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Trump amplía la concentración de militares en la frontera de EE. UU.

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En los últimos cuatro meses, el Pentágono ha enviado miles de soldados en servicio activo y vehículos de combate blindados Stryker a la frontera suroccidental para enfrentar lo que el presidente Donald Trump declaró el primer día de su mandato como una “invasión” de migrantes, cárteles de la droga y contrabandistas.

El ejército también ha enviado aviones espía U-2, drones de vigilancia, helicópteros e incluso dos buques de guerra de la Armada para vigilar las fronteras y las costas las 24 horas del día.

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La acumulación de fuerzas subraya cómo Trump está rompiendo con la práctica de sus predecesores de limitar la mayoría de los despliegues a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México a un pequeño número de soldados en servicio activo y reservistas.

Al final del gobierno de Joe Biden había en la frontera unos 2500 soldados en servicio activo.

En una visita reciente con soldados en Arizona, Nuevo México y Texas, la frontera estaba bastante tranquila.

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Los cruces, que disminuyeron drásticamente en los últimos meses del gobierno de Biden, se han desplomado aún más desde que el gobierno de Trump declaró su objetivo de obtener el “100 por ciento” del control operativo de la frontera con México.

«Esta es la misión de su generación y la están aceptando», dijo el general de división Scott M. Naumann sobre los jóvenes soldados de las unidades Stryker. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.

En abril, unas 8000 personas fueron detenidas tras cruzar ilegalmente la frontera, una cifra inferior a las 128.000 personas de un año antes, según las estadísticas del gobierno estadounidense.

Sin embargo, no se vislumbra el final de la misión militar en la frontera, que según el Pentágono ha costado 525 millones de dólares hasta la fecha.

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Los despliegues siguen creciendo en tamaño, alcance y sofisticación, incluso mientras prosigue el debate sobre los beneficios y los inconvenientes, y el ejército amplía sus autoridades territoriales para ayudar a interceptar a los migrantes.

Estos pasos iniciales han proporcionado pruebas a ambas partes del debate sobre la utilidad de enviar fuerzas de combate de primera línea a la frontera:

parece que disuaden a los cárteles, hacen la vida algo más difícil a los traficantes de personas y dan a los soldados de infantería, o al menos a las tripulaciones de los Stryker, la oportunidad de perfeccionar algunas habilidades.

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Pero los costos en dólares y en preparación para el combate a largo plazo siguen sin estar claros.

El general Gregory M. Guillot, jefe del Mando Norte del ejército, dijo recientemente al Congreso que la misión fronteriza probablemente “se medirá en años, no en meses”.

La pieza central del apoyo militar terrestre son los más de 100 vehículos de combate Stryker. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.La pieza central del apoyo militar terrestre son los más de 100 vehículos de combate Stryker. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.

Añadió que los soldados tendrían que permanecer más tiempo para frustrar los aumentos cíclicos de la migración.

Despliegue

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El Pentágono ha creado dos estrechas franjas de terreno a lo largo de los 3200 kilómetros de frontera de Estados Unidos con México —una en Nuevo México y otra en Texas—, convirtiéndolas de hecho en partes de bases militares estadounidenses cercanas.

Los migrantes que entran en las franjas, de unos 320 y 100 kilómetros de longitud, son considerados intrusos en terreno militar y pueden ser detenidos temporalmente por soldados estadounidenses hasta que lleguen los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Durante una visita a la frontera el 25 de abril, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, mostró carteles en inglés y español advirtiendo a los migrantes que no entraran en esas zonas.

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Un juez federal de Nuevo México ha desestimado los cargos contra casi 100 migrantes detenidos tras entrar en la zona del estado, afirmando que el gobierno federal no había demostrado que los migrantes supieran que estaban entrando ilegalmente en una zona militar restringida.

Los vehículos disponen de un conjunto de sensores que pueden localizar un objetivo y compartir esa información a través de enlaces por satélite con los centros de inteligencia. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.Los vehículos disponen de un conjunto de sensores que pueden localizar un objetivo y compartir esa información a través de enlaces por satélite con los centros de inteligencia. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.

Pero “desde un punto de vista práctico, me sorprendería que los militares detuvieran a mucha gente en la estrecha, aunque larga, base militar”, dijo el general de división retirado de las Fuerzas Aéreas Charles J. Dunlap Jr., quien fue juez general adjunto del ejército.

“Más bien, espero que la inmensa mayoría de los militares se dediquen a apoyar la aplicación de la ley civil, no a detener a los que cruzan la frontera”.

Hasta ahora, los soldados han estado apoyando a las fuerzas del orden, desplegándose en patrullas a pie, en helicópteros y en vehículos de combate para servir de elemento disuasorio y dar a las autoridades muchos más ojos y oídos sobre el terreno.

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Por ahora, los principales asesores de Trump han descartado invocar la Ley de Insurrección, una ley de más de 200 años de antigüedad que permitiría el uso de las fuerzas armadas para hacer cumplir la ley.

Trump confirmó este mes que había presionado a la presidenta de México para que permitiera la entrada de soldados estadounidenses en el país para ayudar a combatir a los cárteles de la droga, idea que ella rechazó sumariamente.

Algunos miembros del Congreso han cuestionado si éste es el mejor uso de los soldados en servicio activo que, de otro modo, estarían entrenándose para despliegues en Europa Oriental, Medio Oriente o el Indo-Pacífico.

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Legisladores y analistas independientes han expresado su preocupación por que las misiones fronterizas distraigan del entrenamiento, agoten los recursos y socaven la preparación.

Un batallón Stryker apostado en la zona de El Paso tenía prevista una rotación en el Centro Nacional de Adiestramiento de Fort Irwin, California, y luego un despliegue en Corea del Sur.

Ambas misiones se han aplazado por el momento.

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“Es difícil explicar las misiones fronterizas como algo que no sea una distracción de la preparación”, dijo el senador Jack Reed de Rhode Island, el principal demócrata en el Comité de las Fuerzas Armadas, en declaraciones en el pleno del Senado el 8 de mayo.

Reed dijo que un batallón de Marines había estado tendiendo kilómetros de alambre de púas por las montañas de California.

Las tripulaciones aéreas de la Marina están sobrevolando el desierto con P-8 Poseidons, los aviones de caza submarina más avanzados del mundo.

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Los dos destructores de la Marina merodean frente a la costa occidental y en el Golfo de México, buscando embarcaciones de migrantes en el agua.

Pero varios comandantes y algunos soldados destacados a lo largo de la frontera dijeron en entrevistas que servir en una de las misiones más prioritarias de Trump les daba un propósito.

Están utilizando muchas de sus habilidades —planificación de rutas, ensayos de misiones, patrullas, vuelos de vigilancia— en el mundo real contra las bandas criminales de contrabandistas y los cárteles mexicanos de la droga, en vez de limitarse a practicar en sus bases de origen o en ejercicios, dijeron.

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Los soldados en la frontera también trabajan para apoyar a la Patrulla Fronteriza y a las fuerzas de seguridad locales. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.Los soldados en la frontera también trabajan para apoyar a la Patrulla Fronteriza y a las fuerzas de seguridad locales. Foto de Adriana Zehbrauskas para The New York Times.

El coronel Hugh Jones, comandante de la brigada Stryker desplegada a lo largo de la frontera, dijo que los niveles de preparación militar, medidos según las normas del Ejército, como el mantenimiento del equipo, eran del 94 por ciento en abril, frente al 78 por ciento en diciembre para su unidad de 2000 soldados de la Cuarta División de Infantería con base en Fort Carson, Colorado.

Los mandos dicen que deben ser creativos para encontrar zonas de entrenamiento y formas de sacar tiempo para mantener afiladas las habilidades letales de sus soldados, desde la puntería básica hasta el disparo de armas más pesadas.

Según los mandos, en los últimos meses se han disparado los reenganches entre los soldados más jóvenes de las unidades Stryker, quienes nunca tuvieron la oportunidad de realizar misiones de combate en Afganistán e Irak como sus comandantes más veteranos.

“Esta es la misión de su generación, y la están aceptando”, dijo el general de división Scott M. Naumann, jefe de la División 10 de Montaña del Ejército, quien trasladó su cuartel general a Fort Huachuca, Arizona, en febrero para supervisar lo que los militares denominan Fuerza Operativa Conjunta-Frontera Sur.

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El aumento de las patrullas militares, en estrecha colaboración con el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, ha empujado a los cárteles mexicanos y a los contrabandistas a zonas montañosas más remotas para eludir la detección, lo que ha elevado los costos de hacer negocios, dijo el general Naumann, quien también consulta con sus homólogos militares mexicanos.

Los servicios de inteligencia estadounidenses afirman que los traficantes de personas ahora cobran a los migrantes unos 20.000 dólares por persona para introducirlos clandestinamente en el país, frente a los 7000 dólares de hace un año.

Al haber disminuido enormemente el flujo de migrantes, los oficiales militares afirman que también se están centrando en una tarea posiblemente más difícil:

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ayudar a las fuerzas del orden nacionales a frenar el flujo de drogas ilícitas y otros tipos de contrabando hacia Estados Unidos, aunque la mayoría de esas drogas se introducen de contrabando a través de puertos de entrada legales.

La pieza central del apoyo militar terrestre son los más de 100 vehículos de combate Stryker.

El Stryker es un vehículo de 25 toneladas y ocho ruedas que puede transportar 11 soldados y armas a velocidades de más de 100 kilómetros por hora. Con sus gigantescos neumáticos de goma en lugar de ruidosas orugas, es rápido y relativamente silencioso.

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Los vehículos, que se utilizaron ampliamente en las guerras de Irak y Afganistán, disponen de un conjunto de sensores que pueden localizar un objetivo y compartir esa información a través de enlaces por satélite con los centros de inteligencia, algo esencial en zonas como el Parque Nacional de Big Bend, en Texas, donde la cobertura de telefonía móvil es escasa o inexistente.

En la frontera, los mandos dicen que un Stryker es especialmente útil cuando se coloca en un mirador estratégico desde el que puedan verlo los contrabandistas y los miembros de los cárteles.

Las miras ópticas del vehículo pueden detectar individuos o grupos de individuos hasta unos diez kilómetros de distancia.

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Los vehículos de combate de monótono color verde y los soldados que los manejaban levantaron inicialmente sospechas en algunas comunidades remotas.

Los residentes de Presidio, Texas, temían que los soldados entraran en las escuelas en busca de niños inmigrantes indocumentados.

Los mandos intentaron disipar esas preocupaciones haciendo que los soldados se alojaran en hoteles locales para que formaran parte de la comunidad, y condujeron un Stryker hasta una escuela primaria para que los niños pudieran subirse a él.

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La creciente presencia militar ha provocado la reacción de grupos delictivos y cárteles de la droga, según los comandantes.

Han aumentado los lanzamientos de piedras contra los soldados destacados cerca de la frontera, instigados por grupos delictivos, dijeron los mandos.

En un incidente cerca de El Paso, los agentes de la Patrulla Fronteriza se vieron obligados a desplegar gases lacrimógenos para dispersar a una multitud que se mofaba de los soldados estadounidenses y amenazaba con matarlos.

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Los soldados estadounidenses están armados para su autoprotección, pero dependen de la Patrulla Fronteriza para el control de multitudes.

Varios drones de vigilancia desarmados y sospechosos que vigilan a los soldados estadounidenses han supuesto un peligro potencialmente más grave, dijo el general Naumann.

Basándose en las interceptaciones electrónicas, los mandos creen que los cárteles están espiando a los soldados para averiguar cómo eludirlos.

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Los mandos tienen autoridad para derribar cualquier avión no tripulado que se considere hostil a los soldados estadounidenses, una medida que aún no han tomado.

“Se trata de una misión del mundo real con consecuencias reales”, dijo el teniente coronel Chad Campbell, comandante del batallón Stryker estacionado a las afueras de El Paso.

De hecho, dos marines murieron y otro resultó gravemente herido en un accidente de vehículo cerca de Santa Teresa, Nuevo México, a pocos kilómetros de El Paso.

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Los líderes del Pentágono se han mostrado tibios, en el mejor de los casos, sobre el uso de soldados para sellar la frontera, calificando tales esfuerzos como el comienzo de una pendiente resbaladiza que podría arrastrar a los militares a cuestiones políticas internas.

En el primer mandato de Trump, sus dos secretarios de Defensa querían evitar el despliegue de soldados en la frontera y, si no podían, minimizar su presencia allí.

El primer secretario de Defensa de Trump, Jim Mattis, intentó proteger a los soldados de cualquier percepción de que pudieran estar participando en actividades políticas partidistas.

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En abril de 2018, Mattis respondió a la exigencia inicial del presidente de un despliegue militar enviando 2100 soldados desarmados de la Guardia Nacional.

Esto no fue muy diferente de anteriores despliegues de soldados de la Guardia Nacional en la frontera.

Ese mismo año, en vísperas de las elecciones legislativas de 2018, Trump ordenó el despliegue de soldados en la frontera para ayudar a hacer frente a la caravana de migrantes que se aproximaba.

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El presidente pidió 10.000 soldados, y luego 15.000. Mattis respondió enviando 6000 y les dijo que se limitaran a funciones de apoyo.

Operación Patriota Fiel

El ejército anunció que la misión fronteriza se llamaría Operación Patriota Fiel.

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Pero el día de las elecciones, Mattis dijo a los oficiales que abandonaran el nombre, y el Pentágono envió un escueto comunicado de prensa en el que decía que a partir de entonces la operación se conocería simplemente como apoyo fronterizo.

El término “patriota fiel”, dijeron los funcionarios, tenía connotaciones políticas.

El sucesor de Mattis como secretario de Defensa, Mark T. Esper, rechazó en la primavera de 2020 una propuesta de la Casa Blanca de enviar 250.000 soldados a la frontera.

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Hay multitud de ejemplos en los que se ha utilizado a los militares con fines nacionales.

Con la excepción de lo que los expertos denominan cosas “para sentirse bien”, como la ayuda en catástrofes naturales, el ejército “ha salido de esos casos diciendo:

‘Sí, no queremos volver a hacer eso’”, dijo Peter Feaver, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Duke y experto en relaciones cívico-militares.

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“El ejército prefiere orientarse hacia adversarios extranjeros”, dijo Feaver. “Prefiere que lo hagan otras ramas del gobierno, incluidos otros sectores de la seguridad como la policía, la policía de fronteras, la seguridad nacional, que se entrenan para misiones nacionales y están optimizados para ello”.

Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times y se centra en asuntos militares estadounidenses y antiterrorismo en el extranjero, temas sobre los que ha informado durante más de tres décadas.

Helene Cooper es corresponsal en el Pentágono. Anteriormente, fue editora, corresponsal diplomática y corresponsal en la Casa Blanca.

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c. 2025 The New York Times Company

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INTERNACIONAL

Trump team ‘pissed off’ with Kemp over candidate pick in Georgia’s Senate GOP primary battle

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NEWYou can now listen to Fox News articles!

President Donald Trump’s political team and top advisers to Republican Gov. Brian Kemp of Georgia apparently aren’t on the same page when it comes to the key southeastern battleground state’s Republican Senate primary.

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The race is crucial for Republicans aiming to expand their Senate majority, as Sen. Jon Ossoff, who is running for re-election in a state that Trump narrowly carried in last year’s election, is viewed by the GOP as the most vulnerable Democrat seeking re-election in next year’s midterm elections.

Kemp, a popular two-term conservative governor whom Trump had heavily criticized in the past, was courted by national Republicans to take on Ossoff. But Kemp, who is term-limited, announced earlier this year that he would pass on a 2026 Senate run.

Sources in Trump’s political orbit and Republican sources in Georgia confirm to Fox News that there was an agreement between the president’s political operation and Kemp’s political team that they would work together to find a candidate that they could all unify behind to take on Ossoff in the Senate race.

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FIRST ON FOX: TRUMP HOUSE ALLY TO LAUNCH SENATE BID NEXT WEEK IN KEY BATTLEGROUND STATE

Georgia Gov. Brian Kemp is interviewed by Fox News Digital at a Republican Governors Association meeting in Washington D.C. on Feb. 20, 2025. (Fox News – Paul Steinhauser)

Those sources also confirm that Kemp and Trump – the ultimate kingmaker in GOP politics – met two weeks ago to discuss the Senate race in Georgia.

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But when the governor floated the name of former University of Tennessee football coach Derek Dooley, a source close to the president’s political team said «they were told to stand down, because Trump’s team wasn’t ready to move forward on anybody.»

And when Kemp and his team did move forward with Dooley, it upset Trump’s advisers, who, according to sources, were «already pretty annoyed» that Kemp had passed earlier this year on taking on Ossoff in the Senate race.

POPULAR GOP GOVERNOR PASSES ON SENATE BID IN 2026

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«We had a deal to work together,» a top political source in the Trump orbit told Fox News on Friday.  «Kemp went out on his own – which has frustrated and pissed off Trump orbit.»

The source added that «the best option for the GOP in Georgia was and is Brian Kemp. Unfortunately, he has chosen the path of the weak, and – instead of leading – has decided to circumvent and self-anoint a candidate no one has heard of and the president hasn’t met.»

«The operation that delivered the win in Georgia was the Trump organization – not a faux operation – it’s hard to see it rallying behind the blind ambition of someone more interested in 2028 than in 2026,» the source said, in a not-so-veiled reference to Kemp’s potential interest in seeking the 2028 Republican presidential nomination. 

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President Donald Trump's political team is 'frustrated' with Gov. Brian Kemp when it comes to Georgia's 2026 GOP Senate primary, sources tell Fox News.

Donald Trump shakes hands with Georgia Gov. Brian Kemp after speaking at a temporary relief shelter as he visits areas impacted by Hurricane Helene, Friday, Oct. 4, 2024, in Evans, Georgia. (AP Photo/Evan Vucci)

But a source close to the governor told Fox News that it’s factually not true that they were told to stand down on Dooley.

And the source added that Kemp meant what he said that he wants to work with the president and his team and remains that way.

Kemp’s political team first floated the Dooley trial balloon about two months ago. A longtime Georgia-based Republican strategist said the reaction in the Peach State among Republicans «was very negative.»

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Dooley, who is the son of former longtime University of Georgia football coach Vince Dooley, is close with Kemp, who is a longtime friend.

And Dooley has hired two top Kemp political advisers to help with his potential Senate campaign.

A Republican source in Georgia says a decision by Dooley on whether he’ll run could come as early as next week.

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Republican Rep. Mike Collins, a Trump ally and supporter in the House, will announce his candidacy for the Senate next week, sources with knowledge told Fox News Digital on Friday.

Rep. Mike Collins of Georgia

Fox News has learned that Rep. Mike Collins of Georgia will launch a Senate campaign next week in the race against Democratic Sen. Jon Ossoff.  (Bill Clark)

Republican Rep. Buddy Carter, who for a decade has represented a district in coastal Georgia, launched a Senate campaign in the spring.

Georgia Insurance Commissioner John King also announced a run, but ended his bid on Thursday.

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Trump and Kemp have a turbulent political history. 

Trump backed the then-Georgia secretary of state in his successful 2018 campaign for governor.

But during the two years after his 2020 election defeat to former President Joe Biden, which included a razor-thin loss in Georgia, Trump attacked Kemp for failing to overturn the election results in his state. 

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Trump toned down the criticism in 2022 after Kemp crushed Trump-backed former Sen. David Perdue in the state’s GOP gubernatorial primary, as Kemp successfully cruised to re-election to a second term as governor.

KEMP SPEAKS OUT AFTER TRUMP FLIPS AND PRAISES THE GEORGIA GOVERNOR

But last summer, amid the 2024 presidential campaign, Trump went on a 10-minute tirade against Kemp at a rally in Atlanta just blocks from the Georgia State Capitol. Trump blamed the governor not only for failing to overturn the 2020 vote count but also for not stopping a county prosecutor from indicting the former president for his attempts to reverse the results.

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Trump quickly changed his tune on Kemp days later, and praised the governor in a social media post «for all of your help and support in Georgia, where a win is so important to the success of our Party and, most importantly, our Country.»

Brian Kemp and Donald Trump

Then-Georgia Republican gubernatorial candidate Brian Kemp, left, walks with President Donald Trump as Trump arrives for a rally in Macon, Georgia. (AP )

Kemp, in a Fox News Digital interview a few days later, downplayed Trump’s tirade against him, calling it a «small distraction that’s in the past.»

As Dooley moves closer to launching a campaign, Collins is just days from declaring his candidacy.

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Collins, a businessman who founded a trucking company, is in his second term representing Georgia’s 10th Congressional District, which includes a large swath of urban, suburban, and rural areas between Atlanta and Augusta.

The conservative lawmaker, who’s the son of the late Republican Rep. Mac Collins of Georgia, has been moving closer to launching a Senate campaign for weeks.

Collins was an early backer of the president, supporting him as Trump first ran for the Republican presidential nomination in the 2016 cycle.

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Collins at the beginning of this year reintroduced the Laken Riley Act, which mandates that undocumented immigrants charged with burglary or theft be detained. It’s named after a Georgia nursing student killed by a man who had illegally entered the U.S. The case grabbed national attention.

The bill, which quickly passed the Republican-controlled House and Senate, became the first legislation signed into law by Trump as he started his second tour of duty in the White House.

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A Republican source said that Collins has a «great relationship» with the president and his political team.

And a Georgia-based Republican consultant told Fox News that «the lane that Mike is going to run in is the America First fighter who’s been with President Trump.

Carter is also courting a Trump endorsement in the GOP primary.

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El proceso creativo de Georges Brassens: una mirada al taller de un artesano de la palabra

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Georges Brassens – L’Orage

Durante este período de formación intelectual, Brassens dejó en suspenso sus “cancioncitas” para abrazar la carrera de poeta y escritor. Relee las obras de François Villon, quien se volverá no sólo una fuente de inspiración, sino además un modelo de escritura para sus textos. “Villon me interesó […] siempre me tentó esa idea del margen. Viví con Villon durante dos años. Era lo único que leía. Me había convertido en él”. Brassens se imagina ladrón de caminos, y en sus canciones encontraremos homenajes discretos, alusiones, deferencias, como en la canción “Le moyenâgeux”.

Otro de sus autores de cabecera es La Fontaine, así como Albert Marchon, con Le Bachelier sans vergogne, Oscar Wilde y La balada de la cárcel de Reading, Conrad y Tifón, sin olvidar a Claude Tillier con Mi tío Benjamín, Georges Fourest y La Négresse blonde. Logra recitar páginas enteras de cualquiera de estas obras.

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Son terreno fértil para sus canciones y su poesía.

“Todo está determinado por lo que leí. Incluso leí autores de comedias livianas. En fin, la verdad es que leí a mucha gente. Los escritores que me gustaban me gustaban porque encontraba en ellos algo que ya estaba en mí y yo lo ignoraba”.

Con ayuda de los tratados de versificación a los que nunca abandona, así como las obras de gramática, ortografía y varios diccionarios, Georges Brassens recupera el tiempo perdido, deambula por los muelles a la pesca de obras poco conocidas, se apasiona por la sintaxis y la poética. Entre 1940 y 1944, escribe entre trescientos y cuatrocientos poemas y un centenar de canciones.

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La periodista y escritora Clémentine Deroudille recorre la vida de Georges Brassens (1921-1981)

En 1947, Georges Brassens publica, pagándolo de su bolsillo, La lune écoute aux portes, texto delirante y surrealista que en principio iba a llamarse: “Si les lièvres avaient des fusils, on n’en tuerait pas autant” o también “Lalie kakamou”. La obra lleva la firma de Georges-Charles Brassens, en homenaje al autor Charles-Louis Philippe, al que Georges admira. Brassens hace que impriman en la carátula: “Biblioteca de la nariz en alto nrf Gallimard”, y le envía un ejemplar del libro al editor acompañado de una carta: “No quise hacerle perder un tiempo valioso. Por adelantado, estoy seguro de su consentimiento. No obstante su fama de ladrón monstruoso, su prestigio es innegable y lo nombro mi editor”. Cree que con eso va a generar un caos en medio de la editorial y así llamar la atención de la dirección. Pero no recibe ninguna respuesta. Sus únicos lectores siguen siendo sus amigos y Jeanne, la fiel, que lo apoya contra viento y marea.

En 1950, Brassens escribe La Tour des miracles, que recién será publicado en 1953, año de la consagración. Esa novela le sirve de ayuda memoria, ya que allí se encuentran, como en un cuaderno de apuntes, personajes, fragmentos de relatos, expresiones distorsionadas que le rondan por la cabeza desde hace tiempo y que más tarde le serán útiles para nuevas canciones. Esta crónica de la marginalidad, cuya redacción se prolongó a lo largo de varios meses, le permite dar rienda suelta a su gusto por el absurdo, un surrealismo con tintes de humor.

En 1951, en un paseo por el mercado de pulgas de Vanves, se encuentra por casualidad con su exprofesor Alphonse Bonnafé. Feliz de volver a ver al responsable de que todo comenzara, Brassens le muestra sus escritos. Con la franqueza que lo caracteriza, el profesor no duda en criticarlos, lo que decide a Brassens a abandonar el arduo camino de la poesía. De aquí en más, sólo se dedicará a la canción, ese arte que considera menor. No quiere en absoluto convertirse en cantante, sino hacerles llegar sus canciones a otros intérpretes y, sobre todo, ganar algo de plata para ayudar a Jeanne y Marcel.

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Sin embargo, la poesía lo acompañará a todas partes y a lo largo de toda su vida. Forma parte del meollo de su obra. Y así, con total naturalidad, Brassens adapta a los poetas que le gustan.

Paul Fort, poeta de las hadas y los hechiceros, “ese hombre que plantaba árboles en medio de su casa”, como le gusta a Brassens describirlo, será el primero al que musicalizará un poema, “La complainte du petit cheval blanc”. Paul Fort no sólo acepta que cante sus poemas, sino que también le permite cambiar algunas estrofas, acortarlas, cambiar los títulos. Le dice a Brassens: “Te permito hacer lo que quieras. Sé que no me vas a traicionar”. Así, “L’amour marin” pasará a ser “Marine”, “Le convoi de Paul Verlaine après un tourbillon de neige” será “L’enterrement de Verlaine” y “La com plainte du petit cheval blanc” será “Le petit cheval”. Un día, Brassens confesará a propósito de Paul Fort: “Si yo hubiera sido un simple músico, él habría sido mi letrista”.

Georges Brassens encontró en la
Georges Brassens encontró en la literatura su principal fuente de inspiración para canciones y poemas

Brassens ahonda en la obra poética de los autores que admira. Hurga, meticuloso, en sus libros, para descubrir poemas. Dentro de su repertorio, se encuentran tanto poemas de Victor Hugo, “La légende de la non ne” o “Gastibelza”, como de Lamartine, “La pensée des morts”, del que conserva sólo siete estrofas. Procede de igual modo con el poema de Jean Richepin, “Les oiseaux de passage”, que reduce considerablemente, para adaptarlo a la canción. Corta los ocho primeros cuartetos y luego suprime la mitad de las estrofas res tantes del poema. Cambia el título de “Chanson des cloches de baptême” por “Philistins”. En el poema de Aragón “Il n’y a pas d’amour heureux”, elimina la última estrofa, donde el poeta habla del amor a la patria, le cambia así el sentido. Una manera de Brassens de apropiarse de esos poemas. Así ocurre con “Les pas santes”, poema de un tal Antoine Pol, descubierto en el mercado de las pulgas de Vanves en 1942. Brassens se toma la libertad de suprimir dos estrofas. En 1971, al fin se decide a cantarla luego de muchos años de trabajo de composición. Gracias a Brassens, algunos poemas desconocidos u olvidados se vuelven muy populares. “Canto para las porteras cultas”, decía. Sin olvidar nunca sus orígenes, anhelaba familiarizar al público en general con la poesía como Alphonse Bonnafé había hecho con él unos años atrás.

Todas las mañanas, desde las cinco hasta las ocho, Brassens escribe. “Mal que te pese, trabajo con las canciones. No todo el mundo tiene la suerte de ser periodista u oficinista. Tampoco puedo convertirme en ladrón de caminos. Es muy común y peligroso. Además, mi familia del sur de Francia se opone y mi madre me amenazó con matarse si se me ocurría manchar la reputación del clan Brassens. Sólo me queda el music hall. Peor para ti, ya que, por mi parte, voy a zafar” (carta a Roger Toussenot).

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Instalado en la mesa de trabajo, Brassens anota todo por miedo a olvidarlo. Apenas surge una idea, la anota en el papel de manera aproximada, aunque no rime. Después, como un escolar, elabora el plan de la canción: reparte las estrofas, resume el contenido y le da forma al conjunto. Más tarde, pule, tacha, retoca el texto con un respeto estricto a las reglas de versificación, una preocupación extrema por el ritmo. Cincela los versos, no deja nada librado al azar. Si no le sirve una palabra, la cambia, retoma toda la canción hasta encontrar la palabra justa.

Guarda todos esos borradores para poder volver sobre una idea, un verso o una estrofa, si es necesario. En su libreta, transcribe pasajes enteros de viejos textos, expresiones anotadas en varias páginas, que son el puntapié inicial para una canción a la que no le encuentra continuación en el momento en que la escribe.

El proceso creativo de Brassens
El proceso creativo de Brassens incluía la escritura diaria, la revisión constante y el perfeccionamiento de versos

Así, pasa mucho tiempo con los borradores de futuras canciones. Sabemos que “Supplique pour être enterré à la plage de Sète” exigirá no muchos meses, sino unos diez años de trabajo para al fin emerger de la libreta de apuntes. Es el precio a pagar para que al final no haya nada que modificar. “Cien veces intenté cambiar una coma de tus canciones —confesará Jacques Brel—. Y nunca lo logré”.

“Trabajo una enormidad, por lo general, siempre tengo un verso o dos que me caen del cielo e intentó hallar la continuación. ‘La mauvaise réputation’ la encontré de casualidad; ‘Les braves gens n’aiment pas que l’on suive une autre route qu’eux’ [“A la gente le sienta mal que haya un camino personal”1] es un pensamiento que me vino así como así, tengo la costumbre de pensar en proverbios o en versos, y luego me dije: ‘¿Qué voy a hacer con esto?’. Lo había anotado en mi libreta donde apunto todo lo que se me cruza por la cabeza y un día, al consultar la libreta, dije: ‘¿Qué puedo sacar de bueno de esto?’. Intenté confrontar mis opiniones con las de otro grupo y poco a poco encontré imágenes, ideas, anoté todo. Cuando tuve cinco o seis páginas, traté de conservar sólo lo que me pareció más valioso, lo mejor”.

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Brassens perfecciona sus propias técnicas de escritura. Anota expresiones inventadas, como “point d’accrocs dans sa robe de mariée” [“agujeros en su vestido de no via”] o “Ulysse de banlieue” [“Ulises suburbano], que se convierten en punto de partida para otras canciones. Así nace “Pénélope”, la historia de una mujer que ansía escapar del yugo estrecho en el que vive.

Vuelve a copiar pedazos de poemas que le gustan. Después guarda los versos apretujados en uno de los tantos libros de la biblioteca. Más tarde, abre el libro al azar y vuelve a encontrar los poemas, los versos que serán fuente de inspiración para una nueva canción.

“Las historias son siempre las mismas. No precisamente los personajes, sino más bien las emociones. Recibo impresiones, reparto todo eso en escenas con personajes de manera un tanto arbitraria. Es más poético ubicar a los enamorados con árboles donde se pueden grabar los nombres, un río donde se puede hacer sapito”.

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Brassens trabaja siempre con el mismo pequeño teatro: cinco o seis personajes que escenifica en situaciones a veces grotescas o tiernas. Un policía, una muchacha, un cura, que actuarán en escenas tomadas de su vida personal o de la de otros. Cuando muere su abuelo, oye esta expresión: “Muerto de muerte natural”. Tiempo más tarde, esa expresión lo inspirará para la escritura de “Bonhomme”.

Algunas anécdotas de su vida cotidiana también son musicalizadas, como es el caso de “Le vieux Léon”. “Es la historia de un tipo que tocaba el acordeón en la calle de Vanves en el distrito catorce y del cual todos nosotros nos mofábamos un poco, yo qué sé, porque no nos gustaba o creíamos que no nos gustaba el acordeón. Y entonces, se muere, y nos dimos cuenta de que nos gustaba el acordeón y que lo queríamos. ‘Le vieux Léon’ es una declaración de amor que por desgracia llega tarde, ya que el destinatario no puede escucharla” (entrevista en Europe 1, el 9 de febrero de 1974).

[Fotos: Universal Music Group]

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Jesse Ball resignifica a Charly García con aquello de “la mustia sensación de que el tiempo se echó a perder”

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Jesse Ball, autor de «Toque de queda», una novela sobre un padre y su hija bajo una tiranía que prohibió el arte y la música

Con excelente traducción de Carlos Gandini, la editorial Sigilo acaba de publicar una nueva edición de Toque de queda de Jesse Ball y es una buena oportunidad para adentrarse en la obra de un autor original, diferente.

Toque de queda se desarrolla en una ciudad sin nombre gobernada por un régimen represivo donde la música y el arte están prohibidos, y el silencio se impone mediante el miedo. William Drysdale, que en su día fue un violinista de renombre, ahora trabaja escribiendo epitafios para aquellos que han desaparecido o esperan su ejecución. Su hija Molly, de ocho años, muda pero con una imaginación desbordante, se convierte en el corazón emocional de la novela. Cuando William rompe el estricto toque de queda de la ciudad para asistir a una reunión secreta de la resistencia, Molly se queda atrás y monta una oscura obra de títeres con un vecino: un relato alegórico de la historia de su familia y la opresión de la ciudad.

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Desde las primeras páginas, nos adentramos en un mundo fracturado construido a partir de fragmentos de memoria y silencio. Su narrativa toda se resiste a la linealidad y a las convenciones; distorsiona el tiempo, mezcla escenas y nos aleja de la comodidad de la simple ecuación “causa y efecto”. Lo que Ball consigue con esta forma fragmentada no es simplemente un juego estético, sino un espejo del caos interno de sus personajes. La vida en ese lugar imaginado no se desarrolla de forma ordenada, sino que avanza caótica, ensombrecida por el dolor y la incertidumbre. Los momentos llegan fuera de secuencia, no para confundirnos, sino para situarnos en el ritmo del trauma. Aquí, el tiempo es elástico. Los recuerdos se funden con el presente. El dolor se repite sin cesar. Cada fragmento forma parte de un mosaico más amplio, incompleto pero resonante, y el lector se convierte en un participante activo, que va armando con las piezas un rompecabezas a partir de los silencios y las sugerencias. Ball le pide mucho a sus lectores. Y eso se agradece.

"Toque de queda", de Jesse
«Toque de queda», de Jesse Ball, fue reeditada por editorial Sigilo, con traducción de Carlos Gandini

Así como en la mente, la novela se acomoda al funcionamiento real del pensamiento y la memoria. No hay pausas entre capítulos y perdemos un poco el norte narrativo. En su lugar, Ball nos ofrece una forma de sentir el tiempo como lo hacen sus personajes: fluido, inestable e inquietante. Capta profundamente la naturaleza subjetiva de la memoria: cómo, en momentos de profundo dolor o reflexión, nuestra mente no reproduce los acontecimientos en orden cronológico, sino que da vueltas, salta y se detiene en fragmentos, como en un sueño recurrente.

La urgencia emocional de la novela es por momentos surrealista. Incluso las escenas más banales vibran con tensión, con la certeza de que algo invisible siempre está presionando. Hay un temor silencioso que impregna Toque de queda, una sensación de que lo ordinario puede desmoronarse en cualquier momento y lo cotidiano se vuelve extravagante, demoledor, o simplemente extraño.

En su obra, Ball escribe sobre la soledad y muchas veces responde a la frase de la canción de Charly García “la mustia sensación de que el tiempo se echó a perder”: la conversación que no se tuvo, la mano que no se tomó, el momento que se perdió. No es melodramático. Es simplemente cierto. Esa verdad duele.

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"Toque de queda" sucede una
«Toque de queda» sucede una ciudad sin nombre gobernada por un régimen represivo (Foto: REUTERS/Blair Gable)

Los dos personajes principales de la novela están habitados por la soledad. La soledad de William, el padre de Molly, tiene varias capas: es el dolor de un viudo, el silencio de un hombre que antes estaba lleno de vida y la impotencia de un padre que intenta proteger a su hija de un mundo brutal. Aunque está profundamente dedicado a Molly, está emocionalmente aislado, resignado, y cauteloso. Su silenciosa rebelión al romper el toque de queda es tanto un acto de desesperación como de esperanza, un gesto solitario contra un sistema abrumador. La soledad de William no es ruidosa, es una quietud, un peso, una presencia constante en su vida interior. Y Molly, la hija de ocho años de William, es muda, pero su silencio es rico en expresiones. Muy inteligente y creativa, procesa el mundo a través del juego, los símbolos y la imaginación. Su soledad es diferente a la de su padre: está llena de nostalgia e inventiva. Extraña a su madre, siente el dolor de su padre y, sin embargo, encuentra formas de conectar a través de historias y títeres. Su soledad está llena de color y vida, pero sigue siendo una soledad nacida de la pérdida y el silencio.

Sin embargo, a pesar de su melancolía, Ball salpica su narrativa con momentos de bondad, encuentros que parecen pequeñas misericordias. Una mirada compartida. La palabra de un desconocido. Estas escenas nunca son exageradas, pero tienen el peso emocional de los discursos de una novela. En el mundo de Ball, una sola mirada puede redimir una vida. Y ese minimalismo es clave. No llena la página de adornos. En cambio, nos da espacio para sentir. Las frases son cortas, sí, pero se abren a un vasto territorio emocional. Donde otros escritores explican, Ball sugiere. Y no es solo una elección estilística, es una invitación. Obliga al lector a inclinarse y hurgar, a habitar los silencios, a reconstruir las emociones no expresadas.

Toque de queda es una exploración tranquila pero resonante de la vida bajo la tiranía, donde se impone el silencio y la soledad, y la imaginación se convierte tanto en refugio como en resistencia. A través de las vidas silenciosas de William y Molly, Ball examina cómo los individuos afrontan la pérdida, no solo de sus seres queridos, sino también de la libertad, la expresión y la verdad. Su relación se convierte en un santuario en un mundo despojado de sentido, y sus pequeños actos de creatividad se erigen como un silencioso desafío contra la maquinaria del control. Con su lenguaje sobrio y su atmósfera inquietante, Toque de queda nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, el espíritu humano busca conexión y que las historias, por frágiles que sean, constituyen el puente entre la memoria y el presente, entre la soledad y la compañía, entre la libertad interior y la opresión exterior.

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