Connect with us

ECONOMIA

Alerta dólar: se aceleró el boom de importaciones y hay un dato que preocupa al mercado

Published

on



Junio suele ser el último mes en el que la balanza comercial trae alegrías. Hay una cuestión estacional por la liquidación de la cosecha agrícola, que además este año tuvo un componente extra: el Gobierno puso un alivio de las retenciones a la exportación que vencía, precisamente, el último día de junio. Teniendo en cuenta esos factores a favor, el último dato comercial difundido por el Indec no deja mucho margen para el optimismo.

El saldo de u$s906 millones sigue luciendo insuficiente para el nivel de salida de divisas que está teniendo la economía, y el pronóstico es que en los siguientes meses pueda verse reducido a niveles mínimos.

Advertisement

Muy lejos del optimista pronóstico que había hecho el Gobierno en el proyecto de presupuesto 2025, no habrá un holgado superávit de u$s20.000 millones por bienes y servicios. De hecho, los economistas que participan en la encuesta REM del Banco Central vienen corrigiendo a la baja sus pronósticos.

A inicios de año, la expectativa del mercado era que la balanza comercial dejara un saldo positivo de u$s12.144 millones. Pero, mes a mes, los expertos fueron retocando a la baja su previsión de exportación, al tiempo que corregían al alza la de importación, en el marco de una política de revaluación del peso.

En definitiva, en menos de un semestre la previsión de saldo comercial se redujo a la mitad: u$s6.133 millones, producto de ventas por u$s81.541 millones e importaciones por u$s75.408 millones.

Advertisement

Y, si bien ya no es sorpresa la velocidad que están tomando las importaciones -que, además del tipo de cambio, tienen el incentivo de bajas arancelarias y desregulaciones-, lo que sí llama la atención es el pobre desempeño exportador. Si no fuera por el rubro petrolero, que crece a una impactante tasa de 74% interanual, las exportaciones habrían caído respecto del año pasado, y el superávit total sería de apenas u$s156 millones en el mejor momento del agro.

Últimos cartuchos de la soja

A pesar de que el volumen de producción del campo fue mejor que el del año pasado y que la cuestión impositiva apuró los embarques, la venta de productos primarios tuvo una mejora marginal de 2,6%, mientras que las manufacturas de origen agropecuario -el principal rubro de exportación- se mantuvo estancado. Jugaron en contra los precios del mercado internacional, que para el caso de los cereales se redujeron en torno de 1,9% interanual.

No es una situación que sorprenda, desde ya: el precio de la soja en el mercado de Chicago viene luchando para no caer debajo de los u$s370 por tonelada, muy lejos de los u$s430 de hace un año. Era algo previsto por una combinación de factores productivos y geopolíticos: por un lado, la sobreproducción estadounidense y brasileña y, además, el «factor Trump» que había llevado a un incremento en los acopios de importadores asiáticos.

Advertisement

Lo cierto es que no hay grandes expectativas sobre el aporte del campo argentino para el segundo semestre. Es probable que julio todavía tenga buenas cifras, dado que se liquidaron unos u$s2.700 millones que se habían anotado antes de que venciera la rebaja temporal de retenciones. Pero el efecto posterior será el de un bajón significativo, como ya se está sintiendo en los volúmenes embarcados en los puertos de Rosario.

¿Quién lidera las importaciones?: el dato que preocupa al mercado

Mientras tanto, las importaciones vuelan: el crecimiento interanual es de 35,9%, cuatro veces más que las exportaciones. En junio, las compras desde el exterior sumaron u$s6.370 millones, y las proyecciones de los economistas es que ese nivel se mantenga durante el resto del año.

Ahí es donde se genera la polémica política: ¿es un dato para festejar o para preocuparse? El Gobierno argumenta que un alto nivel de importación es un síntoma de reactivación económica, porque la mayor parte de las compras son insumos y bienes de capital para la industria.

Advertisement

Y, efectivamente, la importación de bienes de capital viene creciendo a buen ritmo -un 100% de variación interanual en junio-, lo cual es consistente con la previsión de un crecimiento del PBI de 5,5% en el año.

Pero, aun así, hay algo que llama la atención de los economistas. Hay una vieja regla aceptada por el mercado, según la cual, por cada punto de crecimiento del PBI, se necesita que suban tres puntos las importaciones. Si ese fuera el caso, las compras deberían estar subiendo a una tasa interanual del 17%, pero lo están haciendo en torno de 35%.

Y ahí aparece el dato que contradice a Toto Caputo: los rubros que más están impulsando las importaciones -y agrandando el déficit de la cuenta corriente- no son los insumos de la industria, sino los productos de consumo final y los automóviles. En junio crecieron, respectivamente, a un ritmo interanual de 90,9% y de 248,5%.

Advertisement

Esos dos rubros sumados ya representan un 22% de las importaciones totales, superando a los bienes de capital, que tienen una participación de 19%. Hace un año, los bienes de consumo y los autos, sumados, apenas representaban el 14% de la «torta» importadora.

El petróleo, volátil

Con ese panorama, la gran apuesta del gobierno para equilibrar las cuentas externas se llama Vaca Muerta. Con el aporte de la exportación de petróleo y gas, se espera que ese rubro, que históricamente había sido un dolor de cabeza -durante la guerra de Ucrania obligó a sacrificar reservas por la inédita cifra de u$s12.868 millones- ahora deje un superávit de unos u$s8.000 millones.

De todas formas, no hay certeza sobre que esas proyecciones se cumplan. También aquí juega el «efecto Trump», con una caída en la cotización del mercado petrolero global. Irónicamente, lo que hace tres años habría sido la mejor noticia posible, ahora juega en contra de los intereses argentinos.

Advertisement

Ya se descartó que el conflicto israelí-iraní pueda provocar un alza sostenida en el precio del crudo. Para empezar, porque no se produjo el temido cierre del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo comercializado a nivel global.

Pero, además, hubo una confirmación en la suba de producción de la OPEP, en un mercado que ya venía mostrando un exceso de oferta. Y, para completar el cuadro, Trump está dispuesto a cumplir su promesa de campaña, en el sentido de bajar el precio doméstico de la nafta, sobre la base de un impulso a la producción del «shale oil».

Hablando en plata, el precio del barril, que a inicios de año rondaba los u$s80, hoy lucha por sostenerse en torno de u$s67 -después de haber tocado en mayo un mínimo de u$s56, un valor que no se veía desde la pandemia.

Advertisement

La esperanza de Vaca Muerta

Aun con ese panorama externo poco favorable, la perspectiva de la «carta petrolera» es buena. En junio se exportaron u$s1.064 millones, lo que implica un crecimiento de 74% respecto del año pasado, un logro que se valora aun más si se considera que en ese lapso los precios cayeron un 17,2%.

El acumulado anual de la exportación petrolera llega a u$s5.337 millones. Y si se netea las compras de gas, el saldo del primer semestre queda en u$s3.761 millones.

A pesar de recientes altibajos en la producción, la previsión de los expertos del área energética es que en el segundo semestre podría haber mejores cifras de exportación, con lo cual -de no mediar imprevistos en el mercado internacional- no puede descartarse que el rubro energético deje un aporte neto en torno de u$s8.000 millones.

Advertisement

El problema, claro, es si eso alcanzará para disimular la dificultad de financiar las crecientes importaciones, por no mencionar la salida de divisas por el rubro de turismo y servicios.

iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,exportación,soja,petróleo,dolar

Advertisement

ECONOMIA

Jornada financiera: los bonos en dólares cayeron fuerte y el riesgo país subió a 1.126 puntos

Published

on


Solo dos días hábiles separan a un mercado sumido en especulaciones y expectativas de otro que asimilará los datos duros que arrojarán las elecciones legislativas. Con un panorama político despejado, ya definida la composición del Congreso en los próximos dos años de gobierno de Javier Milei, llegarán cambios en el gabinete y probablemente una modificación en los lineamientos económicos.

En este sentido, la operatoria financiera de este miércoles fue atípica si se la compara con las ruedas vertiginosas de septiembre y lo que va de octubre. Las acciones terminaron con ligera tendencia alcista y el dólar operó estable dada la intensa intervención del Tesoro de EEUU; solo las pérdidas para los bonos soberanos evidenciaron cierto nerviosismo por la contienda electoral.

Advertisement

Bloomberg dio cuenta de ventas de parte del Tesoro de los EEUU entre USD 400 y USD 500 millones de dólares en el mercado spot, efectuadas por intermedio de los bancos Citi y JP Morgan, en base a estimaciones de operadores, dado que no hay información oficial al respecto. “Representa su mayor intervención hasta la fecha”, indicó la agencia especializada.

El mercado seguirá bajo presión porque la oferta de dólares del sector comercial es limitada, ya que los vendedores “esperan el resultado de la elección para ver qué sucede, si todo esto fue solo ruido y se termina, desapareciendo, o qué”, comentó Juan Manuel Truffa, economista de la consultora local Outlier.

El dólar mayorista finalizó negociado a $1.489 para la venta, con baja de 1,50 peso o 0,1%, tras operarse a un mínimo en $1.482 y máximo en $1.491, en este último caso a solo 56 centavos del techo de la banda de flotación cambiaria.

Advertisement

El volumen operado en el segmento de contado volvió a ser elevado -dada la estacionalidad de las agroexportaciones que se concentran en el segundo trimestre-, por 793,8 millones de dólares.

“La presión compradora volvió a dominar el mercado, con apenas breves momentos de alivio, atribuibles a eventuales intervenciones del Tesoro norteamericano que aportaron algo de oferta temporal, rápidamente absorbida por la demanda.El BCRA, por su parte, continuó ofertando hoy en el techo de la banda con una postura de USD 250 millones”, precisó Nicolás Merino, operador de ABC Mercado de Cambios.

El dólar al público no registró variantes, a $1.515 para la venta en el Banco Nación, un precio que, de todos modos, es un máximo nominal. El Banco Central informó que en el promedio de entidades financieras el dólar minorista quedó a $1.520,90 para la venta (suba de 2,16 pesos o 0,1%) y a $1.468,43 para la compra.

Advertisement

Todos los contratos de dólar futuro finalizaron en baja en un rango de 0,4% a 1,7%. La postura más negociada, para fin de mes, cedió 6,50 pesos o 0,4%, a $1.494, debajo del techo de las bandas cambiarias, a $1.501 para el cierre de octubre.

Los dólares financieros retrocedieron entre 4 y 12 pesos desde sus precios máximos. El “contado con liquidación” finalizó a $1.1.598,14 (-0,7%), mientras que el MEP terminó a $1.582,24 (-0,3%).

El dólar blue subió cinco pesos o 0,3%, a $1.550 para la venta, tras haberse operado al mediodía a $1.555, un récord nominal.

Advertisement

Las reservas internacionales del Banco Central aumentaron en USD 31 millones, a USD 40.570 millones, sin intervención de la entidad en el mercado.

En un marco de incertidumbre, las acciones y ADR argentinos operados en dólares en Wall Street registraron leves ascensos, encabezados por Banco Macro (+4,3%). Del lado perdedor sobresalió Banco Supervielle (-2,7%).

El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ascendió un 0,8% en pesos, en los 2.018.811 puntos.

Diferente fue el panorama para los títulos públicos, que arrojan una pérdida promedio de 1,4% para los bonos Globales -con ley extranjera- en Wall Street, que posicionó al riesgo país de JP Morgan en 1.126 puntos, con una suba del 4,4%. Los Bonares -con ley argentina- cayeron 1,8% en promedio.

Advertisement

Nicolás Cappella, analista de IEB, subrayó que los “bonos en dólares, marcaron bajas en torno al 2% y al mercado no parece importarle la llegada del JP Morgan a Argentina. ‘Elecciones mata anuncio del anuncio’ y hasta que no haya novedades concretas, no parece que hubiera apetito por la deuda en dólares”.

“Creemos que las bandas podrán mantenerse después de las elecciones solo bajo un resultado electoral neutro o favorable, es decir, si la elección resulta pareja o favorable al oficialismo. En caso de que La Libertad Avanza pierda frente al peronismo por un amplio margen, poniendo en duda la continuidad del gobierno más allá de 2027, las autoridades probablemente deberán revisar el régimen cambiario, pese al compromiso oficial de extender las bandas hasta 2026″, evaluó Max Capital.



Business,Corporate Events,North America

Advertisement
Continue Reading

ECONOMIA

¿Comprar o esperar?: Morgan Stanley recomendó qué hacer con los dólares hasta las elecciones

Published

on



A solo unos días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, los pesos vuelven a arder en las manos. El dólar blue superó los $1.545, el MEP saltó a $1.591, el contado con liquidación (CCL) avanzó a $1.607, y el oficial mayorista ya roza los $1.490,50. Las brechas superan el 7% y reflejan un mercado que se cubre a toda velocidad.

Ni las intervenciones del Banco Central (BCRA) ni las recientes operaciones del Tesoro de Estados Unidos, que lleva semanas comprando pesos para sostener la banda cambiaria, logran estabilizar las expectativas.

Advertisement

En la City, el debate vuelve a ser el mismo de siempre: ¿conviene dolarizarse ahora o esperar?

En este contexto, un informe de Morgan Stanley, titulado «Argentina: Post-Election Scenarios – Thinking Through Options», analiza los distintos caminos posibles para la economía local y, sobre todo, para el tipo de cambio.

El banco estadounidense plantea tres escenarios según el resultado electoral, y concluye que independientemente de quién gane, el país deberá ajustar su política cambiaria para reconstruir reservas, equilibrar la cuenta corriente y recuperar acceso a los mercados internacionales.

Advertisement

Morgan Stanley: «Después de las elecciones, habrá un tipo de cambio más alto»

Según el equipo encabezado por Fernando Sedano, economista jefe para Latinoamérica —ex Brasil—, la estabilidad actual es insostenible sin una corrección del tipo de cambio. Las intervenciones coordinadas entre el Gobierno argentino (Tesoro + BCRA) y el Tesoro estadounidense —que confirmó un swap line de u$s20.000 millones y compras de bonos en el mercado— apenas logran contener las tensiones antes de los comicios.

En su análisis, Morgan Stanley detalla tres escenarios posibles según el desempeño electoral de La Libertad Avanza (LLA) frente a Fuerza Patria (FP), con proyecciones concretas de crecimiento, inflación, cuenta corriente y tipo de cambio.

La variable clave, remarcan, será la capacidad política del Gobierno para mantener la continuidad del programa económico y conseguir respaldo legislativo para avanzar con reformas estructurales.

Advertisement

Escenario 1 – «Market Access»: Milei gana o empata

En el escenario más favorable, LLA obtiene entre 35% y 40% de los votos, consolidando un bloque legislativo de hasta 90 diputados y alrededor de 14 senadores. En este caso, el Gobierno podría avanzar hacia una flotación administrada del peso una vez que se formalice la asistencia de Estados Unidos.

El tipo de cambio oficial se ubicaría cerca de $1.700 a fin de año y subiría a unos $1.900 en 2026, lo que permitiría equilibrar la cuenta corriente y comenzar un proceso sostenido de acumulación de reservas. Morgan Stanley prevé que el PBI crezca 4% en 2025 y 2,5% en 2026, mientras que la inflación bajaría al 18% anual en el segundo año.

La entidad considera que este escenario permitiría una reapertura gradual del mercado voluntario de deuda hacia mediados de 2026, con un retorno al financiamiento externo y una mejora del riesgo país hasta los 635 puntos.

Advertisement

En este contexto, el Gobierno podría avanzar con reformas laborales y tributarias, apoyado en una coalición con partidos de centroderecha, y consolidar una narrativa de normalización económica.

El informe sostiene que «una victoria de Milei no eliminaría los riesgos, pero ordenaría la corrección cambiaria y facilitaría el proceso de estabilización». Según sus proyecciones, el dólar debería ajustarse para reducir el déficit externo y permitir que el BCRA vuelva a comprar dólares.

Escenario 2 – «Muddle Through»: derrota ajustada

El segundo escenario, considerado por Morgan Stanley como el más probable según los precios de los activos, plantea una derrota ajustada del oficialismo con 30–35% de los votos. En ese caso, la continuidad del programa económico sería parcial y las reformas avanzarían con dificultad, generando un panorama de alta volatilidad y bajo crecimiento.

Advertisement

El dólar se movería entre $1.800 y $2.000, suficiente para equilibrar la balanza comercial, pero sin margen para recomponer reservas en el corto plazo. La inflación se mantendría cerca del 23% anual y el crecimiento caería a 3,5% en 2025 y 2% en 2026.

El riesgo país, según el banco, se ubicaría entre 1.200 y 1.300 puntos, con los bonos argentinos operando en torno a u$s60, es decir, niveles que descuentan una situación intermedia –ni crisis ni acceso al crédito-.

La entidad advierte que la reacción inicial del mercado podría ser contenida, pero que «los inversores seguirán pidiendo señales concretas de gobernabilidad y apoyo político».

Advertisement

Si el Congreso se fragmenta y el oficialismo no logra acuerdos, el peso podría volver a depreciarse rápidamente.

Escenario 3 – «Reform Reversal»: derrota amplia

El tercer escenario contempla una derrota contundente de Milei, con apenas 25–30% de los votos, lo que implicaría un Congreso más adverso y un programa económico paralizado. Bajo ese contexto, el tipo de cambio oficial podría saltar hasta los $2.200 o $2.500, acompañado de una inflación que volvería a superar el 40% anual y un retroceso de la actividad económica.

Para Morgan Stanley, este escenario supondría un ajuste desordenado, una corrección «de shock» con riesgo de recesión, suba de tasas y escasez de dólares. Los bonos caerían a valores de u$s35–40, el riesgo país escalaría por encima de los 3.500 puntos y el país quedaría sin acceso al financiamiento externo hasta 2027.

Advertisement

En términos políticos, la falta de gobernabilidad impediría avanzar con reformas y forzaría al Gobierno a administrar la crisis más que resolverla, mientras los capitales buscarían refugio en el dólar.

¿Es posible una dolarización?

Más allá de los escenarios, el informe dedica un apartado completo al tema de la dolarización, una de las promesas insignia del presidente Milei durante su campaña de 2023. Sin embargo, Morgan Stanley aclara que, con las reservas actuales, el país no tiene capacidad para convertir todos los pesos en circulación ni garantizar los depósitos bancarios.

Argentina necesitaría entre u$s21.000 y u$s86.000 millones, según el tipo de cambio de conversión y el nivel de encaje bancario elegido. Con reservas netas cercanas a u$s10.000 millones, la dolarización plena resulta imposible sin un fuerte apoyo externo.

Advertisement

Además, el banco remarca que se trata de un proceso que requiere legislación específica, reformas institucionales y consenso político. «No hay ejemplos de países de ingreso medio que hayan dolarizado exitosamente. La estabilidad monetaria no puede imponerse sin reservas ni credibilidad», advierte el documento.

El rol del Tesoro de Estados Unidos

Uno de los capítulos más relevantes del informe es el que analiza el paquete de asistencia estadounidense. Morgan Stanley detalla que el Tesoro de EE. UU. y la Reserva Federal (Fed) tienen la potestad de utilizar el Exchange Stabilization Fund (ESF), el mismo instrumento que se aplicó en 1995 para rescatar a México durante la crisis del «tequila».

En el caso argentino, el apoyo se estructuraría en cuatro frentes:

Advertisement
  1. Swap de u$s20.000 millones, utilizable tras las elecciones.
  2. Línea de crédito de mediano plazo, condicionada a metas fiscales y cambiarias.
  3. Compra de bonos soberanos en el mercado secundario o primario.
  4. Compra directa de pesos argentinos, como la que ya realizó el 9 de octubre, cuando el Tesoro estadounidense intervino para contener al dólar.

Según el informe, el swap sería el componente más inmediato y relevante, aunque su activación estaría supeditada a una devaluación del peso y un plan de acumulación de reservas. El paralelismo con México es evidente dado que allí, el apoyo se liberó una vez implementado un programa de ajuste acordado con el FMI.

En ese sentido, Morgan Stanley considera probable que el nuevo paquete financiero incluya una condicionalidad similar a la del Fondo, orientada a garantizar disciplina fiscal, control del gasto y flotación cambiaria.

Qué hacer con los pesos

Para el inversor —ahorrista— argentino, el dilema vuelve a ser el mismo: ¿dolarizar o esperar?

Advertisement

Morgan Stanley recomienda prudencia y diversificación, priorizando la liquidez hasta que se conozca el resultado electoral.

  • Para los más conservadores, sugiere mantener pesos en cuentas remuneradas o money markets, que siguen pagando tasas cercanas al 40% TNA, combinando una posición dolarizada vía bonos o CEDEARs.
  • Los perfiles moderados pueden apostar a instrumentos en dólares de corto plazo, como los Bonos Globales 2029 y 2030 (GD29 y GD30), o los Bonos duales (TTM26, TTJ26, TTS26, TTD26) que pagan el máximo entre TAMAR (Tasa Mayorista) y tasa fija.
  • Para quienes asumen más riesgo, el banco considera atractiva la exposición a acciones de bancos y energía, que se beneficiarían de un escenario de flotación o apertura del cepo.

En cualquier caso, el consejo central es esperar al lunes post electoral antes de tomar decisiones grandes. 

«La historia demuestra que posicionarse antes del evento suele ser menos rentable que hacerlo después, cuando el panorama político y cambiario se clarifica», afirma el reporte.

Dólar más caro

El consenso del informe no deja margen para dudas, después de las elecciones, el dólar será más caro. Lo que se define el 26 de octubre no es si habrá o no devaluación, sino la velocidad y el grado de orden con que ocurrirá.

Advertisement

Si Milei logra retener apoyo político y consolidar el respaldo de Washington, el salto cambiario podría ser controlado y funcional a un nuevo equilibrio macroeconómico.

Si no, el país podría volver a un ciclo de incertidumbre, inflación y recesión.

Advertisement

iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,dolar,elecciones,morgan stanley,acciones

Continue Reading

ECONOMIA

Qué son los “salarios dinámicos” que el Gobierno pretende incluir en la reforma laboral y cómo afectarían a las paritarias

Published

on


La iniciativa oficial apunta a modificar el rol de los convenios colectivos en las negociaciones salariales y las paritaria (Reuters)

La discusión sobre el modelo laboral argentino sumó un nuevo capítulo con la presentación de modificaciones orientadas a los convenios colectivos y el esquema de salarios de convenio. En el contexto del Coloquio de IDEA realizado en Mar del Plata, El secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación,Julio Cordero, brindó precisiones sobre el giro que promueve el Gobierno en materia de relaciones laborales y negociación salarial.

El concepto remite a la posibilidad de habilitar “salarios dinámicos”, una idea que implica un reordenamiento del sistema actual de referencia salarial. En la visión oficial, la estructura tradicional mantiene los salarios de convenio como mínimos garantizados, pero con esto busca que los valores pactados sectorialmente funcionen como topes para los respectivos gremios.

Advertisement

Según los lineamientos presentados por Cordero, los valores fijados en los convenios dejarían de ser “pisos” y pasarían a funcionar como “techos” de referencia. De esta manera, los sindicatos perderían la prerrogativa de utilizar esos montos como el mínimo asegurado para todos los trabajadores encuadrados y, en cambio, cada empresa podría pactar sumas diferentes, siempre que no superen lo fijado colectivamente.

Actualmente, los salarios básicos que resultan de los convenios representan para los sindicatos un resguardo que se aplica de modo uniforme a los empleados bajo su órbita. Con la reforma, el Gobierno pretende que las partes involucradas flexibilicen los mecanismos de actualización y revisión de ingresos, adaptándolos a la situación concreta de cada sector o firma.

La propuesta oficial también plantea eliminar la fijación automática de incrementos salariales en función de la inflación, con el objetivo de evitar indexaciones ajenas a la productividad y las capacidades de cada empresa. El titular de la Secretaría de Trabajo expuso este planteo como una alternativa para dotar de mayor competitividad al empleo y para que el esquema de ajustes sea más flexible y realista.

Advertisement

El anuncio se produce mientras distintas entidades empresarias y cámaras patronales reclaman la revisión de las condiciones laborales y de los criterios de determinación salarial. Las reformas propuestas buscarían modificar el “uso rígido” de los salarios de convenio y adecuarlos a los ciclos económicos, permitiendo “actualizaciones dinámicas”, según los vaivenes de la actividad.

Los detalles conocidos hasta el momento muestran que la Secretaría de Trabajo impulsa un modelo donde los convenios colectivos definen rangos y pautas para cada sector, pero establecen montos máximos que las empresas no deben superar. Esto invierte un principio histórico del derecho laboral argentino, donde el convenio actúa como red de contención, evitando remuneraciones por debajo de lo pactado.

La figura de los “salarios dinámicos” implica que el valor convencional sirve como punto de referencia general, aunque habilita a regiones o empresas a negociar condiciones diferentes, siempre en línea con las posibilidades del entorno. El Gobierno plantea que este mecanismo permitiría adaptar los salarios a la realidad de cada unidad productiva, promoviendo la sustentabilidad del empleo formal.

Advertisement
Julio Cordero propuso la introducción
Julio Cordero propuso la introducción de «incrementos salariales dinámicos» (Christian Heit)

El foco oficial en la productividad marca otro de los cambios que introduce el proyecto. La Secretaría de Trabajo busca asociar la evolución de los salarios con los resultados específicos de cada sector, para evitar que los aumentos funcionen de manera homogénea y desvinculada de la situación económica de cada actividad.

La implementación de los salarios dinámicos abriría la puerta a negociaciones descentralizadas, donde empresas y representantes laborales tendrían margen para acordar mejoras, modificar sumas fijas o establecer mecanismos de ajuste propios. Los gremios, por su parte, podrían insistir en condiciones superadoras, pero sin la obligación de que ese acuerdo se traslade automáticamente a todo el universo de trabajadores representados.

Además, la iniciativa incluye cambios en la validez temporal de los convenios colectivos. El Gobierno plantea acotar la vigencia de las cláusulas económicas, forzando renegociaciones periódicas que se adapten a la evolución del contexto macroeconómico y sectorial.

El debate sobre esta reforma se da en un momento de tensión paritaria y con reclamos de actualización inflacionaria en múltiples sectores. Dirigentes sindicales consideraron que introducir “techos” salariales en lugar de “pisos” constituye una pérdida de garantías para los empleados, al tiempo que consultoras y analistas evalúan el impacto que podría tener la medida sobre la masa salarial registrada.

Advertisement

El secretario de Trabajo detalló que el proyecto no implica eliminar la negociación colectiva, sino dotarla de mayor flexibilidad y capacidad de adaptación al entorno económico. Según Yasín, el objetivo central radica en evitar que la referencia salarial actúe como un elemento distorsivo para las empresas pequeñas o que arrastran dificultades financieras.

La propuesta de “salarios dinámicos” contiene además un apartado destinado a promover la competitividad, incentivando la mejora permanente de las condiciones productivas. De aprobarse la reforma, el paradigma del salario mínimo negociado cambiaría de manera sustancial para los sindicatos, que históricamente lograron que el valor de convenio funcionara como punto de partida de cualquier negociación posterior.

En la actual coyuntura se reconoce un escenario de fuerte dispersión salarial y falta de coordinación entre las distintas ramas y territorios. Esto llevó a que ciertos sectores mantuvieran negociaciones paralelas independientemente de lo que establecen los convenios marco.

Advertisement

Analistas advierten que uno de los desafíos centrales estará en la coordinación para evitar una mayor brecha entre actividades o regiones. El factor regional cobra relevancia porque la dinámica productiva y las condiciones de empleo evolucionan de forma dispar a lo largo del país. En ese sentido, la Secretaría de Trabajo considera viable la descentralización como método para lograr una mayor adaptación.

Las cámaras empresariales manifestaron respaldo a la idea, afirmando que la negociación salarial sectorial resulta incompatible con escenarios de crisis o recesión, donde no todos los actores pueden afrontar los mismos compromisos. El sector empresarial sostiene que la dispersión y flexibilidad de los salarios logra una alineación más directa con la productividad y las necesidades de generación de empleo.

Organizaciones sindicales expresaron reparos por el riesgo de debilitamiento de la protección colectiva y la posible precarización de ciertas condiciones laborales. Desde los gremios sostienen que los convenios han actuado históricamente como resguardo efectivo frente a la inestabilidad y que limitar el “piso” abre la puerta a mayores desigualdades.

Advertisement

El debate sobre los salarios dinámicos continúa abierto y forma parte central de la agenda de reforma laboral que promueve el Gobierno. La iniciativa busca modificar los elementos tradicionales del régimen negociador argentino, con una argumentación centrada en la adaptación, flexibilidad, productividad y competitividad empresarial.



Corporate Events,South America / Central America,Government / Politics

Advertisement
Continue Reading

Tendencias