Paraguay pasó del infierno a cielo, aunque aún la tarea no está terminada. No había arrancado bien las Eliminatorias, pero Gustavo Alfaro se hizo cargo del barco a mitad del océano y lo pudo reacomodar. Hoy, por diferencia de gol, los guaraníes están en zona de clasificación (con 21 puntos, en la misma línea que Brasil y Uruguay). Y justo la Celeste, en Asunción, será su siguiente rival. Otro partido clave pensando en el Mundial de 2026.

A continuación, lo mejor de la conferencia de Alfaro, con una serie de perlitas: el ejemplo de la puerta que tiene que alcanzar Paraguay, los celulares que sonaron en plena exposición y el final accidentado por el desmayo de un periodista.

Uruguay: “Este es el combo más pesado que tiene la Eliminatorias en cualquier condición con Uruguay y Brasil (su siguiente rival). El otro es el de Chile: recibir a Argentina y jugar en 4200 de altura en Bolivia. Sabemos los riesgos. Nos ha costado muchísimo tratar de recortar esta distancia. Si bien pudimos empatar en puntos a nuestros próximos dos rivales, hicimos un sacrificio muy grande, un nivel superlativo. No es fácil sostener en el tiempo. El partido contra Uruguay se van a enfrentar dos garras: la charrúa y la guaraní. Uruguay nunca dejó de ser Uruguay, más allá del nombre propio que tenga como DT. Paraguay extravió su identidad, pero por suerte, recuperó su identidad. Eso siento hoy».

*Es el clásico equipo en el que el partido no se termina cuando el árbitro toca el silbato. Hay que esperar a que se vaya de la cancha. Hasta ese momento hay que seguir corriendo y metiendo. Tendremos una alta demanda en todos los aspectos».

«Hoy no te firmo el Repechaje, quiero clasificar a la Copa del Mundo. Tenemos que hacer un esfuerzo más. Este es el partido. Uruguay lo vive de la misma manera. No quiero mirar más allá. Estos 90 minutos son decisivos. No hay otra cosa en mi cabeza que no sea Uruguay».

Cómo convive con la presión: «La presión depende desde dónde uno decida pararse. Para mí, es un privilegio. ¿Cuantos quisieran estar al frente de Paraguay en este momento, con la chance de poder clasificar a un Mundial? De dirigir el nivel de jugadores, con jerarquía, experiencia, juventud y en el proyecto hacia adelante. Un montón quisieran estar. Infinidad de entrenadores. Tengo el privilegio de estar. Y sobre nuestras espaldas, la ilusión de un país entero. Y cuando me entregaron esa camiseta, no solo el de conducir una selección nacional, manejar el estado de ánimo y sentimiento más sublime, sorprendiéndome a valores tremendos del amor del pueblo paraguayo por su selección, me entregaron ese legado. Es pesado, pero es un orgullo. Es una responsabilidad que me enaltece. Me da un posicionamiento que no siempre se puede acceder”.

Un mensaje especial: «Lo que han contagiado a la gente, al país los jugadores, con la camiseta de chicos en escuelas. Lo generaron estos jugadores. Tenemos presiones, obligaciones. Pero tenemos certezas. Después, partidos como estos ya hemos jugado. ¿Cuál es el problema si nos caemos? Si se levantó mil veces Paraguay. Y si nos caemos, nos levantaremos y seguiremos peleando. Sea contra Uruguay, Brasil o Ecuador. Así lo vamos a hacer para tratar de conseguir y hacer realidad el sueño de jugar una Copa del Mundo”.

El ejemplo de la puerta que falta alcanzar: «“Si nosotros no pasábamos la puerta de Chile, hoy hagan de cuenta que hay un pasillo y una escalera que va para arriba. El partido de Chile nos abrió la puerta para entrar a ese descanso. Falta esa sola escalera. Falta un piso. Si no le hubiésemos ganado a Chile, en ese descanso seríamos tres. Para subir, peleando entre los tres con una escalerita que entra una solo o trepar por fuera. Que no es sencillo. Estamos en esa escalerita, falta el último esfuerzo. La puerta es el Mundial. El problema es que la puerta de atrás esta abierta, están mirando Venezuela y Bolivia. Tenemos que luchar. El desafío es cuidar lo que conseguimos”.

Bobadilla tras la denuncia de Navarro en San Pablo vs. Talleres por Copa: «Esta muy bien, procesando todo el alcance que tuvo lo que pasó. Está entrenándose muy bien. Hizo lo que correspondía, pedir disculpas. Lo que pasó debió haber quedado en la cancha. No es cómodo estar en el centro de la escena. Ahí estamos para contenerlo».

En plena explicación, a un periodista le sonó el celular y Lechuga lo miró. «¿Le ponemos multa?», preguntó cómicamente. «Le voy a contar una infidencia. Estábamos por empezar una charla y al psicólogo le suena el celular. Y los jugadores le pusieron una multa. ¿Le ponemos entonces una multa? No hay problema, ja. Multa para otro ahí también eh», agregó. Increíblemente, luego de eso sonó otro celular. Un colmo.

Desde Paraguay contaron que un periodista le iba a dar un obsequio en el final de la conferencia, pero sufrió un desmayo. Alfaro se levantó de su silla, se acercó a ver cómo estaba y no se movió de ese lugar hasta ver que estuviera reestablecido. Por fortuna, un susto.