DEPORTE
El PSG resucita y hace historia: sin pretemporada, pero con Supercopa

Los días de preparación que tuvo el PSG para diseñar un plan para la final de la Supercopa de Europa marcaron la previa del choque. Luis Enrique tuvo literalmente siete días para hacerlo, sin poder disputar ni un solo partido de ensayo. En cambio, Thomas Frank gozó de más de un mes y seis amistosos para hacer pruebas. Una diferencia bestial que se notó sobre el césped del Friuli de Udine, pero no lo suficiente para hundir a los galos.
El Tottenham, con menos talento que los parisinos, aprovecharon las pocas oportunidades que tuvieron y se pusieron 0-2 gracias al balón parado. Micky van de Ven y el Cuti Romero hicieron buenas dos faltas muy lejanas lanzadas por Vicario y Pedro Porro. Dos goles tan poco agraciados como efectivos que parecían otorgar otro título para los ‘spurs’. Hasta que aparecieron Kang-in Lee y Gonçalo Ramos para mandar el partido a la tanda de penaltis, y el trofeo a París.
Frank fue inteligente y planteó un partido en el que pudiera sacar rédito de la superioridad física de los suyos. Todos activados en recuperación para salir al contragolpe al ritmo de Kudus y mucha importancia al balón parado. Así anuló al talento parisino y cocinó un triunfo que no se consumó por escasos minutos.
Donnarumma ya es pasado
Luis Enrique optó por paliar la falta de trabajo con calidad. Fabián se quedó en el banquillo y en su lugar entró Doué, encargado de conectar a Dembélé, Kvaratskhelia y Barcola con el resto del equipo. Con la duda de Donnarumma resuelta -saldrá del club de manera inminente, todo apunta al City de Guardiola– Chévalier, que no llevaba ni una semana como jugador del PSG, fue el encargado de defender la portería.
Lucas Chévalier, durante su primer partido con el PSG / LAP
Los primeros minutos de la Supercopa de Europa estuvieron marcados por imprecisiones. El técnico asturiano, lejos de achantarse, exigió a los suyos presionar arriba desde el primer balón. Dembélé, como líder habitual en esta faceta, no se ahorró ni un solo esfuerzo en sus achuchones sobre Vicario. Pero las piernas de sus compañeros decayeron antes de tiempo.
El Tottenham supo esperar a su momento. Y así llegó la primera ocasión del partido. Richarlison le robó el esférico a Dembélé, balón al espacio de Kudus y primera intervención de Chévalier para negarle el gol al brasileño. Doué trató de responder echándose el equipo a la espalda, con la ayuda de un Barcola muy participativo en banda, pero no fue suficiente. A su equipo le faltaba ritmo, la principal arma que les llevó a ser el conjunto de referencia en el mundo.
Dos mazazos a balón parado
Si el reto para el PSG ya era complicado, la dificultad se elevó bastante más con el 0-1 del Tottenham a falta de seis minutos del primer tiempo. Cómo no, en una jugada de estrategia. Una falta en el centro del campo, lanzada por Vicario, terminó en un barullo dentro del área parisina que no desaprovechó Van de Ven. Chévalier, con la ayuda del poste, evitó en primera instancia el remate de Palhinha, pero el balón le quedó muerto al central neerlandés.
Micky van de Ven celebra el 0-1 en el friuli de Udine / AP
Al empezar el segundo acto todo se torció aún más. De nuevo, la pizarra de Frank daba resultados. Otra falta lejana -lanzada por Porro esta vez- terminó en gol del Tottenham con demasiada facilidad. El centro del extremeño, muy llovido al segundo palo, encontró la cabeza solitaria del Cuti Romero, que ajustó su remate al palo largo. Chévalier no mostró oposición al cabezazo del argentino.

El Cuti Romero celebra su gol ante el PSG junto a Pedro Porro / Antonio CalanAPni
Alcanzada la hora de partido, el entrenador asturiano deshizo su plan y dio entrada a Fabián por ‘Kvara’, devolviendo a Doué a su costado natural. El PSG dio un paso adelante, que Vicario frenó primero con una manopla espectacular y después con la ayuda del asistente, que levantó la bandera. El gol de Barcola no valía.
Kang-in Lee mantuvo la esperanza y Gonçalo Ramos la hizo realidad
Parecía que el Tottenham podía respirar más tranquilo que la mayoría de equipos que se enfrentaron a los parisinos el pasado curso, pero Kang-in Lee demostró que era una falsa seguridad. Luis Enrique puso a Gonçalo Ramos de ‘9’ para colgar balones. Y así llegó el 1-2, obra del surcoreano desde la frontal. Un gol que reanimó al PSG. Estaban dentro del partido y no iban a dejar escapar el tren. En el 90+4’ se desató la locura: centro del incombustible Dembélé y gol de Ramos de cabeza. La final se iba a decidir en los penaltis.

Gonçalo Ramos firmó el 2-2 en Udine / EFE
Vitinha alarmó a los suyos al fallar con Vicario ya batido, pero Chévalier frenó a Van de Ven y Mathys Tel lanzó su penalti fuera. No le temblaron las piernas a Nuno Mendes, que fusiló por el centro y confirmó la remontada. Otra hazaña del PSG de Luis Enrique, que se proclama supercampeón exactamente un mes después de morder el polvo en Estados Unidos.
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Con gol de Mbappé y con debut de Franco Mastantuono, Real Madrid derrotó 1-0 a Osasuna por La Liga

Real Madrid venció a Osasuna. Foto: EFE
En un partido cerrado, Kylian Mbappé le dio la victoria por 1-0 a Real Madrid sobre Osasuna. Franco Mastantuono debutó con camiseta Blanca.
Un solitario tanto, de penalti, inventado y ejecutado por Kylian Mbappé a los 51 minutos, salvó el estreno del nuevo Real Madrid, aún corto de rodaje, dominador sin pegada, mejorado en fase defensiva ante un Osasuna que estuvo cómodo con línea de cinco y cuando estiró, acabó desperdiciando su única ocasión para amargar la puesta de largo de Xabi Alonso.
Dejó frío al madridismo el arranque de una nueva era pese al liderazgo de Mbappé. Un Real Madrid tan trabajado tácticamente como falto de ideas ante una defensa de cinco de Osasuna en el primer acto. Sin llegar a desatarse cuando pudo en el segundo. Dominador, instalado en campo rival, con todos comprometidos en el esfuerzo defensivo pero sin movilidad al espacio, carente de velocidad en la zona clave del campo donde se deciden los partidos.
La mano de Xabi Alonso se apreció en la mejoría táctica en el balance defensivo. El lugar donde el Real Madrid recupera el balón ahora, en campo contrario, o el repliegue veloz para anular cualquier intento del rival. Osasuna optó por defender y desear el rápido paso del tiempo. Cuanto menos ocurriese mejor para el equipo de Alessio Lisci que logró rebajar el sufrimiento tapando la generación de juego de Arda Güler, obligando a su rival a buscar las bandas para lanzar centros en los que sus defensas tenían ventaja.
Estrenaba defensa el Real Madrid. Con Trent Alexander-Arnold en pleno proceso de adaptación y Álvaro Carreras con mayor descaro para aportar arriba. Suyo fue el primer intento madridista. Cruzado. Ante la imposibilidad de encontrar a los delanteros en zona de remate, llegaron también disparos de Dean Huijsen, que juega como si llevase en el Real Madrid desde infantil, y Militao, el jefe de la zaga, recuperando su nivel. Sergio Herrera respondió con firmeza.
La variedad ofensiva con la que arrancó el equipo de Xabi Alonso, con balones en largo de sus centrales, se redujo en cuanto Osasuna retrasó metros, cómodo en bloque bajo. Vinícius lo intentaba con velocidad y se llevaba el aplauso por dos esfuerzos defensivos, reconociendo el madridismo un cambio de actitud respecto al pasado curso. Y Mbappé se aburría rodeado de centrales.
Enganchó forzado de cabeza un centro de Brahim, incómodo sin espacios. Remató mal de zurda la que mejor le puso ‘Vini’. Castigó con su mejor disparo, que acarició la escuadra, el único despeje fallido de Osasuna. Era un aviso de un futbolista llamado a liderar al Real Madrid.
Y los jugadores madridistas sintieron que era cuestión de tiempo y desgaste del rival. Porque Osasuna nunca inquietó de verdad, pese a que Budimir mostró olfato al único balón que le cayó dentro del área. Pero Courtois era un espectador más y Mbappé cambiaró el panorama en la reanudación.
En una arrancada por la derecha a los 50 minutos, frenada en seco y barrido por Juan Cruz. El error de ir al suelo del defensa, la picardía del delantero para romper el partido. Sin debate en el lanzador. El francés primer lanzador, a la red engañando al portero rival.
Nacía un nuevo partido con Osasuna obligado a salir de la cueva, estirar líneas y dejar espacios que atacar. Mbappé ya estaba desencadenado, desbordando por donde decidía aparecer, hasta por la derecha para suplir la falta de descaro de Trent o la intermitencia de Brahim.
Pero no encontró el Real Madrid la continuidad que desea Xabi Alonso. No se desató en ningún momento, ni con los cambios. Güler, que corrió en exceso e inventó poco en los últimos metros, sacó un latigazo cerca del poste antes de un estreno deseado en el Bernabéu, el de Franco Mastantuono. Puro descaro con 18 años recién cumplidos, pidiendo siempre el balón, cerca del gol con un cabezazo y con calidad en un saque de esquina a la testa de Tchouaméni.
Terminó entrando Gonzalo en punta por ‘Vini’, al que se le ve corto de forma, en un mensaje duro hacia Rodrygo. Sin minutos. Con Brahim primero, Mastantuono después y finalmente Gonzalo por delante. Debe definir su situación. Decidir si desea seguir en el Real Madrid o tirar por tierra todo lo logrado marchándose.
La ausencia de pegada dejó un final abierto con espacio al nerviosismo en el Santiago Bernabéu. Así llegó la mejor ocasión de Osasuna, de una falta lateral, un balón cabeceado en el segundo palo que cayó a su goleador, Budimir, que cabeceó arriba encimado por Huijsen. Era la oportunidad para no irse de vacío y haber amargado el regreso de Xabi Alonso.
Real Madrid
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Pardo: el gol de la clasificación y la emoción por un momento especial

Franco Pardo, de 28 años, había llegado a Racing sobre el cierre del libro de pases, luego de dos temporadas en Unión. La Academia resolvió su incorporación porque se había caído el pase de Nacho Vázquez, sostenido por Platense. Tenía una ventaja: Gustavo Costas lo conocía de Palestino, de Chile. El zaguero venía de una expulsión, ante Tigre por el Clausura, y contra Peñarol se erigió en un héroe impensado.
El desahogo ya se había conseguido por el gol de penal de Maravilla Martínez, que le aseguraba a Racing la definición por penales. Pero Franco fue por más, en el cuarto minuto de descuento, a buscar el centro de Martirena. Y en la pelota pasada se perfiló para darle el frentazo, romper la resistencia del débil Brayan Cortez y subirse al alambrado para festejar con toda la algarabía racinguista.
Fue en su quinto partido con la camiseta del equipo de Avellaneda, lo que definió como «un recuerdo para toda la vida». Y contó que se le potencia porque su esposa está embarazada… Por eso, estaba especialmente sensibilizado en el diálogo con la transmisión de Fox Sports, antes de volver a los vestuarios.
Mirá el gol de Pardo
Racing –
El gol de Pardo para darle la clasificación a Racing
Y un poroto para Costas: cuando eligió sacar a un zaguero, se decantó por Marcos Rojo, y a Pardo lo dejó en la cancha.
Racing –
¡Así se festejó el gol de Racing sobre el final!

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Rabiot se pelea en el vestuario con Rowe… y el Marsella les declara transferibles

No hay buen ambiente en el vestuario del Olympique de Marsella. Después de la derrota por 1-0 ante el Rennes en la primera jornada de Ligue 1, estalló una escalada de tensión entre dos futbolistas, el centrocampista francés Adrien Rabiot y el joven extremo inglés Jonathan Rowe. Según informaron varios medios, ambos tuvieron una acalorada discusión que casi derivó en enfrentamiento físico y fue necesaria la intervención del cuerpo técnico y del director deportivo para evitar que la situación fuese a mayores.
Como consecuencia del incidente, el club, mediante un comunicado, calificó el comportamiento como “inaceptable” y tomó la drástica decisión de suspender a ambos futbolistas del primer equipo. Además, fueron oficialmente incluidos en la lista de trasnferibles, con lo que su continuidad en el club queda, por ahora, en entredicho.
“El Olympique de Marsella ha anunciado que Adrien Rabiot y Jonathan Rowe han sido incluidos en la lista de transferibles del club. Esta decisión se tomó debido al comportamiento inaceptable en el vestuario después del partido contra el Stade Rennais FC, de acuerdo con el personal técnico y de acuerdo con el código de conducta interno del club. La decisión fue comunicada por el club a los dos jugadores este lunes”, dice la nota del club.
Jonathan Rowe, quien había llegado al Marsella procedente del Norwich City en verano de 2024 tras una cesión con obligación de compra, se había distinguido por su buen rendimiento en la Eurocopa Sub-21, marcando el gol decisivo en la final. Tras este altercado, diversos equipos italianos como Roma y Bolonia han mostrado interés en ficharlo. Además, según algunos informes, también hay interés de clubes en la Premier League.
Por su parte, Rabiot, pieza clave y uno de los capitanes del equipo, se había consolidado como líder durante la temporada anterior. No obstante, el club le ha recriminado no solo el conflicto en sí, sino también una supuesta falta de compromiso durante la pretemporada, lo que ha acelerado su salida. Incluso se menciona un posible interés del AC Milan, bajo petición de Massimiliano Allegri.
Si nada cambia hasta finales de mes, ambos jugadores están sancionados, fuera de los entrenamientos del primer equipo y a la espera de encontrar destino. Su altercado ha alterado el inicio prometedor de la temporada del Marsella y ha puesto en duda su futuro inmediato con el club.
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