Un giro del destino. Un guiño de la casualidad que la enfrentó con una situación inesperada. Jamás imaginó que se cruzarían sus caminos en ese escenario, pero sucedió. Lali Espósito experimentó una situación muy peculiar en un nuevo episodio de La Voz Argentina.

Resulta que la talentosa cantante descubrió que conocía a la participante del reality, que la unía un vínculo en común familiar muy fuerte. Toda una circunstancia azarosa, que le transformó el semblante y la sacudió emocionalmente, porque no la eligió para su team.

Todo se remonta a la presentación de una joven de Santiago del Estero y ahí se encuentra la clave de esta trama, ya que Lali posee de muchos familiares en esa provincia, algunos de los cuales son amigas íntimas de la concursante. A tal punto que la famosa la reconoció por el apodo.

Luego de interpretar una canción de María Becerra, Sabrina Anriquez lo logró cumplir el sueño de ingresar en el programa, dado que ninguno de los cuatro jurados giró su asiento. Con la amorosidad que la caracteriza, Espósito tomó la batuta para brindarle una devolución amable.

LALI ESPÓSITO SE ENCONTRÓ CON UNA CONOCIDA EN LA VOZ

«¡Ay, chica! Tengo mi familia en Santiago toda que es fan del programa. Un beso a toda mi familia que vive en el barrio Newbery«, expresó la artista luego que la participante exteriorizó su procedencia. Inmediatamente, Sabrina tiró un dato clave: «Sí, la Vale, la Cami«.

Sorprendida, la novia de Pedro Rosemblat añadió: «La Vale, la Cami, mis primas«. Ahí se produjo la revelación decisiva del caso: «Claro, son mis amigas. Yo soy la Sabri de la Pipi«. Azorada, Lali le preguntó con mucha curiosidad: «¿Vos sos la Sabri? No te veo de lejos«.

Acto seguido, Espósito confesó su indignación por no haber apretado el botón: «¿Cómo estás? Qué hermosa, qué bueno que viniste al programa. Ay, qué bronca que no me di vuelta«. No obstante, la autora de decenas de hits le prodigó muy bellas y cariñosas palabras.

El Indio Solari es uno de los referentes máximo del rock nacional que ha visto lo mejor del público nacional en lo que se denominó el pogo más grande del mundo. Sin embargo, su condición de salud se vio afectada por un Parkinson que nadie esperaba y que amenaza todo lo que es.

El Indio Solari decidió mantener lejanía con los medios de comunicación, en general, desde que era banda, pero ya avanzada su edad y su afección, priorizó su paz y tranquilidad, brindando algunas entrevistas, aunque con algunos requerimientos.

Si bien en varias oportunidades Natalie Weber dejó en claro que es una mujer súper celosa y desconfiada en lo que es su vínculo matrimonial con el ex futbolista Mauro Zárate, pero este sábado, en tanto se sentó en la mesa de Mirtha Legrand arrojó un comentario que dirija. Todos en shock.

A fin de exponer el nivel de toxicidad de la modelo, quien alguna vez fue parte de las integrantes del panel de Moria Casan en la pantalla de América, fue La One quien la mandó al frente en el programa y la botinera tuvo que contar una anécdota muy particular.

Fue entonces que Natalie le confesó a la Chiqui que es extremadamente celosa y que, a pesar de que su marido cree que ya no lo hace, ella sigue revisando sus cosas. “Ahora no, pero en su momento olía calzones”, lanzó la columnista de Paso en América en medio de la cena y ante otras figuras sentadas a su lado.

Pero quien no podía creer lo que estaba escuchando era la diva, que omitió cualquier tipo de comentario y la dejó hablar. A lo que Weber continuó: “Cuando salía con los amigos, olfateaba el calzón. Ahora ya no lo hago”. Al escucharla, Mirtha acotó: “Es  horrible, no me digan eso, que huele el calzón”.

NO LE PIERDE PISADA A MAURO

“No, no me digan eso”, sumó Legrand. A lo que Natalie agregó: “Sí, era tóxica. Le olía la ropa y el calzón”. Y si bien la modelo asegura que a 15 años de matrimonio con el futbolista ya no es tan obsesiva y perseguida si deó en claro que aún tiene cierta desconfianza y la manía de revisar.

Cabe recordar que a finales del 2023 fue la propia Natalie quien, sentada en Desayuno Americano, contó: “Fui muy tóxica, revisaba el teléfono una vez por semana. Si él quiere abrir la pareja, debería abrirla sin que yo sepa. Cuando le revisaba encontré mucha fotito de mina que le mandaba por Instagram. Las minas, tremendas. Ven a un jugador y se tiran ahí como ternero guacho”.