INTERNACIONAL
La SIP alertó que la nueva Ley de Inteligencia en Ecuador amenaza la libertad de prensa

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó su profunda preocupación por la Ley Orgánica de Inteligencia aprobada recientemente en Ecuador, advirtiendo que su implementación podría derivar en un instrumento de vigilancia estatal con serias implicaciones para la libertad de prensa, el acceso a la información y la protección de fuentes periodísticas. La norma, de 58 artículos, fue aprobada por la Asamblea Nacional el 10 de junio de 2025 y promulgada por el presidente Daniel Noboa bajo el argumento de fortalecer la seguridad nacional. Sin embargo, tanto la SIP como organizaciones nacionales e internacionales han advertido sobre sus riesgos.
Uno de los principales cuestionamientos recae sobre el artículo 51, que obliga a los operadores de telecomunicaciones a entregar información sobre sus usuarios a la entidad rectora del Sistema Nacional de Inteligencia, sin requerir orden judicial. La norma especifica que esta información puede incluir comunicaciones en tiempo real e históricas, localización de dispositivos móviles, detalles técnicos, y cualquier dato que permita identificar o rastrear al abonado.
Para la SIP, estas facultades “representan una amenaza directa a la privacidad de las comunicaciones y a la protección de las fuentes periodísticas”, al permitir un control sin contrapesos sobre las comunicaciones de ciudadanos, periodistas y críticos del poder.
“El impacto potencial de esta legislación sobre el periodismo nos preocupa profundamente”, afirmó el presidente de la SIP, José Roberto Dutriz. “El uso de mecanismos de vigilancia y recopilación de datos sin control judicial puede fomentar la autocensura e intimidar tanto a periodistas como a medios”. La SIP advirtió también que el uso político de la inteligencia, sin controles ni transparencia, podría minar gravemente los principios democráticos en el país.

El pronunciamiento de la SIP se sustenta, además, en su Declaración de Salta, actualizada en octubre de 2024, que establece que “las autoridades no deben utilizar mecanismos de vigilancia digital que vulneren las libertades y la privacidad de la ciudadanía”, y que tales prácticas solo son admisibles en circunstancias excepcionales, con orden judicial y conforme a tratados internacionales de derechos humanos. La vigilancia masiva, subraya la declaración, “no es aceptable en ningún caso”.
A esta voz se sumó la organización ecuatoriana Fundamedios, que rechazó públicamente la aprobación de la ley por considerar que “pone en riesgo la privacidad, el acceso a la información y la libertad de prensa”, y que puede facilitar el uso político del aparato de inteligencia del Estado sin supervisión efectiva. Fundamedios también alertó sobre la opacidad que genera el artículo 13 de la ley, que crea un fondo de gastos especiales exento de los controles ordinarios del sistema de contratación pública, cuyas auditorías quedan exclusivamente en manos de la Contraloría General del Estado y cuya documentación será incinerada tras el proceso de revisión.
Como complemento a estas críticas, la directora de la División de las Américas de Human Rights Watch, Juanita Goebertus, se pronunció también en la red social X, señalando que “las leyes de Solidaridad y de Inteligencia amenazan derechos” en Ecuador.
Acompañando una imagen del pleno legislativo, Goebertus escribió: “La seguridad no se logra dando poderes ilimitados a los organismos de seguridad e inteligencia y reduciendo controles, sino fortaleciendo la justicia y el Estado de derecho”. Su advertencia se alinea con el criterio de la SIP sobre los riesgos de otorgar al Ejecutivo atribuciones sin los mecanismos adecuados de fiscalización institucional.

La Ley Orgánica de Inteligencia, además, contempla que los datos recopilados por el sistema puedan provenir de entidades públicas o privadas, con requerimientos enviados por la entidad rectora o su delegado y que deberán ser respondidos en un plazo de hasta dos días. Esta disposición, establecida en el artículo 47, amplía las posibilidades de acceso estatal a información sin precisar criterios de excepcionalidad, ni garantizar la protección a fuentes confidenciales ni derechos a la defensa o el debido proceso.
La SIP también advirtió sobre el efecto inhibidor que podría provocar esta legislación entre periodistas que investigan corrupción, crimen organizado o decisiones gubernamentales, quienes podrían ser objeto de vigilancia sin notificación ni justificación judicial.
Martha Ramos, presidenta de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, señaló que “esta ley podría abrir la puerta a represalias contra quienes critican al gobierno o se especializan en investigaciones periodísticas de alto impacto”, y recordó que “la transparencia y la rendición de cuentas son pilares esenciales de un periodismo independiente”.
Aunque el reglamento para implementar esta ley aún no ha sido publicado —y deberá estar listo en diciembre de 2025—, organizaciones defensoras de derechos han exigido una revisión urgente del texto legal, especialmente de los artículos que permiten vigilancia sin orden judicial, control de información clasificada sin supervisión parlamentaria efectiva y acceso generalizado a datos por parte del Ejecutivo.
Noboa firmó en 2024 las declaraciones de Chapultepec y de Salta comprometiéndose con la libertad de prensa, ha sido instado por la SIP a garantizar que dicha legislación no se convierta en un mecanismo de persecución ni de silencio. La expectativa, según han señalado múltiples sectores, es que se reformule el reglamento y se incluyan controles independientes y judiciales que impidan que la seguridad nacional se utilice como pretexto para restringir derechos fundamentales.
INTERNACIONAL
Dos muestras ingresan al surrealismo como campo de fractura y memoria

Cuando la realidad se filtra, se somatiza y sale por las rendijas del subconsciente, las expresiones artísticas pueden dispararse hacia territorios que, en apariencia ilusiorios, resguardan eventos e intereses personales.
Renata Juncadella con Lo que corta es un atajo, en galerías Cott, y Miguel Ángel Lorenzio, con Recinto en galeria Julia Baitalá, ingresan de diferentes maneras a ese amplio campo en el que lo surreal, lo onírico, por momentos pesadillesco, en otros sublime, se presenta caóticamente armonioso para generar miradas sobre sus propias proyecciones.
En el caso de Juncadella (Buenos Aires, Argentina, 1999), apenas se ingresa al espacio, una escultura desafía la lógica de los materiales y la percepción del espacio: un árbol de resina, con estructura de hierro y masilla, su primera obra de este tipo que fue pensada para el exterior, se erige como un enigma entre lo natural y lo artificial.

“El árbol es el contenido y a la vez es el contenedor de este terrario”, explica la artista, aludiendo a la convivencia de capas y a la tensión entre naturaleza y arquitectura que atraviesa Geometrías vitales, en la que incorpora musgo real de una reserva en el Tigre con la intención de que la vida vegetal la complete y transforme. Así, la fractura —un tema central de la muestra— se materializa no solo en la pintura, sino también en la tridimensionalidad, exponiendo lo que permanece oculto bajo la superficie.
En diálogo con Infobae Cultura, la artista revela cómo la experiencia personal de una lesión física —la pérdida de un dedo tras un accidente con un caballo— se convierte en el punto de partida conceptual y emocional de la muestra. “Para mí, los cuerpos en mis pinturas son siempre cuerpos mutilados. Son cuerpos que les falta algo o que están como sangrando. Hay una ambigüedad entre el placer y el dolor que es como un territorio fértil para la creación”, cuenta.
En su obra lo onírico se vuelve pesadillesco y cohabitan referencias a surrealistas como Remedios Varo, Leonora Carrington y, también desde el costado simbólico de la expresión del dolor físico como motor, a Frida Kahlo.

La fractura se despliega en la muestra curada por Sasha Minovich, en espacio de Cott en San Telmo, ya que para ingresar a ver las pinturas se debe atravesar una pared a medio derrumbar, en un gesto que sirve para separar el adentro de laos óleos del afuera de la escultura.
También, esa fractura, se observa en las pinturas, lógicamente, tanto en la representación de cuerpos como en la construcción de lo pictórico. Por ejemplo, para su Afinidad de fuerzas, la pieza más grande de la expo, compone la escena general a través de varias individuales, generando así planos que rotos se entrelazan en uno.
Allí reúne múltiples dibujos y escenas que dialogan entre sí, explorando polaridades como el encierro y la libertad, la naturaleza bucólica y la infernal, el deseo y el rechazo. “Una cama que es un lugar donde se puede dar un encuentro amoroso, pero que en realidad tiene un agujero que te lleva a un submundo”, ejemplifica, subrayando esa convivencia de opuestos.
El imaginario de Juncadella, poblado por figuras híbridas —mitad humanas, mitad animales—, también remite a la pintura medieval, la flamenca y a referentes como El Bosco, así como a la iconografía alquímica y mitológica. A partir estas influencias, de estos gustos personales, la artista construye un lenguaje visual que universaliza experiencias profundamente personales, pero que a su vez le permiten trascender. En lo técnico, además, en Lo que corta es un atajo se revela una expansión de su práctica hacia lienzos de mayor tamaño, lo que también le permitió una pincelada más gestual y matérica.

En el centro de la sala el tríptico -Centaura, Las palabras mudas y Lo que corta es un atajo– presenta el accidente con el caballo en una secuencia poética que presenta la mutilación, al entendimiento y el autosacrificio.
En Las ruinas románticas una mujer aparece atrapada en un piso de concreto, con los ojos vendados, y sobre unas escaleras descienden unos ojos que invitan a activar una mirada interior, a sentir más allá de lo visible. El escenario, cuenta la artista, está inspirado en el Jardín escultórico de Edward James, un espacio surrealista de México.
El carácter experimental de la muestra se manifiesta también en los soportes y técnicas. Un dibujo de línea sobre papel de algodón, de cinco metros de largo, Leonora, se despliega como un papiro infinito, poblado de caballos, volcanes y otros elementos que dialogan con las pinturas, pero, al mismo tiempo, mantiene una autonomía, sobre el que Juncadella destacó “la libertad que le otorga este formato para probar nuevas combinaciones de color y trazo”.
En Lo que corta es un atajo, la cosmovisión pictórica de Juncadella surge a partir de la creación de universos fracturados, donde el accidente, la contradicción y la convivencia de opuestos, que se presentan en un riquísimo lenguaje visual y material.

Ya en el barrio de Villa Crespo, lo onírico aparece no solo a través de obras, sino también de una experiencia que reúne al sonido con la materia y la memoria, para desafiar la percepción tradicional del tiempo y el espacio.
En Recinto, Miguel Angel Lorenzio (Buenos Aires, 1978), en la galería Julia Baitalá, un lienzo de cinco metros resuena comiéndose el espacio: una caverna, como metáfora de la garganta, de un útero, que todo lo engulle, del que todo nace: los sonidos de una existencia que trascienden el momento.
Lorenzio sostiene que el tiempo es una construcción subjetiva, una “sensibilidad interior” en palabras de Kant, y no una realidad objetiva y que el sonido ocupa un lugar intermedio, un “in between” que recuerda a la filosofía del río de Heráclito, donde la realidad no se define por límites fijos, sino por flujos y transiciones.

“El sonido es materia, es una cosa”, dice sobre esta visión que lo llevó a experimentar con diferentes materiales para investigar cómo cada uno puede encarnar y transformar.
Y es que en Recinto, dos objetos escultóricos – ¿Y si el sonido fuera algo que también se habita? y Monstruo– ingresan a lo utilitario, como cajas de reproducción musical, como también en lo artístico, tanto a través de su composición geométrica como de las intervenciones pictóricas.
“Me gusta pensar que estos artefactos y otros que yo hago son ese sonido o las formas que puede tomar el sonido según la materialidad en la que esté, no solamente en este caso madera, sino puede ser telgopor o zinc”, explica el artista.
A partir de estas obras, a las que Lorenzio se conecta, se despliegan en la sala ecos primitivos, una sucesión de ruidos y vibraciones, en los que la ausencia de melodía refuerza la sensación de estar dentro de una gruta. En una de las intervenciones, una bailarina interpretó la historia de una pintura, fusionando el movimiento corporal con los sonidos ambientales, mientras un baterista tocaba platillos suspendidos, generando secuencias sin estructura melódica definida.

La voz humana ocupa un lugar especial en su investigación. Lorenzio se interesa por la diversidad de voces que surgen de la conformación física de cada persona, por la manera en que la “caja de resonancia” del cuerpo humano modula el sonido y, en consecuencia, el significado. “Este sonido que suena, aparte de sonar, significa, significa cosas, sentidos del mundo”, afirma, subrayando la dimensión semántica y existencial del fenómeno sonoro.
Así, el sonido deja huellas en la materia, grabando historias en los objetos y espacios. Lorenzio, que también es músico, posee un extenso recorrido en esta relación, como por ejemplo cuando realizó una obra basada en una vasija de 5.000 años, a partir de la cual intentó recuperar las voces de los alfareros egipcios que la crearon. Allí, utilizó un dispositivo similar a un fonógrafo para hacer audible el eco de aquellas voces ancestrales, partiendo de la hipótesis de que “el sonido puede quedar inscrito en la materia, como ocurre en los sistemas de grabación”.
La muestra presenta, detrás del gran telón cavernoso, una serie de pinturas en pequeño formato, en las que el artista recrea situaciones personales, relacionadas con la historia familiar durante la última dictadura, en la que se observa también la cuestión de la fractura, pero a través de las acciones ajenas.

Entre los temas recurrentes en sus dibujos aparecen figuras esquizofrénicas, sueños y referencias a la locura, así como retratos familiares y escenas de la subversión, en las que el artista refuerza la idea de lo sensorial como una experiencia que habita en algún lugar de la memoria y que puede materializarse.
Tanto en La Dama de la Luz y La madre maligna una figura femenina surge en contextos de ensoñaciones, mientras el cuerpo de otra sobrevuela en Esto no es una revolución sobre un altar a un arma de fuego rodeada por velas en un pueblo del interior del país.
En Yo luché contra la oligarquía y El paso a la clandestinidad, en cambio, aparece la figura paterna: uno en una galería donde las vitrinas resguardan a personalidades de la política, mientras sostiene en una mano la cabeza de Julio A. Roca y, en la segunda, un joven vestido con una túnica blanca sostiene un fusil automático en un paisaje natural y a la vez irreal.

Sin dudas, la apoteosis de estos dos mundos colisionan en La Caza, donde en una mesa un ser híbrido -un fauno, quizá- yace atravesado por una flecha, mientras que a su alrededor, es observado por dos seres: una mujer de cabellera rubia, como en las anteriores, con ropa BDSM y humo saliendo de su espalda, y otro ser, sin rasgos reconocibles y antropomórfica.
Recinto no es per se una exposición centrada en lo pictórico, ya que el eje está puesto en la experimentación del artista con los sonidos y su poder para construir imágenes, aunque las obras de corte surrealista, donde el trauma se presenta como ilusión, cuerpo y paisaje, complementan el acercamiento a un artista que investiga más allá del lienzo.
*Lo que corta es un atajo, de Renata Juncadella, en galería Cott, Perú 973 San Telmo. Entrada gratuita de martes a sábados de 14 a 19 hs. Hasta el 2 de agosto.
*Recinto, de Miguel Ángel Lorenzio, en Galería Julia Baitalá, Antezana 150, Villa Crespo, CABA. Entrada gratuita de martes a Viernes 15 a 19 hs. Sábados con cita. Hasta el 18 de agosto
Fotos: Gentileza Galería Cott y Julia Baitalá
INTERNACIONAL
¿Fin al Barrio Rojo en Ámsterdam? Quieren moverlo fuera de la ciudad y hay quejas de las trabajadoras sexuales

El Barrio Rojo de Ámsterdam ya no es el mismo de antes. Esta zona superpoblada de turistas de la capital neerlandesa se enciende en las noches con luces rojas para iluminar sus tradicionales vitrinas, donde jóvenes mujeres, en su mayoría de Europa del este, se exhiben con muy poca ropa para captar clientes en busca de sexo.
Pero estos espacios iluminados de rojo, decorados con una simple silla de madera en la que espera la anfitriona de turno con poses sensuales, están en retroceso. Unas 150 vitrinas cerraron en Ámsterdam en la última década.
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No es un fenómeno aislado. Sucede en las principales ciudades de los Países Bajos. “En Utrecht ya no existen más». Todos los locales fueron clausurados por sospecha de trata. “En Alkmaar y Groningen cerró la mitad”, contó a TN el periodista neerlandés Jelle Baars, que trabaja en el diario local Trouw y en la radio y televisión pública.
Este modelo de prostitución sobrevive en apenas 10 ciudades. “En 2010 había 1500 vitrinas en todo el país. Ahora son 1000. Una de cada tres cerró”, dijo. ¿La causa? Sospechas de criminalidad, denuncias vecinales y proyectos urbanísticos.
“Había mucho dinero del crimen organizado en el negocio de la prostitución. Mucha trata y mucha droga. Las autoridades quieren controlar el comercio del sexo en el país y para ello quieren crear una especie de Ciudad Erótica en las afueras de la capital», afirmó Baars.
Pero el proyecto es muy resistido por la Unión Light Red, el sindicato que agrupa a unas 110 trabajadoras sexuales.
Qué va a pasar con el Barrio Rojo de Ámsterdam
Ámsterdam es mundialmente famosa por ser la capital del sexo y la marihuana.
La prostitución es legal en los Países Bajos. Ámsterdam es conocida por permitir el consumo de marihuana, aunque desde el 2023 está prohibido hacerlo en lugares públicos bajo pena de una multa de 100 euros. Solo se puede fumar cannabis en las terrazas de sus famosos coffeeshops. Los tradicionales canales bordean el Barrio Rojo de Amsterdam (Foto: AP)
La movida del sexo y la droga se concentra en el Barrio Rojo, construido en el siglo XIV. Pero esta zona tradicional de la capital alberga también importantes sitios de interés turístico y cultural, como la Casa de Rembrandt, el Museo y la Mazmorra de Ámsterdam y las figuras de cera de Madame Tussauds. Pero allí también están el Museo Erótico y el de la Marihuana.
Es una zona muy tradicional de calles adoquinadas, bordeadas de canales y árboles y con edificios de ángulos inusuales. Pero tiene una contra cada vez más visible: hay una verdadera invasión de turistas, en especial el conocido como “turismo de borrachera” concentrado en grupos de jóvenes que vienen de fiesta desde otros países europeos.
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“El Barrio Rojo no es el mismo de antes. La famosa zona con muchas vitrinas y mucha droga en la calle ya no existe más. Cada vez hay más tiendas para turistas, restaurantes o coffeshops. Es una especie de centro comercial abierto. Pero todavía es un barrio complicado. Hay muchísimos turistas, en su mayoría borrachos”, contó Baars, quien vivió algunos años en la Argentina.
Por eso, las autoridades quieren trasladar el negocio de la prostitución a las afueras de la ciudad. Allí quieren crear una Ciudad Erótica alejada del centro.
Las prostitutas de Ámsterdam están en guerra contra el traslado del Barrio Rojo
Baars dijo que las autoridades quieren controlar el comercio del sexo y combatir el crimen organizado y la trata de personas. Pero no solo eso. Les preocupa la elevada concentración de turistas.
“Yo, personalmente, prefiero las vitrinas por su visibilidad y el carácter de la ciudad. Con su desaparición habrá más negocios turísticos y eso está destruyendo Ámsterdam”, señaló. Además, expertos temen que el traslado genere clandestinidad en un negocio legalizado.

La “Zona Roja” de Amsterdam está en retirada (Foto: AP)
La alcaldesa, Femke Halsema, propuso trasladar unas 100 vitrinas del centro histórico a las afueras de la capital. La decisión final fue postergada a 2026.
Pero su plan de crear una Ciudad Erótica chocó con el rechazo vehemente del Red Light United, el sindicato que agrupa a 110 trabajadores del sexo del Barrio Rojo de Ámsterdam.
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“Un Centro Erótico es mucho menos seguro para nosotras debido a la menor visibilidad que tienen, ya que sería un edificio cerrado, mientras que actualmente las trabajadoras sexuales son claramente visibles desde sus ventanas. Esta menor visibilidad provocará más abusos como la trata de personas, pero también delitos relacionados con drogas en el barrio y robos callejeros”, afirmó el gremio en un comunicado reciente.
Además, alertó: “No trasladen los problemas, resuelvan los problemas aquí en el Barrio Rojo. Refuercen la vigilancia en el barrio y asegúrense de que estén presentes después del horario de cierre, como antes, para combatir las molestias en el barrio. Asegúrese de que haya suficiente presencia policial y, por fin, tome medidas enérgicas contra los narcotraficantes que aterrorizan nuestro barrio”.
TN intentó contactar a su presidenta, que se hace llamar Felicia Anna, a través de un canal oficial, pero desde el sindicato alertaron que reciben muchos pedidos de entrevistas y que no pueden dar respuestas a todos.
El gremio fue fundado en 2019. Si bien la creencia popular sostiene que hay muchas latinas en la zona roja, “más del 90%” de las trabajadoras sexuales afiliadas son de Europa del este. Las rumanas son el grupo más numeroso: representan el 60%.
amsterdam
INTERNACIONAL
Democrats are hammering Republicans on Epstein, but one senator brushed off the issue years ago

Democrat senator brushed off Epstein files in 2020
Sen. Elissa Slotkin, D-Mich., who has been critical of the Trump administration’s handling of the Epstein files, previously said in 2020 that the matter was not «front of mind.» (Credit: Firing Line)
NEWYou can now listen to Fox News articles!
Sen. Elissa Slotkin, D-Mich., believes it’s «weird» that the Trump administration has not released documents related to Jeffrey Epstein, but at one point, it was the last thing on her mind.
Democrats have searched for an opening to sharpen their messaging against Republicans, and have pounced on the administration and their colleagues across the aisle to release the documents. But Republicans have questioned why their counterparts didn’t have the same energy when former President Joe Biden was in office.
In a recent interview on PBS’ «Firing Line,» Slotkin, who has emerged as a leading voice in the Democratic Party, said that while she did not know what was in the documents, it was odd that President Donald Trump and his administration had not released them.
‘LOUDER BY THE HOUR’: SENATE GOP WANTS THE EPSTEIN DRAMA TO END, BUT DEMOCRATS AREN’T LETTING IT GO
Sen. Elissa Slotkin rehearses the Democratic response to President Donald Trump’s address to a joint session of Congress on March 4, 2025, in Wyandotte, Michigan. (Paul Sancya – Pool/Getty Images)
«The president and his allies have created so much anticipation about these files at this point, it’s just weird that they’re not releasing them, right? The president fomented this,» she said.
But nearly five years ago, ahead of Biden’s eventual victory and a Democratic trifecta in Washington, the issue of Epstein was not a priority for the lawmaker, who at the time was in her first term in the House.
In a video from 2020 obtained by Fox News Digital, Slotkin said that diving into the connections between former President Bill Clinton and Epstein were not «front of mind.»
The sentiment came in response to a question about why there had been little mention of allegations that Clinton was in the trove of documents related to Epstein. She argued that there were more pressing issues at the time, like the ongoing COVID-19 pandemic and the economic fallout spurred by it.
SENATE REPUBLICAN DEMANDS STATE, FEDERAL COURTS ‘IMMEDIATELY UNSEAL ALL’ EPSTEIN DOCS

Trump’s relationship with Epstein has come under more scrutiny as his DOJ under Attorney General Pam Bondi recently alleged that there is no Epstein «client list.» (Getty Images)
«In the face of those problems, I will be honest, I don’t spend a ton of time looking into connections between Bill Clinton and other people, because that doesn’t help my constituents every single day, right? And my job is to focus on those issues,» she said.
«I have no special knowledge of those issues, but my job is to focus on the things that affect people’s pocketbooks and their kids, and if I’m not making positive progress towards that, I’m not doing my job,» she continued. «And so, I can’t answer your question, because that’s not where I live and where I focus.»
Fox News Digital reached out to Slotkin for comment for this report but did not hear back.
‘NOT GOING AWAY’: INSIDE THE EPSTEIN DRAMA THAT’S THROWN HOUSE GOP INTO CHAOS

Former Secretary of State Hillary Clinton and her husband, former president Bill Clinton. (Justin Sullivan/Getty Images)
Congressional Democrats, and some Republicans, have pushed for more transparency from the Trump administration on the release of a trove of documents, known as the so-called Epstein files, in a saga that has engulfed Capitol Hill for much of July.
The furor in Congress stemmed from a Justice Department memo released earlier this month that declared the Epstein case closed, and has not lost steam in the time since.
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Epstein intrigue paralyzed the House, causing House Speaker Mike Johnson, R-La., to send lawmakers home early as a bipartisan swell grew to uncover the documents.
The Senate has been less chaotic. Still, Senate Democrats have ramped up their messaging against the administration, while many Senate Republicans would prefer to focus their attention elsewhere.
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