El París Saint-Germain ya está en octavos. Nada del otro mundo, era lo que se esperaba. Sin despeinarse demasiado, superó con claridad al Seattle Sounders y selló su pasaje directo a la próxima fase del Mundial de Clubes. El campeón de la Champions, herido tras el tropiezo frente a Botafogo, respondió con categoría: se impuso 2-0 y dominó al conjunto estadounidense.

En los primeros minutos, el PSG entró como dormido en los laureles, con Paul Rothrock ganándole siempre la espalda a Hakimi y rondando el arco de Donnarumma, que casi se manda el blooper del Mundial de Clubes: quiso gambetear cerquita del área y se la dejó servida a Jesús Ferreira, que se apuró y la tiró por arriba. Después, el equipo se acomodó un poco, pero le seguía faltando chispa, esa explosión, el desequilibrio, el peligro con Désiré Doué y Khvicha Kvaratskhelia, que no terminaban de aparecer.

Y llegó el gol. Un gol medio sin querer queriendo, de esos de carambola. Lo venía buscando el París desde lejos y al final lo encontró. Vitinha pescó un rechazo flojo y le pegó desde afuera. Tuvo esa cuota de suerte: la pelota iba afuera, pero dio en la espalda de Kvaratskhelia, se desvió, y adentro. Gol a los 35′ del PaT. En el segundo tiempo, el equipo de Luis Enrique empezó a mover la pelota de un lado al otro. El Seattle se fue apagando, no cruzaba la mitad de la cancha, lleno de imprecisiones y cuando la agarraba, la reventaba para cualquier lado. Y como dice el dicho: el que no los hace, los sufre. Así fue. Obed Vargas no terminó bien la jugada, no le pegó al arco, y en la contra, Hakimi la controló solo y definió con clase al primer palo a los 21′ para liquidar la historia.

Los parisinos quedaron primeros en el Grupo B, justo delante del Fogao -con seis ambos-. Ahora, el PSG se prepara para los octavos, donde podría tener un cruce con un condimento muy especial: Lionel Messi, si es que Inter Miami termina segundo en su grupo. De lo contrario, posiblemente, al Palmeiras de Brasil.