Justo una semana antes de lo que será la final masculina entre el Inter de Lautaro Martínez y PSG, Arsenal y Barcelona disputaron en Lisboa la final femenina de la Champions League. El equipo inglés se impuso por 1-0, dio la vuelta olímpica e impidió el tricampeonato de las catalanas.

Stina Blackstenius anotó en el minuto 75 después de ser asistida por Beth Mead en el estadio José Alvalade. El título de Arsenal llegó 18 años después de que se convirtiera en el primer —y aún el único— club inglés en ganar el título de clubes más importante en el fútbol femenino.

Las jugadoras de Arsenal se abrazaron al sonar el pitido final y corrieron a celebrar frente a la esquina roja y blanca de las gradas, que celebraba con ellas en medio de un mar de fanáticos vestidos de burdeos y azul.

Barcelona, tres veces ganador de este certamen, era considerado el gran favorito. Apuntaba a un cuarto título en cinco años y a convertirse en el único equipo, aparte de Lyon (el más ganador de la historia, con ocho estrellas), en ganar tres títulos seguidos. El equipo liderado por las ganadoras del Balón de Oro en dos ocasiones, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, ganó nueve partidos consecutivos en la competición y arrasó con Wolfsburgo y el campeón inglés Chelsea en las rondas eliminatorias.

Pero Arsenal se cerró en defensa —excepto al inicio de la segunda mitad— y creó las mejores oportunidades. Solo dos paradas soberbias de la portera de Barcelona, Cata Coll, para negar los goles de Frida Maanum y Blackstenius mantuvieron el marcador en cero hasta que finalmente Blackstenius la venció.

La victoria marca un final increíble para una temporada turbulenta para Arsenal, que incluyó la renuncia del entrenador Jonas Eidevall y su reemplazo por la asistente Renée Seglers.

Desde que asumió el cargo, Seglers guió al equipo a través de una espectacular campaña europea. Arsenal construyó su confianza a partir de victorias remontadas sobre el Real Madrid y el campeón de ocho veces Lyon en las rondas eliminatorias antes de derrotar al Barcelona.

Lo más cerca que estuvo Barcelona de un gol fue un disparo de Claudia Pina que golpeó el travesaño justo después del descanso, cuando el equipo español tuvo su mejor período. Por lo demás, el juego fue a gusto de Arsenal. Salud, campeón.