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Los datos desconocidos del día en que Jorge Luis Borges presenció el Juicio a las Juntas

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Hace 40 años, el 22 de julio de 1985, Jorge Luis Borges subía con lentitud las escaleras de Tribunales para presenciar una de las audiencias del Juicio a las Juntas. Como cada movimiento suyo de esos años, la visita atrajo a la prensa, interesó al público. Como casi todo hecho trascendente de su vida, este momento se tradujo en un gran texto. Como pocas veces, a la salida, se lo vio conmovido, abatido por lo que acababa de escuchar.

Tal vez lo que terminó de convencer a Borges de que tenía que ir a una audiencia fue el llamado de un periodista radial para preguntarle qué opinaba de haber sido parafraseado en el Juicio. Borges no sabía de qué le estaban hablando y cortó la comunicación.

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Era raro que sucediera eso. El de esos años, el de esa última década, era un Borges abierto a la charla con cualquiera, que aparecía en las revistas y en los diarios semanalmente. Un Borges al que le preguntaban sobre hábitos que se ponían de moda, triunfos deportivos y avatares políticos, que en cada conferencia convocaba pequeñas multitudes: un Borges Superstar. A su departamento de Maipú acudía mucha gente sin cita previa. Lo entrevistaban, le leían o charlaban un rato con él. Se había convertido en una de las grandes atracciones turísticas de Buenos Aires.

En una de las audiencias iniciales en las que altos mandos militares declararon ante los jueces, uno de ellos dijo: “El olvido es el único poder ante la venganza”. Lo dijo con gesto afectado y aclarando que estaba citando a Borges. Sin sorpresa, el general había empeorado el verso original que pertenece a Fragmentos de un evangelio apócrifo que estaba incluido en Elogio de la Sombra. “El olvido es la única venganza y el único perdón”, había escrito (dictado) Borges.

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Lo que le molestó fue ser citado como coartada: “Lo que sucede es que ese general se acogió al beneficio del olvido. Es muy cómodo usar mi frase desde el punto de vista de un culpable. Es como decir bueno, tapemos todo, echemos tierra”, dijo Borges.

El 22 de julio de 1985, Jorge Luis Borges asistió a una audiencia del Juicio a las Juntas Militares. (Foto: Juan Carlos Piovano / Agencia Télam)

El 22 de julio (sabemos que era lunes sin consultar el almanaque por el título del texto que escribió unos horas después) al mediodía, Néstor Montenegro, periodista de la revista Gente, lo pasó a buscar por su casa. Fue a almorzar al restaurante de siempre; comió lo de siempre: arroz con queso y un vaso de jugo de naranja. Pero estaba algo nervioso, ensimismado. El Juicio a las Juntas y lo que podría encontrar en él, lo preocupaban. Al periodista de la revista Gente que lo acompañaba le expresó uno de sus temores: “Hace un tiempo vino un fiscal a mi casa a visitarme. Me aseguró que no iba a haber condenas porque no había pruebas, todas habían sido destruidas”.

Quiso ir caminando. Tenían tiempo. Casi una hora para su cita y solo siete cuadras de distancia. El paso fue lento. No solo por su edad y por la ceguera. En cada cuadra tres o cuatro personas lo detenían para saludarlo, comentarle alguna de sus últimas apariciones públicas o tan solo tocarlo. «Grande, Maestro», le gritaban desde los autos al cruzar la Avenida 9 de Julio. Borges disfrutaba serenamente y con falso pudor la celebridad, estas muestras de afecto.

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Julio César Strassera lo esperaba en la fiscalía a las 14.30. Esa tarde, el escritor fue su invitado a la audiencia. Antes, mientras subía con dificultad la escalinata de Tribunales, los periodistas lo rodearon. Un aluvión de preguntas. Borges dio una respuesta genérica citando a Almafuerte: “Solo pide justicia. Pero será mejor que no pidas nada”. Y no se detuvo.

“Un hombre valiente”: la reflexión de Borges sobre Strassera

En la fiscalía lo esperaban Strassera, Luis Moreno Ocampo y Carlos Somigliana, el dramaturgo que colaboraba con la fiscalía y terminaría escribiendo buena parte del célebre alegato fiscal. Lo hicieron pasar al despacho de Strassera atiborrado de carpetas y expedientes. El frío invernal se hacía notar: alguien había dejado una ventana apenas abierta para que se disipara el olor a cigarrillo. Pero Strassera, fiel a su hábito, esclavo de su adicción, encendió uno tras otro durante la conversación.

Borges le dijo: “Usted es un hombre valiente. Lo mismo que las víctimas que declaran todos los días”. Luego le preguntó sobre la posibilidad de que los comandantes fueran condenados, su verdadera preocupación. No quería que los crímenes quedaran sin castigo. “No condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice”, escribió después.

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Hay una foto del encuentro. Borges, sentado en un sillón, con el bastón en su mano derecha y el sobretodo puesto –no se lo quitó en toda la jornada-, escucha muy serio y concentrado al fiscal. Strassera, en un silla que está a muy poco distancia del escritor, con un traje con chaleco, con una pierna cruzada sobre la otra casi en ángulo recto, agita una mano mientras en la otra sostiene un cigarrillo. Se lo adivina enfático y decidido.

Uno de los jóvenes del equipo fiscal se asomó y con una seña leve indicó que era la hora de dirigirse a la audiencia. En ese momento, Borges escuchaba con interés a Somigliana. Con algo de vergüenza, Strassera le pidió a Borges que le autografiara un libro, una de esas ediciones de tapas lisas y monocordes de Emecé de los ochenta, esas que se deshojaban con una lectura intensa.

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Mientras se dirigía a la sala, Borges le dio su parecer sobre el fiscal a su acompañante: “Es un hombre simpático. Y, además, parece honesto”.

Lo que dejó la audiencia del Juicio a las Juntas que Borges presenció

La audiencia de ese día estaba algo demorada. Borges esperaba sentado. Varios de los presentes se acercaban a saludarlo. Se lo veía inquieto, molesto, como si supiera lo que iba a presenciar minutos después, como si saludarse e intercambiar cortesías sociales fuera un gesto frívolo frente a la tragedia que se iba a revivir. Un hombre de traje hizo chocar su mano con la de Borges, al tiempo que con la otra tomaba su hombro mientras cerraba el apretón. La mano de Borges pareció de gelatina, más por ser renuente a saludar a este interlocutor que por debilidad física. Sin ver, presintió la incomodidad. Alguien, seguramente Néstor Montenegro, el periodista de la revista Gente que lo acompañó toda la jornada, le dijo al oído de quién se trataba: Héctor Ramos, el defensor del Almirante Anaya. La boca de Borges se torció en un gesto amargo.

Ramos: Para mí es un honor saludarlo.

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Borges: Gracias.

Ramos: Yo quisiera explicarle por qué soy defensor…

Borges: No me explique.

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Ramos: Pero usted se preguntará…

Borges: No, no me explique.

Ramos: Pero yo le puedo contestar…

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Borges: Usted mismo se pregunta y se contesta. Yo no lo he hecho. A mí no me interesa por qué lo hace.

Como la audiencia seguía sin comenzar, los saludos continuaron. El siguiente en acercarse fue Miguel Ángel Buero, el otro defensor de Anaya. Borges tuvo la precaución de finalizar la conversación antes de que empezara. Se lamentó en voz alta, como hablando con él mismo: “No sé por qué quieren saludarme y darme explicaciones. Si yo no los conozco”.

El exdetenido desaparecido de la ESMA, Víctor Basterra, dio testimonio en el Juicio a las Juntas el día que Borges presenció la audiencia. (Foto: Museo de la Memoria ESMA / X: @espacio_memoria)
El exdetenido desaparecido de la ESMA, Víctor Basterra, dio testimonio en el Juicio a las Juntas el día que Borges presenció la audiencia. (Foto: Museo de la Memoria ESMA / X: @espacio_memoria)

Ese día Borges solo escuchó a un testigo. Una larga y detallada declaración. Víctor Melchor Basterra, un obrero gráfico que fue secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA el 10 de agosto de 1979. Estuvo privado de su libertad hasta agosto de 1984. Basterra en su declaración explicó las fechas. El 3 de diciembre de 1983, una semana antes del regreso democrático fue liberado de la ESMA y enviado a su casa. Pero él se consideraba privado de su libertad hasta agosto del 84 porque hasta esa fecha recibió semanalmente visitas y amenazas de sus captores que todo el tiempo le recordaban que lo estaban controlando.

El interrogatorio lo comandó quien ejercía esa semana la presidencia del tribunal, el Dr. Guillermo Ledesma.

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“Dijeron: ‘Éste va a la huevera’. Me llevaron a un lugar que se sentía así: muy hermético, muy cerrado. Yo tenía una capucha puesta, entonces me sacaron las esposas y me dijeron que comenzara a desnudarme; mientras me sacaba la ropa, me golpeaban, me golpeaban mucho, me golpeaban y caía contra las paredes. Luego de estar totalmente desnudo, me ataron los tobillos y las muñecas a una cama, y un cablecito a un dedo del pie derecho, y ahí comenzaron a aplicarme lo que ellos llamaban la máquina: la picana eléctrica. Eso era permanentemente, me lo hacían con preguntas y sin preguntas”, declaró Basterra.

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Desde una de las 200 butacas disponibles, Borges, entre el público, escuchaba azorado a Basterra. Un hombre simple y claro. Que narraba desapasionadamente su tormento. Se detenía en cada circunstancia, obligado por las preguntas, para narrar su martirio.

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“Yo estaba muy entumecido, apenas podía levantar el brazo o mover la pierna. Cuando abro los ojos veo que mi señora estaba sentada delante mío. Vi que también había sido torturada. Había sido golpeada; después ella me dijo que también la habían picaneado. Yo había sentido gritos y también estaba mi, mi niñita, mi… Trajeron a mi hija después y me dijeron que me la iban a poner en el pecho mientras me daban máquina”, prosiguió Basterra en la declaración que se extendió por muchas horas.

Borges masticaba unas pastillas de menta y murmuraba, cada tanto qué horror, qué horror. Montenegro, el periodista que lo había acompañado le preguntó en varias ocasiones si deseaba irse. Borges no respondía.

Basterra fue obligado a delatar a algún compañero. “Me quiero morir. Es terrible lo que te hice. Estás acá por mi culpa”, le dijo a Juan Aronzena, otro detenido desaparecido de la ESMA. “No te preocupes. Yo hubiera hecho lo mismo”, le respondió el otro.

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Año 1985: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Armando Lambruschini y Omar Grafigna durante el Juicio a las Juntas Militares. (Foto: DyN)
Año 1985: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Armando Lambruschini y Omar Grafigna durante el Juicio a las Juntas Militares. (Foto: DyN)

Borges escribió un breve artículo para la Agencia EFE en el que relató su experiencia ese día: “He asistido, por primera y última vez, a un juicio oral. Un juicio oral a un hombre que había sufrido unos cuatro años de prisión, de azotes, de vejámenes y de cotidiana tortura. Yo esperaba oír quejas, denuestos y la indignación de la carne humana interminablemente sometida a ese milagro atroz que es el dolor físico. Ocurrió algo distinto. Ocurrió algo peor. El réprobo había entrado enteramente en la rutina de su infierno. Hablaba con simplicidad, casi con indiferencia, de la picana eléctrica, de la represión, de la logística, de los turnos, del calabozo, de las esposas y de los grillos. También de la capucha. No había odio en su voz. Bajo el suplicio, había delatado a sus camaradas; éstos lo acompañarían después y le dirían que no se hiciera mala sangre, porque al cabo de unas ‘sesiones’ cualquier hombre declara cualquier cosa. Ante el fiscal y ante nosotros, enumeraba con valentía y con precisión los castigos corporales que fueron su pan nuestro de cada día. Doscientas personas lo oíamos, pero sentí que estaba en la cárcel”.

Un momento particular, un momento que mostraba la extravagante crueldad desde otro punto de vista se dio cuando el testigo relató lo ocurrido la noche previa a una de las navidades que pasó en cautiverio.

“De pronto, el 24 de diciembre a la noche nos bajaron a todos los Capuchas; creo que quedaron nada más la Tía Irene y Juan Carlos Chiaravalle. Nos pusieron frente a una mesa servida con manjares y bebidas y dijeron que íbamos a festejar la Navidad. Yo no entendía nada. Estábamos con grilletes que nos hicieron sacar en uno de los cubículos de la huevera (…) Seríamos 17 personas. El que llevaba adelante la ceremonia era el Capitán D’Imperio. (…) En un momento dado se produjo un silencio grande, como una orden militar, y vino una persona mayor que posteriormente supe que era el director de la ESMA, capitán de navío Supisiche. Se puso frente a nosotros y dijo: ‘Señores buenas noches: les deseo una feliz Navidad. Dijo eso y se fue”, relato Basterra.

Borges en su artículo escribió sobre esta escena:

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“De las muchas cosas que oí esa tarde y que espero olvidar, referiré la que más me marcó, para librarme de ella. Ocurrió un 24 de diciembre. Llevaron a todos los presos a una sala donde no habían estado nunca. No sin algún asombro vieron una larga mesa tendida. Vieron manteles, platos de porcelana, cubiertos y botellas de vino. Después llegaron los manjares (repito las palabras del huésped). Era la cena de Nochebuena. Habían sido torturados y no ignoraban que los torturarían al día siguiente. Apareció el Señor de ese Infierno y les deseó Feliz Navidad. No era una burla, no era una manifestación de cinismo, no era un remordimiento. Era, como ya dije, una suerte de inocencia del mal”.

Por un momento creyó que se había perdido algo de lo dicho esa tarde. No podía entender la lógica de lo actuado por los militares. ¿Para qué secuestrar a alguien cuatro años y torturarlo para luego dejarlo libre?, se preguntaba. Uno de los periodistas presentes le explicó el concepto de “recuperación” según Emilio Massera y la ESMA. La intención de hacer trabajar a esas personas para el proyecto político del exjefe de la Armada y al mismo tiempo captarlos. “Pero ¿De qué recuperación me habla?”, dijo enojado Borges. “No buscaban la recuperación física y mental de nadie ahí”.

Su opinión sobre Massera era contundente: “Un asesino, una de las personas más siniestras del país”.

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La tapa del Diario Clarín del 23 de julio de 1985, que destaca la presencia de Jorge Luis Borges en el Juicio a las Juntas.
La tapa del Diario Clarín del 23 de julio de 1985, que destaca la presencia de Jorge Luis Borges en el Juicio a las Juntas.

La presencia de Borges en la sala de audiencias no pasó desapercibida para nadie. Todos miraban sus movimientos y sus reacciones. Al día siguiente llegó a la tapa de los diarios. Fueron muchas las personalidades que presenciaron el Juicio en las diferentes jornadas. Pero el escritor logró una atención que los demás no consiguieron.

Para los jueces tampoco el escritor pasó inadvertido. A pesar de físicamente ser una figura tenue, con su paso lento y encorvado, nadie podía ignorar que Borges, el mayor escritor del país y una de sus figuras más reconocidas, iba a escuchar los testimonios de ese día.

Los jueces a cargo del proceso se valían de unas tiras de papel prolijamente cortadas en las que escribían las preguntas que se les iban ocurriendo en medio de las declaraciones. Esos apuntes se los pasaban con discreción al magistrado que comandaba el interrogatorio (la presidencia rotaba semanalmente) para que fuera una sola voz la que preguntara. Pero el 22 de julio, el día de la presencia de Borges, esos papelitos tuvieron una función más literaria. “Carlos Arslanián, con una inteligencia y un ingenio notables, empezó a escribir en el momento (¿cuánto habrá tardado? Cinco, diez minutos). Redactó en un papelito lo que podría ser un cuento de Borges, relacionando lo sucedido con uno de sus cuentos de cuchilleros”, contó Jorge Valerga Aráoz, uno de los magistrados integrantes de la Cámara Federal.

Los jueces luego le hacían leer el breve texto a Arslanián que remedaba a la perfección la voz balbuceante del escritor. Valerga Aráoz le explicó a Jose Eliaschev en su libro Los Hombres del Juicio que este fue un pasajero momento de distensión dentro de ese mundo tenebroso que estaban investigando, en el que estaban inmersos.

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Luego de las preguntas, detalladas y precisas del tribunal, fue el turno de los abogados defensores que se esforzaban por encontrar fisuras en el testimonio del testigo, pretendían hacerlo caer en contradicciones y generar sospechas sobre sus actividades. El Dr. Ledesma debió intervenir varias veces para que el interrogatorio no se saliera de cauce y, con firmeza y mucha paciencia, negó la pertinencia de muchas preguntas improcedentes de las defensas.

En 1980, Borges firmó una solicitada en la que se reclamaba por la situación de los desaparecidos. (Foto: diario Clarín)
En 1980, Borges firmó una solicitada en la que se reclamaba por la situación de los desaparecidos. (Foto: diario Clarín)

A Borges hubo otro aspecto que le llamó la atención. La contradicción entre lo que hicieron los militares cuando ostentaban el poder y la actitud que tomaban cuando eran los acusados. Lo maravillaba esa creencia súbita en el ordenamiento jurídico y en sus garantías.

“Es de curiosa observación que los militares, que abolieron el Código Civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecución clandestina al ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados que, desinteresadamente sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a sus negadores de ayer”.

Al abandonar la sala y mientras se dirigía a la salida del Palacio de Justicia, Borges no se podía convencer de que ese no fuera el peor de los testimonios brindados en las audiencias. De hecho, le aseguraron, había otros mucho más graves, muchos más atroces. El viejo escritor no pudo ocultar su impresionada sorpresa.

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Era la primera vez que Borges en su larga vida presenciaba un juicio oral. Sería también la última. La experiencia había sido tan intensa que no deseaba repetirla. Sin embargo poco después afirmó: “Convendría que cada persona asista a este juicio al menos una vez. Es necesario. Pero debo confesar que no pienso volver porque quedé muy impresionado”.

A la salida, otra vez las escalinatas, ahora en descenso. Y otra vez los periodistas. Hablaba mientras bajaba la escalera con mayor lentitud a la habitual, como si el brazo que le ofrecía Montenegro y el bastón en la otra mano fueran imprescindibles para mantenerlo en pie. En ese momento se notaron sus 86 años. Había abandonado esa vitalidad sarcástica, ese titubeo urdido para soltar frases brillantes, precisas y algo maliciosas. No era el cansancio del paso de las horas sino la tristeza, la cercanía del horror, haber entendido el infierno en el que habían sumergido a Basterra.

Antes de subirse a un taxi –ya no tenía fuerzas para caminar- Borges, evidentemente conmovido y triste, dijo: “Tengo la sensación de que he asistido a una de las cosas más horrendas de mi vida. Espero que la sentencia sea ejemplar. Siento que he salido del infierno”. Y luego aseveró: “Este hecho no puede, no va a quedar impune”.

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Jorge Luis Borges, Julio Cesar Strassera, dictadura militar

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El debate por el Presupuesto y endeudamiento bonaerense reaviva la interna entre Kicillof y La Cámpora

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En medio de la interna del peronismo, los esfuerzos del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, están enfocados en lograr la aprobación del Presupuesto 2026. El mandatario no pudo conseguir este objetivo en los años anteriores, por lo que las negociaciones están cargadas de tensiones, con propios y ajenos. Ahora, la intención es aprobarlo en la Legislatura bonaerense el próximo miércoles 26 de noviembre, en ambas cámaras.

La última vez que el gobernador contó con Presupuesto aprobado por la Legislatura fue en 2023. Desde entonces, fue prorrogado por la falta de acuerdos entre el ala dura K y el mandatario provincial. “Ante la situación económica de emergencia por las políticas económicas del Gobierno nacional, es indispensable que se sancione”, sostuvieron desde Provincia a TN. El caso es que no es el único proyecto clave para el Ejecutivo: necesita aprobar el endeudamiento.

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Dejen la rosca de lado y trabajen en defensa de la provincia de Buenos Aires”, reclamaron este viernes organizaciones sociales nucleadas en “La Patria es el Otro”, una corriente peronista liderada por Andrés “Cuervo” Larroque, ex Cámpora y hoy ladero de Kicillof.

En el entorno de Kicillof apuntan contra La Cámpora como responsable de la demora en las negociaciones para sacar adelante el Preuspuesto, el endeudamiento y la fiscal impositiva. (Foto: PJ)

Dejen de especular con las necesidades del pueblo y aprueben la ley de financiamiento que envió el gobernador”, agregaron a través de un comunicado. Cerca de Kicillof aseguran que La Cámpora está trabando el refinanciamiento del endeudamiento.

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Aprueban presupuesto y la fiscal Impositiva solamente”, confió a TN un dirigente del círculo íntimo del Gobernador. Además, manifestaron que ante las desaveniencias propias del peronismo, la oposición ni se sienta a discutir. “Quieren más financiamiento, presupuesto para ellos. El tema es que hoy no hay margen”, indicaron.

Por supuesto, en la fuerza que conduce Máximo Kirchner desconocen tales acusaciones. “El año pasado dijeron lo mismo, pero eran los intendentes radicales que no aceptaban la propuesta, si no repartía una parte”, apuntaron a este medio.

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Las críticas entre los propios hacen referencia a negociaciones deficitarias con los intendentes. Según pudo saber este medio, los jefes comunales exigen un reparto más igualitario de recursos de coparticipación y luego en obras, que también sostienen que la distribución es desigual. Allí se encuentra otra de las trabas al tratamiento de Presupuesto, ley tributaria y endeudamiento

La Legislatura bonaerense debate la este miércoles el Presupueso. (Foto: X
@HCDiputadosBA)
La Legislatura bonaerense debate la este miércoles el Presupueso. (Foto: X
@HCDiputadosBA)

“Axel está en una posición muy dura, si reparte un poco lo destraba”, confió un dirigente con diálogo con distintos sectores. De momento, hay intransigencia en todos los actores de la discusión y no se registran avances significativos en las negociaciones.

El derrotero legislativo

Esta semana se dio el primer paso para que Kicillof tenga su Presupuesto, tras prorrogarlo por falta de acuerdos. La comisión de Presupuesto e Impuestos de la Cámara de Diputados dio dictamen para el Presupuesto 2026 y la Ley Fiscal Impositiva.

Sin embargo, el endeudamiento que necesita Kicillof quedó trabado por falta de acuerdos y deberá ser tratado nuevamente el próximo martes 25 de noviembre en comisión. Este proyecto necesita los dos tercios de los votos para su aprobación.

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Máximo Kirchner y Axel Kicillof. (Foto: Prensa Congreso)
Máximo Kirchner y Axel Kicillof. (Foto: Prensa Congreso)

Al respecto, el reclamo fundamental de los opositores es que el fondo para los municipios sea de libre disponibilidad y no esté atado al Financiamiento que solicita el Gobierno de Kicillof. Además, piden que se cubran los cargos que quedan vacantes en la Suprema Corte de Justicia bonaerense y en el directorio del Banco Provincia. Los cargos esperan nombramientos hace meses. También pidieron que se salden deudas que la Provincia mantiene con los municipios con IOMA y el Instituto de Pevisión Social.

Ese mismo miércoles 26 está previsto que tanto en Diputados como en el Senado bonaerense también se debata el Presupuesto y los otros proyectos que necesita el Ejecutivo. Los encargados de llevar adelante las negociaciones son la vicegobernadora Verónica Magario, el ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, y el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares.

Si bien confían en que la propuesta del Ejecutivo provincial “contará con los consensos necesarios con la oposición”, las diferencias con La Cámpora no están saldadas y nadie se atreve a asegurar que el oficialismo sumará esos votos. Y si no los hay, impactará de lleno en el futuro del PJ bonaerense.

Kicillof, La Cámpora, Peronismo

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Carlos Presti dijo que las FF.AA. deben estar a la altura del “nuevo rol protagónico” del país

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El jefe del Estado Mayor General del Ejército, Carlos Presti, designado este sábado como reemplazante de Luis Petri al frente del Ministerio de Defensa, publicó su primer mensaje tras haber sido elegido por el Gobierno para dicho cargo.

En una publicación en X, el teniente dijo que las Fuerzas Armadas argentinas “tienen y deben estar a la altura del nuevo rol protagónico que la Argentina tendrá en el mundo de la mano del presidente Javier Milei“.

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A su vez, en la misma red social, manifestó su agradecimiento con el mandatario por haberlo elegido como titular de la cartera que todavía ocupa el diputado nacional electo Luis Petri: “Gracias presidente Javier Milei por elegirme para este nuevo desafío y gracias ministro Luis Petri por la confianza en estos dos años”.

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El nombramiento de Presti como nuevo ministro de Defensa se dio en conjunto con la designación de Alejandra Monteoliva como nueva titular del Ministerio de Seguridad, ya que Patricia Bullrich, como Luis Petri, asumirán sus bancas legislativas. En el caso de Bullrich, ocupará un escaño en el Senado en representación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Alejandra Monteoliva reemplazará a Bullrich en Seguridad y el teniente Carlos Presti a Luis Petri en Defensa

El caso de Carlos Presti marca un precedente inédito en la historia democrática desde 1983, ya que se trata de la primera vez en la que un militar es nombrado para el cargo de ministro de Defensa desde la reinstauración del sistema político democrático y el final de la última dictadura cívico militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.

La entrada Carlos Presti dijo que las FF.AA. deben estar a la altura del “nuevo rol protagónico” del país se publicó primero en Nexofin.

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Carlos Presti,Gobierno,Javier Milei,Ministro de Defensa

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Nuevo miércoles de protesta piquetera y de jubilados: marcharán desde el Congreso hasta Plaza de Mayo

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El Congreso de la Nación y Plaza de Mayo serán escenario de una marcha y movilización organizada por agrupaciones de jubilados, a las que se suman piqueteros como el Polo Obrero, partidos de izquierda, trabajadores del Hospital Garrahan, las dos CTA, el gremio ATE, algunos sindicatos como el de neumáticos, el Frente Patriótico por la Justicia Social, la organización Territorios en Lucha y representantes de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).

Será este miércoles 19 de noviembre desde las 16. La consigna es “contra el imperialismo”. Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación advirtieron que, como la semana pasada, se desplegará un operativo de fuerzas federales para aplicar el protocolo antipiquetes. En esa oportunidad, la protesta frente al Palacio Legislativo derivó en fuertes incidentes entre fuerzas federales, como Gendarmería, y un grupo de manifestantes.

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“Comienza la resistencia callejera a la reforma laboral y al acuerdo con los Estados Unidos”, anunció el secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar, y recordó que esa organización sindical declaró un paro de 24 horas para facilitar la movilización de sus afiliados.

EL mapa de la marcha

“Tiene que ser un paro que nos permita volver a encender la llamita de la conflictividad y que esta crezca rápidamente”, expresó el dirigente. Recordó que ATE participará de las protestas junto a las organizaciones de jubilados y el Frente de Lucha Piquetero, con quienes desde las 16 confluirán en la Plaza de los Dos Congresos para una hora después marchar hacia Plaza de Mayo.

Aguiar también opinó: “La reforma laboral y el reciente acuerdo con los Estados Unidos están íntimamente vinculados. Trabajar más y por menos plata para abaratar los costos del saqueo. Sin huelga y movilización no la frenamos”, dijo en una velada crítica a la CGT, que no adhiere a la convocatoria.

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Los organizadores aclararon: “La marcha tiene claras banderas contra Donald Trump, contra Javier Milei y contra el Fondo Monetario Internacional”, y que por esa razón se decidió realizarla “veinticuatro horas antes del Día de la Soberanía”.

La marcha se centra en las críticas a la reforma laboral y los acuerdos entre la Argentina y Estados Unidos

Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación y de la jefatura de gobierno de la Ciudad, dejaron en claro que, como cada miércoles, se impondrá el protocolo antipiquetes, se diagramó un vallado para proteger los edificios públicos como el Congreso de la Nación y la Casa de Gobierno y se evitarán cortes de arterias de manera permanente.

Los movimientos sociales, agrupados en la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), también participarán de la jornada de protesta. Esta vez no lo harán con columnas numerosas, enviarán grupos de representantes en señal de apoyo a los reclamos. Algo similar sucede con las organizaciones que forman parte de Territorios en Lucha, que integran, entre otros, Libres del Sur. El movimiento liderado por Silvia Saravia tampoco lo hará encolumnado. Como la mayoría de los convocados, llegarán desde distintos puntos del AMBA en medios de transporte público.

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Desde que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, comenzó a imponer el protocolo antipiquetes, retener a los micros y camionetas mal estacionados y sin la habilitación correspondiente, los piqueteros y organizaciones sindicales de base modificaron la forma de concentración. Ya no se ven columnas que marchan desde Retiro y Constitución e interrumpían el tránsito en arterias claves, como puede ser la Avenida 9 de Julio.

Las políticas sociales de distribución de alimentos y la eliminación de programas sociales como el Potenciar Trabajo, que les daba potestad a los dirigentes sociales sobre los sectores más vulnerables, también hizo menguar la afluencia de asistentes a las marchas y concentraciones.

Sectores gremiales como ATE y las dos CTA también participarán de la marcha de los miércoles que llegará a Plaza de Mayo

Esteban “Gringo” Castro, el ex secretario general de la UTEP y referente del Frente Patriótico por la Justicia Social, confirmó su presencia en el acto que finalizará con algunos discursos de representantes de los trabajadores del Hospital Garrahan, docentes universitarios y representantes sindicales, jubilados y piqueteros de izquierda.

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“No hay ninguna posibilidad de salir adelante como pueblo si no nos expresamos pacíficamente en las calles de todo el país. Eso va a suceder porque tenemos un pueblo maravilloso que nunca va a dejar de luchar uniendo la fe y la lucha”, opinó ante una consulta de Infobae.

Castro también expresó: “Nuestro pueblo está hambreado. Tenemos que pelear. No solo Milei, Caputo y Pettovello quitaron la comida a los comedores y merenderos comunitarios, con auditorías nunca realizadas, además nuestra conquista más importante, que fue el Salario Social Complementario, está en la mitad de la mitad de un salario mínimo, vital y móvil”. Y finalizó: “Es indigno que se gane 78 mil pesos al mes trabajando 14 o 12 horas todos los días en las distintas actividades de la economía popular”, aseguró el líder social.

La actividad contra las políticas económicas y sociales de La Libertad Avanza se difundió a través de una conferencia de prensa el lunes 17, en la cual se aclaró: “Se marcha en todo el país con la consigna ‘Contra el ajuste y la entrega. Abajo el pacto de Javier Milei con Donald Trump y el Fondo Monetario Internacional’” y en “reclamo de una huelga general para impedir las reformas laboral, previsional, impositiva y penal”.

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A las 16 se concentrarán en las inmediaciones del Congreso para marchar a las 17 a Plaza de Mayo (Gustavo Gavotti)

Desde la organización se difundió un comunicado en el cual se afirma: “Esta marcha se realiza en momentos en que el imperialismo en forma directa interviene en Argentina. Trump y el FMI deciden sobre las elecciones, sobre lo que se resuelve en el Congreso, sobre la economía, sobre la represión, sobre los trabajadores, jubilados, desocupados, sobre el agua y sobre todas las riquezas del suelo y la tierra”.

Antes de marchar a Plaza de Mayo, las organizaciones de jubilados tienen previsto realizar, a las 16 horas, una “radio abierta” sobre Avenida Rivadavia, entre Callao y Combate de los Pozos, y se mostrarán las firmas recogidas que se manifiestan “contra el pacto Milei-Trump-FMI”.

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