POLITICA
El “triángulo de hierro” se deforma al calor electoral

Caía sobre Buenos Aires una garúa tan ingrata que ni siquiera tenía el mérito de merecer un paraguas. En un café ubicado en diagonal con la Casa Rosada un funcionario del Gobierno reflexionaba sobre la curiosa paradoja que afecta a la gestión libertaria. “En general los mercados se vuelven cautelosos ante las elecciones de medio término porque no saben quién va a ganar y porque dudan sobre el rumbo que tomará el Presidente. Pero ahora todos dicen que La Libertad Avanza se encamina hacia un triunfo y no tienen dudas de los objetivos económicos que persigue Milei. Entonces, ¿por qué siguen tan temerosos?”.
En el cierre de la semana esa inquietud cobró más vigor, entre el dólar en alza, las tasas de interés volando y el riesgo país al nivel de la época del cepo. Hay razones económicas que podrían explicar esos indicadores. La salida caótica de las LEFI, la escasa acumulación de reservas, el déficit de la cuenta corriente. Pero fundamentalmente incide un factor político que está en el fondo de la incertidumbre que expresaba el funcionario: ¿tendrá Milei en la segunda mitad de su mandato la musculatura política para avanzar en su programa económico y hacer las reformas que el plan está necesitando?
Y esta parece ser la variable que el establishment económico todavía no ve despejada hacia el futuro. Aunque descuente su triunfo en las urnas, sabe que el oficialismo no tendrá mayorías propias en el Congreso y que requerirá de algún esquema consensual. Y en este sentido todas las últimas señales fueron adversas: agrietó el vínculo con los gobernadores aliados, no pudo retener a los legisladores que lo habían apoyado, mantiene una relación ambigua con Mauricio Macri y el Pro, se peleó con la vicepresidenta Victoria Villarruel, está en pie de guerra contra los gremios y desconfía de ciertos sectores empresarios.
El Presidente apuesta a un “efecto alineamiento” por el cual la mayoría de esos actores tenderían a apoyar al Gobierno una vez que obtenga lo que él imagina como un gran triunfo electoral en octubre. La prepotencia de los votos. Pero no todos en la Casa Rosada están seguros de que se avecine una victoria tan holgada como para disciplinar automáticamente al sistema político. Incluso manejan números más bien mezquinos. La última encuesta que analizaron le da a LLA 38 puntos a nivel nacional. “Si eso es así, estamos perdidos”, admitía uno de los referentes que accedió a esos datos.
Esta discusión es la que está de fondo en la agria relación que vienen sosteniendo Karina Milei, a través de los primos Menem, y Santiago Caputo, un vínculo que se agravó visiblemente en las últimas semanas. Es cierto que en la superficie el debate es por la estrategia electoral, con los primeros promoviendo la expansión libertaria en todos los distritos y el segundo planteando no competir donde se puede acordar con posibles aliados. Pero esta discusión tiene un trasfondo conceptual más profundo y que apunta a la pregunta que se hacen los mercados sobre la segunda mitad del mandato de Milei.
Caputo parte de un planteo básico según el cual al oficialismo le conviene no tensar hoy la relación con los aliados, para garantizarse su apoyo en los próximos dos años, hacer las reformas estructurales y, basados en el supuesto éxito de ese proceso, en 2027 lanzarse con todo a competir en las provincias.
Esta idea contrasta con la postura de Karina Milei y los Menem de plantearles ahora una competencia electoral a los gobernadores, bajo el presupuesto de que es el momento oportuno para la consolidación del violeta puro, lo que les permitirá después de las elecciones negociar con el resto de los actores desde una posición de mayor fortaleza.
Desde el “caputismo” se preguntan: “¿Por qué nos ayudarían los gobernadores si ya les estamos mostrando que queremos disputarles su territorio? ¿Qué incentivos tendrían? La ambición de colonizar el país en el 2025 puede hacer que resignemos el 2027, excepto que tengamos un triunfo arrollador”. El “karinismo” hace una lectura totalmente opuesta cuando señala que “el objetivo principal hoy es superar nuestra debilidad de origen y colocar incondicionales en el Congreso. No podemos acordar con radicales o macristas que después se desmarquen a la hora de votar leyes sensibles”.
Esta discrepancia conceptual es sustancial para determinar el volumen y la configuración del futuro oficialismo. La actual LLA fue el resultado de una construcción aluvional en 2023, destinada a darle sustento a la postulación de Milei.
Ahora el desafío es superior y pasa por constituir una fuerza de Gobierno capaz de avanzar con reformas profundas (laboral e impositiva, la previsional quedaría para un eventual segundo mandato), atender nuevas demandas sociales (ya no sólo inflación, sino también empleo y poder adquisitivo) y dar respuesta a viejos reclamos que quedaron obturados bajo la lógica del ajuste y que empiezan a emerger cada vez con más frecuencia (hospitales, jubilados, rutas).
Por eso el principal enemigo de Milei puede ser la inercia, esa fuerza misteriosa que afecta a muchos gobiernos que creen haber obtenido ciertos éxitos y que no identifican la necesidad de replanteos ante los cambios de demandas y desafíos.
La economía va a llegar al momento de la votación sin el impulso que en algún momento imaginó el Gobierno. Es cierto que la tendencia a la baja de la inflación parece consolidada, como quedó demostrado esta semana con un nuevo mes debajo del 2%. Pero al mismo tiempo hay síntomas de enfriamiento.
Los salarios completaron un trimestre por debajo de la inflación, con una caída del 5,4% respecto de los precios. El empleo está en retroceso, con casi 50.000 puestos menos desde que se inició el año, según datos elaborados por CEPA en base a información oficial. La mora en los préstamos familiares empezó a crecer en los últimos meses, para pasar del 3,7% al 4,5% en solo un mes, tal como consta en el último informe del Banco Central.
Un banquero de una entidad importante agrega que se incrementó fuerte la mora en tarjetas de crédito, que pasó del 1% a principios de año a más del 5% ahora. Esto, sumado al tema de las tasas de interés, hace prever una restricción en el otorgamiento de préstamos, especialmente los hipotecarios. Un anticipo de este movimiento se empezó a sentir en algunos rubros vinculados al crédito y que venían con buenas ventas pero se desplomaron en junio, como el de las motos.
Sin embargo, los estrategas del Gobierno dicen tener medido que el principal impulsor del voto a LLA “no es el resultado actual de la economía, sino el rumbo, hacia dónde vamos. Nuestro driver es el futuro, no el presente. Esa es la razón por la que es clave no obturar la posibilidad de reformas, mantener vigente las expectativas”.
La disputa metodológica entre Karina Milei y Caputo, que puede lucir etérea, tuvo en las últimas semanas traducciones muy concretas que llevaron a una deformación del “triángulo de hierro”, que hoy parece incapaz de resistir el fragor del proceso electoral.
Probablemente se trate del peor momento en la dinámica que rige en la cúpula del poder libertario, con Santiago Caputo muy enfrentado con los Menem, con Karina Milei que ya marcó con una X al influyente asesor y con el Presidente prescindente. Por primera vez empieza a hablarse en despachos lindantes al del jefe del Ejecutivo de los posibles desenlaces de estas tensiones.
En el entorno de la hermana no ocultaron su certeza de que Caputo estuvo detrás de la difusión del negocio de una empresa de los Menem con el Banco Nación, y de que es un vuelto por el escándalo del misterioso avión del empresario Leonardo Scatturice, cercano al asesor.
En el rincón de Caputo están convencidos de que Lule y Martín Menem tienen una estrategia de acumulación política destinada a quedarse con el control de LLA, aprovechando la falta de estructura propia de Karina. Las operaciones cruzadas de los últimos días no tienen antecedentes y han empezado a bordear la peligrosa línea de las acusaciones de irregularidades.
El corrimiento de Caputo de ciertos circuitos es palpable y tiene implicancias claras. Por un lado, externas. Los gobernadores y legisladores que lo tenían como interlocutor privilegiado, se dan cuenta de que ya no puede garantizar el cumplimiento de su palabra. A algunos les transmitió sus actuales limitaciones para dar curso a sus planteos.
Por otro lado, los efectos internos. Las Fuerzas del Cielo que él comanda se quedaron sin su intervención en la negociación de las listas bonaerenses (dicen que fue Ritondo quien lo mantuvo informado). Caputo se corrió y dejó que “los chicos” hablen con Milei directamente y el Gordo Dan asumió la representación. El Presidente les pidió que armen una lista de posibles postulantes, pero al final no los defendió frente a la avanzada de Parejas.
“Es una mala señal que nos dejen afuera. Nosotros fuimos los primeros militantes libertarios. Somos los que aportamos novedad al espacio con las redes sociales y la movida joven”, se reivindican. Nadie sabe cómo reaccionarán ante la frustración de haber sido los principales perdedores del armado de las listas.
No está claro todavía si la deformación del “triángulo de hierro” es definitivo o si el proceso se normalizará después de las elecciones. El consenso generalizado es que todo dependerá del resultado de octubre. Si “La Libertad arrasa”, como dice Milei, es probable que se inicie una nueva etapa en la distribución del poder, con Karina y los Menem con más atribuciones. Pero si el triunfo no es tan holgado, el Presidente volverá a requerir de las habilidades del asesor para reconstruir lazos y rearmar un esquema de gobernabilidad que le dé sustento.
Guillermo Francos y Patricia Bullrich, dos viejos lobos de la política, preocupados por estas distorsiones, empezaron a alzar la voz para hacerse escuchar internamente. Practican un delicado equilibrio porque no quieren involucrarse en la disputa superior, pero ven que el Gobierno atraviesa un momento de fragilidad. “En ambas posiciones hay un vacío de pensamiento, un punto ciego. Debemos salir de la dinámica ‘acuerdo sí, acuerdo no’”, plantean desde ese sector, donde aún lamentan la eliminación de la “mesa de los martes” que debatía las estrategias políticas. Claro, hoy sería imposible que se junten a charlar como entonces Karina, los Menem, Caputo, Francos, Bullrich y Manuel Adorni, con la presencia de Milei. Al menos sin temer daños y perjuicios.
Anoche cerraban con enorme dificultad las listas para la elección bonaerense del 7 de septiembre. Sin las PASO, la definición de las candidaturas se volvió un proceso más tortuoso de lo habitual. Pero aun así, quedaron algunos datos para resaltar.
El primero, es que la provincia de Buenos Aires se encamina hacia la elección más territorial de su historia, en la que prevalecerán los aparatos locales. El diseño de estos comicios desdoblados les otorgan un protagonismo decisivo a los intendentes, al punto de que la mayoría de los candidatos serán precisamente jefes comunales, aunque después no asuman sus bancas.
Por esa razón, la dinámica la impusieron los intendentes, los peronistas que presionaron a Axel Kicillof para desdoblar la fecha; los macristas que se abrieron de la negociación de Ritondo con Parejas; los “independientes” que decidieron hacer su juego (desde Julio Zamora y Fernando Gray, hasta los hermanos Passaglia).
En este contexto no sería extraño que los armados alternativos licúen el desempeño de los dos principales frentes electorales. Los nombres propios de los postulantes y las marcas de los partidos, esta vez pesarán menos. Las agendas de campaña estarán divididas: en el interior, girarán en torno de los temas locales; en el conurbano, se seguirán las problemáticas nacionales. No existe una realidad bonaerense.
El segundo dato es que tanta casta en acción espanta a los electores, que manifiestan un absoluto desinterés en esta convocatoria. En la Casa Rosada estiman una participación que con suerte alcance el 50% del padrón, lo cual será determinante porque aumenta el peso de los aparatos. Sería una buena noticia para el peronismo. Las noticias de estas elecciones no generan ningún interés, ni en la televisión ni en la web.
El tercer aspecto es la interna del peronismo, que está en juego de modo especial. Kicillof está conforme con haber sostenido el desdoblamiento electoral pese a las presiones y por haberle quitado la hegemonía de la lapicera a La Cámpora. El hecho de que las negociaciones se hayan hecho en La Plata es para él un triunfo simbólico. Sin embargo, es también el que más arriesga. Una derrota arruinaría su proyecto político indefectiblemente.
El kirchnerismo aceptó compartir las listas después de una orden directa de Cristina Kirchner en ese sentido. Si bien en las tratativas estuvo representada por Máximo, siguió el proceso de cerca y habló con todos los sectores. Ella se siente tributaria de la forzada confluencia, porque intuye que tampoco saldría indemne de una derrota.
A pesar de estos esfuerzos, el peronismo sigue desmembrado y los negociadores admiten que no veían la hora de que se termine el tema de las listas que los fuerza a una convivencia indeseada. “No hay que engañarse, se toleran por pragmatismo, pero sigue todo roto internamente”, admiten cerca de la mesa tripartita que comparten con el massismo.
Anoche coquetearon con una ruptura y desde el bunker de Kicillof amenazaron con apelar a listas propias si sus demandas no eran atendidas por el kirchnerismo. Así resulta difícil imaginar cómo se cohesionarán todas las partes para hacer campaña juntos. Otro desafío para el frágil esquema peronista.
El último plano a observar es la convergencia libertaria-macrista, bajo las condiciones de la Casa Rosada. Un dato es que el amarillo desapareció del mapa, no sólo porque se sometió mayoritariamente al violeta, sino porque los que no aceptaron los términos del trato se sumaron a otros emprendimientos electorales. Hay una pérdida de sentido simbólico muy nítida.
La otra consecuencia es que va a dejar muchos heridos porque las Fuerzas del Cielo quedaron relegadas y el macrismo se atomizó en un sálvese quien pueda. En definitiva, las listas no funcionaron como construcción política, que permita intuir una fuerza consolidada que en dos años desafíe al peronismo. Fueron apenas un recurso minimalista para resolver la urgencia electoral.
POLITICA
“Nosotros paramos al kirchnerismo en Córdoba”, aseguró Juan Schiaretti en su cierre de campaña

CÓRDOBA.- Juan Schiaretti, el primer candidato a diputado nacional de Provincias Unidas en Córdoba, cerró la campaña junto al gobernador Martín Llaryora en la ciudad capital. En un día de extremo calor, el candidato abandonó su tradicional campera roja. “No se dejen amedrentar o influir por aquellos que dicen que son o ellos o vuelve el kirchnerismo. Nosotros paramos al kirchnerismo. No es La Libertad Avanza”, subrayó.
Llaryora definió a esta elección como “tremendamente difícil (…). Está palo a palo, se va a definir en las horas que faltan. Llevó una elección imposible de ganar a poder ser ganable. Está para ganar. Todos tienen que ir a votar. El único que puede ganar es Juan Schiaretti, tenemos que decir ‘si vos querés que Córdoba pegue un grito federal y que este Gobierno modifique el rumbo, ‘el que no vota a Juan vota a Milei’”.
En una muestra de lo peleada de la elección del domingo Schiaretti pidió “ir a votar”, reclamó “no quedarse en la casa” e “ir a votar para decirle al Presidente que tiene que cambiar. No somos delegados de un porteño, por más que sea el Presidente. El cabeza de lista de LLA dice que él es Milei en Córdoba. Yo soy Córdoba”. La referencia es a que Gonzalo Roca repite “yo soy Milei en Córdoba”.
“Se gobierna con diálogo y no con atropello, se gobierna con sensibilidad hacia la gente y no hacia los números -fue enumerando-. En vez de cambiar el plan económico que está claro que ha fracasado fue a pedir un salvataje a los Estados Unidos. No se gobierna bien si uno va a pedir un salvataje, esa es la prueba del rotundo fracaso”.
El candidato aseguró que el Gobierno nacional “no habla de producción y trabajo, habla solo de timba financiera”. Subrayó que en la provincia hace 20 años que “hay equilibrio fiscal” pero “con la gente, cuidando a los más vulnerables, y haciendo las obras necesarias”.
Pidió a los cordobeses el voto “para ir al Congreso nacional a ser la voz del interior. Vamos a poner sensatez y sentido común”. En esa línea repasó la alianza construida por media docena de gobernadores, Provincias Unidas. Insistió en que en Diputados trabajarán para que se cumplan las leyes sancionadas y votados
Acompañado por todos los integrantes de la lista -le siguen Carolina Basualdo, Miguel Siciliano, Laura Jure e Ignacio García Aresca– Schiaretti encabezó un acto en la Plaza de la Música, donde ratificó los ejes del discurso de campaña. En el escenario, postulantes y Llaryora, siguieron los discursos de los que iban pasando sentados en una doble fila.
En los últimos días, en paralelo a que desde La Libertad Avanza (LLA) se insiste en que no elegirlos es “desperdiciar” el voto, Schiaretti endureció sus opiniones sobre la marcha de la administración de Javier Milei. El voto del domingo será la oportunidad de expresar que el país necesita otro rumbo económico”, sostuvo.
“Falta sensibilidad y sobra crueldad”, dijo en un párrafo de su discurso y agradeció “porque está intacta en Córdoba la vocación de tener un país normal. Me lo hicieron ver en cada recorrido que hicimos».
Córdoba representa casi 9% del padrón y elige nueve diputados nacionales. El peronismo local pone en juego dos bancas y la expectativa es que, con el exgobernador como líder de la lista, sumar más. Todos los candidatos en sus discursos insistieron en el “compromiso” con Córdoba, con el interior del país.
Después de Schiaretti fue el turno de Llaryora, quien revalorizó la constitución de Provincias Unidas en una “muestra de que la gente es más importante que los partidos”, un “modelo” que Córdoba ya venía poniendo en práctica. “A cualquiera le cierra un modelo económico si todos los días expulsa a alguien”, sostuvo el Gobernador y enumeró los programas que “se cortaron” o “desfinanciaron” durante el gestión libertaria.
Gabriela Origlia,Juan Schiaretti,Córdoba,Javier Milei,Conforme a,Juan Schiaretti,,Elecciones 2025. Milei cierra la campaña de La Libertad Avanza en Córdoba con una caminata en la zona céntrica,,Mano a mano en Córdoba. En el segundo distrito del país, los libertarios confiaban en arrasar y ahora pujan con Schiaretti,,Elecciones en Córdoba. Ante empresarios, Schiaretti afirmó que el equilibrio fiscal debe ser “alcanzado con sensatez”
POLITICA
Con Kicillof y Massa, Fuerza Patria cerró la campaña en PBA y espera con expectativa la elección del domingo

El peronismo bonaerense cerró la campaña electoral para la elección del próximo domingo con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, al frente del sprint final y mostrando una foto de unidad para escoltar al primer candidato de la lista, Jorge Taiana. Este jueves, el mandatario provincial encaró una serie de recorridas por Almirante Brown, Berazategui y culminó en San Martín, donde estuvo acompañado por parte de los candidatos de la lista de Fuerza Patria como Juan Grabois, Jimena López, el propio Taiana y la presencia del líder del Frente Renovador, Sergio Massa.
El objetivo primario será repetir la performance electoral de lo que fue la elección bonaerense del pasado 7 de septiembre, cuando Fuerza Patria se impuso por casi 14 puntos sobre La Libertad Avanza, replicando el resultado en la integración de las futuras cámaras legislativas provinciales. De repetir los guarismos, el peronismo calcula que podrá conseguir 19 escaños propios para representar a la Provincia en el Congreso nacional.
“El 7 de septiembre, le dimos la voz de aura a la militancia de todo el país para que salga a la calle, para que banque, para que aplique, para que milite, para que empuje y para que el veintiséis de octubre, acá en provincia de Buenos Aires, le digamos a Milei el no más grande del mundo. Le vamos a decir a Milei que en la provincia de Buenos Aires no pasa la motosierra, que en la provincia de Buenos Aires hay una provincia libre de topos, que quiere más derechos, más Estado presente, que quiere justicia social. ¿Será una mala palabra para ellos? Mejor todavía», enfatizó el gobernador en el cierre de su discurso en el distrito de San Martín; donde fue la última parada de la campaña electoral.
Hasta el distrito de la Primera sección electoral, llegaron también el primer candidato a diputado nacional, Jorge Taiana, la segunda postulante Jimena López quienes subieron al escenario junto al tercer integrante de la lista peronista, Juan Grabois. También, se sentó a la derecha de Kicillof, el líder del Frente Renovador y ex candidato presidencial, Sergio Massa. La presencia de su espacio en el acto de cierre fue nutrida. Entre otros, se vio al ministro de Transporte, Martín Marinucci y la senadora electa por la Primera sección, Malena Galmarini. Grabois, le agradeció “al compañero Sergio Tomás”. Dijo que lo “ayudó mucho en la campaña”, más allá de que “cada tanto nos peleamos”. Massa no hizo uso de la palabra.
El candidato y dirigente social también referenció en su discurso el renunciamiento de José Luis Espert como primer candidato a diputado nacional de LLA por la Provincia y recordó la figura del Papa Francisco. “Estaría orgulloso de que combatimos la narcoestructura y que en las peores seguimos sosteniendo las banderas de la justicia social”, dijo y planteó que la elección del próximo domingo “es más difícil que la del siete de septiembre, porque ahora ellos -LLA- tiene de jefe de campaña al presidente de la principal potencia mundial”, en referencia al estadounidense, Donald Trump.
Además de Kicillof y Grabosis en el acto de cierre sí hablaron Taiana, López; el intendente anfitrión, Fernando Moreira y la vicegobernadora, Verónica Magario, quien fue una de las más enfáticas. “Es el último tramo para pedirle definitivamente a Milei un cambio rotundo porque de esta manera no estamos dispuestos. Milei: hasta acá llegaste”, planteó quien fuera la primera candidata a diputada provincial por de Fuerza Patria por la Tercera sección electoral.
En su discurso, Taiana hizo hincapié en lo que, según su perspectiva, se pone en juego en las elecciones del próximo domingo. “Son estratégicamente decisivas para el pueblo argentino, para mantener su independencia, su soberanía y su identidad. Por eso tenemos que ganarla y ganarlas claramente”.
Además de pedir por el voto para el próximo domingo, en su discurso, Kicillof realizó un breve repaso del pasado de algunos funcionarios del gobierno de Javier Milei. Enfatizó en el recorrido dentro de la función pública del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos. “Ingresó al Estado en 1971 y estuvo con todos los gobiernos: no paró nunca desde aquel momento. Ha formado parte de todos los gobiernos, incluido la dictadura militar. Pasando por el menemismo, lo acompañó a (Domingo) Cavallo, fue con (Raúl) Alfonsín, ha estado en todos los gobiernos. Estuvo con (Daniel) Scioli también, después estuvo con Alberto (Fernández), estuvo en el Banco Interamericano de Desarrollo y ahora está con Milei. ¿Nuevo en la política? ¿Novedoso? ¿No se puede hacer nada distinto con los mismos de siempre?, decían. Nos ponen a Franco, que es el que estuvo siempre como elenco estable: más casta no se consigue. Misma consideración tuvo para con el ministro de Economía, Luis Caputo y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Con la actividad en San Martín, el peronismo cerró así una campaña repartida. Si bien no hubo un acto unificado, el de esta tarde intentó parecerlo, aunque no contó con figuras que reporten directamente a Cristina y Máximo Kirchner. Se espera que el titular del PJ bonaerense esté en el búnker que funcionará este domingo en La Plata.
Antes del cierre en San Martín, Kicillof inició el jueves con distintas actividades en el distrito de Almirante Brown. Allí, junto al intendente Mariano Cascallares y los principales candidatos de Fuerza Patria, encabezó un encuentro con fiscales de mesa que participarán de la jornada electoral del domingo. “El próximo domingo debemos terminar el trabajo que empezamos el 7 de septiembre: vamos a decirle bien fuerte a Milei que el pueblo de la provincia de Buenos Aires está de pie para ponerle un límite a sus políticas y su crueldad”, deslizó.
Entre Almirante Brown y el acto de cierre en San Martín, Kicillof participó del acto de egreso de efectivos del Grupo Halcón de la Policía bonaerense, que se llevó adelante en la Escuela de Policía Juan Vucetich. “Sabemos que falta mucho, pero estamos convencidos de que este es el camino para construir juntos una Policía cercana al pueblo, que lleve tranquilidad a los 17 millones de bonaerenses”, dijo.
Kicillof cerró así una campaña en la que estuvo al frente y que transitó signada por el ida y vuelta de las candidaturas en La Libertad Avanza; con la salida de José Luis Espert, por su vinculación con el empresario detenido por una causa de narcotráfico, Fred Machado; el reacomodamiento del caso que derivó en que Diego Santilli termine encabezando la lista y una interna del peronismo bonaerense que hasta el domingo seguirá en pausa. El resultado de las elecciones serán un punto de partida para la construcción del PJ hacia el 2027.
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POLITICA
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