ECONOMIA
Las cuentas fiscales volvieron a registrar déficit en junio: ¿peligra el pilar del plan económico de Milei?

En plena disputa política por el gasto público y el reparto de los ingresos, el Gobierno acaba de recibir una mala noticia: en junio, se quebró la racha de superávits fiscales y se volvió a los números en rojo. Es el primer déficit del año, y en un contexto de tensión pre electoral se prende una luz de alerta por la sostenibilidad del superávit fiscal, al que Javier Milei considera el pilar de su gestión.
Aunque junio suele ser un mes de incremento del gasto corriente, por el efecto aguinaldo, igualmente el dato genera preocupación, porque deja en claro que incluso con una mejora en la recaudación impositiva, sigue haciendo falta un mayor esfuerzo de recorte en las erogaciones.
Así lo refleja el informe de ejecución presupuestaria que elabora la Oficina de Presupuesto del Congreso, que arrojó un déficit primario de $1 billón. El resultado financiero -es decir, cuando se contabilizan también los pagos por intereses de la deuda- dio un rojo más grande: $2,7 billones.
Estos números suelen ser considerados un predictor de las cifras oficiales, que se darán a conocer dentro de pocos días por la secretaría de Hacienda. El reporte cubre la administración central -no todo el sector público- y se trata de cifras «base devengado» y no «base caja» -es decir, sobre los gastos hechos pero no necesariamente ya pagados-, lo que implica que en la versión final podría haber cambios.
Pero más que los números, lo que preocupa es «la historia» que cuentan las cuentas fiscales: que, pese a la vocación del gobierno por la «motosierra», empiezan a aparecer señales de agotamiento en el margen para el recorte del gasto.
De hecho, en comparación con el año pasado se registró un incremento real de 8,9% en los gastos corrientes.
Como ya viene ocurriendo desde hace tiempo, el rubro de jubilaciones y pensiones -por lejos el de mayor incidencia del presupuesto, con un 45% del total- es el que más empuja el gasto. Esto ocurre por efecto de la nueva fórmula de indexación que toma como referencia la inflación pasada.
Es decir, ocurre la situación inversa a la del año pasado, cuando la «licuación» inflacionaria del gasto jubilatorio permitió obtener un rápido superávit fiscal. Aquella situación resultaba insostenible políticamente -hubo meses en que la masa destinada al pago de haberes jubilatorios registró una impactante caída de 38% real interanual-, al punto que el propio Fondo Monetario Internacional presionó para una recuperación de los haberes.
Ahora, como habían previsto los economistas, está ocurriendo el efecto inverso: en junio, el gasto jubilatorio tuvo un aumento interanual de 4,5%, y si se considera el primer semestre completo, la suba fue de un 16,7% real.
Con estos números sobre la mesa, queda en claro por qué Milei se fijó como objetivo prioritario impedir que entre en vigencia la reforma previsional que ya cuenta con media sanción en el Congreso. Este paquete de medidas -que incluye una compensación de 7,2% para todos los haberes, más un incremento del bono extraordinario para la franja mínima y su indexación por el IPC- implicaría, según las estimaciones, un costo fiscal anual de 0,7% del PBI.
Motosierra sobre los subsidios
Otro rubro en el que se notó un incremento del gasto fue el de transferencias a las provincias. Pero se trató de un resultado excepcional, por la medida judicial que obligó a compensar a la Ciudad de Buenos Aires por el traspaso de funciones de seguridad. Si no se contabiliza este efecto, las transferencias habrían caído en 0,4% interanual.
Los grandes recortes siguen estando en los subsidios a los servicios públicos y en las retribuciones al personal estatal.
Este último rubro es el segundo de mayor peso en el presupuesto, con un 12% de incidencia. En junio se registró una merma de 10% real interanual, manteniendo la tónica de todo el semestre.
La OPC explica que esto ocurrió porque las pautas salariales acordadas en el período se ubicaron por debajo de la inflación. En el poder ejecutivo -que explica tres cuartas partes del gasto salarial- la pauta de aumento fue de 20,8% frente a una inflación interanual de 39,7%.
Pero, además, se nota el efecto del recorte de cargos ocupados en el Estado: hay un 3,3% menos personal que hace un año en las plantas permanente y transitoria, y además se redujo un 8,9% la cantidad de personal contratado.
En cuanto a los subsidios -que representan un 3,8% del presupuesto- fue donde se más se notó la «motosierra»: la reducción real comparada con el gasto del año pasado alcanzó el 50%. El rubro de energía fue donde más se recortó -casi 58%-, en el marco de un ajuste en las tarifas de los servicios de gas y electricidad. El transporte, en tanto, tuvo una reducción de subsidios por un 31,5%.
Impacto en la caja de ARCA
Pero el dato que más preocupa a quienes se cuestionan por la sustentabilidad a largo plazo del superávit fiscal es la diferencia de velocidades a las que crecen los ingresos y los gastos. El resultado del primer semestre sigue siendo positivo -$58 billones de recursos contra $57,6 billones de gastos- pero el desbalance de junio prende luces amarillas.
Las cuentas del mes pasado marca que mientras los gastos ascendieron a $13,5 billones, los ingresos sólo llegaron a $10,7 billones. Y esto no implica que no esté mejorando el flujo a la caja de ARCA -de hecho, en la comparación interanual creció un 7,4%-, pero quedó en evidencia la falta de impuestos que en otros momentos hicieron un aporte importante.
Principalmente, la eliminación del impuesto PAIS, la rebaja temporaria de las retenciones a la exportación y la brusca caída que tuvo Ganancias -algo que se explica por la suba extraordinaria que había ocurrido en mayo del año pasado-.
Así, por más que el IVA y los aportes a la seguridad social hayan mejorado -16,8% y 13,4% respectivamente-, su crecimiento no fue suficiente para compensar los rubros de variación negativa.
Desde el gobierno, igualmente, celebran los datos recaudatorios porque tanto el IVA como la seguridad social son indicadores por excelencia de crecimiento en la actividad comercial e industrial.
La pulseada fiscal que viene
Con un pronóstico de suba del PBI en al menos 5,5% para este año, se proyecta que la recaudación seguirá mejorando. Las dudas, en todo caso, aparecen por el lado de los gastos, donde el gobierno disputa una pulseada con la oposición por mantener la austeridad.
Al calor de la campaña electoral por las legislativas de octubre, en las últimas semanas se ha intensificado la presión por mayores transferencias a los gobiernos provinciales y por incrementos presupuestarios en salud y universidades nacionales, además del mencionado paquete de reforma jubilatoria.
En cuanto al resultado financiero, el resultado negativo se mantuvo positivo para el primer semestre -$0,6 billones-, por menores pagos de intereses en títulos públicos. Pero en junio hubo un rojo de $2,7 billones, dado que se registraron los pagos correspondientes al vencimiento de intereses de julio de los bonos emitidos en el marco de la reestructuración de deuda de 2020. De no surgir imprevistos, esta situación debería revertirse en el resultado de julio.
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ECONOMIA
El poderoso JP Morgan se suma a la renovada ola del carry trade en Argentina: qué recomienda la City

En medio de la volatilidad del tipo de cambio, el gigante JP Morgan sorprendió al volver a recomendar apostar por el peso y reviviendo así el ya conocido carry trade. El renovado escenario de tasas, la menor volatilidad del dólar, y el respaldo de las principales mesas de la City potencian la estrategia: ¿qué recomienda Wall Street, qué alternativas ven los grandes jugadores locales y cuál es el riesgo real detrás de apostar por el peso en pleno año electoral?
El regreso del carry trade
Tras el pico de tensión cambiaria y la disparada que llevó al dólar a rozar los $1.400, la plaza entró en una etapa de mayor calma. Esta estabilización, sumada a tasas de interés que escalan, reactivó con fuerza el apetito por el carry trade: la clásica apuesta de vender dólares, invertir en instrumentos en pesos y recomprar la divisa después, esperando que la tasa supere la devaluación.
El dato hoy no es menor: el propio gigante de Wall Street JP Morgan, que apenas semanas atrás desalentaba el carry por la debilidad de tasas y un tipo de cambio «planchado», ahora vuelve a recomendar a sus clientes el juego en pesos, con especial foco en los BONTAM, los bonos del Tesoro que pagan la mayor entre una tasa fija ya licitada y la TAMAR (tasa mayorista).
Por qué JP Morgan cambió la recomendación
El 27 de junio pasado, JP Morgan había publicado un informe sugiriendo salir del carry trade, argumentando que con tasas del 32% y un dólar en $1.200 el riesgo no compensaba. Por entonces, el BCRA dictaba la tasa de política monetaria y las LEFI seguían vigentes, aportando cierta previsibilidad, pero también restringiendo los retornos.
Ese escenario cambió por completo. La eliminación de las LEFI, la migración a un esquema de tasas «endógenas» —donde el Central regula la cantidad de dinero, no la tasa— y la suba de la tasa al rango del 37-40% tras el salto del dólar, empujaron a JP Morgan a recalcular.
Hoy, el banco neoyorquino recomienda aprovechar el nuevo equilibrio: tasas altas, dólar contenido, y un régimen cambiario que, aunque frágil, le da algo de aire al peso.
JP Morgan sugiere explícitamente apostar al BONTAM -bono dual- (vence en diciembre de 2026 y paga el máximo entre la tasa mayorista y la TAMAR, que cerró ayer en 42%), con un precio de entrada sugerido de $109,29 y un tipo de cambio de $1.337.
Qué dice la City
En diálogo con iProfesional, Rocco Abalsamo, de Cocos Gold, aporta un matiz clave: el menú para hacer carry trade no es único, y la selección de bonos debe adaptarse al perfil de cada inversor.
- Para los 100% agresivos: El Bonte (TY30P) es el preferido, maximizando retorno, aunque con alto riesgo de duración y exposición a shocks externos.
- Para un agresivo «más prudente»: El T30J6 (vence en 2026) ofrece una jugada de plazo intermedio, combinando tasa atractiva con menor sensibilidad al contexto de largo plazo.
- Para perfiles más moderados: El TZXO6, bono CER que rinde CER + 14%, permite cobertura frente a saltos inflacionarios y una tasa real positiva aún con inflación contenida.
Así, la City no se limita a replicar el consejo de JP Morgan, sino que amplía el menú para cada estrategia de riesgo. La recomendación, en todos los casos, es monitorear de cerca la evolución del dólar, la inflación y la política monetaria dado que el margen de error en Argentina es mínimo.
La visión de Bero Capital
El informe de Bero Capital refuerza el diagnóstico de como el carry trade tiene sentido hoy, pero el mercado sigue mostrando fragilidad estructural. La volatilidad de tasas persiste desde el desarme de las LEFI y, ante cualquier presión cambiaria, las intervenciones oficiales crecen.
La última licitación del Tesoro convalidó TEAs de entre 51% y 65% en Lecaps cortas, tasas reales muy atractivas que reflejan la estrategia oficial de absorber pesos y mantener el sistema líquido pero controlado. Para Bero, la clave pasa por:
- Optar por Lecaps en el tramo corto (43-44% TNA, como la S15G5, S29G5 y S12S5), sobre todo para quienes busquen evitar la dolarización.
- Destinar hasta un 10% de carteras dolarizadas a Lecaps, para capturar valor en el corto plazo.
- Para perfiles agresivos: Lecaps a marzo o mayo de 2026, con mayor retorno pero también mayor riesgo.
- Para empresas: Bonos ajustados por CER, con tasas reales superiores al 13% anual.
Bero también advierte: «De cara al proceso electoral, recomendamos mantener una porción dolarizada de la cartera como cobertura. A estos valores de dólar no convalidamos compras agresivas, pero sí la utilización de instrumentos dollar linked o ONs bajo ley extranjera como defensivos.»
¿Es sostenible esta oportunidad hoy?
Tanto JP Morgan como las mesas locales advierten que el éxito del carry depende de varios factores:
- La capacidad del BCRA para contener el esquema de bandas bajo control.
- El clima electoral, que suele aumentar la volatilidad.
- La dinámica inflacionaria, que puede erosionar la tasa real.
- La política oficial de tasas: si el Gobierno decide forzar una baja, el atractivo se puede evaporar.
Desde Bero Capital subrayan que:
«La sostenibilidad del esquema depende, en última instancia, de la credibilidad del régimen y del poder de fuego del Banco Central.» Por ahora, la estrategia oficial es clara: anclar el tipo de cambio, ofrecer tasas reales positivas y absorber liquidez para evitar que sobren pesos.
¿Qué recomienda la mesa local para el inversor común?
El consenso de los asesores es armar carteras diversificadas:
- Conservadores: combinar Lecaps cortas, algo de CER y una porción dolarizada.
- Con mayor tolerancia al riesgo: aprovechar bonos duales (TTM26, TTJ26, TTS26 y TTD26).
- Empresas y agro: invertir pesos excedentes en Lecaps de 1-2 meses, con rendimientos de hasta 13% sobre cada tonelada de soja vendida.
El carry sigue vigente, pero con menor atractivo
El espaldarazo de JP Morgan, la validación de las tasas y la lectura de las mesas locales reafirman que el carry trade sigue vigente, aunque con menor atractivo que hace una semana.
La reciente caída del dólar, pasando de $1.370 a $1.334, genera que los rendimientos de esta inversión sean menores. Como ejemplo:
- Un inversor vende u$s 1.000 a $1.370 e invierte $1.370.000 en una LECAP con 3% mensual. Al cabo de 30 días tiene $1.411.100.
- Si el dólar baja a $1.334, puede recomprar u$s 1.058, es decir, ganancia doble: por tasa y por vender dólares cerca del techo.
En cambio, si entra al carry cuando el dólar ya está en $1.334, con los mismos $1.000 obtiene $1.374.020, que equivalen a u$s 1.030, es decir, u$s 28 menos.
Por esto, cuanto más bajo esté el dólar al momento de entrar, menor es el «colchón» del carry trade. Si luego sube, la ganancia se achica o incluso se transforma en pérdida. La reciente baja del dólar hace que la jugada sea más riesgosa.
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ECONOMIA
El dólar no fue negocio desde la salida del cepo y puede seguir bajando: qué hacer con los pesos en agosto

Argentina salió del cepo el viernes 11 de abril por la tarde, el primer día de cotización del dólar que se pudo comprar en el mercado fue el lunes 14 de abril, y dicho día cerró en $1.198, el día 5 de agosto el dólar cotizaba en $1.330, con lo cual la suba es del 11,0%.
En igual período, los depósitos en dólares totales en dólares pasaron de u$s31.919 millones, a u$s35.400 millones, lo que nos da señal de fortaleza económica. No hubo corrida.
Entre los meses de abril a julio, la inflación fue del 7,6%, con lo cual la devaluación del peso fue mayor a la inflación, pero similar a tres meses y medio de tasa de interés al 3,0% mensual, que acumularía una tasa del 10,9%.
El día 14 de abril el bono AL35 valía u$s66,50, y hoy vale u$s65,45, pero hay que comentar que en el ínterin se cobró una renta en dólares de u$s2,06, esto implica que gano más quien tuvo un bono en dólares, que quien tenía solo dólares en la mano.
El que compró acciones de YPF el 14 de abril las pago $42.400, mientras que hoy valen $48.650 lo que nos dejaría una tasa del 14,7%, un aumento superior a la tasa de devaluación del 11,0%.
Comprar dólares desde la salida del cepo no fue negocio
No deseo ser redundante en los ejemplos, pero quien compró dólares desde la salida del cepo a hoy, solo le gano a la inflación, y tuvo un rendimiento similar al invertir en un plazo fijo. Los bonos en dólares subieron más que la devaluación, las acciones de YPF continuaron a la suba, y los depósitos en dólares subieron 10,9%.
El día 14 de abril las reservas sumaban u$s24.221 millones, la circulación monetaria $21,7 billones y el total de encajes $12,3 billones.
Con datos al 1 de agosto las reservas suman u$s41.034 millones, suben en u$s16.813 millones, y no todo es dinero prestado.
La circulación monetaria al 1 de agosto es de $23,8 billones, aumento en 9,7%, esto es debido a la compra de dólares que hizo la tesorería en el mercado, con lo cual fue un aumento de circulante con respaldo, no fue emisión.
Los encajes pasaron a ubicarse el 1 de agosto en $17,6 billones, en total $5,3 billones más que en abril debido a los cambios en la política de encajes. Esto suma a la base monetaria, pero no es emisión monetaria, es dinero de los bancos que quedan en el Banco Central.
El mercado cambiario está definido por dos bandas divergentes, cuando lleguemos al 14 de agosto la banda superior se ubicará en $1.456,8, y la banda inferior en $960. Si el dólar toca la banda superior, el gobierno vende dólares y contrae pesos, mientras que, si toca la banda inferior, el gobierno compra dólares y expande la cantidad de moneda. Como no hemos llegado a la banda superior y tampoco a la banda inferior, el Banco Central no ha intervenido y tampoco a emitido dinero.
El dólar puede seguir bajando, por eso hay que invertir en bonos y acciones
La suba del dólar se debió al desarme de las Letras de Liquidez Fiscales, conocidas en el mercado como LEFI, pero su suba fue muy acotada, y resulta altamente probable que el dólar retrocede a los niveles previos a la volatilidad desatada por las LEFI. El vencimiento de este instrumento opero el 17 de julio pasado, y en dicha fecha el dólar mayorista valía $1.275.
No vemos ningún motivo para que el dólar siga a la suba, todo lo contrario, parecería que vamos a un escenario en donde el dólar podría cotizar por debajo de los niveles alcanzados en la previa del vencimiento de las LEFI, y no descartamos niveles similares a los que tuvo en la salida del cepo.
Creemos que, con el cambio de expectativas a nivel internacional, y la posibilidad cada vez más cierta de una baja de tasas en Estados Unidos, nuestros bonos y acciones tienen un recorrido alcista por delante.
En la medida que la baja de tasas en Estados Unidos se profundice, no descartamos que los fondos de inversión inviertan en materias primas, y esto se traduzca en una recuperación en precios de la soja, trigo y maíz.
El gobierno nos muestra todos los meses superávit fiscal, los ingresos de dólares por el programa vigente del FMI están fortaleciendo el activo del Banco Central. Todo esto refuerza las expectativas de un crecimiento del PBI en torno del 5,0% anual.
No hay por delante ningún escenario catástrofe, el dólar puede bajar, y de confirmarse una baja de tasas en el mundo, estamos en las puertas de una baja en el riesgo país, y acceder a los mercados voluntarios de deuda. En este escenario no descartemos un valor del dólar a niveles mucho más bajos que los actuales, por eso hay que invertir en bonos y acciones. El dólar billete dejó de ser objeto de deseo.
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ECONOMIA
Cómo impacta en el plan fiscal de Javier Milei los proyectos sobre universidades y Garrahan y la estrategia opositora

Una vez más el presidente Javier Milei enfrenta un escenario adverso en el Congreso, con un paquete de proyectos impulsados por los bloques opositores que, según el Gobierno, tienen un impacto fiscal imposible de afrontar, pero que en realidad obligan al oficialismo a entrar en una discusión incómoda sobre el orden de prioridades de su plan económico.
La Casa Rosada intentó evitar que los bloques de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Democracia por Siempre, Coalición Cívica y otros tuvieran quórum para sesionar este miércoles, pero fracasó. A las 12:20 el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se vio obligado a abrir el debate con 135 legisladores sentados en sus bancas.
Dentro de la extensa agenda de temas que impulsó la oposición los dos principales son el proyecto de financiamiento de las universidades (que se aprobó con 158 votos a favor y 75 en contra) y la emergencia en pediatría, que propone asignar recursos de forma «inmediata» al sector y contempla epecialmente la crisis del Hospital Garrahan. Son los únicos con dictamen y en condición de pasar al Senado con media sanción.
El oficialismo acusa «oportunismo» por tratar temas socialmente sensibles como estos a pocos días del inicio de la campaña electoral. «Siempre algo de eso hay», admite por lo bajo una fuente opositora ante iProfesional. Pero más que eso, lo que buscan es instalar la controversia sobre el plan económico del Gobierno, con planteos como «hay plata para la Sociedad Rural o para la SIDE pero no para las universidades o la salud».
De cualquier manera, el cuadro general de situación es molesto para el gobierno de Milei, tanto por la discusión -que empieza a volverse permanente y repetitiva- sobre su programa de equilibrio fiscal «innegociable» como por la cada vez más notoria pérdida de control sobre la agenda del Congreso por parte del oficialismo.
Otra pulseada difícil para Javier Milei: ¿qué impacto fiscal tendría el proyecto sobre el Garrahan?
Además del oportunismo electoral, La Libertad Avanza afirma que la oposición quiere «dañar el rumbo económico» del Gobierno para generar inestabilidad y provocarle un daño político irreversible.
Los proyectos, si se aprueban en Diputados y luego en el Senado, efectivamente alteran las cuentas del Gobierno, aunque su impacto fiscal real es impreciso. Esto se debe a que la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) que suele elaborar esos informes a pedido de los legisladores solo analizó esta vez el proyecto sobre el Hospital Garrahan.
Según ese informe, la iniciativa que declara la emergencia en pediatría por dos años, contempla una «asignación prioritaria e inmediata de recursos presupuestarios» al sector y declara al Garrahan como «hospital de referencia nacional en la atención de alta complejidad» implica un gasto anualizado de más de $133 mil millones.
Ocurre que el proyecto establece además una recomposición salarial del personal de salud -incluidos los residentes- que «no podrá ser menor a la que recibían en términos reales en noviembre del año 2023» y una exención en Ganancias cuando cumplan con actividades críticas, horas extras y/o guardias.
El informe señala que equiparar las remuneraciones de personal destinado a la asistencia pediátrica (asistencial y no asistencial) y residentes al nivel salarial de noviembre de 2023 «implicaría un gasto adicional de la Nación entre julio y diciembre de $65.573 millones«, que anualizado «alcanzaría 133.433 millones».
Financiamiento universitario: dudas sobre el costo en Diputados, mismo problema para el Gobierno
El proyecto sobre las universidades fue impulsado por los rectores agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y propone actualizar por inflación y de forma automática los gastos de funcionamiento de las casas de estudios, al tiempo que ordena convocar a paritarias para recomponer el salario del personal docente y no docente.
Con esto tema, el problema es que no hay un informe de la OPC porque los diputados no lo pidieron y tampoco los rectores de las universidades hicieron el cálculo, según deslizó a este medio una fuente opositora. El único número que hay sobre el impacto fiscal de este otro proyecto es 0,19% del PBI, pero es una cuenta extraoficial.
En otros bloques apuntan que cuando la misma iniciativa se trató en 2024 (Milei la vetó) la OPC informó que el impacto era de 0,14% del PBI por lo que este año sería «más o menos lo mismo, pero con el Producto Bruto actualizado«. Pero ante la falta de un número preciso, el oficialismo y la oposición arrojan diagnósticos distintos.
En el sector de la UCR más ligado a las universidades señalan que, con el informe anterior actualizado por la inflación de 2025, el proyecto implicaría en total un gasto adicional para el Gobeirno de poco más de un billón de pesos. Los libertarios afirman que «supera ampliamente el billón y medio».
Sin embargo, para la oposición la discusión no pasa por los números redondos, sino por la recomposición. Durante la sesión, el radical Martín Tetaz señaló: «No preguntemos de dónde sala la plata cuuando solamente estamos ajustando por inflación, no estamos creando universidades nuevas».
¿Por qué la oposición avanza con proyectos que tienen asegurado el veto de Milei?
Todos saben que los dos proyectos van camino a repetir la historia del último año y medio: si se convierten en ley, el Presidente los vetará con el argumento de que dañan el equilibrio fiscal y luego empezará la pulseada dentro del Congreso para ver si el Gobierno logra blindar el veto o no.
Por esa razón, el eje central de la sesión que convocó la oposición no pasa tanto por el contenido de los proyectos, ni siquiera por el impacto fiscal, sino por discutir el orden de prioridades del plan económico de la gestión libertaria.
Miguel Pichetto, jefe de Encuentro Federal, sostuvo que el tema del financiamiento universitario se debería «discutir en el nivel del presupuesto» para «definir las prioridades» porque el país lleva «dos años sin ley de presupuesto». Y agregó: «No veo a las personas en los barrios populares o en los almacenes predicando sobre el orden fiscal, es importante, pero vamos a ver como lo evalúa la sociedad en octubre cuando tenga que votar«.
A su turno, el radical Julio Cobos (uno de los pocos de la UCR que dio quórum) señaló: «Sepa el Gobierno que además del equilibrio fiscal, no se pueden romper el equilibrio institucional, el equilibrio federal y mucho menos el equilibrio social».
«Están preocupados por el déficit fiscal y no se los escuchó hablar cuando bajaron las retenciones al campo. Pero les preocupa de dónde va a salir a plata: saldrá de las obras públicas que le recortaron a los municipios», señaló a su turno Adolfo Bermejo, de Unión por la Patria.
A su turno, Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal) sostuvo que «no hay plata para las universidades pero vemos que para un ejército de trolls o para que el Presidente se tome un avión para un acto partidario en Córdoba sí hay plata«, mientras que Christian Castillo (Frente de Izquierda) sostuvo que «para financiar el carry trade el Gobierno gasta 4,5% del PBI».
Los libertarios se aferran al equilibrio fiscal para soportar la discusión incómoda que abre la oposición
Frente a la estrategia de la oposición que busca poner en discusión la orientación del plan económico de Milei, con el que espera ganar las elecciones nacionales al vincular el equilibrio fiscal con la baja de la inflación (el tema que más interesa y valora el electorado frente a la gestión), el oficialismo por ahora no se inmuta.
Los diputados de La Libertad Avanza no tienen más opción que justificar su rechazo a este tipo de proyectos en la importancia que tiene el equilibrio fiscal. Es un mandato inquebrantable de Milei a su tropa parlamentaria.
«Cuando hay un gasto tienen que decir de dónde van a sacar la plata (…) Nos piden un aumento suprelativo del gasto, que ataque directamente el equilibrio fiscal», advirtió Álvaro Martínez, una de las voces económicas de LLA.
En tanto, el jefe del bloque libertario, Gabriel Bornoroni, reitero el argumento de que los diputados de la oposición «quieren romper el equilibrio fiscal. No están pensando en los argentinos sino en la política».
Lo cierto es que los proyectos sobre universidades y Hospital Garrahan que avanzaron en Diputados tienen un impacto fiscal que altera las cuentas del programa económico de Javier Milei y por eso se encaminan -si el Senado los transoforme en ley- a un nuevo veto, pero la discusión de fondo tanto para el Gobierno como para la oposición pasa por el sentido y la orientación del plan.
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