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POLITICA

Sigue el escándalo cripto, el Gobierno estudia otro DNU y privatización de candidaturas

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Cripto: el tiempo no perdona

El Gobierno trabaja el caso Cripto con el argumento de que no hay nada que investigar en el Congreso y que hay que esperar a la justicia. Argumenta que es un asunto que no le interesa a nadie y que ya pasó. Confía en que el paso del tiempo sepultará el caso y que todo quedará en el olvido.

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Es una forma de enfrentar problemas que en política rinde poco. El tiempo, en casos como estos, no olvida nada. Por el contrario, en política y en otros asuntos, el paso del tiempo agiganta los hechos y despierta lo que el novelista siciliano Leonardo Sciascia llama «el teatro de la memoria», que invita a los engaños de la memoria.

En el imaginario colectivo los casos de resonancia, como el que relata Sciascia en su novela de 1982, alimenta la aparición de nuevos hechos y circunstancias que generan credibilidad y recrean historias extravagantes sobre la anécdota original.

«Yo no estuve allí», dice el acusado, y le responde un testigo juramentado, «pero yo te vi». ¿A quién le cree el público? Mejor no arriesgarse. ¿O acaso Richard Kimble (gugleá) no fue perseguido por un crimen que no había cometido en “El fugitivo”?

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En el caso de las Cripto, más le hubiera convenido al Gobierno ensayar una disculpa del tipo de la que esgrimió Milei en el primer momento -“Me engañaron”- y echar a rodar alguna cabeza expiatoria, algo que siempre le gusta a la turbamulta que honran los demagogos. Habría sellado un final que ahora el tiempo va postergando hasta no se sabe qué final.

Contraataque en Diputados

La salida de Milei por más de 10 días coincide con otra batalla del oficialismo para impedir que refluya el debate sobre la integración de la comisión que investiga el CriptoGate. Coincide, además, con la información sobre cómo se agrava este caso en la justicia de los Estados Unidos.

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Un grupo de legisladores de la oposición ha pedido a Martín Menem que convoque a una sesión especial este miércoles 4 para discutir cómo se cubre la Comisión Cripto, que está empatada. Menem demora la convocatoria. El pedido incluye temas atractivos para una campaña electoral: mejoras para jubilados, universitarios y discapacitados, y emergencia por inundaciones en la provincia de Buenos Aires.

Dejaron afuera temas que ocupan a los bloques en reuniones que se suceden todas las semanas, como la ampliación de la Suprema Corte y la designación de miembros de las dos cámaras en la Auditoría General de la Nación.

Esta semana la oposición no incluyó las designaciones en la AGN, después del intento de aprobar designaciones en Diputados hace 10 días. El Gobierno movilizó entonces a gobernadores, al PRO y a la UCR para restar, con éxito, el quórum.

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El oficialismo contraatacó el jueves pasado llevando a la Comisión de Asuntos Constitucionales el debate sobre el llamado «proyecto tapón» de Martín Menem para modificar la AGN, reducir mandatos de auditores, darle 4 representantes a Diputados y dos al Senado y modificar la cláusula constitucional de que el presidente de la AGN debe ser designado por el principal partido de la oposición.

Esta vez la oposición desbarató el intento. Saturó de diputados la comisión que preside Nicolás Mayoraz y logró que no se tratase ni se aprobase el dictamen.

“No hay que perder”

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Retirar el debate de la AGN hubiera alertado al Gobierno para impedir el quórum. La decisión responde a la cautela que promueve Miguel Angel Pichetto bajo el lema: “No hay que entrar al recinto para perder”. Mejor es no ir. En el debate que tuvo con su bloque de Encuentro Federal hubo una autocrítica por haber intentado en la sesión anterior imponer el nombre de Emilio Monzó como auditor.

Eso pudo ocurrir porque había apoyos que después arrugaron, pero Nicolás Massot, uno de los bastoneros de aquella iniciativa, argumentó, filoso: «Por lo menos fue una manera de que el gobierno llamase alguna vez a los gobernadores y les tirase algo”.

AGN: de prepo y por DNU

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Esta carrera corre contra reloj porque en el Senado, adonde hay dos proyectos de modificación de la AGN -uno de Juan Carlos Romero y otro de José Mayans-, el jefe de la bancada de La Libertad Avanza Nicolás Atauche admitió ante algunos de sus pares que el poder Ejecutivo estudia un DNU para imponer la reforma de prepo.

Como adelantó este diario, la idea del Gobierno es reducir los mandatos a cuatro años y ampliar la cantidad a ocho auditores, cuatro para cada cámara. Con ese número se satisfaría a todas las tribus del Congreso. Se adaptaría a la diversidad de formaciones que ha superado al bipartidismo que inspiró la ley original en 1992.

En Diputados le atribuyen a Martín Menem el compromiso con este formato de reparto: un peronista (quizá el K Juan Forlón), Jorge Triaca (PRO), Santiago Viola (LLA) y Mario Negri (radical). A quienes creen en el poder de Santiago Caputo les sirve que respalde esta tira. Los cuatro por el Senado pueden ser dos para el peronismo, Luis Naidenoff (por la UCR) y otro para “Los 38”, el arco de entendimiento que coordina Juan Carlos Romero.

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La Corte, por ahora no

Son menores las posibilidades de que avance la ampliación de la Suprema Corte. Primero, porque el Gobierno todavía no se repone de la paliza en el Senado con el rechazo de Lijo y Mansilla. Pagó el costo social de promover al primero, descalificado por sectores políticos y de la profesión abogadil.

En el tortuoso aprendizaje a gobernar que atraviesa todo presidente durante los dos primeros años, Milei tropezó en la zancadilla de aceptar un consejo de Ricardo Lorenzetti. Compró inquinas ajenas para enterarse, tarde, que Lijo se había agenciado él solo los votos para avanzar en el Senado. Casi lo logró, y si ocurría, Lijo hubiera tenido razones para sostener que no le debía nada a Milei.

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La prueba es que Mansilla, el verdadero candidato de los empresarios y los estudios de prestigio que respaldan al presidente, se había ganado, también solo, el rechazo al no convencer al Senado. En síntesis, terminó ganándose dos enemigos en donde menos le conviene. Lijo lo espera en el juzgado que, junto con la muerte, son los grandes igualadores.

La abstención, sin misterios

El cuadro de resultados de las elecciones porteñas es un retrato fiel de la distancia entre los partidos respecto del público al que se ha dejado sin el último recurso de participación en la construcción de los candidatos que eran las PASO. La ola abstencionista que se registró en todas las elecciones de este año tiene explicación en el ensimismamiento de las organizaciones que abre una brecha profunda entre la demanda y la oferta.

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¿Qué incentivo tiene el vecino para acercarse a la urna si no participó del debate de listas y candidatos? Este debate está limitado a las oligarquías partidarias que ganaron fuerza en este turno electoral con la eliminación de las primarias PASO. La muestra es que Manuel Adorni, ganador en las elecciones porteñas, encabezó una lista porque es funcionario del Gobierno y se muestra todos los días en público.

Su capital es el grado de conocimiento su cómo personaje público. Alguien que es famoso por ser famoso. Aun así, hacer logrado apenas el 30% de los votos y el 15% ponderado contra el total del padrón es una señal que inquieta a todos los partidos que quedaron afectados en su capacidad de convocatoria.

Sin PASO, a la judicialización

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Durante el fin de semana los apoderados del PJ de Buenos Aires apuraron los instrumentos legales para cumplir con las instrucciones que han dado la Cámara Nacional Electoral y la Junta Electoral del distrito para suplir las PASO y asegurar de alguna manera que la confección de listas de candidatos cumplan con las normas constitucionales de asegurar la representación de las minorías y la democracia interna.

El artículo 38 de la Constitución garantiza, entre otros principios esenciales, “su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las minorías y la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos”. Sin PASO, los partidos han delegado en sus congresos, y estos en comisiones internas, para negociar las candidaturas respetando igualdad y democracia interna.

La dificultad de este round es que, sin un criterio cuantitativo, como eran los resultados de las PASO, aunque hubiera listas únicas, ha sido reemplazado por un criterio cualitativo como es la capacidad que tiene cada puntero para cumplir con las normas de igualdad y democracia interna.

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Se ha pasado de un sistema como las PASO que estatizaba las elecciones internas, a otro de extrema privatización de la decisión que está ahora en manos de las oligarquías partidaria. La acordada 70/224 de la Cámara Electoral Nacional rige para las elecciones a cargos nacionales, que hace suyos la Junta provincial que precisó, en otra resolución, que deben respetarse las políticas equitativas de género que dispone la ley 14848.

El desafío para las cúpulas partidarias es evitar la judicialización del proceso electoral. Sin PASO y librado todo al olfato del puntero para decidir, será una tentación para una catarata de amparos que empaste aún más el sistema.

Milei y el PJ en su techo

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Para el oficialismo el resultado porteño es una advertencia que obliga a inventar algún recurso para ampliar el respaldo. El techo del 30% o el 15%, según se prefiera, traduce el límite de las adhesiones. Es presumible que ningún mileísta se quedó su casa el día de las elecciones.

Por el mismo razonamiento hay que pensar que no hay en CABA más mileístas que los que votaron a Adorni. Es una limitación para un movimiento que se muestra como representativo de mayorías silenciosas a las que sus operadores tienen un acceso con exclusividad. La candidatura de Leandro Santoro recibió el porcentaje histórico del peronismo y es presumible que el 29% es el límite de crecimiento.

Tampoco hubo peronistas que se quedaron n casa. Juan Manuel Olmos ensayó el martes ante el consejo del PJ que presidió Cristina de Kirchner, la hipótesis de que en esas elecciones el peronismo tuvo el apoyo de clases medias que antes se veían mejor representadas por el radicalismo.

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Cristina: el peligro de desdoblar

Olmos explicó desde algún lugar del planeta Tierra (participó por zoom) los errores de Jorge Macri al desdoblar las elecciones. «Hasta que ordenó el desdoblamiento en diciembre de 2024, Macri tenía 50% de imagen positiva. Desdobló y al momento de las elecciones estaba en un 18% de respaldo».

Desdoblar no pagó, y menos aún si su espacio se dispersó en por lo menos cinco listas diferentes. «Si nos dividimos podemos perder», sancionó con ese estilo persuasivo que tiene y con el que reviste sus argumentos. Hablar de desdoblamiento en el PJ es hablar de Kicillof. Lo aprovechó Cristina para decir que «el desdoblamiento puede ser algo peligrosísimo, y más si no tenés los recursos necesarios para gestionar».

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Entre los consejeros presentes estaba Felipe Solá, ex gobernador de Buenos Aires, que ensayó una explicación del desconcierto que hay en el público ante la conducta de los políticos: «Es un lodazal y los peronistas tenemos que evitar que se nos vea en ese lodazal».

Destacó que en el Congreso hay 99 diputados de su partido que hacen oposición firme, «pero en el Congreso no se arman partidos políticos.» Cristina agregó otra mirada: «Nuestro bastión es el Senado, por eso hay que concentrase en las provincias donde se eligen senadores».

Conexión en México

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Inquietos por el escenario por lo menos extravagante del año electoral en la Argentina experimental, un grupo de legisladores del peronismo estaba este fin de semana en México para sacar lecciones de otro experimento. Se elegían jueces por el voto popular y la campaña se hizo en torno a llamar al voto a un padrón de unos 100 millones de personas. Los pronósticos vaticinaban una altísima abstención.

Hasta el cierre de las mesas este domingo se calculaba que había ido a votar cerca del 10% del padrón. Se votaban abogados que quisieran ser jueces y en todos los niveles, hasta la Suprema Corte. El voto era voluntario y los candidatos tenían que pagarse la campaña.

Quienes querían ser jueces podían gastarse hasta unos USD 13 mil. A la Corte podían invertir hasta USD 76.000. Los observadores, invitados por el partido oficial Morena, eran Florencia López, Rodolfo Tailhade, Vanessa Siley y Anabel Fernández Sagasti.

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Javier Milei,Escándalo cripto,Martín Menem,Miguel Ángel Pichetto,Emilio Monzó

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El Gobierno busca evitar nuevos reveses en el Senado y afina su estrategia política para el segundo semestre

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El Senado es el gran desafío para La Libertad Avanza en el segundo semestre, tras el receso de invierno. Ya están pensando en cambios en estrategias desde el oficialismo y en eso trabajan los senadores y la vicepresidenta, Victoria Villarruel.

Unión por la Patria, conducido por José Mayans y Juliana Di Tullio, ya demostró que puede avanzar con iniciativas opositoras junto a legisladores aliados como los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco, y la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri.

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El 10 de julio, con 37 votos —la mitad del Senado—, aprobaron seis proyectos que golpearon al Gobierno. Tres de ellos obligaron a la Casa Rosada a vetar las leyes que otorgaban aumentos del 7,2% a jubilados, prorrogaban la Moratoria Previsional y declaraban la Emergencia en Discapacidad.

El presidente provisional del Senado, el libertario, Bartolomé Abdala, ya planifica cambios en la estrategia del oficialismo. (Foto: NA – Daniel Vides)

Ahora el Senado espera que la Cámara de Diputados apruebe y devuelva los proyectos que declaran la emergencia del Hospital Garrahan y del sistema universitario. Se estima que podrían tratarse en Diputados la primera semana de agosto, aunque UxP busca consensos para sesionar el 30 de julio.

También quedaron listos para llegar al recinto los decretos delegados firmados por Javier Milei. Con ellos, en el marco del cierre de facultades delegadas por la Ley Bases, el presidente reorganizó las estructuras de las fuerzas de seguridad federales: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria.

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Cambio de estrategia en el oficialismo

El oficialismo evalúa su estrategia ante la falta de mayoría propia. “Hay que esperar dos fechas clave: el 7 de agosto, cierre de alianzas nacionales, y el 26 de octubre, elecciones legislativas”, dijo a TN el senador Francisco Paoltroni, ex La Libertad Avanza, que hoy lidera el monobloque “Libertad, Trabajo y Progreso”. Paoltroni impulsa un proyecto de intervención federal en Formosa, su provincia: “Está muerta la República y la situación es terminal”.

Los proyectos del oficialismo o de sus aliados están trabados por las mayorías que construye UxP en el Senado. “Hay que replanificar la estrategia. A través del diálogo con senadores dialoguistas, debemos recuperar la mayoría con la que derrotamos al kirchnerismo en otras ocasiones”, afirmó a TN el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala.

Para eso, el Gobierno necesita recomponer la relación con los gobernadores y con la vicepresidenta Victoria Villarruel, además de acercarse a senadores que el año pasado votaron la Ley Bases y el paquete fiscal. Muchos de ellos responden a sus provincias y ahora buscan modificar la coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos y la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).

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La crisis con Victoria Villarruel

En los últimos meses, se agravaron las diferencias entre Javier Milei y su vicepresidenta. A las críticas del presidente se sumó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El presidente la acusó de “traidora” por permitir que UxP abriera el recinto para tratar proyectos que finalmente se aprobaron. Villarruel respondió desde sus redes: “Si hay equilibrio, asistir a los más desprotegidos no debiera ser tan terrible. Un jubilado no puede esperar y un discapacitado menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”.

Francisco Paoltroni, senador nacional bloque Libertad, Trabajo y Progreso, insistió con su proyecto de intervenir la provincia de Formosa. Foto: Sofia Areco / Comunicación Senado
Francisco Paoltroni, senador nacional bloque Libertad, Trabajo y Progreso, insistió con su proyecto de intervenir la provincia de Formosa. Foto: Sofia Areco / Comunicación Senado

El 10 de julio, Villarruel no logró bloquear la sesión impulsada por UxP y apoyada por senadores de distintas fuerzas, que reclamaban debatir proyectos presentados por gobernadores ante la falta de respuestas del Gobierno nacional.

El último fin de semana, Villarruel viajó a Catamarca, se mostró con el gobernador Raúl Jalil y evitó hablar de política. Participó de la Fiesta del Poncho y, ante un periodista que la acusó de traicionar al presidente, respondió: “No me parece que esa sea una pregunta que me tengas que hacer. La verdad es que no ha sido nada de eso”. Ya había hecho apariciones públicas en Santa Fe, el 20 de junio, y en Tucumán, el 9 de julio.

Victoria Villarruel en Catamarca, junto al gobernador, Raúl Jalil. Foto Senado de la Nación
Victoria Villarruel en Catamarca, junto al gobernador, Raúl Jalil. Foto Senado de la Nación

Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, uno de los pocos funcionarios que aún dialoga con Villarruel, admitió que existe “una crisis política en el Gobierno, no institucional”.

Por ahora, el Senado está en receso hasta el 4 de agosto. UxP asegura que, en caso de sesionar, lo haría recién la semana siguiente, dando tiempo al oficialismo para recuperarse de la última sesión legislativa.

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Senado, Victoria Villarruel, Casa Rosada

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Milei viaja a Córdoba para participar de La Derecha Fest, “el evento más anti-zurdos”

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CÓRDOBA.- Javier Milei lo confirmó hace unas tres semanas en una entrevista en Neura: mañana estará en la ciudad de Córdoba para participar del “evento más anti-zurdos que jamás se hizo”: La Derecha Fest.

Es la primera vez que el Presidente será parte de este espacio de “batalla cultural” contra lo que los libertarios consideran la hegemonía de la izquierda en los medios de comunicación. Los organizadores no descartan que pueda haber alguna señal respecto del armado electoral en esta provincia de La Libertad Avanza (LLA).

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La organización está a cargo de La Derecha Diario, medio que también desembarcó en Córdoba con una redacción propia y que el martes que viene estrenará un streaming aprovechando las presencias en la reunión.

El programa de La Derecha Fest, con Javier Milei como principal orador

El propietario del diario, Javier Negre, también hablará en el encuentro, del que participarán Daniel Parisini, más conocido como “El Gordo Dan”; Agustín Laje; Nicolás Márquez y Diego Recalde, entre otros.

Según dijeron fuentes de la organización a , ya se vendieron el 90% de las entradas y 20% se comercializaron con créditos de Mercado Libre. El perfil de los asistentes que esperan es de entre 30 y 35 años en promedio.

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También deslizan que hay empresarios que adquirieron entradas; “algunos, muchas”. Enfatizan que todo lo recaudado se vuelca a la organización. “Acá vienen pagando, así de simple”, afirman.

El Presidente confirmó su participación cuando un oyente le preguntó mientras estaba en Neura: “¿cuándo te vas a venir para Córdoba?“. La respuesta de Milei fue: “Ahora vamos ir a Córdoba… a La Derecha Fest. No lo habíamos anunciado públicamente, pero vamos a ir”.

LLA apuesta fuerte a Córdoba, distrito en el que en la elección presidencial tuvo una muy buena performance, alcanzó 74,05% en la segunda vuelta, y espera repetir un “muy buen” resultado en las legislativas de octubre.

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Apenas Milei confirmó su visita, el exsecretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta, celebró en sus redes: “El León y El Jefe siempre presentes en Córdoba alias ‘La Docta’ para profundizar el proceso que hará grande nuevamente a la Argentina”.

En la promoción del encuentro, el español Negre lo define como un “evento único, donde se combinarán análisis profundos sobre los desafíos actuales con momentos de distensión y celebración». Y dice: “Si te interesa formar parte de la batalla cultural en Argentina y la región, este encuentro es una cita obligada”.

Por estas horas el nombre de Laje -cordobés, allegado a Milei y divulgador de las ideas de la derecha en las redes- volvió a sonar como potencial líder de la lista cordobesa libertaria de diputados. Antes se lo había descartado por los viajes que ya tiene comprometidos.

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En Córdoba LLA todavía no reveló quiénes serán sus postulantes. Tampoco lo hizo el oficialismo provincial, Hacemos por Córdoba. Ahí sigue en duda si Juan Schiaretti se presentará.

Al festival de mañana Milei llegará acompañado por su hermana Karina Milei. También se espera a algunos integrantes del gabinete y a diputados, entre los que podrían estar Martín Menem y José Luis Espert. Santiago Caputo todavía no confirmó si viaja.

La reunión comenzará a las 17 en los salones de un hotel cercano al Aeropuerto Taravella de Córdoba y se extenderá hasta las 23. Habrá bandas en vivo, venta de merchandising y de libros.

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Recalde, otro de los disertantes, se define a sí mismo como “a veces profesor, productor, director de cine, escritor, detective, músico, actor, artes marciales”.

También hablará el chileno Axel Kaiser, subdirector de la Fundación Faro, quien habla de “parásitos mentales” cuando se refiere a los progresistas, concepto que retomó el Presidente. Otro será Márquez, escritor y biógrafo de Milei.


en Neura,La Derecha Diario,,pic.twitter.com/y21aYCuyls,June 29, 2025,View this post on Instagram,A post shared by Viva La Derecha (@vivaladerechafest),Gabriela Origlia,Javier Milei,Córdoba,Conforme a,Javier Milei,,Minuto a minuto. Javier Milei, en vivo: las últimas medidas del Gobierno,,Con el gabinete y senadores. Victoria Villarruel visitó Santiago del Estero en el marco del aniversario de la provincia,,»No apto para kukas». Qué es la Derecha Fest, el evento «anti zurdo» en el que participa Javier Milei

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Los datos desconocidos del día en que Jorge Luis Borges presenció el Juicio a las Juntas

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Hace 40 años, el 22 de julio de 1985, Jorge Luis Borges subía con lentitud las escaleras de Tribunales para presenciar una de las audiencias del Juicio a las Juntas. Como cada movimiento suyo de esos años, la visita atrajo a la prensa, interesó al público. Como casi todo hecho trascendente de su vida, este momento se tradujo en un gran texto. Como pocas veces, a la salida, se lo vio conmovido, abatido por lo que acababa de escuchar.

Tal vez lo que terminó de convencer a Borges de que tenía que ir a una audiencia fue el llamado de un periodista radial para preguntarle qué opinaba de haber sido parafraseado en el Juicio. Borges no sabía de qué le estaban hablando y cortó la comunicación.

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Era raro que sucediera eso. El de esos años, el de esa última década, era un Borges abierto a la charla con cualquiera, que aparecía en las revistas y en los diarios semanalmente. Un Borges al que le preguntaban sobre hábitos que se ponían de moda, triunfos deportivos y avatares políticos, que en cada conferencia convocaba pequeñas multitudes: un Borges Superstar. A su departamento de Maipú acudía mucha gente sin cita previa. Lo entrevistaban, le leían o charlaban un rato con él. Se había convertido en una de las grandes atracciones turísticas de Buenos Aires.

En una de las audiencias iniciales en las que altos mandos militares declararon ante los jueces, uno de ellos dijo: “El olvido es el único poder ante la venganza”. Lo dijo con gesto afectado y aclarando que estaba citando a Borges. Sin sorpresa, el general había empeorado el verso original que pertenece a Fragmentos de un evangelio apócrifo que estaba incluido en Elogio de la Sombra. “El olvido es la única venganza y el único perdón”, había escrito (dictado) Borges.

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Lo que le molestó fue ser citado como coartada: “Lo que sucede es que ese general se acogió al beneficio del olvido. Es muy cómodo usar mi frase desde el punto de vista de un culpable. Es como decir bueno, tapemos todo, echemos tierra”, dijo Borges.

El 22 de julio de 1985, Jorge Luis Borges asistió a una audiencia del Juicio a las Juntas Militares. (Foto: Juan Carlos Piovano / Agencia Télam)

El 22 de julio (sabemos que era lunes sin consultar el almanaque por el título del texto que escribió unos horas después) al mediodía, Néstor Montenegro, periodista de la revista Gente, lo pasó a buscar por su casa. Fue a almorzar al restaurante de siempre; comió lo de siempre: arroz con queso y un vaso de jugo de naranja. Pero estaba algo nervioso, ensimismado. El Juicio a las Juntas y lo que podría encontrar en él, lo preocupaban. Al periodista de la revista Gente que lo acompañaba le expresó uno de sus temores: “Hace un tiempo vino un fiscal a mi casa a visitarme. Me aseguró que no iba a haber condenas porque no había pruebas, todas habían sido destruidas”.

Quiso ir caminando. Tenían tiempo. Casi una hora para su cita y solo siete cuadras de distancia. El paso fue lento. No solo por su edad y por la ceguera. En cada cuadra tres o cuatro personas lo detenían para saludarlo, comentarle alguna de sus últimas apariciones públicas o tan solo tocarlo. «Grande, Maestro», le gritaban desde los autos al cruzar la Avenida 9 de Julio. Borges disfrutaba serenamente y con falso pudor la celebridad, estas muestras de afecto.

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Julio César Strassera lo esperaba en la fiscalía a las 14.30. Esa tarde, el escritor fue su invitado a la audiencia. Antes, mientras subía con dificultad la escalinata de Tribunales, los periodistas lo rodearon. Un aluvión de preguntas. Borges dio una respuesta genérica citando a Almafuerte: “Solo pide justicia. Pero será mejor que no pidas nada”. Y no se detuvo.

“Un hombre valiente”: la reflexión de Borges sobre Strassera

En la fiscalía lo esperaban Strassera, Luis Moreno Ocampo y Carlos Somigliana, el dramaturgo que colaboraba con la fiscalía y terminaría escribiendo buena parte del célebre alegato fiscal. Lo hicieron pasar al despacho de Strassera atiborrado de carpetas y expedientes. El frío invernal se hacía notar: alguien había dejado una ventana apenas abierta para que se disipara el olor a cigarrillo. Pero Strassera, fiel a su hábito, esclavo de su adicción, encendió uno tras otro durante la conversación.

Borges le dijo: “Usted es un hombre valiente. Lo mismo que las víctimas que declaran todos los días”. Luego le preguntó sobre la posibilidad de que los comandantes fueran condenados, su verdadera preocupación. No quería que los crímenes quedaran sin castigo. “No condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice”, escribió después.

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Hay una foto del encuentro. Borges, sentado en un sillón, con el bastón en su mano derecha y el sobretodo puesto –no se lo quitó en toda la jornada-, escucha muy serio y concentrado al fiscal. Strassera, en un silla que está a muy poco distancia del escritor, con un traje con chaleco, con una pierna cruzada sobre la otra casi en ángulo recto, agita una mano mientras en la otra sostiene un cigarrillo. Se lo adivina enfático y decidido.

Uno de los jóvenes del equipo fiscal se asomó y con una seña leve indicó que era la hora de dirigirse a la audiencia. En ese momento, Borges escuchaba con interés a Somigliana. Con algo de vergüenza, Strassera le pidió a Borges que le autografiara un libro, una de esas ediciones de tapas lisas y monocordes de Emecé de los ochenta, esas que se deshojaban con una lectura intensa.

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Mientras se dirigía a la sala, Borges le dio su parecer sobre el fiscal a su acompañante: “Es un hombre simpático. Y, además, parece honesto”.

Lo que dejó la audiencia del Juicio a las Juntas que Borges presenció

La audiencia de ese día estaba algo demorada. Borges esperaba sentado. Varios de los presentes se acercaban a saludarlo. Se lo veía inquieto, molesto, como si supiera lo que iba a presenciar minutos después, como si saludarse e intercambiar cortesías sociales fuera un gesto frívolo frente a la tragedia que se iba a revivir. Un hombre de traje hizo chocar su mano con la de Borges, al tiempo que con la otra tomaba su hombro mientras cerraba el apretón. La mano de Borges pareció de gelatina, más por ser renuente a saludar a este interlocutor que por debilidad física. Sin ver, presintió la incomodidad. Alguien, seguramente Néstor Montenegro, el periodista de la revista Gente que lo acompañó toda la jornada, le dijo al oído de quién se trataba: Héctor Ramos, el defensor del Almirante Anaya. La boca de Borges se torció en un gesto amargo.

Ramos: Para mí es un honor saludarlo.

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Borges: Gracias.

Ramos: Yo quisiera explicarle por qué soy defensor…

Borges: No me explique.

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Ramos: Pero usted se preguntará…

Borges: No, no me explique.

Ramos: Pero yo le puedo contestar…

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Borges: Usted mismo se pregunta y se contesta. Yo no lo he hecho. A mí no me interesa por qué lo hace.

Como la audiencia seguía sin comenzar, los saludos continuaron. El siguiente en acercarse fue Miguel Ángel Buero, el otro defensor de Anaya. Borges tuvo la precaución de finalizar la conversación antes de que empezara. Se lamentó en voz alta, como hablando con él mismo: “No sé por qué quieren saludarme y darme explicaciones. Si yo no los conozco”.

El exdetenido desaparecido de la ESMA, Víctor Basterra, dio testimonio en el Juicio a las Juntas el día que Borges presenció la audiencia. (Foto: Museo de la Memoria ESMA / X: @espacio_memoria)
El exdetenido desaparecido de la ESMA, Víctor Basterra, dio testimonio en el Juicio a las Juntas el día que Borges presenció la audiencia. (Foto: Museo de la Memoria ESMA / X: @espacio_memoria)

Ese día Borges solo escuchó a un testigo. Una larga y detallada declaración. Víctor Melchor Basterra, un obrero gráfico que fue secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA el 10 de agosto de 1979. Estuvo privado de su libertad hasta agosto de 1984. Basterra en su declaración explicó las fechas. El 3 de diciembre de 1983, una semana antes del regreso democrático fue liberado de la ESMA y enviado a su casa. Pero él se consideraba privado de su libertad hasta agosto del 84 porque hasta esa fecha recibió semanalmente visitas y amenazas de sus captores que todo el tiempo le recordaban que lo estaban controlando.

El interrogatorio lo comandó quien ejercía esa semana la presidencia del tribunal, el Dr. Guillermo Ledesma.

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“Dijeron: ‘Éste va a la huevera’. Me llevaron a un lugar que se sentía así: muy hermético, muy cerrado. Yo tenía una capucha puesta, entonces me sacaron las esposas y me dijeron que comenzara a desnudarme; mientras me sacaba la ropa, me golpeaban, me golpeaban mucho, me golpeaban y caía contra las paredes. Luego de estar totalmente desnudo, me ataron los tobillos y las muñecas a una cama, y un cablecito a un dedo del pie derecho, y ahí comenzaron a aplicarme lo que ellos llamaban la máquina: la picana eléctrica. Eso era permanentemente, me lo hacían con preguntas y sin preguntas”, declaró Basterra.

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Desde una de las 200 butacas disponibles, Borges, entre el público, escuchaba azorado a Basterra. Un hombre simple y claro. Que narraba desapasionadamente su tormento. Se detenía en cada circunstancia, obligado por las preguntas, para narrar su martirio.

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“Yo estaba muy entumecido, apenas podía levantar el brazo o mover la pierna. Cuando abro los ojos veo que mi señora estaba sentada delante mío. Vi que también había sido torturada. Había sido golpeada; después ella me dijo que también la habían picaneado. Yo había sentido gritos y también estaba mi, mi niñita, mi… Trajeron a mi hija después y me dijeron que me la iban a poner en el pecho mientras me daban máquina”, prosiguió Basterra en la declaración que se extendió por muchas horas.

Borges masticaba unas pastillas de menta y murmuraba, cada tanto qué horror, qué horror. Montenegro, el periodista que lo había acompañado le preguntó en varias ocasiones si deseaba irse. Borges no respondía.

Basterra fue obligado a delatar a algún compañero. “Me quiero morir. Es terrible lo que te hice. Estás acá por mi culpa”, le dijo a Juan Aronzena, otro detenido desaparecido de la ESMA. “No te preocupes. Yo hubiera hecho lo mismo”, le respondió el otro.

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Año 1985: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Armando Lambruschini y Omar Grafigna durante el Juicio a las Juntas Militares. (Foto: DyN)
Año 1985: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Armando Lambruschini y Omar Grafigna durante el Juicio a las Juntas Militares. (Foto: DyN)

Borges escribió un breve artículo para la Agencia EFE en el que relató su experiencia ese día: “He asistido, por primera y última vez, a un juicio oral. Un juicio oral a un hombre que había sufrido unos cuatro años de prisión, de azotes, de vejámenes y de cotidiana tortura. Yo esperaba oír quejas, denuestos y la indignación de la carne humana interminablemente sometida a ese milagro atroz que es el dolor físico. Ocurrió algo distinto. Ocurrió algo peor. El réprobo había entrado enteramente en la rutina de su infierno. Hablaba con simplicidad, casi con indiferencia, de la picana eléctrica, de la represión, de la logística, de los turnos, del calabozo, de las esposas y de los grillos. También de la capucha. No había odio en su voz. Bajo el suplicio, había delatado a sus camaradas; éstos lo acompañarían después y le dirían que no se hiciera mala sangre, porque al cabo de unas ‘sesiones’ cualquier hombre declara cualquier cosa. Ante el fiscal y ante nosotros, enumeraba con valentía y con precisión los castigos corporales que fueron su pan nuestro de cada día. Doscientas personas lo oíamos, pero sentí que estaba en la cárcel”.

Un momento particular, un momento que mostraba la extravagante crueldad desde otro punto de vista se dio cuando el testigo relató lo ocurrido la noche previa a una de las navidades que pasó en cautiverio.

“De pronto, el 24 de diciembre a la noche nos bajaron a todos los Capuchas; creo que quedaron nada más la Tía Irene y Juan Carlos Chiaravalle. Nos pusieron frente a una mesa servida con manjares y bebidas y dijeron que íbamos a festejar la Navidad. Yo no entendía nada. Estábamos con grilletes que nos hicieron sacar en uno de los cubículos de la huevera (…) Seríamos 17 personas. El que llevaba adelante la ceremonia era el Capitán D’Imperio. (…) En un momento dado se produjo un silencio grande, como una orden militar, y vino una persona mayor que posteriormente supe que era el director de la ESMA, capitán de navío Supisiche. Se puso frente a nosotros y dijo: ‘Señores buenas noches: les deseo una feliz Navidad. Dijo eso y se fue”, relato Basterra.

Borges en su artículo escribió sobre esta escena:

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“De las muchas cosas que oí esa tarde y que espero olvidar, referiré la que más me marcó, para librarme de ella. Ocurrió un 24 de diciembre. Llevaron a todos los presos a una sala donde no habían estado nunca. No sin algún asombro vieron una larga mesa tendida. Vieron manteles, platos de porcelana, cubiertos y botellas de vino. Después llegaron los manjares (repito las palabras del huésped). Era la cena de Nochebuena. Habían sido torturados y no ignoraban que los torturarían al día siguiente. Apareció el Señor de ese Infierno y les deseó Feliz Navidad. No era una burla, no era una manifestación de cinismo, no era un remordimiento. Era, como ya dije, una suerte de inocencia del mal”.

Por un momento creyó que se había perdido algo de lo dicho esa tarde. No podía entender la lógica de lo actuado por los militares. ¿Para qué secuestrar a alguien cuatro años y torturarlo para luego dejarlo libre?, se preguntaba. Uno de los periodistas presentes le explicó el concepto de “recuperación” según Emilio Massera y la ESMA. La intención de hacer trabajar a esas personas para el proyecto político del exjefe de la Armada y al mismo tiempo captarlos. “Pero ¿De qué recuperación me habla?”, dijo enojado Borges. “No buscaban la recuperación física y mental de nadie ahí”.

Su opinión sobre Massera era contundente: “Un asesino, una de las personas más siniestras del país”.

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La tapa del Diario Clarín del 23 de julio de 1985, que destaca la presencia de Jorge Luis Borges en el Juicio a las Juntas.
La tapa del Diario Clarín del 23 de julio de 1985, que destaca la presencia de Jorge Luis Borges en el Juicio a las Juntas.

La presencia de Borges en la sala de audiencias no pasó desapercibida para nadie. Todos miraban sus movimientos y sus reacciones. Al día siguiente llegó a la tapa de los diarios. Fueron muchas las personalidades que presenciaron el Juicio en las diferentes jornadas. Pero el escritor logró una atención que los demás no consiguieron.

Para los jueces tampoco el escritor pasó inadvertido. A pesar de físicamente ser una figura tenue, con su paso lento y encorvado, nadie podía ignorar que Borges, el mayor escritor del país y una de sus figuras más reconocidas, iba a escuchar los testimonios de ese día.

Los jueces a cargo del proceso se valían de unas tiras de papel prolijamente cortadas en las que escribían las preguntas que se les iban ocurriendo en medio de las declaraciones. Esos apuntes se los pasaban con discreción al magistrado que comandaba el interrogatorio (la presidencia rotaba semanalmente) para que fuera una sola voz la que preguntara. Pero el 22 de julio, el día de la presencia de Borges, esos papelitos tuvieron una función más literaria. “Carlos Arslanián, con una inteligencia y un ingenio notables, empezó a escribir en el momento (¿cuánto habrá tardado? Cinco, diez minutos). Redactó en un papelito lo que podría ser un cuento de Borges, relacionando lo sucedido con uno de sus cuentos de cuchilleros”, contó Jorge Valerga Aráoz, uno de los magistrados integrantes de la Cámara Federal.

Los jueces luego le hacían leer el breve texto a Arslanián que remedaba a la perfección la voz balbuceante del escritor. Valerga Aráoz le explicó a Jose Eliaschev en su libro Los Hombres del Juicio que este fue un pasajero momento de distensión dentro de ese mundo tenebroso que estaban investigando, en el que estaban inmersos.

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Luego de las preguntas, detalladas y precisas del tribunal, fue el turno de los abogados defensores que se esforzaban por encontrar fisuras en el testimonio del testigo, pretendían hacerlo caer en contradicciones y generar sospechas sobre sus actividades. El Dr. Ledesma debió intervenir varias veces para que el interrogatorio no se saliera de cauce y, con firmeza y mucha paciencia, negó la pertinencia de muchas preguntas improcedentes de las defensas.

En 1980, Borges firmó una solicitada en la que se reclamaba por la situación de los desaparecidos. (Foto: diario Clarín)
En 1980, Borges firmó una solicitada en la que se reclamaba por la situación de los desaparecidos. (Foto: diario Clarín)

A Borges hubo otro aspecto que le llamó la atención. La contradicción entre lo que hicieron los militares cuando ostentaban el poder y la actitud que tomaban cuando eran los acusados. Lo maravillaba esa creencia súbita en el ordenamiento jurídico y en sus garantías.

“Es de curiosa observación que los militares, que abolieron el Código Civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecución clandestina al ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados que, desinteresadamente sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a sus negadores de ayer”.

Al abandonar la sala y mientras se dirigía a la salida del Palacio de Justicia, Borges no se podía convencer de que ese no fuera el peor de los testimonios brindados en las audiencias. De hecho, le aseguraron, había otros mucho más graves, muchos más atroces. El viejo escritor no pudo ocultar su impresionada sorpresa.

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Era la primera vez que Borges en su larga vida presenciaba un juicio oral. Sería también la última. La experiencia había sido tan intensa que no deseaba repetirla. Sin embargo poco después afirmó: “Convendría que cada persona asista a este juicio al menos una vez. Es necesario. Pero debo confesar que no pienso volver porque quedé muy impresionado”.

A la salida, otra vez las escalinatas, ahora en descenso. Y otra vez los periodistas. Hablaba mientras bajaba la escalera con mayor lentitud a la habitual, como si el brazo que le ofrecía Montenegro y el bastón en la otra mano fueran imprescindibles para mantenerlo en pie. En ese momento se notaron sus 86 años. Había abandonado esa vitalidad sarcástica, ese titubeo urdido para soltar frases brillantes, precisas y algo maliciosas. No era el cansancio del paso de las horas sino la tristeza, la cercanía del horror, haber entendido el infierno en el que habían sumergido a Basterra.

Antes de subirse a un taxi –ya no tenía fuerzas para caminar- Borges, evidentemente conmovido y triste, dijo: “Tengo la sensación de que he asistido a una de las cosas más horrendas de mi vida. Espero que la sentencia sea ejemplar. Siento que he salido del infierno”. Y luego aseveró: “Este hecho no puede, no va a quedar impune”.

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Jorge Luis Borges, Julio Cesar Strassera, dictadura militar

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