POLITICA
Resultados de las elecciones en Rosario 2025: ¿quién ganó los comicios en la ciudad?

Con la mayoría de las mesas escrutadas, la ciudad de Rosario dio por ganador al peronista Juan Monteverde, que encabezaba la lista “Más para Santa Fe”. Un total de 113.458 personas se inclinaron por dicha fuerza, lo que representó en porcentaje el 30,58% de los votos. Este resultado le permitió superar a Juan Pedro Aleart, de La Libertad Avanza, que alcanzó el 28,81% con 106.918 votos. En tercer lugar quedó Carolina Labayru, candidata oficialista de Unidos para Cambiar Santa Fe, que encabezó la lista de su espacio y obtuvo el 25,63%, totalizando 95.109 votos.
Por debajo de los tres primeros, se ubicaron Roberto Sukerman, de Política Abierta para la Integridad Social, que logró el 5,29% (19.643 votos); Lisandro Cavatorta, de ERRE Resolver Rosario, con el 4,46% (16.551 votos); Carla Deiana, del Frente de Izquierda y de Trabajadores, con el 3,11% (11.528 votos), y Eugenio Malaponte, de Somos Vida y Unidad, que obtuvo el 2,12% (7.865 votos).
De esta manera, se consolidaron los liderazgos de los tres principales espacios, reconfigurando el escenario político de la ciudad de Rosario. La jornada electoral finalizó a las 18 y poco después de las 19 ya se había procesado el 99% de la información de las mesas, permitiendo conocer prontamente la tendencia definitiva.
Las elecciones fueron otra vez marcadas por la baja participación del electorado. Según lo transmitido el portal La Capital, el secretario del Tribunal Electoral, Pablo Ayala, informó que la asistencia rondó el 52% del padrón, una de las cifras más bajas para la ciudad en los últimos años. Ayala explicó que esto representa un hecho inédito para la provincia de Santa Fe y lo comparó con el fenómeno observado en 2001, cuando el descontento se expresó entonces a través del voto en blanco, mientras que ahora muchos ciudadanos optaron por no acercarse a votar.
En Rosario se pusieron en juego 13 de las 28 bancas del Concejo Municipal. A diferencia de las PASO, donde compitieron 42 postulantes, en la elección general solo se presentaron siete listas.
Candidato por candidato, las reacciones
Luego de conocido el resultado, Monteverde ya se proyectó como posible candidato a intendente y pidió una reunión con el actual jefe comunal, Pablo Javkin, con el objetivo de dialogar sobre los principales desafíos de la ciudad y buscar consensos para atender las demandas de la población, de acuerdo con lo informado por Rosario3.
Desde el búnker montado en Distrito 7, el titular de la lista que ganó estas elecciones del 29 de junio, celebró el resultado que lo deja bien perfilado para el 2027 y le dio un total de cinco bancas de las 13 que se pusieron en juego en esta elección.
“Hoy el pueblo de Rosario le ganó al presidente, al gobernador y al intendente. Votó sin miedo contra los aparatos, y ganó. Porque hay una mayoría social que la está pasando mal, que no está de acuerdo con lo que está pasando”, escribió el militante en su cuenta de X.
Seguidamente, añadió: “Pero le faltaba una fuerza que la representara. Bueno, en Rosario apareció. Una fuerza que a la violencia y la mentira la enfrenta con unidad y cooperación. Un humilde mensaje desde este rinconcito de la patria para todo la Argentina”.
“¡Contra todos y contra todo, ganamos! En dos años Rosario cambia. Y cambia para siempre. Los quiero mucho. Gracias!“, concluyó Monteverde. Junto a él se integran al Palacio Vasallo —sede del Concejo Municipal— Norma López (PJ), Antonio Salinas (Ciudad Futura), María José Poncino (Movimiento Evita) y Pablo Basso (Movimiento Evita).
El candidato de la Libertad Avanza, Juan Pedro Aleart, ganó el segundo lugar con 106.918 votos. Con este resultado se ubicó detrás de los talones de Monteverde, con una diferencia en porcentaje de casi 2 puntos.
“Vamos a sacarle el lastre del socialismo a Rosario y protegerla del kirchnerismo”, manifestó desde el refugio libertario. En este sentido, también agradeció al titular del partido a nivel nacional: “Quiero agradecer a Javier Milei. Sin él, nada de esto sería posible. Es quien inició todo esto y es quien nos enseña con el ejemplo: de ir para adelante, avanzar a pesar de las piedras, de las campañas sucias, de las difamaciones… avanzar, avanzar, avanzar”.
En línea con la política libertaria, afirmó: “Queremos un estado eficiente, profesional, más chico, queremos motosierra para devolver el dinero a la gente bajando impuestos, y mano dura a los delincuentes. En esos tres ejes es donde vamos a trabajar».
“Sea donde sea lo vamos a hacer, y ya lo estamos haciendo con la reforma de la Constitución, y lo vamos a hacer en el Concejo Municipal”, afirmó con entusiasmo. “¡Viva la libertad, carajo! ¡Viva la libertad, carajo!”, auguró Aleart.
El frente Unidos no tuvo el mejor resultado en la ciudad que dirige Pablo Javkin, dado que se quedó con el tercer puesto. Carolina Labayru, candidata a concejal obtuvo un total de 95.109, lo que representó un porcentaje del 25,63%. Más allá del resultado, la titular de la lista oficialista incrementó el apoyo que había percibido en las internas abiertas y obligatorias de abril, cuando reunió un total de 38.462 votos.
“Gracias a tantos miles de vecinos que confiaron en nosotros para representarlos. Prometo devolverles tanto cariño con lo que mejor sé hacer: trabajar, trabajar y trabajar. VOLVIÓ ROSARIO!”, escribía Labayru en su cuenta de X.
Desde el búnker, el intendente se mostró satisfecho con los resultados al expresar: “Estamos muy felices porque el frente Unidos está más diverso y fuerte que nunca. Los cuatro concejales que van a ingresar demuestran esa pluralidad”.
Al mismo tiempo, se dirigió al electorado. “Quiero agradecerles de corazón a la gente tozuda, valiente y orgullosa de esta bendita e imbatible ciudad de Rosario. Es muy difícil en nuestro país escapar de la violencia, el odio y de los insultos con lo que se hace política en la Argentina. Con mucha humildad elegimos otro camino. Método, trabajo, persistencia en el trabajo” resumió La Capital.
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POLITICA
La Iglesia sube el tono de las críticas al Gobierno y profundiza el perfil político opositor

La homilía pronunciada en la celebración de San Cayetano por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, condensó como pocas veces las profundas y contundentes críticas que viene haciendo la Iglesia Católica contra el Gobierno. Fue un discurso pastoral, pero sobre todo político, respecto del impacto social y económico de las decisiones y actitudes del Ejecutivo.
Sin mencionar a Javier Milei, pero con un estilo más directo que en otras expresiones públicas de los obispos, la homilía se refirió a los jubilados, los discapacitados, desocupados y excluidos, un amplio universo afectado por las medidas de la Casa Rosada. Pero García Cuerva también apuntó contra “los niveles de agresión y crueldad” que se vienen registrando en el ámbito público.
Son todas críticas que se vienen expresando por distintas vías desde que se inició la actual gestión y que muestran a la Iglesia Católica en una vereda opuesta. Es una rivalidad que no llega a expresarse de una manera ruidosa, pero que aparece de manera constante. En el oficialismo miran este fenómeno con recelo, por la posibilidad de convertirse en un emergente político que se consolide como un polo de atracción de descontento.
“Somos custodios y guardianes de los más pobres, de los más débiles, de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna. Somos custodios de los discapacitados y los enfermos; no podemos desentendernos de los que sufren, de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer… Y no lo hacen porque les gusta”, manifestó García Cuerva, en referencia a los argentinos en general.
Frente al templo del barrio porteño de Liniers -donde cada 7 de agosto se concentra una multitud- el arzobispo de Buenos Aires agregó: “San Cayetano, ayudanos a hacer de la Argentina una casa de reconciliación, en la que dejemos de descalificarnos, de odiarnos, de tratarnos mal, y de usar palabras que lastiman mucho (…) que nos comprometamos a bajar los niveles de agresión, de indiferencia, de individualismo, de crueldad”.
Son párrafos que concentraron las profundas disidencias que existen en la Iglesia respecto del presente. No hizo falta mencionar a Milei ni al Gobierno para identificar destinatarios del discurso. Se trata de una narrativa anclada en un posicionamiento previo que comparte en la Conferencia Episcopal Argentina, que preside el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, y lo secunda su par de Córdoba, el jesuita Ángel Sixto Rossi.
Los obispos, por sus diversos órganos de representación, viene expresando fuertes cuestionamientos. Se pronunciaron públicamente en contra de la baja de edad de imputabilidad, los cierres de organismos públicos, cuestionaron la represión en las protestas de jubilados, apoyaron a los que luchan por la situación del Hospital Garrahan y denunciaron que el retiro del Estado en las villas deja el campo libre para los narcos.
Son definiciones críticas que se sumaron a otras que se venían expresando desde el año pasado respecto a la política social, como el apartamiento de las organizaciones sociales y piqueteras que brindaban asistencia y alimentos en comedores, o a la desarticulación del FISU, el plan que urbanizaba barrios populares.
Contrapunto de baja intensidad
Lo cierto es que en un contexto marcado por el ajuste, la motosierra y la “batalla cultural”, la Iglesia Católica argentina optó por una estrategia clara. Tener una fuerte presencia en los temas concretos que afectan a la vida cotidiana de la gente, pero sin entrar en una confrontación directa con la figura del presidente Milei.
En la agenda episcopal se destacan cuestiones como la situación de los jubilados, el financiamiento del Hospital Garrahan, la atención a personas con discapacidad, la respuesta a la represión en las marchas y, más recientemente, el problema del trabajo.
El enfoque -según fuentes que están interiorizadas de la relación entre el Gobierno y la Curia- apunta a señalar “las injusticias” que surgen del modelo económico actual y advertir sobre el riesgo de que el ajuste se convierta en la única variable de política pública.
La relación con la Casa Rosada es entre fría y nula. Milei no responde a los planteos de la Iglesia y, del otro lado, entre los obispos hay una prudente distancia, ante la imposibilidad de establecer un diálogo político con la Casa Rosada.
De hecho, hasta ahora, el presidente de la Nación nunca recibió a las nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal que asumieron el año pasado. El vínculo se reduce a los canales institucionales que abre la Secretaría de Culto y al contacto que los obispos mantienen con intendentes y actores locales en cada diócesis. “Rosca política no hay”, aclaran.
En este escenario, la conducción de la Conferencia Episcopal atraviesa un momento de cohesión interna, después del final del mandato de Oscar Ojea y la llegada del arzobispo Colombo, quien no suele rehuir las tensiones con el Gobierno.
La mirada de la Iglesia, resaltan los informantes, no se limita al gobierno nacional: también abarca la realidad de las provincias, donde la agenda incluye crisis económicas, tensiones sociales y confrontación con dispositivos políticos que a veces traspasan los límites de lo legal.
Otro eje que la Iglesia viene subrayando es el de las formas en el debate público, en el que Milei imprime un tono de inusual brusquedad (aunque la semana pasada prometió cambiar y moderarse). Es en ese contexto que se produjo la homilía de García Cuerva y su pedido frente a la iglesia de la calle Cuzco de “salir del chiquero de la descalificación y la crueldad”.
Se trató de un mensaje que apuntó a un clima social enrarecido y a un estilo político que, según observan en ámbitos eclesiales, tiende a desoír a quienes atraviesan dificultades.
Pero además, en lo que va del año, el Episcopado recibió a numerosos grupos en conflicto con el Gobierno: algunos encuentros fueron públicos, otros se mantuvieron en reserva, pero en todos se repitió la sensación de maltrato o indiferencia por parte de las autoridades. En esto aparecen las suspicacias del oficialismo.
Igual, en el terreno electoral, la postura es terminante: la Iglesia mantendrá su histórica prescindencia, sin involucrarse en lo partidario, más allá de que pueda haber pronunciamientos de curas u obispos con posiciones más firmes. La posición de los obispos es acompañar, escuchar y marcar las desigualdades, sin entrar en la competencia por el poder.
POLITICA
El Gobierno anticipó que sostendrá las reformas realizadas con los decretos que fueron rechazados por el Congreso

El Gobierno defendió la legalidad de los decretos delegados y advirtió que va a sostener las reformas implementadas, pese a la reciente derrota parlamentaria que puso en jaque parte de la estrategia oficial para reorganizar la administración pública. Así lo anticipó Guillermo Francos, jefe de Gabinete, durante una entrevista en radio Rivadavia.
El funcionario criticó con dureza que diputados que antes habían acompañado los proyectos oficiales, como la Ley Bases, ahora se unieran a la oposición para rechazar los decretos. “Es medio ridícula la situación… Si te delegan y después te rechazan cuando utilizás la delegación, es como una cosa medio ilógica”, cuestionó Francos, apuntando a la contradicción en el Congreso.
En el debate sobre los organismos estatales, el jefe de Gabinete remarcó que buena parte de las reformas operadas por el Ejecutivo ya produjeron efecto. Destacó que el Gobierno avanzó con la fusión y reducción de organismos como el INTA y el INTI, y que la estructura y el gasto público resultaban insostenibles. “No cuestionamos la función del INTA, pero sí la burocracia administrativa que tenía”, señaló, y ejemplificó que el INTA contaba con ‘como seis mil empleados y tres mil automóviles. Una cosa ridícula, ¿no?’.
Según Francos, estas reformas permitieron avanzar en el ajuste del gasto estatal. “Si vos tenés un déficit del 15% sobre un producto de seiscientos mil millones, estás teniendo un déficit de noventa mil millones de dólares de déficit público. Eso no lo puede resistir nadie. Nuestro país no lo puede resistir”, advirtió, repasando los déficits de los últimos años. Subrayó que, tras la llegada del nuevo gobierno, “pasamos de déficit a superávit, 3,8% del PBI en 2024 y 2,4% en 2025. Eso fue la primera parte de nuestras reformas”.
El jefe de Gabinete agregó que la sociedad percibe los efectos del recorte: aseguró que las encuestas cualitativas muestran que la ciudadanía entiende la relación entre el superávit fiscal y la baja de la inflación. “El resultado es que se acaba para siempre la inflación. Y eso es lo que el kirchnerismo no tolera y por eso quiere atacar cargando al Gobierno de nuevos gastos”, insistió.
Francos defendió el proceso de simplificación administrativa liderado por Federico Sturzenegger: “Lo que ha hecho es simplificar el funcionamiento de la administración pública, hacerle más fácil al empresario convivir con el Estado y desarrollar su actividad. Y todo eso es lo que va generando el cambio”.
En la sesión del miércoles pasado, la sesión logró los votos necesarios para rechazar 5 decretos delegados: 462/25, que modifica organismos técnicos como el INTI y el INTA; 345/25, que busca disolver el Instituto del Teatro y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares; 351/25 que transforma el Banco Nacional de Datos Genéticos en un organismo desconcentrado dependiente de la Jefatura de Gabinete; 340/25 que desregula la Marina Mercante; y el 461/25, que promueve la disolución de Vialidad Nacional.
UN VOTO A FAVOR DE LA CORRUPCIÓN Y LA CASTA. Ayer la Cámara de Diputados votó la derogación de los delegados 462/25 y 461/25 (falta Senado). ¿Por qué es un voto a favor de la corrupción y la casta? Mirá el video y entenderás en que se gasta tu dinero. VLLC! pic.twitter.com/4JFY4AOfoY
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) August 7, 2025
Antes y después: el sugestivo tuit de Sturzenegger para mostrar los cambios en la estructura del Inta
Consultado sobre la posibilidad de frenar en el Senado el rechazo a los decretos, respondió que dependerá de las circunstancias parlamentarias y de la decisión de Victoria Villarruel como presidenta del cuerpo. “Por más que sancionen el rechazo de los decretos delegados en el Senado, eso va a tener algún impacto, pero no demasiado, porque esos decretos ya están en vigencia y las modificaciones ya se hicieron”, aseguró.
Francos se refirió a la historia de las delegaciones de facultades entre el Congreso y el Ejecutivo. Sostuvo que “el peronismo y el kirchnerismo abusaron de la facultad constitucional durante todos sus gobiernos”, mientras que el actual oficialismo pidió la delegación por un año y cumplió con el plazo sin pedir prórroga. “Hemos hecho lo que pedimos y la facultad que se nos atribuyó por el Congreso. Esos mismos que hoy están rechazando decretos delegados, son los que autorizaron a los gobiernos anteriores a funcionar todo el tiempo con delegación de facultades”, disparó.
Sobre la alianza con el PRO, Francos ratificó que el entendimiento es estable y apunta a sostenerse en el tiempo, más allá de la coyuntura electoral. Destacó el trabajo conjunto en el Congreso, aunque marcó como “irresponsable” la actitud de legisladores que ahora se desmarcan. “Me parece increíble que todavía haya legisladores que no entiendan que el camino pasa por cambiar el Estado argentino y permitir que tengamos superávit y que no impacte todo ese peso del Estado en la economía, la actividad privada, en los empresarios que invierten en el campo, en la industria, en la energía, el petróleo, la minería, que son el futuro de la Argentina”.
POLITICA
El PJ competirá con Fuerza Patria en 14 provincias: la ausencia de Grabois y el rol de los gobernadores díscolos

Cada provincia es un mundo distinto. Divisiones, caras nuevas, acuerdos de unidad, jugadas estratégicas, fricciones permanentes. La lógica de la política y los tiempos electorales. El peronismo cerró las alianzas para presentar las listas nacionales en los 24 distritos del país con el convencimiento de que, muy probablemente, van a perder legisladores en el camino.
La fisura más importante la ocasionó Juan Grabois, que decidió no sumarse a la alianza nacional Fuerza Patria y mantiene la amenaza latente de presentar una lista por separado del esquema que tuvo como primer logro cerrar la unidad en la provincia de Buenos Aires.
El dirigente social tensó la cuerda al máximo y decidió no firmar la inclusión de su partido Patria Grande a la alianza peronista. Tiene diferencias en cuánto a la conformación de la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y los nombres que podrían integrarla. Ante la posibilidad de que Sergio Massa sea candidato, se niega a avalar esa opción. Por ahora, el líder del Frente Renovador (FR) no se ha pronunciado sobre su futuro electoral.
Grabois se reserva la posibilidad de adherir su partido a Fuerza Patria y va a seguir negociando lugares en las listas de legisladores bonaerenses y porteños. Tiene la voluntad de encabezar la lista por la provincia de Buenos Aires, porque entiende que es momento de que haya un cambio de caras en la propuesta electoral del peronismo.
Va a seguir negociando hasta el domingo 17 de agosto, día en que se vence el plazo para presentar los candidatos. Si no llega a un acuerdo con la cúpula del peronismo bonaerense, entonces presentará una lista aparte con su partido. Si eso ocurre, la ruptura se hará efectiva y el peronismo volverá a sufrir los sinsabores de la interna.
El resto de los sectores del peronismo de la provincia firmaron la alianza sin conflictividad. Por eso la decisión de Grabois cayó mal dentro de Fuerza Patria. Desde el cristinismo dejaron saber que su decisión no fue avalada por la ex presidenta. Todo lo contrario. CFK insiste con la necesidad de cerrar las grietas internas y no le gustó la decisión del titular de Patria Grande.
Los límites de la marca Fuerza Patria
Para las elecciones del 26 de octubre, en la mitad del país, el peronismo no utilizará la marca Fuerza Patria, que se forjó en las mesas de negociación del PJ Bonaerense y que se instaló como el sello nacional para identificar la unidad del peronismo.
En diez de los 24 distritos, el peronismo utilizará un sello provincial para competir. Lo que marca que siguen existiendo varias diferencias de criterio dentro del universo peronista. En Formosa, Tucumán, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, Chubut, Santa Cruz, Entre Ríos y La Pampa no se utilizará la marca nacional que acordaron utilizar Axel Kicillof, Sergio Massa, Cristina y Máximo Kirchner.
Esas marcas provinciales le abren la puerta a algunos gobernadores a tener autonomía de la cúpula nacional y evaluar que rol jugar en la reconfiguración de las dos cámaras legislativas. Y, en muchos casos, son una forma de marcar distancia de la conducción kirchnerista que aún sigue teniendo peso específico en la estructura nacional.
Es el caso de San Luis, donde el liderazgo de Alberto Rodríguez Saá se fue alejando del kirchnerismo o de Mendoza, donde hay una intención clara de que el PJ vuelva a tener mayor preponderancia dentro del armado local. En Tucumán, Entre Ríos o La Pampa el nombre propio es también una prenda de unidad de sectores que no comulgan con la conducción política de la ex presidenta.
En cambio, el sello Fuerza Patria sí se utilizará en Salta, Catamarca, Neuquén, Tierra del Fuego, Chaco, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Buenos Aires, Jujuy y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El caso de Catamarca es paradigmático. El gobernador Raúl Jalil fue muy cuestionado por el kirchnerismo por su acompañamiento al gobierno de Javier Milei en el Congreso. Sin embargo, a través de la ex gobernadora Lucía Corpacci cerró un acuerdo de unidad y llevará la marca que se propuso en Buenos Aires.
Muchos gobernadores – no solo los peronistas – quieren poner un freno al crecimiento de La Libertad Avanza (LLA) en el territorio. Advierten que en el camino hacia las eleciones del 2027 pueden perder su poder en la provincia, ya sea en la gobernación o en las legislaturas. La necesidad de tomar distancia empieza a aparecer cada vez con más nitidez.
En el peronismo no tendrán una campaña unificada y coordinada. No están dadas las condiciones para que eso suceda. En la cúpula del nuevo frente apuestan a que cada gobernador o dirigente de renombre ordene el peronismo en sus provincias y contenga a la mayor cantidad de expresiones.
Varios legisladores, enviados de los gobernadores, o con peso propio en las provincias, se han entrevistado con Cristina Kirchner y Sergio Massa a lo largo de los últimos meses. El pedido que se llevaban era el mismo: lograr la unidad más amplia posible pese a los resquemores existentes en los ecosistemas provinciales.
En el peronismo aceptan que en la elección nacional el Gobierno va a lograr un triunfo en la mayoría de las provincias. Y que se quedará, en muchos casos, con la mayor cantidad de legisladores que se renuevan. En el caso de las provincias que eligen senadores, creen que el peronismo podrá meter los legisladores de la minoría, a diferencia de lo que sucedió en el 2019.
Varios ex gobernadores volverán al ruedo electoral. Juan Manuel Urtubey será candidato en Salta y Jorge “Coqui” Capitanich en Chaco. El cordobés Schiaretti podría liderar la lista de diputados nacionales de su provincia. Juan Manzur negoció la unidad del peronismo tucumano con Osvaldo Jaldo y Gustavo Bordet bajó su protagonismo y decidió apoyar la lista que encabezarán Adán Bahl y Guillermo Michel.
El peronismo atraviesa una fuerte crisis de representación, lo que obliga a la dirigencia a generar una discusión más profunda para edificar un proyecto nacional. Los resultados de esta elección en cada provincia servirán de termómetro para saber dónde está parada la fuerza política cuando comience a desandar el camino hacia el 2027.
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