POLITICA
Ataque fallido: quién es el oscuro personaje acusado de haber mentido para involucrar a Milman en el ataque a Cristina Kirchner

Jorge Abello se presenta como periodista, pero tiene un pasado en la política como diputado provincial en Santa Fe y luego chofer de Uber, un medio de vida que le permitió mudarse a Buenos Aires para seguir estudiando. Fue nombrado asesor en la Cámara de Diputados y fue el testigo clave que le permitió a Cristina Kirchner señalar que Cambiemos estuvo vinculado con su intento de homicidio del 1° de septiembre pasado.
Abello declaró ante la Justicia que escuchó al diputado nacional Gerardo Milman (Pro) decir días antes del atentado, la siguiente frase: “Cuando la maten yo estoy camino a la Costa”, dando a entender que sabía que iba a ocurrir el intento de homicidio y que no lo iban a poder ligar a ella.
La jueza María Eugenia Capuchetti investigó esta afirmación y no solo no la corroboró, sino que mandó a investigar a Abello por falso testimonio, ante la presunción de que mintió para armar una acusación falsa.
La semana pasada, el fiscal Eduardo Taiano pidió que Abello sea citado a prestar declaración indagatoria.
Abello tiene domicilio en Teodelina, una ciudad de casi 10.000 habitantes en la suela de la bota dela provincia de Santa Fe, justo en el límite con Buenos Aires. Saltó de ese entorno rural, junto a la laguna Teodelina, y del balneario El Eden, al anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, adonde dijo que concurrió el 30 de agosto pasado.
Abello dijo que al mediodía del 30 de agosto, dos días antes del atentado a Cristina Kirchner, se encontró con su cuñado, Sebastián Rende, también de Teodelina, y ambos se cruzaron al bar Casablanca a almorzar, donde dijo que escuchó como Milman hizo el comentario, acompañado de dos de sus empleadas.
Su cuñado declaró en la Justicia que estaba a su lado y que no escuchó nada y aclaró que se encontraba junto a un televisor prendido, que no podía escucharse por el ruido del bar. Estaban sentados de frente a Milman y de por medio había otra mesa, lo que complicaba más poder haber oído lo que dijo que escuchó.
Investigadores del caso acudieron a Casablanca un día de semana a las 15, hora en que supuestamente ocurrió el diálogo y, efectivamente comprobaron que la cantidad de gente hacía imposible escuchar lo que se decía de mesa a mesa.
Abello prefiere ahora no ahondar en detalles. Enfrenta un expediente acusado de falso testimonio. Llamó la atención que acudió a la Justicia el 23 de septiembre, es decir 23 días después del atentado y que no comentó nada de lo que escuchó con su cuñado que se encontraba allí.
Se trata de un personaje marginal de la política santafesina. En la última década pasó por varios espacios distintos, siempre dentro del peronismo. Llegó a la Cámara de Diputados de Santa Fe en 2011, casi por una casualidad, tras la inesperada victoria de la exministra de Hábitat María Eugenia Bielsa. “Decía barbaridades, muchas veces no se entendía lo que quería plantear en las sesiones”, contó un exlegislador que se sentaba cerca de Abello en el recinto.
La lista sábana favoreció a que en ese momento se colara su nombre en la oferta electoral y, según admiten varios de sus excolegas en la Cámara de Diputados, no estaba preparado ni formado para ser diputado. La relación de Abello no era con María Eugenia Bielsa, sino con su hermano Rafael, exactual embajador en Chile, recordaron fuentes de ese espacio.
Luego de la renuncia de María Eugenia Bielsa a la presidencia de la Cámara baja provincial, tras un enfrentamiento con el sector de Agustín Rossi, Abello buscó otros horizontes. “Es un buscavidas de la política”, señaló un exdiputado que lo conoce desde hace más de una década. La dimisión de Bielsa a la presidencia de la Legislatura, que hizo tronar a la política santafesina, fue interpretada por Abello y otros dirigentes de ese espacio como la gestación de la futura gobernadora.
“La renuncia de Bielsa es un acto fundacional de un nuevo espacio y de un nuevo momento del peronismo santafesino. Esto marca un hito para el futuro”, dijo Abello en ese momento. Pero como Bielsa se alejó del primer plano político, rápidamente buscó refugio en otros sectores internos del peronismo. Así recaló en La Cámpora. “Siempre lo trataron como a un ordenanza, un hombre útil para tareas poco calificadas”, apuntaron las fuentes.
Aunque su participación en la Legislatura de Santa Fe la recuerdan muy pocos -presentó un puñado de proyectos en las áreas de deporte y educación- su destino político terminó siendo territorio de La Cámpora, que en Santa Fe tenía un nombre de peso a nivel nacional, el del exdiputado Marcos Cleri. “Una vez en la Legislatura santafesina dijo que su madre había sido víctima de trata de personas. Los legisladores se quedaron sorprendidos por lo que contaba. Pero era todo mentira”, recordó un diputado.
Saltó de ser un dirigente del espacio de María Eugenia Bielsa al sciolismo, que de cara a la campaña presidencial de 2015 contó con el respaldo de La Cámpora. El nombre de Abello comenzó a trascender el espacio de esta agrupación, luego de que su jefe político, Cleri, le recomendó que se presentara en la causa que en un primer momento instruyó la jueza Capuchetti para averiguar lo que supuestamente había ocurrido en la confitería Casablanca el 30 de agosto pasado, según su relato, cuando dijo que escuchó decir a Milman la frase: “Cuando la maten yo estoy camino a la Costa”, en referencia supuestamente a Cristina Kirchner. En La Cámpora le ordenaron a Abello que no saliera en los medios y que mantuviera el bajo perfil.
POLITICA
Juan Grabois presiona a Cristina Kirchner por lugares en las listas y complica la unidad peronista para octubre

La posibilidad de ruptura dentro del peronismo en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires quedó latente tras la decisión de Juan Grabois de no inscribir su partido Patria Grande en el frente Fuerza Patria. El dirigente social condicionó la definición al esperar lo que definió como un “gesto” de Cristina Kirchner antes del cierre de listas, previsto para el domingo 17 de agosto, lo cual generó incertidumbre sobre el futuro de la coalición en los principales distritos electorales.
Tanto el Partido Justicialista como el Frente Renovador consolidaron el armado bonaerense de cara a las elecciones nacionales del 26 de agosto y, en la Ciudad, ampliaron su espacio al incorporar a sectores periféricos, como los encabezados por Abal Medina y Moreno, que en anteriores comicios porteños se habían presentado por fuera del frente principal.
El trasfondo de este conflicto radica en la exigencia de Patria Grande de renovar las nóminas legislativas y redefinir el perfil de los candidatos. Puntualmente, desde el espacio que lidera Grabois buscan lugares para garantizar que sus candidatos entren al Congreso a partir del 10 de diciembre. Básicamente, quiere quiere 2 diputados de 10 en la provincia de Buenos Aires y uno de tres en la Ciudad. Entre su círculo manifiesta que está dispuesto a demostrarle a la expresidenta que su espacio es más que La Cámpora.
La figura de Sergio Massa se ha convertido en el principal punto de fricción. En Patria Grande advierten que la eventual candidatura del líder del Frente Renovador (FR) sería motivo suficiente para romper con la coalición: “Si la lista la encabeza Massa, vamos por afuera”, le dijeron a Infobae. El distanciamiento entre Grabois y Massa trasciende lo personal y responde a una diferencia política de fondo. “Esas son el tipo de candidatura que no queremos”, remarcó un dirigente del espacio.
Mientras tanto, en el FR buscan minimizar el conflicto y mantienen en suspenso la postulación de Massa. Voceros del massismo, consultados por Infobae, atribuyeron la actitud de Grabois a una estrategia para “subirse el precio y cobrar”, y manifestaron su fastidio por la indefinición. Desde el entorno de Massa insisten en que la prioridad es la unidad del peronismo para enfrentar a Milei y rechazan las versiones que privilegian intereses personales. “No le damos entidad a quienes busquen romper la unidad”, afirmaron, y agregaron que Massa “no busca candidaturas. Ya tiene trabajo en el país en la Fundación Encuentro. Trabaja con equipos técnicos que generan diagnósticos y propuestas y dando clases en la Universidad de Rice sobre las oportunidades de Argentina”.
El acuerdo alcanzado en la provincia de Buenos Aires el 20 de julio, tras arduas negociaciones, parecía haber sellado la unidad, pero la situación actual revela que ese consenso no se trasladó con naturalidad al plano nacional. El foco de tensión recae sobre Grabois, cuya disposición a romper la unidad sorprende a los demás sectores, que no logran comprender las razones de este giro.
En paralelo, el propio Grabois no descarta encabezar la lista en la provincia, aunque condiciona su decisión a la composición final de las nóminas: “Depende de los nombres que propongan y de acuerdo a cómo se armen las listas, la línea nos contiene y hay una renovación. O no nos contiene y nos empuja a armar otra lista”, explicaron a Infobae desde Patria Grande. La falta de definiciones sobre los ejes de campaña, los nombres que liderarán las listas y los criterios de selección alimenta la incertidumbre en el espacio.
Más allá de que Patria Grande no firmó para integrar la alianza de Fuerza Patria, no significa que no integre ese espacio en los comicios de octubre. Es que el plazo para negociar candidaturas y definir la identidad de las listas se extiende hasta el 16 de agosto. Este margen posterga una ruptura formal, aunque anticipa un clima de alta tensión cuando llegue el momento de definir los nombres.
En las últimas semanas, Grabois mantuvo un diálogo con Cristina Kirchner, quien le pidió moderar la confrontación interna con Massa tras sus declaraciones sobre la hegemonía del ex candidato presidencial en el espacio peronista. En una entrevista con C5N, el dirigente social fue categórico al afirmar que será candidato en la provincia de Buenos Aires “sí o sí”, ya sea dentro o fuera de Fuerza Patria.
Mientras tanto, en el kirchnerismo, el massismo y el kicillofismo se aferran a la tregua lograda en la provincia y procuran evitar una escalada del conflicto. Sin embargo, la calma de las últimas dos semanas comenzó a disiparse y las diferencias internas vuelven a emerger.
POLITICA
El fin de una época, en medio de la tempestad

El cierre de alianzas electorales para octubre operó como una tomografía milimétrica del estado de situación del sistema político argentino, profundamente atomizado desde 2023, cuando Javier Milei y su proyecto libertario rompieron el tablero que se había consolidado en las décadas previas.
Hubo múltiples historias mínimas que retrataron como pinceladas sueltas el estado de desconcierto y dispersión. El senador Francisco Paoltroni, después de romperse la garganta para criticar al Gobierno, terminó aliado a LLA en Formosa. Algo similar ocurrió con el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, quien tras años de militar contra el kirchnerismo confluirá con Fuerza Patria para tratar de volver al Congreso.
Otra reconciliación histórica fue la de Lilita Carrió con Graciela Ocaña, quien se postulará en la Ciudad tras más de una década de distanciamiento. Los libertarios Gabriel Bornoroni y Romina Diez se encaminan a encabezar listas en Córdoba y Santa Fe respectivamente, aunque sus actuales bancas vencen en 2027. Vicios de la nueva casta.
Luis Juez fue exculpado de sus últimos votos a favor de jubilados y discapacitados y logró cerrar con LLA en Córdoba. Pero en la misma provincia al radical Rodrigo de Loredo no le resultó tan fácil, pese a haber sido igual de cooperativo con el Gobierno, y hoy depende de que lo rescate Karina Milei.
Es que los libertarios son ambivalentes con los radicales: le estrecharon la mano al chaqueño Leandro Zdero en un acuerdo electoral, pero se la rechazaron al correntino Gustavo Valdés, quien había sido su mentor y había apoyado a la Casa Rosada en igual modo. También son oscilantes con el macrismo: en la ciudad los enfrentaron en mayo, pero se aliaron para octubre. Mejor no repasar lo que se dijeron meses atrás en plena campaña.
Los cinco gobernadores de Provincias Unidas habían dicho que no tendrían candidatos en AMBA, pero aparecieron Facundo Manes y Martín Lousteau en la Ciudad como sus referentes. Los mandatarios dejaron trascender que no le habilitaron el sello partidario, en lo que pareció un chispazo de arranque. Los operadores del espacio, vía Emiliano Yacobitti, también buscaron meterse en el armado bonaerense de Somos y lo hicieron implosionar, lo que terminó con la salida de Emilio Monzó y Margarita Stolbizer.
Mientras tanto, los gobernadores de Salta, Gustavo Sáenz, y de San Luis, Claudio Poggi, tomaron la extraña decisión de no proponer listas propias, cuando se supone que los caciques del interior siempre buscan contar en el Congreso con un instrumento de negociación con la Casa Rosada.
Osvaldo Jaldo, en Tucumán, se olvidó de elogiar al Gobierno y volvió a confluir con su viejo mentor, Juan Manzur, para aportar a las filas de Fuerza Patria. Algo similar ocurrió en San Juan entre los enemigos Sergio Uñac y José Luis Gioja. En cambio Natalia De la Sota se desentendió de los herederos de su padre y partió el peronismo cordobés de Martín Llaryora y Juan Schiaretti.
Este rápido repaso de la última semana se caracteriza por la ausencia de cualquier tipo de congruencia política; no hay definiciones ideológicas ni grandes armados. Por el contrario, es una obscena exhibición de tacticismo extremo, producto de la descomposición del sistema.
La mirada más global del cierre de alianzas refrenda un concepto central: terminó de desaparecer el ordenamiento de partidos que emergió como respuesta a la crisis de 2001-2002, es la ruptura definitiva de ese sistema y el inicio de una transición hacia una etapa diferente que empezará a germinar después de octubre, en función de los resultados.
En ese contexto, LLA quedó como la única fuerza organizada a nivel nacional; favores que presta el ejercicio del poder. En su primera definición como oficialismo, mostró dos características. La primera, un etnocentrismo intenso; una determinación profunda por imponer su marca, su color, sus candidatos. No quedó claro si las camperas violetas que le enfundaron a sus flamantes socios de Pro en la foto de La Matanza fue un gesto para reforzar la pertenencia compartida o simple maldad.
Mauricio Macri intuyó un espíritu de humillación y el miércoles eludió la foto con Karina Milei para sellar el pacto. Molesto por la difusión de que habría un abrazo en público, el expresidente puso en duda su visita a Olivos, que debió atrasarse varias horas. Finalmente fue a la quinta presidencial a la noche. Una escena de rendición, a la que buscó darle el mero carácter de lo protocolar. Milei lo dejó solo con su hermana para que el mensaje quedara bien claro.
En los libertarios aparece todo el tiempo una necesidad por reafirmarse como un partido consolidado, al menos desde la estrategia y desde lo territorial. No hay ningún indicio aún de que haya vocación por crear ámbitos de discusión o decisión colectivos. No sólo porque sería replicar la organización de la casta, sino fundamentalmente porque esa sigue siendo una atribución fraternal.
La segunda particularidad del armado es que LLA demuestra pragmatismo para hacer acuerdos puntuales, pero evidencia que no se siente cómodo con esquemas aliancistas. El mapa final marca que competirá por su cuenta en 8 provincias, y en algún tipo de frente en las otras 16 (9 con Pro, 2 con la UCR y 5 con fuerzas provinciales, aunque en varias hay mixturas).
Sin embargo, en la mayoría de los distritos en los que compite con socios lo hace después de un proceso de absorción más que como una integración. Milei construyó una fuerza unipersonal distintiva y no comulga con la idea de una ampliación orgánica de su espacio. A lo sumo, hace concesiones puntuales guiado por la conveniencia en cada distrito.
En definitiva, la fuerza emergente y dominante del sistema político, adoptó un modelo híbrido de construcción, que le permite conjugar pureza con pragmatismo en dosis variables. Es un esquema más moderno, flexible y ágil; también puede ser más volátil e incierto.
Por eso del lado de Pro desconfían de la promesa de hacer un pacto de gobernabilidad a nivel nacional que se corresponda en la Ciudad. El partido amarillo quedó irremediablemente partido. Es difícil mirar hacia adelante sin pensar en que la creación de Macri inició su fase de desagregación definitiva, anticipada por la partida de sus dos candidatos presidenciales de 2023, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich (quien paradójicamente volverá a ser acompañada por sus antiguos socios).
¿Cómo conviven la campera violeta de Cristian Ritondo con la resistencia de María Eugenia Vidal? ¿Y el acuerdo con los libertarios de Rogelio Frigerio en Entre Ríos con el flamante vínculo de Ignacio Torres con radicales y peronistas? Parece haberse abierto una grieta que interpela el sentido más profundo y la identidad de Pro.
Mucho peor le va al radicalismo, atomizado en mil partes, con gobernadores aliados al Gobierno (Zdero, Alfredo Cornejo), otros mandatarios en un frente alternativo (Maximiliano Pullaro, Carlos Sadir), y esquirlas dispersas en múltiples frentes en todas las provincias. La vieja UCR es un ser invertebrado, aún con vida, pero desarticulado.
Y la Coalición Cívica enfrenta su hora más difícil, ya que podría quedarse con sólo dos diputados. La desaparición de Juntos por el Cambio dejó al descubierto los beneficios que le reportaba esa alianza al partido de Carrió.
Sólo ganan espacio las fuerzas locales, que gobiernan 6 provincias, y que poblaron la grilla de opciones electorales multicolor. Expresión nítida de la dispersión y el desorden del nuevo ecosistema político.
Como para las fuerzas no peronistas el karma de los armados electorales es la cuestión de las alianzas, para el peronismo el destino se define por la unidad, una rémora de las épocas gloriosas en las que la confluencia de todas las corrientes internas se transformaba en garantía de éxito.
En líneas generales, Fuerza Patria, la nueva transfiguración del PJ, competirá unificada en 18 provincias, y tendrá escisiones en las otras 6. El balance no es tan negativo. El problema es que unificado no significa lo mismo que unido. No sólo porque no hubo una estrategia coordinada, sino esencialmente porque el acuerdo por las listas en muchos casos es apenas un gesto interesado para disimular las diferencias intestinas.
A este peronismo todavía desconcertado por ahora le bastan sus recursos para confluir en sus críticas a Milei y alcanzar un armado de listas digno, no para mucho más. Todavía le falta un recorrido largo para empezar a construir una alternativa potente hacia el futuro. Tomó el atajo de resolver la inmediata ecuación electoral y se salteó el difícil proceso de actualizar su propuesta doctrinaria. Está anclado en 2023 y no puede apelar más que a quedarse con los votos desencantados por el ajuste.
No hay caso más nítido de la persistencia de las disputas que el de la provincia de Buenos Aires, donde el abismo entre el ala de Máximo Kirchner y el de Axel Kicillof sólo se ha ensanchado, aun cuando el gobernador se corrió del cierre de listas nacionales. Los relatos sobre las tensiones que hay en la campaña son una crónica viva del desencuentro. A eso se suma ahora la amenaza de ruptura de Juan Grabois, que actúa como un obturador para una eventual candidatura de Sergio Massa.
En el campamento peronista hay mucha incertidumbre sobre la escala electoral del 7 de septiembre. Hay un temor perceptible a que el experimento del desdoblamiento concluya mal y eso termine de hundir las chances para octubre. Curiosamente, en el bunker libertario también reina el pesimismo respecto de la disputa bonaerense. Quizás es el preludio de una elección sin ganadores absolutos.
Este diagnóstico empezó a revelarse en la primera reunión del equipo de campaña con el que Milei buscó suturar las heridas entre su hermana y Santiago Caputo tras el cierre de listas. Frente a un primer balance positivo, el asesor hizo retumbar una frase contundente: “Yo tengo otros números”. Mostró allí que LLA está abajo en la tercera sección (conurbano sur) por 17 puntos, y en la octava (La Plata) por 2 puntos; que están complicadas la cuarta (Junín) y la segunda (San Nicolás); que pelean con chances la séptima (centro) y la primera (conurbano norte), y que hasta ahora sólo ganarían con claridad la quinta (Mar del Plata) y la sexta (Bahía Blanca).
Milei ensaya un discurso que debutó en el Derecha Fest: “Para nosotros la elección en la Provincia va a ser un piso; para ellos, un techo”. Sus estrategas ya preparan la interpretación de la noche electoral, que se basa en contraponer al posible triunfo peronista en cantidad de votos la idea de que lo importante es haber ganado más secciones electorales, lo que podría derivar –no necesariamente-en un mayor caudal de bancas en la Legislatura. “Conceptualmente, creemos que vamos hacia un empate”, sintetizan.
Es cierto que un desempeño opaco del oficialismo en septiembre no diluye las posibilidades de un triunfo luminoso en octubre. El problema es el mes y medio que separa una y otra elección y la interpretación que hagan los mercados de ese primer resultado. Los inversores están tan escaldados con la Argentina que no alcanza con explicarles que un triunfo limitado del peronismo en la provincia no sería un gran resultado para la fuerza que hegemonizó las urnas bonaerenses. Les basta una sonrisa de Cristina Kirchner para alarmarse.
Ese espíritu temeroso volvió a flotar esta semana después de la catastrófica sesión que padeció el oficialismo en Diputados. Fue otra exhibición de cuan desgastado está el mecanismo de articulación política del Gobierno. Hubo un tibio intento por desactivar el quórum a través de una promesa a los gobernadores de tratar su proyecto de ATN la semana próxima y fracasó de un modo sonoro.
En la sesión los libertarios habían acordado con algunos aliados levantarse tras los primeros proyectos, y cuando lo hicieron se quedaron solos. “Ya no nos responden, cada uno está mirando su situación electoral y no se van a jugar por una gestión que no les ofrece nada”, comenta un diputado libertario. En ese bloque sacaron una cuenta que ayuda a entender mejor el cuadro: de los 158 legisladores que votaron a favor de las universidades, a 84 se les vence el mandato en diciembre. Son células autónomas pendientes de su futuro.
Wednesday,Aug.6,2025Hernan Zenteno –
El miércoles no sólo se aprobaron todos los proyectos previstos, sino también le rechazaron cinco decretos a Milei, algo que no estaba en los planes originalmente y que se logró por la simple inercia de la sesión. “Fue un desastre otra vez. La oposición dialogó con fluidez con nuestros viejos socios pese a sus diferencias y nosotros la vimos pasar”, se quejó un diputado de LLA.
En el bloque oficialista hubo críticas a la conducción de Bornoroni porque ni siquiera sabían quién tenía que hablar para cada tema. Las gestiones de Guillermo Francos fueron infructuosas. Las de Martín Menem, también. Santiago Caputo operó a reglamento en la cámara de su enemigo. Entre los diputados violetas se resignan a que hasta diciembre va a ser un calvario.
Pero el dato que más preocupó en la Casa Rosada no fue la seguidilla de reveses, sino los números que alcanzaron algunos proyectos. El del hospital Garrahan se aprobó con 159 votos, muy cerca de los dos tercios con los que se puede voltear un veto. Las alarmas se encendieron al punto de que Milei decidió convocar fuera de agenda a una reunión de gabinete para el jueves a la tarde, una rareza.
Allí hubo preocupación por el efecto en los mercados (cayeron las acciones argentinas bruscamente) y también porque perciben que hay sectores sociales que empiezan a dudar de la rigidez fiscal frente a temas sensibles como el de la discapacidad o el de la salud. Al mismo tiempo se bajó un mensaje tranquilizador basado en el análisis que se hizo de trabajos cuantitativos y cualitativos que encargaron.
Según esos estudios, de todos los proyectos tratados en el Congreso el único que escala en la consideración social es el de los jubilados, y el apoyo mayoritario al plan económico del Gobierno se mantiene. “Estamos en una cinchada muy difícil. Si en este momento cedemos y soltamos la cincha, nos llevan puesto”, graficó una figura importante del gabinete que participó de esas conversaciones.
La semana cerró con el mensaje de Milei por cadena nacional, una idea que se empezó a evaluar tras la reunión de gabinete. Una manera de levantar la voz y reafirmar su inconmovible convicción fiscal. Pero nadie duda de su determinación. El interrogante que sobrevuela entre los que deciden de verdad gira en torno de cuál es la musculatura real del Gobierno para avanzar con su agenda. Para responder esa pregunta, el cierre de alianzas no arrojó demasiadas certezas.
Jorge Liotti,Conforme a
POLITICA
Cristina Kirchner aún no depositó la plata que tiene que devolver por la causa Vialidad: la medida que evalúa la Corte

A menos de una semana del vencimiento del plazo fijado por la Justicia, ninguno de los condenados en la causa Vialidad devolvió fondos para completar los 530 millones de dólares que, según el fallo, deben restituir al Estado.
Entre ellos figura la expresidenta Cristina Kirchner, quien aún no realizó ningún depósito en la cuenta especial habilitada en el Banco Nación. Tampoco lo hicieron Lázaro Báez ni José López, los otros principales condenados.
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La fecha límite para cumplir con la devolución es el próximo 13 de agosto. Si ese día los fondos no aparecen, la Justicia avanzará con una nueva etapa del proceso: la subasta pública de los bienes decomisados.
Sin embargo, una acordada reciente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación abrió otra posibilidad: que parte de esos inmuebles pasen a ser utilizados por el máximo tribunal de Justicia o por el Consejo de la Magistratura de la Nación.
Vialidad: Cristina Kirchner aún no devolvió fondos y sus inmuebles podrían pasar a la Corte Suprema
“Esta Corte puede afectar o asignar por razones de un mejor servicio de justicia, para su propio uso o el del Consejo de la Magistratura, aquellos inmuebles que hubieran sido decomisados”, indica el texto aprobado por los ministros del máximo tribunal.
Si bien la premisa, según fuentes judiciales es vender los inmuebles para recuperar los millones de dólares, existe la posibilidad de que parte de los inmubles se puedan destinar a juzgados o se conviertan en archivos. Se trataría de un destino institucional.
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En el caso de Cristina Kirchner —condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por administración fraudulenta— los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola identificaron al menos dos propiedades en la Ciudad de Buenos Aires que podrían ser objeto de decomiso. A ellas se sumarían los departamentos del complejo Madero Center y otras 24 propiedades ubicadas en el sur del país.
Allí habrá toda una discusión jurídica porque esos inmubles -cedidos a Máximo y Florencia Kirchner- están embargados en la causa Hotesur – Los Sauces. Pero los fiscales insisten en que se deben subastar en la causa que primero llego a sentencia, es decir, Vialidad. Incluso están trabajando en un segundo listado de inmuebles que contempla los departamentos de Madero Center y la propia unidad ubicada en San José 1111.
Cómo podría usar la Justicia los inmuebles de Cristina Kirchner y otros condenados
Los inmuebles forman parte del conjunto de bienes que podrían ser subastados si no se concreta el reintegro del dinero antes del 13 de agosto. Pero ahora también está sobre la mesa la posibilidad de que algunos de ellos sean destinados a oficinas judiciales o a programas públicos.
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La acordada de la Corte contempla que, si no se avanza con la venta inmediata de los bienes secuestrados, puedan firmarse convenios con provincias, municipios o entidades de bien público para darles un uso prioritario en áreas sociales. Entre los destinos posibles se mencionan programas educativos, de salud, asistencia a víctimas, reinserción social o contención de personas en situación de emergencia o vulnerabilidad.
En el fallo de diciembre de 2022, el Tribunal Oral Federal Nº2 concluyó que durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se direccionaron de manera fraudulenta contratos de obra pública en favor del empresario Lázaro Báez. La maniobra habría provocado un perjuicio millonario al Estado, que ahora busca ser reparado.
cristina kirchner, Vialidad, Corte Suprema, Lázaro Baez
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