Foster Gillet volvió a ser el foco de atención estos últimos días cuando se supo que Rampla Juniors, el club uruguayo de Segunda División que firmó una sociedad anónima con el empresario estadounidense, estaba al borde del abismo. Pues, el magnate tenía hasta este viernes para saldar una deuda de 90 mil dólares que tenía con los jugadores y otros empleados de la institución; de lo contrario, la misma descendería a Tercera. Finalmente, el empresario apareció y el jueves puso el dinero sobre la mesa para evitar la que hubiera sido una durísima sanción.

Fue el club el que informó que se pagó un mes de salario al plantel, reafirmando el compromiso del grupo inversor con la institución. Además, en el comunicado, se destacó la palabra “Inversor” en mayúsculas y, aunque se reconocieron dificultades económicas, desde Rampla aseguraron que se continuará trabajando con responsabilidad y transparencia.

Fueron semanas muy preocupantes para el club y sus hinchas porque, en un principio, varios portales difundieron la información de que el empresario no enviaría el dinero prometido para saldar la deuda, debido a que había sido operado recientemente y, por decisión de su entorno familiar, iban a suspenderse todas las transferencias hacia Sudamérica.

Sin embargo, y sobre la hora, Gillett envió el dinero y evitó así que Rampla descendiera a la Tercera División del fútbol uruguayo, una en la que el club nunca estuvo en sus 111 años de historia.

Fue a comienzos de año cuando Rampla se convirtió en una sociedad anónima deportiva y comenzó a recibir los capitales extranjeros provenientes del empresario estadounidense. Todo parecía un panorama alentador para el equipo del ascenso, pues, como en todas las promesas de las SAD’s, esos ingresos podían servir para el crecimiento y desarrollo del club.

Pero todo fue torciéndose y el 6 de mayo, tras un mal arranque de temporada que incluyó una dura derrota 8-0 ante Colón, los hinchas manifestaron su descontento con Gillett mediante pintadas. Los meses pasaron y la situación no mejoró. Actualmente, el equipo se encuentra en la posición 13, penúltimo en la tabla con 13 unidades y a falta de 13 fechas para el cierre del torneo.

«Foster sigue estando. Nosotros en marzo íbamos a hacer la asamblea, después por motivos del inversor no se pudo mover el dinero. Ahí se fue dilatando todo, tanto lo económico como todo lo que habíamos planeado», contó Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, hace unas semanas en diálogo con el medio platense 0221, respecto al empresario estadounidense que realizó inversiones durante el verano para que el Pincha logre reforzarse en varios puestos.

E insistió en que es el camino de las inversiones al que tiene que apuntar Estudiantes: «Es a donde tiene que ir el club, sino seguimos con el libreto y la lapicera para ver como nos adecuamos en cada mercado de pases. Creo que Estudiantes está preparado para hacerlo. Después hay gente que le gusta o no, lo ve bien o no. Yo que estoy dentro de la institución y me toca relacionarme con equipos del exterior, es por donde va el fútbol. Es darle herramientas al jugador para que también crezca, de manera profesional y también en la formación. Eso es lo que a mi me interesa, más allá del fútbol».

Y aclaró que en, este momento, en el club analizan si seguir con las inversiones a través de Gillett o si buscarán otros inversionistas: «Estamos en tratativas, con buenas perspectivas respecto a inversionistas. También puede ser Foster, eh, pero reacomodando algunas cuestiones. Lo que me interesa a mí es el modelo y el formato, no los protagonistas. Tiene que haber inversiones en el fútbol».