participación en el mercado; y más preciso, al incorporar mecanismos automáticos de exclusión de valores atípicos.
«Se espera que esta metodología proporcione un valor de cálculo más robusto para la determinación de precios en contratos financieros y para la elaboración de estadísticas oficiales. La automatización del cálculo contribuirá, a su vez, a reducir errores operativos y mejorar la trazabilidad y auditabilidad del dato publicado«, señaló la entidad financiera.
Desde cuándo se utiliza
El TCR actual rige por la Comunicación A 3500 del 1° de marzo de 2002, donde se publica diariamente y es utilizado por las entidades financieras para la elaboración y presentación de información contable, así como por los mercados a término para el cierre de contratos.
Indicó, además, que países como Chile, Colombia, Perú, Guatemala y Uruguay ya adoptaron metodologías basadas en precios promedio ponderados; mientras que Argentina, junto a Brasil y México, continúan utilizando sistemas de pedido de cotización.
«Esta diferencia refuerza la oportunidad de revisar el enfoque vigente y avanzar hacia una metodología más moderna, objetiva y alineada con los estándares internacionales«, concluyó el mensaje.
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ECONOMIA
El Tesoro de EEUU desarmó su inversión en letras del BCRA que había generado tras intervenir en el mercado cambiario

El Tesoro de los Estados Unidos desarmó la inversión en letras de liquidez del Banco Central de la República Argentina (BCRA), según se desprende del balance semanal que publicó este miércoles la autoridad monetaria. Infobae había confirmado la semana pasada en exclusiva, con fuentes con conocimiento directo del asunto, que se trataba de los pesos que había comprado antes de las elecciones Scott Bessent para contener el dólar. Según coinciden diversos consultores, esas ventas de dólares de EEUU en el mercado cambiario argentino superaron los USD 2.100 millones.
Sin embargo, en el BCRA y el Ministerio de Economía no dieron precisiones sobre el destino de esos fondos, ni respondieron a la consulta de Infobae para esta nota. La pregunta que comenzaron a hacerse muchos analistas es sí el Tesoro norteamericano se posicionó en otro tipo de instrumento en pesos o si se pasó nuevamente a dólares. En ese último caso, también se especula con que se habría activado un tramo del swap de monedas por USD 20.000 millones anunciado recientemente.
El balance de la autoridad monetaria mostró una caída de $2,7 billones en su stock de letras emitidas en moneda local, desde $3,45 billones a $273.000 millones al 31 de octubre. Una magnitud similar a la suba que se había registrado la semana pasada, con cifra al 23 de octubre, y que este medio pudo confirmar que se trataba de los fondos del Tesoro norteamericano.

“Del balance semanal del BCRA se desprende una fuerte caída del stock de pasivos en pesos (Letras en moneda local) para fin de octubre. No descartamos que se deba a la reversión de la compra de pesos del Tesoro USA o reposicionamiento en otros activos locales fuera del BCRA”, destacó Aurum Valores.
El economista de Econviews, Alejandro Giacoia, señaló que al 31 de octubre cayeron las letras emitidas en moneda nacional (salida de los pesos del US Treasury) y subió el rubro Otros Pasivos. “Posiblemente eso refleje la activación de una parte del swap”. Es que “Otros Pasivos” incluye, por caso, el intercambio de monedas con China.
En el mismo sentido opinó, en la red social X, el economista Fernando Marull. “En línea con Alejandro”, dijo, en referencia a Giacoia, “parece que se activó un tramo del Swap con USA. Si no hay aclaraciones, podemos concluir eso. Info bajo análisis”.
Gabriel Caamaño, de Outlier, también se sumó a quienes suponen que los USD 20.000 millones, al considerar la posibilidad de que “se activó un tramo del swap con USA para darle salida a Bessent contra reservas y no contra mercado. Ahora hay un pasivo nuevo en USD que resta. Y si así fuera, hasta podríamos especular que debe haber estado hablado de entrada y la intervención del Tesoro funcionó como un anticipo del Swap”, explicó en X, al tiempo que destacó que “no hay confirmación oficial”.
De ser así habría dos hechos relevantes para la Argentina: la confirmación de que ya se produjo la activación del swap de monedas con los Estados Unidos y que Bessent se habría llevado una ganancia cercana al 10% en toda la operación. Otro gesto de respaldo concreto de la administración de Donald Trump a la de Javier Milei.

“El stock de Letras y Notas emitidas en Moneda Nacional del BCRA que se informa en el Balance Semanal del Central dejó de coincidir con el stock diario sumado de LEGAR y LEMIN, que son las Letras dollar linked colocadas por la autoridad monetaria al agro y a las mineras. Los stocks dejaron de coincidir a partir de que Bessent anunció la primera intervención de EEUU en el Peso y nosotros tomamos esto como prácticamente una confirmación de que los pesos del Tesoro norteamericano están fuera del sistema bancario y en Letras emitidas por el BCRA”, había escrito la semana pasada la consultora 1816 en un informe especial.
“El total de Letras en Pesos del BCRA alcanzó los $3,05 billones al cierre del jueves 23 de octubre (según informó el BCRA esta tarde), mientras que el stock sumado de LEGAR y LEMIN era de $293.000 millones ese mismo día. La diferencia, de $2,75 billones, que equivale a USD 1.855 millones, se explica, según creemos, por los pesos que tenía Estados Unidos en el Banco Central al cierre del jueves. Esos $2,75 billones son los que figuraban para el mismo día en la línea Otros pasivos en Pesos del Informe Monetario Diario (en esa jornada el BCRA ni tomó pesos en Simultáneas ni entregó pesos en la rueda REPO al final del día, por lo que pensamos que todo se explicaba por el stock de EEUU). Considerando el dato de OTROS pasivos del viernes pre elección, todos los números van en línea con lo que estimamos a fin de la semana pasada: Bessent habría comprado Pesos por alrededor de USD 2.100 millones”, detallaron.
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ECONOMIA
Licitación tranquila para Caputo: alargó los plazos, renovó toda la deuda y bajó las tasas

En la primera licitación de noviembre, Luis Caputo logró adjudicar $8,5 billones, con lo que obtuvo un nivel de rollover del 111%. De esta manera, logró cumplir con varios objetivos en medio de un clima favorable que surge de las recientes elecciones de octubre.
Así lo indicó este miércoles el ministerio de Economía, al dar a conocer los resultados, en la que se recibieron ofertas por un total de valor efectivo de $9,38 billones, y se adjudicó un total de valor efectivo $8,50 billones. Además, pudo convalidar tasas del orden del 2,5% mensual, a la vez que la nueva deuda empieza a colocarse a plazos a partir de agosto de 2026.
Luis Caputo revonó toda la deuda en la primera licitación de noviembre
«La Secretaría de Finanzas anuncia los resultados de la licitación del día de la fecha, en la que se recibieron ofertas por un total de valor efectivo de $ 9,38 billones, y se adjudicó un total de valor efectivo $ 8,50 billones», señala en un comunicado, tras lo cual dio a conocer el resumen de los totales de la licitación.
LECAP/BONCAP
- Al 27 de febrero (S27F6) $2,237 billones a 2,59% TEM, 35,92% TIREA.
- Al 31 de agosto (S31G6) $1,916 billones a 2,5% TEM, 34,49% TIREA.
- Al 30 de abril de 2027 (T30A7) $1,288 billones a 2,48% TEM, 34,23% TIREA.
CER
- Al: 31 de marzo (TZXM6) $1,053 billones a 9,5% TIREA.
- Al 30 de octube (TZXO6) $0,658 billones a 9,48% TIREA.
TAMAR
- Al 31 de agosto (M31G6) $1,323 billones con un margen de 5%.
De esta manera, Caputo logró colocar deuda que vence en 2026 y 2027, con tasas más bajas respecto a las licitaciones previas. Puede considerarse como parte de la nueva estrategia del Gobierno a partir del triunfo en las elecciones.
Caputo, envalentonado tras el éxito electoral: el mercado ahora no tiene apetito por el «seguro anti devaluación»
La licitación anterior, la primera después de las elecciones legislativas, fue una primera señal por parte de Toto Caputo sobre cuáles serán sus prioridades en el futuro inmediato. Recordemos que en aquel entonces Caputo adjudicó $6,8 billones, lo que representó un rollover del 57,18% sobre los vencimientos de deuda. Si se esforzaba en tener un «rolleo» completo de los $11,3 billones que vencían, eso sería interpretado como que aún temía una corrida cambiaria. Si, como ocurrió, sólo hacía un rollover parcial y dejaba pesos «sueltos» en el mercado, eso implicaría que escuchó el reclamo del mercado por una baja de las tasas de interés.
Es cierto que los inversores tampoco le dejaron mucha opción, porque el total de títulos que aceptaron comprarle apenas alcanzaba para que la renovación de deuda llegara a un 70%. En otras palabras, había un «operativo clamor» en el sistema bancario por aliviar la situación de aguda iliquidez que en los últimos días mantuvo las tasas en niveles insosteniblemente altos.
En definitiva, Caputo inyectó $4,5 billones, cambiando radicalmente la actitud que había tenido en las licitaciones previas a la elección, cuando se esforzó por no dejar ni un peso sobrante en el mercado. Su preocupación en ese momento era la caída en la demanda de dinero por parte del público, que lo hacía sospechar que cada peso «excedente» iría inevitablemente a ponerle presión al dólar.
Fue por eso que, en una de sus medidas más polémicas, no había dudado en aumentar el nivel de encajes obligatorios de los bancos después de una licitación fallida. Fue una manera de que los bancos compraran «por las malas» los bonos que no habían querido tomar voluntariamente.
Ahora, en cambio, al dejar liquidez circulando en el mercado, está dando un mensaje implícito: en el nuevo escenario político, y tras la abrupta caída del índice de riesgo país -la supresión del «riesgo kuka», al decir del ministro-, ahora ya no hay peligro de que todos los pesos vayan corriendo a tomar cobertura dolarizada.
Adiós al «seguro anti devaluación»
El punto que más celebró el Gobierno en la licitación anterior es el desinterés del mercado por los bonos «dólar linked», que se pagan en pesos, pero están indexados al tipo de cambio oficial. Implica un drástico cambio de actitud por parte del mercado, que en las licitaciones previas a la elección casi no aceptaban otro título que no fuera el que ofrece el «seguro anti devaluación».
De hecho, en la última licitación, el 15 de octubre, ante un vencimiento relativamente pequeño de $3,8 billones, Caputo apenas pudo «rollear» el 47% del monto, y los pesos que le dieron los inversores fueron exclusivamente a cambio de bonos dólar linked.
Además, hace un mes, en su afán por contener la demanda de dólares por parte del público, Caputo recurrió a una estrategia que sorprendió al mercado: le canjeó al Banco Central estos bonos que ajustan por dólar -conocidos como Lelink- por letras en pesos a renta fija que Santiago Bausili tenía guardadas como parte de los activos del Central.
El monto de esa operación, traducido a dólares, fue de u$s1.700 millones. Y, a continuación, el BCRA salió a venderlos –»reventarlos», dijeron varios analistas del mercado»- a un precio bajo, que de hecho suponía casi un subsidio de la tasa de cobertura.
Más pesos para financiar la economía real
De alguna forma, Caputo se dio el gusto de reflotar el «Punto Anker», una de las claves de su plan económico, del que hace muchos meses no se hablaba. En los buenos tiempos en que abundaban los dólares -sobre todo, después del blanqueo de capitales- era común que los bancos ofrecieran menos «rolleo» respecto de la deuda que vencía, pero el gobierno afirmaba que no se trataba de un síntoma negativo, sino que era una demostración de que la economía estaba creciendo.
El argumento que defendía el gobierno era que, a diferencia de lo que ocurría en el gobierno peronista -en el que no había demanda de crédito y entonces el 70% de los plazos fijos terminaban invertidos en títulos del BCRA o bonos del Tesoro- ahora los bancos preferían usar la liquidez para dar crédito. «Hicimos que los bancos volvieran a trabajar de bancos», era la frase preferida del ministro.
Y, efectivamente, durante el segundo semestre de 2024 y el arranque de este año hubo un crecimiento acelerado, tanto en los préstamos para el consumo como en la financiación a las empresas. Pero después del brusco desarme de las LEFIs y de la corrida hacia el dólar, las tasas saltaron a niveles incompatibles con el crédito.
A partir de ese momento, el diagnóstico de Caputo era que el ruido electoral había llevado a una caído en la demanda de pesos y que, por lo tanto, era la obligación del Tesoro absorber liquidez, porque se corría el peligro de un rebrote inflacionario.
Los bancos nunca se mostraron conformes con su «torniquete» monetario extremo, que implicó una nueva regulación en los encajes -pasaban a medirse en forma diaria y no mediante promedio mensual-. Los ejecutivos se quejaban de que esa medida dificultaba la operatoria diaria y que elevaba las tasas de interés a un punto que resultaba incompatible con el crédito al sector productivo.
Ahora, lo que Caputo está buscando es que la mayor liquidez pueda inducir una baja de las tasas y que, como en los momentos del Punto Anker, los pesos que salieron del Tesoro tengan como destino la financiación de la economía real.
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