ECONOMIA
Qué puede pasar con los precios y el dólar, luego del auspicioso dato de inflación de mayo

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo, dejó atrás las proyecciones más optimistas, incluso dentro del propio Gobierno, que esperaban un dato algo menor a la barrera del 2%. En ese aspecto, el 1,5% sorprendió, aún después del 1,6% que se había registrado en CABA.
Lo más destacado de los números conocidos el jueves pasado es que el rubro alimentos y bebidas subió apenas 0,5%, mientras que la canasta alimentaria cayó 0,4%.
Se trata de datos claves, ya que la desaceleración de precios en este segmento impacta positivamente en la base de la pirámide social. Son las familias de menores ingresos las que más se ven favorecidas, teniendo en cuenta que la mayor parte de su gasto se dedica a compras en supermercados y autoservicios.
Por lo que pudo saber Iprofesional el objetivo del Gobierno será a partir de ahora mostrar el éxito alcanzado en la lucha contra la inflación y además transmitir que el ajuste fiscal, el control del gasto público.
El éxito del Gobierno: salir del cepo sin un salto en la inflación
Desde el Gobierno consideran que el dato que se conoció en la misma semana de la sentencia a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner es otro punto a favor para mostrar en las próximas elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires (PBA) y en las elecciones nacionales del 26 de octubre próximo donde no sería de extrañar que el número de inflación mensual empiece con 0 dejando atrás el IPC del 1,5 % que se observó en mayo pasado.
Entre las razones centrales para explicar el número tan bajo de mayo se encuentra la estabilidad en el valor del dólar oficial y los dólares financieros alternativos se mantienen entre los 1180 y 1200 pesos.
La expectativa de un salto en el valor del dólar una vez levantadas las restricciones cambiarias fue muy marcada que proyectaban algunos analistas no se cumplió, pero esto llevó a muchos sectores de la industria a fijar aumentos de precios preventivos.
Con casi dos meses transcurridos sin cepo para las personas físicas, el dólar casi no registró variaciones. Si bien no se movió hacia la parte inferior de la banda, como aspiraba el Gobierno, se mantuvo estable.
De ese modo, muchos incrementos empezaron a retrotraerse, ya que el consumo se mantiene muy moderado en muchos segmentos, lo que impide tocar los precios. Las empresas se ven impedidas de aumentar sus ganancias por precio y deben hacerlo por cantidad, tratando de vender más.
Esa merma en el consumo, combinada con el dólar estable, también hizo aumentar algunas categorías por debajo del 1,5% de promedio. Es el caso de rubros como Equipamiento y mantenimiento del hogar (1,4%), Prendas de vestir y calzado (0,9%) o Bebidas alcohólicas (0,6%). Se trata de los sectores más golpeados de la actividad, dado que en general se trata de consumos que pueden demorarse o suprimirse.
El ancla cambiaria se sostuvo y, con ello, se diluyó la expectativa de una suba de precios post-salida del cepo, que muchos analistas venían manejando desde comienzos del año.
Al mismo tiempo, esa ancla se combinó con la rígida política monetaria y fiscal que no mostró desvíos tras la incorporación de las bandas cambiarias.
Ese efecto del dólar sobre las decisiones de precios se reflejó particularmente en el caso de los alimentos, la categoría de mayor incidencia en el IPC.
Otro elemento clave para explicar la caída de la inflación pasó por la baja de los precios estacionales, que habían sido el motor de aquel 3,7% de marzo. El IPC de mayo mostró una inusual deflación (-2,7%) en ese terreno.
Los alimentos frescos mostraron deflación, de -1,7% en frutas y de -9,8% en verduras, descontando los fuertes aumentos que habían mostrado en meses anteriores.
Otro ejemplo llamativo es el de las verduras, que acumularon una baja interanual del -9,6% en el Gran Buenos Aires, según el Indec. En el mismo período, la inflación general subió un 43,8%.
Inflación: qué se espera para junio y los próximos meses
En las primeras dos semanas de junio, las proyecciones de los analistas convalidan esa tendencia hacia la baja de la inflación.
En ese aspecto, hay que destacar que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA de junio proyecta un 20,9% para los próximos 12 meses.
La fuerte caída de los precios estacionales dejó al rubro «alimentos y bebidas» con una suba de apenas 0,5% y sirvió para amortiguar con creces otros aumentos registrados en el mes, sobre todo si se considera que los servicios subieron un 2,7%, muy por encima de la inflación general.
Las tarifas de gas, agua y electricidad subieron un 1,9%, mientras que otros rubros tuvieron aumentos aún superiores en el mes, tales como los servicios de telefonía e Internet (4,1%), los restaurantes (3%) o la salud (2,7%).
En ese escenario, los riesgos para la inflación de los próximos meses pasan más por el nivel del dólar que por cualquier otro factor. Si bien en las tarifas de los servicios públicos todavía hay subsidios por reducir para eliminar distorsiones, como en el caso del transporte público, la estabilidad del dólar, el ajuste y un consumo masivo sin despegue apuntan a que la contención de la inflación permanecerá en los próximos meses.
Para Camilo Tiscornia, director de C&T Consultores, «en la reducción de la inflación respecto de abril hubo una influencia importante de los productos estacionales, que bajaron 2,7% mensual, comportamiento mayormente explicado por frutas y verduras».
El economista destacó que, como consecuencia, la inflación núcleo -que deja de lado los productos estacionales y regulados- fue del 2,2%, «lo que implicó una reducción de un punto respecto de abril y constituyó también la menor desde mayo de Tiscornia atribuyó el buen dato a una combinación de factores: una política macroeconómica consistente con la desinflación y elementos coyunturales como la baja en el precio de los combustibles, el retroceso de las verduras – que corrigieron subas anteriores— y el efecto del «hot sale» sobre el consumo.
Sin embargo, advirtió que la inflación de junio podría ser más alta. «Los datos parciales de nuestro relevamiento para la región GBA sugieren que la inflación de este mes será mayor ‘a de mayo», sostuvo. El economista remarcó además que la inflación parece haberse desacoplado del movimiento del tipo de cambio.
«Este limitado pass-through probablemente refleja varios factores: la debilidad de la actividad económica, el impacto de una mayor apertura comercial con menores aranceles y la reducción de impuestos internos», analizó. Y agregó que, en el marco de la actual estrategia económica, «el Gobierno logró aplicar una depreciación del tipo de cambio real cercana al 10% desde mediados de abril sin desencadenar inestabilidad. Por el contrario, esto ayudó a anclar las expectativas de inflación».
Dólar y riesgo país, otros dos datos clave
En lo que respecta a otro de los indicadores que hay que seguir en los próximos meses hay que mencionar la evolución riesgo país.
Luego de conocida la sentencia definitiva que condenó a CFK a seis años de presión y que la inhabilita a ejercer cargos públicos y políticos de por vida ese valor bajo de 686 a 666 puntos mostrando una leve baja del 3 % en la semana.
En este aspecto debemos señalar que hay una gran incertidumbre de los operadores del mercado financiero local y de Wall Street acerca de si en las actuales condiciones y sin la posibilidad que CFK vuelva a ser candidata ese riesgo podría ir a una zona de los 350 puntos básicos al que llegó en el 2.017 en el Gobierno de Mauricio Macri.
Pero lo que destaca una gran cantidad de expertos es que si bien CFK no podrá ser candidata tal vez lo pueda seguir eligiendo como ocurrió en el 2.019 con Alberto Fernández a quien acompañó como vice en la fórmula del Frente de Todos que le ganó a Cambiemos primero las PASO de agosto y luego las de octubre.
El 14 de abril, luego del anuncio del acuerdo con el FMI y la apertura parcial del cepo cambiario, el índice del JP Morgan cayó desde los 870 puntos básicos hasta los 725 puntos.
El indicador, que refleja la confianza en los bonos argentinos, venía cayendo desde los 970 puntos al que lo llevó en días previos la volatilidad internacional producto de la guerra arancelaria que inició Donald Trump.
El nuevo programa del FMI, que incluyó un compromiso por u$s20.000 millones y el fin de buena parte de las restricciones cambiarias para los particulares aunque se mantienen algunas para empresas, contribuyó con una mejora de los precios de los bonos soberanos que condujo una caída más abrupta del riesgo país argentino medido por el JP Morgan.
Pero desde entonces comenzó un retroceso más lento, y en las últimas semanas se estancó por encima por encima de los 650 puntos básicos , con leves subas y bajas en los últimos días.
Desde que Milei ganó las PASO el 13 de agosto del 2023 hasta el 7 de enero pasado, donde marcó su nivel más bajo de la Era Milei el riesgo país pasó de los 2.200 a 560 puntos básicos reduciéndose un 75%, pero luego pasó a un valor promedio de 650 puntos básicos que por ahora se mantiene.
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ECONOMIA
Caputo sube tasas ante mega vencimiento de deuda, en un test clave para el futuro del dólar

El mercado está en vilo por la próxima licitación de bonos del Tesoro, donde se juega mucho más que la capacidad de renovación de deuda: será un verdadero test sobre la credibilidad del plan económico.
Vencen unos $22 billones -el doble que en la desastrosa licitación de fines de julio, cuando a pesar de haber convalidado una alta tasa nominal anual de 65%, igualmente los bancos dejaron un 24% sin «rollear». En otras palabras, quedaron circulando en el mercado unos $2,8 billones, lo que forzó al Banco Central a endurecer su política de encajes, de manera de absorber una peligrosa liquidez que podía presionar a los precios y al dólar.
Pero, acaso más grave que la volatilidad del mercado y las críticas por la manera en que se desarmó la «bola de LEFIs» que estaban en poder de los bancos, lo que más perjudicó al gobierno fue el hecho de que varias de sus frases de cabecera quedaron en tela de juicio.
Para empezar, la condición de «endógena» de la tasa de interés. Lo que quedó en evidencia es que el gobierno ha intervenido de varias formas indirectas, tanto para influir sobre el dólar como sobre la tasa. En el momento en que le preocupó la devaluación, llevó arriba la tasa de interés como forma de volver a hacer atractivo el «carry trade» y contener al dólar.
También quedó devaluada la argumentación del «punto Anker», que en otros tiempos llevaba a Toto Caputo a festejar cuando un «rolleo» era inferior al 100%, porque se interpretaba que los bancos preferían canalizar la liquidez hacia el crédito, en el marco de una economía pujante.
Por lo pronto, la expectativa del mercado para la próxima licitacióin es que el gobierno se resignará a pagar una tasa muy alta, como forma de mantener la estabilidad. Hablando en plata, se estima que no podrá haber un interés menor al 55% anualizado, porque se arriesgaría a que los bancos vean el «rolleo» más bajo que su costo de fondeo financiero.
La tasa, variable de ajuste
Lo cierto es que ya no hay celebraciones cuando una licitación termina inyectando pesos al mercado. De hecho, los economistas hablan sobre una ralentización del crédito -coincidente con una suba en la morosidad bancaria-. Y el episodio de las LEFIs dejó en claro que los pesos excedentes trajeron efectos secundarios negativos, como la disparada en el costo de la liquidez inmediata para las empresas por descubiertos en cuenta corriente.
Es una práctica común en empresas que deben afrontar un volumen alto de pesos concentrado en pocos días -salarios del personal, pagos a proveedores, entre otros- y que se financian con su banco por quedar unos días con la cuenta en negativo. Esa tasa se ubicaba en 32% a inicios de julio, subió abruptamente a 54% nominal anual cuando se produjo la crisis de las LEFIs y siguieron su camino ascendente hasta superar el 80% en algunos bancos. Actualmente está en torno de 63%.
En definitiva, ahora parece estar ocurriendo lo opuesto a la situación de hace unos meses, cuando fuera cual fuera el resultado de la licitación, el gobierno encontraba la forma de presentarlo como un dato positivo. Ahora, si no se llega al «rolleo» total en un vencimiento tan alto y luego de la reciente suba de tasas, se lo interpretará como una falta de credibilidad sobre el sostenimiento del plan económico, y particularmente del esquema cambiario post elecciones.
Pero si se produce la renovación total de los vencimientos, igual habrá críticas, porque ese dato abonará los temores de quienes denuncian un enfriamiento en la actividad industrial y comercial, y una creciente dificultad de acceso al crédito para los clientes que no sean de primera línea.
Lo cierto es que llamó la atención de los analistas la presión alcista de las tasas de vencimiento corto, con rendimientos mayores a 3,5% efectivo mensual -en términos anualizados supera el 50%-. Es decir, más del doble de la inflación proyectada.
Muchos ven allí una política deliberada para favorecer la estabilización cambiaria. «Las tasas en pesos jugarán un rol clave, y de hecho el propio FMI las caracterizó como una de las herramientas para contener eventuales presiones del sector externo. En ese sentido, resaltamos que, dado el incremento en el requerimiento de encajes a los bancos, podría verse cierta presión sobre la liquidez y las tasas, incrementando estas», apunta la gestora de fondos SBS.
Endógena, pero no tanto
Una de las formas de intervención consiste en la postura de contratos en el mercado de futuros del dólar -a un costo de $400.000 millones en julio-, de manera de revertir expectativas devaluatorias. Pero, sobre todo, lo que se logra de esa forma es abaratar el costo de la cobertura para los inversores.
Es decir, se vuelve a hacer posible lo que en la jerga financiera llaman «tasa sintética», que consiste en invertir en un título en pesos y, simultáneamente comprar un contrato en el mercado de futuros, una especie de «seguro anti devaluación». Para que esa operación tenga sentido, la tasa que paga el bono tiene que ser mayor que el costo de la cobertura en futuros.
Como esa tasa implícita de futuros venía en alza y tornaba demasiado caro el «carry trade», hubo una fuerte intervención que llegó al equivalente por u$s3.750 millones.
La otra forma de incidir sobre la «tasa endógena» es endurecer las condiciones de liquidez monetaria. Es algo que se está notando en el cambio de estrategia del BCRA, que está absorbiendo pesos después de un período de expansión.
Los últimos informes indican que el agregado monetario «M2 transaccional privado» -incluye el dinero circulante, las cuentas corrientes de bancos y las cajas de ahorro- tuvieron una baja nominal de 2,3% en lo que va del mes.
También se redujeron otros agregados que miran los analistas, como el M3 -incluye, además, los depósitos a plazo fijo y los depósitos del sector público-. En este caso, la variación negativa es de 1,9%.
¿Con qué pesos?
Lo que algunos analistas críticos están interpretando es que el gobierno cambió su definición sobre cuál es el indicador relevante para hablar del «congelamiento monetario» y decidió no correr más riesgos.
Lo cierto es que los funcionarios del equipo económico ya no muestran la confianza de otros momentos. Y el mayor blanco de los ataques fue el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, a quien le gusta polemizar en las redes con los críticos del plan económico. Muchos le recordaron con sorna que en otros tiempos, el secretario había propuesto que se estamparan remeras con la inscripción «¿Con qué pesos?». Las chicanas indican que esas remeras bajaron drásticamente de precio.
También abundaron los memes vinculados a la sigla TMAP, que en la intimidad del gobierno significa «todo marcha acorde al plan», pero que en el mercado financiero acaba de ser resignificada como «Tasas Muy Altas, Pablo».
Luego de la última licitación en la que se convalidó la tasa anualizada de 65%, y en medio de la renovada carrera entre el dólar y las tasas, un analista que le preguntó al secretario Quirno de dónde saldrían los fondos para pagar los intereses de Lecap a su vencimiento, el funcionario respondió con un lacónico «se refinancia».
Es en ese contexto que se comenzó a hablar de una «bomba de Lecaps» y que lo que el gobierno presenta como una mejora en el perfil de deuda no fue más que cambiar el déficit cuasifiscal -las Leliqs y pases a un día que pagaba el Banco Central- por una nueva deuda.
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ECONOMIA
En los últimos 12 meses cerraron 16.000 kioscos y las ventas cayeron 40% en dos años

Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), detalló la complicada situación que vive el comercio de cercanía
10/08/2025 – 12:11hs
En los últimos doce meses, unos 16.000 kioscos de barrio cerraron sus puertas en Argentina, reduciendo el total de comercios formales a menos de 100.000 de ese tipo. Así lo aseguró Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), quien explicó las causas de los alarmantes números que sacuden al sector, que enfrenta una crisis debido a la drástica caída de ventas derivada del derrumbre del poder adquisitivo de los consuidores.
Acuña describió un panorama desolador para el sector, destacando que la recesión económica impactó fuertemente en el poder adquisitivo de los consumidores. «El kiosco es como la postal de una ciudad, de un pueblo, pero están cerrando por varias razones. La principal es la recesión que se está viviendo desde hace tiempo», afirmó en declaraciones radiales.
De acuerdo a Acuña, el número de kioscos activos cayó de 112.000 a 96.000 en un año. «Preguntamos cuántas razones sociales de kioscos activas había y nos dijeron que éramos 96.000. Por primera vez somos menos de 100.000 kioscos», señaló, confirmando que 16.000 comercios cerraron en apenas doce meses.
La caída en las ventas fue otro factor crítico. Desde la UKRA reportaron una disminución del 40% en los últimos dos años, con una baja del 30% al 35% en bebidas durante el verano. «Se vende menos, mucho menos. No hay plata. La gente se pasa a segundas marcas, compra cigarrillos más baratos», indicó Acuña.
También destacó que los costos operativos, como alquileres y sueldos, varían según la ubicación de cada kiosco, lo que complica aún más la rentabilidad. «Un alfajor triple promedio está en $1.500, pero en algunos lugares, por alquileres más caros o empleados, los costos suben», agregó.
Consultado sobre el impacto de la suba del dólar, Acuña desestimó las afirmaciones de que no afectó los precios. «Pasa lo mismo que cada vez que hay una elección. En el segundo semestre, se viene una disparada de precios. Esté quien esté, con cualquier color político, siempre hay especulación, el dólar se dispara y los precios aumentan», cerró, reflejando la inestabilidad económica que golpea al sector.
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ECONOMIA
El «estrés económico» de la clase media y la verdad sobre por qué bajan los precios, según la UCA

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina explica el «estrés económico»
10/08/2025 – 11:41hs
Las familias argentinas atraviesan crecientes dificultades para llegar a fin de mes. Al respecto, Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) atribuyó esta problemática a una contracción del consumo derivada de las políticas de ajuste implementadas recientemente por el Gobierno, que derivan de lo que denominó «estrés económico».
Salvia describió que la elevada crisis económica entre finales de 2023 y principios de 2024, agravada por medidas consideradas «autoimpuestas», tuvo un impacto profundo en los hogares. Según el especialista, la inflación se redujo no gracias a un plan económico exitoso, sino porque la falta de masa monetaria deprimió la demanda y terminó por bajar los precios.
«Tuvimos una crisis muy fuerte, producto de políticas que algunos consideran autoimpuestas para lograr una estabilización macroeconómica», afirmó el especialista este domingo, en declaraciones radiales.
Los aumentos en los costos de servicios y mercancías (como combustible, transporte, gas, luz, agua y comunicaciones) elevaron significativamente los gastos fijos de los hogares, afectando sus ingresos disponibles y recortando el consumo en bienes esenciales como alimentos, indumentaria y otros rubros básicos. Este fenómeno fue denominado por Salvia como «estrés económico».
Aunque la inflación bajó, el experto señaló que esto no se debió a un plan económico virtuoso, sino a una caída en el consumo. «No hay masa monetaria que refuerce la demanda, y las políticas de ajuste redujeron el consumo, lo que a su vez bajó los precios», explicó.
El aumento de los costos de servicios básicos, como combustible, transporte, gas, luz, agua y comunicaciones, incrementó significativamente los gastos fijos de las familias. «El ingreso corriente se ve afectado porque los gastos fijos aumentaron fuertemente. Esto reduce el consumo en alimentos, vestimenta y el funcionamiento básico del hogar», precisó Salvia. Este fenómeno, que denominó «estrés económico», reflejó la creciente incapacidad de los hogares para cubrir sus necesidades básicas.
En cuanto al futuro, advirtió que si el gobierno continúa retirando pesos del mercado, la situación podría empeorar: se profundizaría el ajuste, disminuiría aún más el consumo, aumentaría la deuda familiar para cubrir alimentos y podrían incrementarse las moratorias en tarjetas de crédito, profundizando la restricción económica en los hogares.
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