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Las 3 horas de Hitler en París: un paseo triunfal, una venganza y la orden que no fue obedecida

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La orden fue feroz y no admitía interpretaciones: “¡Saquen el vagón de ese depósito y pónganlo en el mismo lugar que estuvo en el 18! ¡Exactamente en el mismo lugar!”.

Así que hubo que trasladar ese vagón que no andaba sobre rieles desde hacía dos décadas y ubicarlo en el lugar exacto en el que había estado el 11 de noviembre de 1918.

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Hitler, dicen, lo calculó antes de ordenar la invasión. Era una de sus obsesiones. Sus hombres habían localizado la unidad, el vagón CIWL 2419, hacía un tiempo. Cuando se impuso, cuando Francia declinó, hubo que dirimir las condiciones de la ocupación. Había que firmar un documento que las estableciera. Hitler no necesitó consultar. Sabía qué título llevaría el documento y donde se firmaría. Era el segundo armisticio.

El primero había sido en 1918 y había marcado la derrota de los suyos en la Primera Guerra Mundial. Ahora, en junio de 1940, era al revés. Los que imponían condiciones eran los alemanes. Ellos decidían y sus enemigos aceptaban. Hitler imitó al Mariscal Foch. Escamoteó su presencia y cuando lo hizo se mostró imperial y repleto de desprecio.

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Sus ayudantes habían dispuesto todo. Cada cosa dentro del vagón debía estar en su lugar: en el lugar que estaba en noviembre de 1918. Para que no hubiera ningún error consultaron documentos, testimonios y las pocas imágenes que había. El Führer se sentaría en el mismo sillón y en el mismo sitio de la mesa en el que lo había hecho el Mariscal Foch.

Los franceses recibieron el mismo trato que habían dispensado 22 años antes: no había condiciones a discutir. El texto del armisticio era ese. De otro modo, no había acuerdo.

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El mismo breve plazo para responder.

Hitler forzaba las simetrías. Un copycat del armisticio. Estaba convencido de que así su victoria se multiplicaba. Y que sería vitalicia.

La venganza había sido consumada. El daño, reparado.

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El Segundo Armisticio, el que marcaba la supremacía nazi sobre Francia, el que vino después del desastre bélico de la Batalla de Francia y el que produjo la creación del Gobierno de Vichy se firmó el 22 de junio de 1940.

Antes de abandonar el bosque de Compiegne, Hitler dio una orden precisa. Destruyan todo, debía notarse que el Führer había pasado por ahí. Nada debía quedar en pie. Había un museo que recordaba y celebraba la victoria francesa de 1918. El tinglado, las placas conmemorativas, cualquier construcción. Hasta el césped debía ser prendido fuego. Solo debía subsistir una cosa: la estatua del Mariscal Foch. Para que esa figura fuera testigo de la tierra arrasada, para que los franceses supieran que solo podían reinar sobre escombros inservibles y pastos chamuscados. Que los que mandaban a partir de ese momento eran los nazis.

París destruida después del ataque Nazi en agosto de 1944. (Foto: AFP)

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La Guerra de Francia fue breve y su resultado contundente. Los alemanes invadieron Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Luego, en junio de 1940, pasaron a Francia. Los cálculos de la comandancia francesa fallaron. Su estrategia defensiva no resultó. Intentaron remedar lo que había sucedido en la Primera Guerra Mundial. Pero el mundo había cambiado. Lo que los llevó a la victoria en esa contienda los hizo caer derrotados en el principio de la Segunda Guerra.

Mientras los franceses casi sin aviación, con armamento viejo y con tácticas anticuadas pelearon como en 1918, los alemanes lo hicieron como en 1940. Después fue tiempo de las disputas internas entre los franceses. Los que querían seguir peleando pese a las desventajas y los que querían capitular ante el avance nazi. Ganaron estos. Un emblema del país, un héroe de la Gran Guerra, el Mariscal Philippe Pétain quedó a cargo del gobierno que se estableció en la ciudad balnearia de Vichy. Charles De Gaulle debió refugiarse en Inglaterra desde dónde llamó a luchar y a la resistencia.

Lo más impactante de la invasión alemana fue, sin duda, su establecimiento en París. No solo por la sencillez de la victoria sino por el enorme valor simbólico. En junio de 1940, las tropas nazis se instalaron en París. La Ciudad Luz, la imagen de la libertad, quedaba bajo el poder nazi.

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Adolf Hitler con el mariscal Philippe Petain, el 24 de octubre de 1940. (AP Photo, File)

Adolf Hitler con el mariscal Philippe Petain, el 24 de octubre de 1940. (AP Photo, File)

Adolf Hitler conseguía lo que pretendía. Europa sucumbía bajo sus pies.

Ante la entrada alemana, el corresponsal de guerra norteamericano Elliot Paul escribió: “Era el final de un mundo en el que París había tenido la supremacía, en el que Francia estaba viva, en el que había un hálito de libertad. Había petróleo en el aire ennegrecido y hollín en la lluvia, y el cielo bajo pesaba sobre la desgraciada ciudad”.

Hitler y su séquito en París (Foto: Archivo de Wikipedia).

Hitler y su séquito en París (Foto: Archivo de Wikipedia).

El revolucionario Victor Serge, que había logrado escapar del Estalinismo para radicarse en Francia, fue más contundente. Serge -que debió escapar a México- entendió de inmediato lo que implicaba la avanzada nazi: “El final de París es el fin del mundo. ¿Podemos aceptar tal cosa, a pesar de nuestra lucidez?”.

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La primera y única vez de Hitler en París, el escultor oficial y el arquitecto del Tercer Reich

Las estatuas del escultor Arno Breker eran gigantes, marciales, heroísmo tallado y exuberante. Era el preferido de Hitler desde que había visto esos atletas musculosos que esculpía. Los nazis y los fascistas sentían debilidad por lo grandilocuente. Él se había convertido en el escultor oficial del régimen.

Una tarde, mientras Breker trabajaba en su estudio, unos agentes ingresaron sin golpear. Breker se sobresaltó; en un ramalazo repasó todo lo que había dicho y hecho en las últimas semanas para intentar encontrar cuál había sido el motivo del enojo de su jefe. Los agentes lo obligaron a acompañarlo. Breker con voz inaudible preguntó por el destino pero no recibió respuesta. Después un largo viaje en auto para salir de Berlín, un bosque y al final una pista de aterrizaje. Lo subieron a un avión y recién cuando descendió por la escalera de la nave, se tranquilizó.

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En la pista vio a Albert Speer y a Hermann Giessler, otro arquitecto. Era el cuartel general de campaña nazi en Bruly-de-Pesche. Le informaron que viajaría a la última conquista de Hitler. Irían a París y el Führer quería recorrer con ellos la ciudad para poder apreciar con mayor profundidad las maravillas arquitectónicas y artísticas. Nada de caminar con militares. Él deseaba mostrarse sensible. El escultor podría resultar un buen guía; había vivido en la Ciudad Luz durante casi ocho años. Allí compartió veladas con Pablo Picasso y con otros artistas y poetas.

Albert Speer, el arquitecto del Tercer Reich y luego eficaz Ministro de Armamento, había tenido la primicia. Mientras plegaba los planos después de una reunión con Hitler, éste le dijo: “En unos días nos vamos a París con Giessler y Breker”.

Adolf Hitler, cuando ocupó París, junto al arquitecto Albert Speer y el escultor Arno breker. (Foto: AP)

Adolf Hitler, cuando ocupó París, junto al arquitecto Albert Speer y el escultor Arno breker. (Foto: AP)

La admiración de Hitler por París era conocida. Provenía de lecturas; nunca había estado en ella. Esa fue su primera y única visita. “Ahora París me abre sus puertas”. Pero por más que su estadía fue breve y se pareció a la de un turista que hace ciudades, ver la mayor cantidad de lugares en pocas horas y seguir, él era un conquistador. Había invadido y había vencido. Sentía que nada lo iba a detener.

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“Podría atravesar el Arco del Triunfo y desfilar triunfalmente al frente de las tropas pero no es algo que deba hacerse a los franceses en este momento, conmocionados por la derrota”, le habría dicho Hitler a Breker, el escultor oficial. Un impensado gesto de elegancia.

El paseo parisino de Hitler fue demasiado furtivo para tratarse de un conquistador. Tanto es así que los historiadores no se ponen de acuerdo en el día en que ocurrió. Algunos sostienen que fue el 24 de junio de 1940 y otros afirman que fue el 28, cuatro días después. La comitiva llegó a la madrugada. Una caravana de imponentes autos recorría rauda la Ciudad Luz ante las calles desiertas. Hitler se subió al asiento del acompañante (siempre viajaba allí) del primer Mercedes. En el asiento trasero viajaban Speer, Giesler y Breker, los artistas, los conocedores. En el resto del convoy iban los funcionarios políticos y los militares. Hitler se reservaba para él la cuestión artística.

A las 6 de la mañana ingresaron a la Ópera de París. La recorrieron y contemplaron todo su esplendor desde el escenario.

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Después fue el turno de la Iglesia de la Madeleine. Hitler les contó a sus acompañantes lo que ya sabían: que ese lugar había sido erigido como un templo seglar, para homenajear a Napoleón, y luego se transformó en uno religioso. Estaba obstinado en mostrar, ante un público tan cuidadosamente elegido, sus conocimientos, como el alumno aplicado que estudió la lección.

Luego la Place de la Concorde y un paseo por Champs-Elysées y el Arco del Triunfo. Allí la conversación fue obvia. Hablaron del Arco del Triunfo que construirían en Berlín. Todos estaban involucrados en la obra. Lo había ideado Hitler, Speer lo estaba diseñando y Breker cincelaría los bajorrelieves. Ese Arco, el de Berlín, debía tener una característica peculiar. Su tamaño debía ser tan grande como para que dentro suyo entrara el de París. Una metáfora demasiado obvia del sistema de medidas de Hitler y de su megalomanía.

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Los autos siguieron, en ese tour veloz, hacia la Plaza del Trocadero. Bajaron a caminar. Un fotógrafo y un camarógrafo registraban cada movimiento de su jefe pero ese era el momento cumbre. La foto con el símbolo de la ciudad. Hitler posó con aire ausente, como si todos los días París cayera bajo su poder, con la Torre Eiffel de fondo. Esa imagen era el resumen del nuevo mundo, de su éxito. Si pudo conquistar París (y con facilidad) nada lo podría detener. Eso es lo que Hitler hubiera querido escribir en el epígrafe de esa foto.

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Llegó otro momento importante para Hitler: la visita a la tumba de Napoleón. Pero antes de llegar a ella, la comitiva tuvo que pasar por delante de una estatua, la de un militar. Hitler no necesitó acercarse para leer la inscripción tallada en el mármol para saber de quién se trataba. Su cuerpo se tensó y en su cara se instaló un gesto hosco. Levantó la voz y apuró el paso para alejarse de la estatua: “No tenemos más que cargar con este tipo de recuerdos”, dijo. Lo que trató de no ver, la estatua que con un sólo ademán ordenó derribar era la de un militar, el general Charles Mangin, héroe de Verdún.

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Ya en Les Invalides, Hitler y el resto de la comitiva quedaron abrumados por el silencio y el clima del lugar. Ante la tumba de Napoleón, se sacó su gorra y la apretó contra el pecho mientras bajaba la cabeza. Una señal de respeto ante quien él consideraba un par.

La recorrida siguió por el Panteón y después por Montparnasse. Recién eran poco más de las 7 de la mañana y el turista Hitler ya había recorrido los lugares más representativos de París.

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En ese barrio, reconocido por alojar a los artistas, Breker había tenido su estudio. En el itinerario inicial estaba planeada una parada para que el artista le mostrara a Hitler su antiguo espacio de trabajo. Pero eso no sucedió. Algunos dicen que fue por falta de tiempo. Aunque la leyenda sostiene que al abrir la puerta, la encargada de la vivienda pegó tal grito al encontrarse frente a Hitler que colapsó y los hombres tuvieron que volver rápido a su automóvil.

La caravana continuó su apurado viaje. Pasó frente a otras construcciones emblemáticas de la ciudad. No se detuvo en Notre Dame, el Louvre ni el Palacio de Justicia.

Hitler miraba todo con seriedad y el impacto inicial se iba disipando. De nuevo su megalomanía ganaba la partida.

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Albert Speer contó en sus memorias que unos días después, Hitler lo llamó a su despacho. Le ordenó redactar un decreto para que se reanuden todas las obras planeadas en Berlín. Le dijo que apenas lo tuviera listo se lo llevara que él lo firmaría de inmediato. “Alguna vez pensé destruir París. París es hermoso. Pero nuestra Berlín será mucho más linda. Cuando la terminemos será mucho más grande y hermosa. París se convertirá en una pálida sombra. No tiene el menor sentido destruirla”, le dijo Hitler.

París era el modelo pero a escala. En Berlín todo sería más grande e impactante.

Cuatro años después, ese supuesto amor de Hitler por París mutó en furia destructiva, en una intención arrasadora. Cuando la derrota era inminente, cuando la impotencia dominaba y los Aliados lo cercaban, el Führer a los gritos ordenó destruir la capital francesa. “París sólo puede quedar en manos del enemigo siendo escombros”, vociferó en agosto de 1944.

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El general francés Charles de Gaulle durante el día de la liberación de Francia, en agosto de 1944. (Foto:  AFP)

El general francés Charles de Gaulle durante el día de la liberación de Francia, en agosto de 1944. (Foto: AFP)

Del otro lado alguien decidió no escuchar, desobedecer. Dietrich von Choltitz, gobernador nazi de París, escribió en sus memorias que rechazó la orden porque “hubiera sido una acción llena de maldad y vergonzosa destruir un polo de cultura semejante”. Según él su visión del Führer había cambiado unas semanas antes cuando ante un encuentro personal percibió que había perdido la razón. Sus súbditos, en un lapsus de sentido común, se negaron a seguir la orden. El episodio quedaría resumido en la pregunta de Hitler mientras se deba cuenta de que la derrota era inevitable: ¿Arde París?

París no ardió. Y el régimen nazi, que había tenido la vocación de perdurar mil años se desmoronaba inevitablemente. En unos meses caería junto a su líder.

Adolf Hitler, Nazismo, París, Segunda Guerra Mundial

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Senate Republicans reveal dramatic dealmaking behind Trump’s $3.3T megabill passage

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Senate Republicans left Washington this week to sell President Donald Trump’s «big, beautiful bill,» but the road to creating and passing the legislation began just over a year and a half ago. 

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Trump’s $3.3 trillion megabill, crammed with his legislative priorities on border security, defense and energy, was a product months in the making. And it was the marquee policy in the bill, which was to extend or make permanent many of the 2017 Tax Cuts and Jobs Act, that was the driving force behind Republicans’ desire to pass it.

But Senate Republicans have had little time to rest on their laurels and celebrate the bill’s passage, spending the month since Trump signed it advancing a $9 billion clawback package and trying to ram through Senate Democrats’ blockade of the president’s nominees.

SENATE PASSES TRUMP’S ‘BIG, BEAUTIFUL BILL’ AFTER MARATHON VOTE-A-RAMA

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President Donald Trump boards Air Force One bound for Scotland on July 25, 2025, at Joint Base Andrews, Maryland. (Andrew Harnik/Getty Images)

The journey to pass the bill began well before Republicans had a trifecta in Washington in early 2024, when then-Senate Republican Conference Chair John Barrasso, R-Wyo., hosted a policy retreat with Senate Republicans to hash out what the GOP’s agenda could look like should the win out in November.

And months later, Trump visited with Senate Republicans to discuss the strategy they had been working on behind-the-scenes.

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«With President Trump in the White House, we discussed how Republicans will get America back on track,» Barrasso said at the time. «That starts with helping families escape the pain of Democrat high prices, unleashing American energy, stopping Democrat tax increases, and securing the Southern Border. Republicans are united.»

The real, nitty-gritty work began in January where concepts were taken and fleshed out into legislation.

Senate Majority Leader John Thune, R-S.D., opted to leapfrog the House and move forward with the Senate’s own budget framework, which initially divided the «big, beautiful bill» into two chunks. That added pressure on Republicans in the lower chamber to coalesce behind a plan of their own.

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For much of the earlier part of this year, however, the Senate was waiting on the House to fine-tune and pass their own version of the bill. Still, Thune and his leadership team, including Sen. Markwayne Mullin, R-Okla., worked to get a product from one side of the building to the other that the Senate GOP could work with.

TRUMP’S ‘BIG, BEAUTIFUL BILL’ FACES REPUBLICAN FAMILY FEUD AS SENATE REVEALS ITS FINAL TEXT

Thune speaks to reporters

Reporters surround Senate Majority Leader John Thune as he moves between his office and the Senate Chamber at the U.S. Capitol on Aug. 1, 2025, in Washington. (Chip Somodevilla/Getty Images)

And when the bill made its way to the upper chamber in early June, the pressure was on to deliver a finished product to Trump by July 4, an artificial deadline used to help corral lawmakers into finishing work on the bill.

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One of the major disagreements in the upper chamber before the bill ever hit the floor was over the nature of cuts to Medicaid, particularly aimed at the provider tax rate. The issue was eventually smoothed over through the creation of a $50 billion rural hospital fund, but lawmakers who sounded the alarm against it vowed to ensure that the changes to the provider would never take effect.

«I think it was a huge mistake,» Sen. Josh Hawley, R-Mo., said at the time. «I think this has been an unhappy episode here in Congress, this effort to cut Medicaid.» 

«And I think, frankly, my party needs to do some soul-searching,» he continued. «If you want to be a working class party, you’ve got to get delivered for working class people. You cannot take away health care from working people.»

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And when the bill did finally hit the floor for what would evolve into a multi-day affair of passing through procedural hurdles, Senate Minority Leader Chuck Schumer, D-N.Y., forcing the reading of the entire bill and a marathon vote-a-rama, Senate Republicans were still not entirely on board.

At first, a cohort of fiscal hawks led by Sen. Ron Johnson, R-Wis., and Sen. Rick Scott, R-Fla., appeared to not support the package — they wanted even deeper cuts to Medicaid by tweaking the percentage that the federal government pays for healthcare in states that opted into Obamacare, which they argued would have saved billions extra.

They were offered an amendment that eventually never came to the floor, but was enough for them to back down from tanking the bill. And their resistance began in the first of a handful of huddles inside Thune’s office outside the Senate floor.

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TAX CUTS, WORK REQUIREMENTS AND ASYLUM FEES: HERE’S WHAT’S INSIDE THE SENATE’S VERSION OF TRUMP’S BILL

Sen. Thom Tillis, a Republican from North Carolina, is not seeking re-election in the 2026 midterm elections

Republican Sen. Thom Tillis of North Carolina announced in June that he wouldn’t run for a third term in the Senate when he is up for re-election in 2026. (Getty Images)

Sen. Cynthia Lummis, R-Wyo., joined them for the closed-door conversations, and told Fox News Digital that while her vote was not contingent on getting the change added, she wanted to make the case for why it should be.

«It saved a lot of money,» she said. «It saved a lot of money, and so I was anxious to see us use the opportunity, since we were able to open up mandatory spending, use the opportunity to really save some money.»

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And later on, in the wee hours of the night, Republicans were bouncing from Thune’s office to the Senate floor, hashing out deals as they went to get Sen. Lisa Murkowski, R-Alaska, to support the bill, knowing that Sens. Susan Collins, R-Maine, and Thom Tillis, R-N.C., could vote against it.

«Sometimes it’s got to be put on a clock, because at some point the argument has to come to an end,» Mullin told Fox News Digital. «And that’s why we had to do some of it on the floor. We had to, we had to force the hand.»

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And in the end, only three Republicans, Sens. Rand Paul of Kentucky, Collins and Tillis voted against the bill. From there it went to the House, where Republicans in the lower chamber had their own dramatic rally to pass the legislative behemoth.

And now, as Republicans scatter to their home states to sell the bill to their constituents, Tillis said that the «foundational» piece of information that lawmakers can share is that they averted a nationwide tax hike.

«The shame of the Medicaid provision is that the vast majority of the bill is supported,» he told Fox News Digital. «I think we have to remind them the problem with the tax bill is they’re not going to see a cut, but if we hadn’t done it, they would have seen a historic increase.»

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«So we need to remind them of what we’re doing is continuing what we started, and the economy that we created, it was able to withstand COVID,» he continued. «And I firmly believe if we hadn’t passed it. We’d have been in a different posture.»

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Cómo el uso de la tecnología ayuda a la salud cognitiva en adultos mayores

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Especialistas en neurociencia afirman que la tecnología puede convertirse en una aliada inesperada del cerebro en adultos mayores (Imagen ilustrativa Infobae)

El uso cotidiano de tecnología digital por parte de adultos mayores se asocia con una mejor salud cognitiva y un menor riesgo de demencia, según un análisis reciente de decenas de estudios científicos. Este hallazgo, publicado en Nature Human Behavior, desafía la percepción extendida de que la tecnología perjudica la mente, especialmente en un contexto donde los efectos negativos de los dispositivos electrónicos en jóvenes han generado preocupación. Sin embargo, la evidencia indica que, para quienes superan los 50 años, la tecnología puede convertirse en una aliada inesperada del cerebro.

El análisis, citado en un artículo por The New York Times, revisó 57 estudios con la participación de más de 411.000 personas mayores (edad promedio: 69 años) y encontró que cerca del 90% de las investigaciones reportaron un efecto protector de la tecnología digital sobre la función cognitiva. Los adultos mayores que utilizaban ordenadores, teléfonos inteligentes, internet o una combinación de estos dispositivos obtuvieron mejores resultados en pruebas cognitivas y presentaron tasas más bajas de deterioro mental o diagnóstico de demencia, en comparación con quienes evitaban o usaban menos la tecnología.

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El tipo de tecnología empleada por este grupo abarca desde ordenadores personales y teléfonos inteligentes hasta el uso regular de internet. Los beneficios observados no se limitan a una sola función: el manejo de dispositivos digitales implica resolver problemas, adaptarse a actualizaciones constantes y aprender nuevas aplicaciones, lo que representa un desafío mental complejo. Además, la tecnología puede facilitar la vida diaria, como realizar compras, gestionar cuentas bancarias o mantener la comunicación con familiares y amigos, lo que contribuye a preservar habilidades funcionales y sociales.

Gran parte de la preocupación por la relación entre tecnología y cognición provino de estudios en niños y adolescentes, cuyos cerebros están en desarrollo.

Especialistas sostienen que la tecnología
Especialistas sostienen que la tecnología puede facilitar la vida diaria de los adultos mayores (Imagen ilustrativa Infobae)

Expertos en neurociencia y envejecimiento han aportado matices a estos resultados. Michael Scullin, neurocientífico y autor principal del análisis, señaló que “entre la generación pionera digital, el uso de tecnología cotidiana se ha asociado con menor riesgo de deterioro cognitivo y demencia”.

Por su parte, Murali Doraiswamy, director del Programa de Trastornos Neurocognitivos en la Universidad de Duke, consideró que estos hallazgos “son refrescantes y provocadores, y plantean una hipótesis que merece más investigación”.

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Walter Boot, psicólogo especializado en envejecimiento, destacó que el estudio refleja el uso de tecnología en la vida real, donde los adultos mayores deben adaptarse a un entorno digital en constante cambio, lo que hace plausibles los resultados.

La experiencia de Wanda Woods, de 67 años, ilustra cómo la adaptación tecnológica puede integrarse en la vida cotidiana de los adultos mayores. Ella comenzó su relación con la tecnología en la adolescencia, cuando un curso de mecanografía la llevó a trabajar con procesadores de texto en la Agencia de Protección Ambiental. Décadas después, fundó un negocio de formación informática y actualmente es instructora en Senior Planet, una iniciativa en Denver que ayuda a personas mayores a familiarizarse con la tecnología.

Woods utiliza ordenadores, teléfonos inteligentes, relojes inteligentes y chatbots de inteligencia artificial para organizar viajes y actividades familiares, y afirma que mantenerse al día con la tecnología la mantiene activa y conectada: “Me mantiene informada también”.

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Michael Scullin, neurocientífico y autor
Michael Scullin, neurocientífico y autor principal del análisis, sostiene que los dispositivos tecnológicos representan un reto complejo para los adultos mayores, lo que favorece la actividad cognitiva (Freepik)

La razón por la que la tecnología puede beneficiar al cerebro en la vejez radica en los desafíos que plantea. Según Scullin, estos dispositivos representan retos complejos que requieren perseverancia y aprendizaje continuo, lo que estimula procesos mentales asociados con la salud cognitiva. Incluso la necesidad de adaptarse a nuevas versiones de software o resolver problemas técnicos puede convertirse en un ejercicio mental positivo. Además, la tecnología fomenta la interacción social y puede compensar ciertas limitaciones de memoria mediante recordatorios y aplicaciones útiles.

No obstante, los especialistas advierten sobre los riesgos asociados al uso inadecuado o excesivo de la tecnología. Los fraudes en línea y las estafas afectan especialmente a los adultos mayores, quienes, aunque reportan menos incidentes que los jóvenes, suelen sufrir pérdidas económicas más elevadas. La desinformación y el aislamiento social por un uso excesivo de pantallas también representan amenazas. Doraiswamy subrayó que la tecnología no puede sustituir otras actividades beneficiosas para el cerebro, como el ejercicio físico o una alimentación saludable.

En las últimas décadas, la proporción de personas mayores que desarrollan demencia ha disminuido en Estados Unidos y varios países europeos, a pesar del aumento absoluto de casos debido al envejecimiento poblacional. Los investigadores atribuyen esta tendencia a factores como la reducción del tabaquismo, mayores niveles educativos y un mejor control de la presión arterial. Doraiswamy sugirió que la interacción con la tecnología podría estar contribuyendo a este patrón, aunque la relación exacta aún no se ha determinado.

El futuro de la relación entre tecnología y envejecimiento plantea nuevas preguntas. No está claro si los beneficios observados en la generación actual de adultos mayores se mantendrán en las próximas cohortes, que han crecido rodeadas de tecnología. Como señaló Boot, la tecnología evoluciona constantemente, por lo que el impacto sobre la salud cognitiva podría variar con el tiempo.

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A lo largo de la historia, la llegada de nuevas tecnologías ha generado inquietud y escepticismo. Sin embargo, la experiencia muestra que, tras la alarma inicial, muchas innovaciones terminan aportando ventajas inesperadas, incluso para quienes más reticencia sentían al principio.



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WATCH: Texas state senator argues redistricting showdown could decide balance of power in future US Congress

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GOP Texas state senator Mayes Middleton told Fox News Digital that the stakes couldn’t be higher when it comes to Republicans’ redistricting fight with Democrats in Texas, arguing that the effort to redraw the maps in Texas could «save America.»

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Middleton pointed out that if the results of the 2026 mid-term elections lead to another razor-thin majority for Republicans, the Congress «will know» that the Texas redistricting bill was responsible for the GOP maintaining its power. Meanwhile, despite Democrats’ attempts to halt the GOP redistricting effort by fleeing the state, Middleton expressed little concern that these challenges would amount to anything.  

«Literally, this redistricting bill could save this entire nation. This is why this fight is so important to me,» Middleton said. «I will fight with everything in me to make sure that this map becomes law, and we get those five more Republican seats … It could literally save America.»

GOV. GREG ABBOTT THREATENS TO REDISTRICT 8 SEATS FOR GOP IF DEM LAWMAKERS DON’T RETURN TO TEXAS

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Texas GOP state senator, Mayes Middleton, spoke to Fox News Digital about the ongoing redistricting battle in his state. (Getty Images/Fox News)

Despite the stakes, according to Middleton, he did not express concern about Democrats’ efforts to challenge the Republican redistricting bill, which has included dozens of Texas House Democrats fleeing the state to prevent the legislature from being able to conduct official business.

He called their challenge «meritless,» pointing to litigation stemming from his home county of Galveston that found that «coalition districts» — districts formed by combining multiple minority groups to reach a majority — were in violation of the Voting Rights Act. As a result, Democrats cannot claim an obligation to create such districts to preserve minority voting power, Republicans argue.

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«Before the Petteway case was decided, basically you could add together various minority groups to get above 50% and then, under [Democrats’] interpretation of the Voting Rights Act, they said that was a protected district,» Middleton explained. «And that actually began when Galveston County Commissioners Court redistricted, and the last Democrat in the Commissioners Court was drawn out of office, and they sued and said that was racist. But yet, not long after, maybe a month after, Harris County redistricted and drew out a Republican, and they said that was fine. So that shows you just the ridiculous hypocrisy of the left in this case.»

OBAMA LABELS TEXAS REDISTRICTING PUSH ‘A POWER GRAB THAT UNDERMINES OUR DEMOCRACY’

Voters in Texas head to the polls

Texas has become a flashpoint for the debate over partisan gerrymandering amid a battle between Republicans and Democrats in the state over the former’s attempts to redraw congressional districts mid-way through the decade. (Getty Images)

Civil arrest warrants were issued by the Texas House Republican majority earlier this week in an effort to compel the absent Democrats to return, but they are only enforceable within state lines and do not lead to jail time, since the warrants are not criminal. Still, Texas Republican Attorney General Ken Paxton has called on a court in Illinois, where a large swath of the Texas House Democrats fled, to enforce the warrants against Democrats.

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In addition to blocking Texas Republicans’ redistricting bill, the exodus of Texas Democrats is obstructing crucial legislation from making its way through the legislature, Middleton told Fox News Digital.

Texas Dems flee to Chicago, New York and Boston

J.B. Pritzker, governor of Illinois, left, and State Representative Gene Wu, a Democrat from Texas, during a news conference at the Democratic Party of DuPage County office in Carol Stream, Illinois, US, on Sunday, Aug. 3, 2025.  (Talia Sprague/Bloomberg via Getty Images)

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Middleton pointed to one bill being held up, Senate Bill 7, which aims to protect all-female spaces from being used by biological males who identify as transgender females. Others include a ban on taxpayer-funded lobbying, an election-crime enforcement bill and critical flood relief legislation. 

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«These are the conservative priorities that we were elected to get done. And the Democrats, of course, are looking for ways to block that are unlawful,» Middleton argued. «Frankly, they’re doing it in a way that will cause their office to be vacated if they don’t come back.»

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